7 Minutos y 2 Personajes. El comandante instruye a un soldado sobre la armadura que un cristiano debe tener.
LA ARMADURA DE DIOS
EL CASCO DE LA SALVACIÓN
(Pedro entra y se acerca al comandante en el centro del escenario.)
PEDRO. (Danzando en círculos y aplaudiendo.) ¡Aleluya! ¡Ya estoy en la armada! ¡Ya estoy en el ejército!
COMANDANTE. (Con autoridad.) Es tiempo de ponernos a trabajar. Pedro, necesitas tu uniforme y tu equipo... Aquí hay una pieza muy importante de tu armadura (enseñándole el casco.)
PEDRO. (Lo mira extrañado.) ¿Qué es esto?
COMANDANTE. Es tu casco, Pedro.
PEDRO. (Confundido.) ¿Mi casco? ¿Para qué necesito un casco?
COMANDANTE. (Levantando el casco para que todos lo vean.) Todos los que le piden a Jesús venir a su corazón y se enlistan en el ejército de Dios se les da el casco de la salvación. Tú necesitas usar este casco para que te proteja la cabeza. La guerra puede ser muy peligrosa, y tu enemigo Satanás quiere lastimarte, pero cuando tú usas tu casco, Satanás no puede hacerte daño.
(Le pone el casco a Pedro.)
PEDRO. Gracias, comandante. (Pasando saliva, como preocupado.)
COMANDANTE. Pedro, tú estás aquí para tu entrenamiento básico y vas a aprender sobre la armadura de Dios y cómo ser un soldado del ejercito de Dios. ¿Aceptas el reto?
PEDRO. (Con seguridad.) ¡Sí, señor!
COMANDANTE. (Poniendo su mano firmemente en los hombros de Pedro.) No tenga miedo, soldado, ¡el ejercito de Dios siempre gana!
LA ORACIÓN ES LA LLAVE
(El comandante se encuentra parado con una Biblia y una pluma en la mano.)
PEDRO. (Entra muy emocionado.) ¡Ahora ya lo tengo todo!
COMANDANTE. A ver, Pedro, espérate, ¿qué quieres decir con eso de que ahora sí lo tienes todo ya?
PEDRO. Así como lo oye, mi comandante. Ahora sí lo tengo todo ya. “Toda la armadura de Dios”.
COMANDANTE. (Examinado a Pedro de pies a cabeza.) A ver, a ver, vamos a hacer una inspección detallada.
PEDRO. Mire, tengo el casco de la salvación (se pega en la cabeza y hace como si le hubiera dolido.) ¡Ay, ay! Tengo “El calzado par anunciar el evangelio de paz” Así que ya puedo decirle a todos la paz que Dios me ha dado.
COMANDANTE. (Asintiendo con la cabeza.) Muy bien, Pedro, y ¿qué más estás usando?
PEDRO. Tengo “La coraza de la justicia”, “El escudo de la fe” que puedo usar cada vez que necesite protección (demostrando como lo usa pero no puede usarlo bien) y tengo “La espada del espíritu” que es la Biblia. Y me la estoy aprendiendo de memoria y diciéndola en voz alta, ¡eh, eh!
COMANDANTE. ¿Eso es todo lo que tienes, Pedro?
PEDRO. (Se queda pensando.)
COMANDANTE. (Gritando.) ¿Que si eso es todo lo que tienes, Pedro?
PEDRO. Pues.... Yo creo que debe haber otra cosa. Déjeme ver (y empieza a mencionar todo lo que trae en voz alta): El casco de la salvación...
COMANDANTE. (Empieza a dar golpes al suelo con el pie como impaciente.)
PEDRO. Ah sí... ¿Cómo se me ha podido olvidar? ¡Mi cinturón! Eso pone todo en orden. (Dice en voz baja.) Y me sostiene los pantalones también. (Se queda un momento pensando de nuevo.) Ahora sí, ¡ya tengo todo! (Lo dice muy confiado.)
COMANDANTE. Espere un momento, soldado... vamos a seguir leyendo (Señala un pasaje en su Biblia.) El versículo 18 de Efesios 6 dice “Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos”.
PEDRO. ¿Eso quiere decir que tengo que orar también?
COMANDANTE. Así es, Pedro (asintiendo con la cabeza). Dios quiere que oremos en todo tiempo. Ora a Él para que te ayude. Pídele paz y protección. Ora por tu familia y tus amigos también.
PEDRO. Claro que puedo hacer eso...
COMANDANTE. Y Recuerda, Pedro: Orar es mucho más que solo pedirle a Dios por cosas. Orar es hablar con Dios como amigos. Cuanto más hables con Él, mas vas a conocerlo y a ser su amigo.
PEDRO. Entonces, ¿Dios no es solo mi General, sino también mi amigo?
COMANDANTE. Así es, Pedro. Cuando ores a Dios lo sentirás tan cercano como un amigo. Él siempre estará ahí para ayudarte y cuando tú estés peleando en la guerra debes orar y recordar todas las promesas que Dios puso en su palabra para ti.
PEDRO. ¡Sí, señor! (Saludando.)
COMANDANTE. Soldado, estamos en la guerra, pero la oración es la llave y ¡todas la guerras son ganadas con oración!
EL CASCO DE LA SALVACIÓN
(Pedro entra y se acerca al comandante en el centro del escenario.)
PEDRO. (Danzando en círculos y aplaudiendo.) ¡Aleluya! ¡Ya estoy en la armada! ¡Ya estoy en el ejército!
COMANDANTE. (Con autoridad.) Es tiempo de ponernos a trabajar. Pedro, necesitas tu uniforme y tu equipo... Aquí hay una pieza muy importante de tu armadura (enseñándole el casco.)
PEDRO. (Lo mira extrañado.) ¿Qué es esto?
COMANDANTE. Es tu casco, Pedro.
PEDRO. (Confundido.) ¿Mi casco? ¿Para qué necesito un casco?
COMANDANTE. (Levantando el casco para que todos lo vean.) Todos los que le piden a Jesús venir a su corazón y se enlistan en el ejército de Dios se les da el casco de la salvación. Tú necesitas usar este casco para que te proteja la cabeza. La guerra puede ser muy peligrosa, y tu enemigo Satanás quiere lastimarte, pero cuando tú usas tu casco, Satanás no puede hacerte daño.
(Le pone el casco a Pedro.)
PEDRO. Gracias, comandante. (Pasando saliva, como preocupado.)
COMANDANTE. Pedro, tú estás aquí para tu entrenamiento básico y vas a aprender sobre la armadura de Dios y cómo ser un soldado del ejercito de Dios. ¿Aceptas el reto?
PEDRO. (Con seguridad.) ¡Sí, señor!
COMANDANTE. (Poniendo su mano firmemente en los hombros de Pedro.) No tenga miedo, soldado, ¡el ejercito de Dios siempre gana!
LA ORACIÓN ES LA LLAVE
(El comandante se encuentra parado con una Biblia y una pluma en la mano.)
PEDRO. (Entra muy emocionado.) ¡Ahora ya lo tengo todo!
COMANDANTE. A ver, Pedro, espérate, ¿qué quieres decir con eso de que ahora sí lo tienes todo ya?
PEDRO. Así como lo oye, mi comandante. Ahora sí lo tengo todo ya. “Toda la armadura de Dios”.
COMANDANTE. (Examinado a Pedro de pies a cabeza.) A ver, a ver, vamos a hacer una inspección detallada.
PEDRO. Mire, tengo el casco de la salvación (se pega en la cabeza y hace como si le hubiera dolido.) ¡Ay, ay! Tengo “El calzado par anunciar el evangelio de paz” Así que ya puedo decirle a todos la paz que Dios me ha dado.
COMANDANTE. (Asintiendo con la cabeza.) Muy bien, Pedro, y ¿qué más estás usando?
PEDRO. Tengo “La coraza de la justicia”, “El escudo de la fe” que puedo usar cada vez que necesite protección (demostrando como lo usa pero no puede usarlo bien) y tengo “La espada del espíritu” que es la Biblia. Y me la estoy aprendiendo de memoria y diciéndola en voz alta, ¡eh, eh!
COMANDANTE. ¿Eso es todo lo que tienes, Pedro?
PEDRO. (Se queda pensando.)
COMANDANTE. (Gritando.) ¿Que si eso es todo lo que tienes, Pedro?
PEDRO. Pues.... Yo creo que debe haber otra cosa. Déjeme ver (y empieza a mencionar todo lo que trae en voz alta): El casco de la salvación...
COMANDANTE. (Empieza a dar golpes al suelo con el pie como impaciente.)
PEDRO. Ah sí... ¿Cómo se me ha podido olvidar? ¡Mi cinturón! Eso pone todo en orden. (Dice en voz baja.) Y me sostiene los pantalones también. (Se queda un momento pensando de nuevo.) Ahora sí, ¡ya tengo todo! (Lo dice muy confiado.)
COMANDANTE. Espere un momento, soldado... vamos a seguir leyendo (Señala un pasaje en su Biblia.) El versículo 18 de Efesios 6 dice “Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos”.
PEDRO. ¿Eso quiere decir que tengo que orar también?
COMANDANTE. Así es, Pedro (asintiendo con la cabeza). Dios quiere que oremos en todo tiempo. Ora a Él para que te ayude. Pídele paz y protección. Ora por tu familia y tus amigos también.
PEDRO. Claro que puedo hacer eso...
COMANDANTE. Y Recuerda, Pedro: Orar es mucho más que solo pedirle a Dios por cosas. Orar es hablar con Dios como amigos. Cuanto más hables con Él, mas vas a conocerlo y a ser su amigo.
PEDRO. Entonces, ¿Dios no es solo mi General, sino también mi amigo?
COMANDANTE. Así es, Pedro. Cuando ores a Dios lo sentirás tan cercano como un amigo. Él siempre estará ahí para ayudarte y cuando tú estés peleando en la guerra debes orar y recordar todas las promesas que Dios puso en su palabra para ti.
PEDRO. ¡Sí, señor! (Saludando.)
COMANDANTE. Soldado, estamos en la guerra, pero la oración es la llave y ¡todas la guerras son ganadas con oración!
2 comentarios:
gracias Hnos por estos preciosos materiales utiles a la obra del evangelio.Dios les siga bendiciendo.En el amor del Senor pastor David Aleman
Muy bueno!!
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