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2012 - España
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El show del cristiano

8 Minutos y 5 Personajes + Extras. Como si fuera un show de la televisión, un cristiano llevará a la palestra a varias personas en sus relaciones setimentales. Analizaremos cada una para intentar llegar a que Dios dirija esa elección tan importante.


EL SHOW DEL CRISTIANO




PERSONAJES

DESESPERADA
PÚBLICO
REBELDE
GALANAZO
CRISTIANO

(Comienza la música y aparece Cristiano.)

CRISTIANO. Caminaba por ahí y me di cuenta que muchos de los jóvenes de nuestras iglesias tienen problemas con algunas preguntas por ejemplo: ¿Con quién se casarán?, ¿Por qué todavía no encuentro mi KEN? ¿Será que puedo tener una pareja que no venga a la iglesia? O, ¿será que fui llamado o llamada a la castidad eterna? Es por eso que decidí buscar algunos amigos que están viviendo y han vivido algunas de estas cosas y aquí tendremos algunas respuestas.

CRISTIANOS. Hoy nuestro tema en el SHOW DEL CRISTIANO se titula: “CUIDADO, TE EQUIVOCAS DE TREN”

CRISTIANO. Nuestro primer invitado, Carlitos, quien viene de la ciudad de Invu de Siquirres y dice ser el matador de las chicas, tener el comité de visitación personal de la iglesia sólo para jovencitas de 15 en adelante. ¡¡AQUÍ ESTA...!! (Aplausos.)

GALANAZO. Como dice Cristiano, soy él más guapo de la iglesia, tengo a mi cargo el comité de visitación.

CRISTIANO. Y, ¿quién te dio ese cargo?

GALANAZO. Pues yo lo hice, tengo el deber moral de visitar y cuidar que ninguna se vaya de la iglesia.

CRISTIANO. Y, dígame cómo es eso de que tiene una lista de teléfonos de todas las que están en su iglesia. ¿Para qué y por qué?

GALANAZO. Como le dije antes, Cristiano, eso lo hago para llevar un buen control y además uno nunca sabe, la verdad espero que de todas ellas salga la afortunada de tenerme como su novio.

CRISTIANO. Eso es ser orgulloso… ¿No crees Carlitos que deberías ser más humilde en cómo te expresas y eres con los demás?

GALANAZO. Yo creo lo que dice el Señor, que soy su especial tesoro, soy un sacerdote para él, y que me tiene como la niña de sus ojos, imagine cuán hermoso soy.

CRISTIANO. Bueno Carlitos, tengo en mis notas que deseas hacer un llamado especial a las jóvenes, ¿qué es eso de un llamado especial?

GALANAZO. Sí, (se pone de pie): Quiero aprovechar este momento para hacer una reflexión en las vidas de las jóvenes aquí reunidas, sólo tienen una oportunidad, tienen un camino hacia mí, y deben aprovechar este momento para tomar esa decisión porque mañana puede ser demasiado tarde. Cierren sus ojos e imaginen una vida conmigo... MUCHAS GRACIAS.

CRISTIANO. Bueno, esa es su vida, pero ahora quiero que conozcamos a nuestra siguiente penalista; Ella es una chica como cualquier otra, bueno, eso creo, por favor que pase Vanneta conocida como la DESESPERADA.

(Música y aplausos.)

CRISTIANO. Vanneta, en mis notas tengo que has hecho de todo para poder conseguir un novio, pero cuéntanos tú, por favor.

DESESPERADA. Primero quiero que sepan que soy una buena cristiana. Yo como vi que otras tenían sus novios, guapos, hermosos, rubios, ah no, eso fue en una película, pero bueno, entonces me recordé de aquel proverbio que dice, “a Dios orando y con el mazo dando”.

CRISTIANO. Eso no es un proverbio.

DESESPERADA. ¿Ah no? Bueno, yo creía, entonces me dispuse a estar a la moda, con el ombliguito, los nuevos cortes, la forma de hablar, y de todo, pero nadie me hace caso.

CRISTIANO. Pero Vanneta, eso es tirarse casi al mundo por desesperada, casi cambias a Dios por un hombre.

DESESPERADA. No, espérese, también he ayunado durante 40 días.

CRISTIANO. ¿Ve? Eso sí es bueno, los 40 días de abstener de alimentos.

DESESPRADA. ¿Cómo de abstenerse? Yo creía que era no probar pan ni agua. Bueno, también asisto regularmente a la iglesia y diezmo.

CRISTIANO. Eso es bueno, que asistas a la iglesia y diezmes.

DESESPERADA. Sí, asisto unas tres veces al mes, porque yo diezmo de los días del mes que son 30 días. Además de eso también estoy muy empapada de la Palabra de Dios.

CRISTIANO. Qué bueno, eso significa que la lees siempre y la escudriñas.

DESESPERADA. Bueno, eso de que la leo, la verdad es más bien que la pongo es casete cuando me baño y me arreglo. Quiero terminar diciendo que espero lograr con mi apariencia, entrega y fe en Dios, pueda encontrar un novio.

CRISTIANO. Alguien tiene alguna pregunta.

UNO DEL PÚBLICO. Sí, mire, a Vanneta, ¿de verdad cree que encontrara un buen joven, que ame a Dios, que la respete y bueno, siendo así?

DESESPERADA. Mira, la verdad no me interesa si es fiel, entregado o que ame a Dios, sólo deseo un novio.

CRISTIANO. ¿Quieres decir que no te interesa lo que Dios opine, o tu eternidad sólo por tu deseo de tener un novio y de ser igual a las demás? Eso esta mal, perdona que te lo diga.

DESESPERADA. La verdad quiero ser fiel a Dios, pero cuando una se desespera pierde la noción de lo que bueno y malo, pero realmente buscaré lo que Dios desea para mí.

(Aplausos.)

CRISTIANO. Quiero presentar a la ultima panelista, ella viene del alto y frío pueblo de
Mirar las Flores y dice ser la única bendecida de verdad con un gran hombre. Por favor, pase la rebelde sin causa.

REBELDE. (Manda un beso.) Me siento alegre por estar aquí. La verdad, como tú decías de mí, yo soy la verdadera bendecida aquí.

CRISTIANO. Tengo en mis notas que tienes al hombre perfecto, al novio que toda joven pudiera desear, cuéntanos.

REBELDE. Sí, así es, mi novio no tiene nada que envidiar a DiCaprio, menos la voz de Danilo, ninguno así. Él es bueno, me trata con cariño, me regala flores, me llama siempre, sí que se preocupa por mí, me acompaña a cualquier lugar.

CRISTIANO. Pues parece ser que si tienes a un perfecto novio.

REBELDE. Sí, además yo sí asisto todos los días al templo, leo la palabra de Dios, y sí diezmo de verdad, soy parte del coro, pertenezco al comité de evangelismo, ayudo a limpiar al iglesia y además soy maestra de la escuelita todos los días.

CRISTIANO. Es impresionante, y tu novio ¿qué hace en la iglesia? ¿Qué cargos desempeña?

REBELDE. (En un tono bajo.) No, él no es cristiano.

CRISTIANO. ¿Cómo, si él no es cristiano, puedes servir en todo eso?

REBELDE. Es que nadie lo sabe, bueno hasta hoy.

CRISTIANO. Ya que conoces la Biblia y sabes que no estás bien con Dios, ¿qué vas a hacer? Me supongo que lo dejarás para servir a Dios.

REBELDE. ¿Qué? Ni loca, que otra ocupe mi campo, pero yo a él no lo dejo, y sí conozco la Biblia, pero no lo dejo, no lo dejo, y no lo dejo.

CRISTIANO. Bien, es tu vida, pero quiero decirte que es más importante agradar a Dios y hacer su voluntad, que por un hombre perder tu salvación y amistad con Dios. Piénsalo.


CRISTIANO. (Con la música.) Me despido sólo recordándote que está en tus manos hacer lo que a Dios le agrada y si sabes esperar él tiene alguien esperando por ti, no te equivoques de tren. ¡¡Bye Bye!!

(Aplausos.)

Corazón roto

10/15 Minutos y 6 Personajes. Una joven entrega su corazón a su novio, amigos, etc. y todos le decepcionan. No tiene confianza para entregárselo a nadie más por el dolor causado. Jesús le explica cuánto la ama y se lo entrega a él.
CORAZÓN ROTO
PERSONAJES

JOVEN PROTAGONISTA
AMIGO/NOVIO/EX−NOVIO
JOVEN 2
AMIGO 1
AMIGO 2
JESÚS


Entra una joven y se pone en medio del escenario. Toma su propio corazón en las manos, sacándolo de su cuerpo con mucho cuidado. Se ve que tiene vida por las caricias y movimientos de las manos (simula con el movimiento de sus manos que el corazón está latiendo). Entra un joven, y ve a la muchacha con su corazón en las manos. Él trata de conquistarla así, poco a poco, ganando su confianza. Por fin confía totalmente en él, y andan felices como novios un tiempo. Durante este tiempo la muchacha le da su corazón al joven.
Entra otra chica. Da unas dos vueltas alrededor de la pareja feliz. Después de un poco de tiempo el joven sigue a la nueva chica tirando el corazón de la primera sobre su hombro. La muchacha se pone muy triste. Recoge su corazón roto del piso y trata de componerlo. Después de un rato el corazón empieza a tener un poco de vida.
Entran dos jóvenes muy sociables. Ven a la muchacha y empiezan a hablar con ella. Parece que los tres pueden desarrollar una amistad bastante estrecha, con mucha confianza. Ellos ven su corazón. Ella es muy miedosa después de su primera experiencia, pero luego les da a ellos su corazón. Por un minuto lo tratan como un gran tesoro, pero después juegan con su corazón como con una pelota entre los dos, con ella en medio (la muchacha empieza a mostrarse triste y confundida). Se cae el corazón y ellos se salen disculpándose y riéndose disimuladamente. La muchacha recoge su corazón del suelo, hecho pedazos. Se pone más triste. Tiene su corazón en las manos, y se ve que el corazón ya casi está muerto.
Entra Jesús, la ve tan triste y la abraza y trata de calmarla. También quiere su corazón, pero ella ya tiene bastante desconfianza. Él le explica con los brazos extendidos que él murió por ella; le ama y le hace entender que nunca la va a dejar. Por fin, ella le da a él su corazón, que en sus manos está realmente seguro. Los dos se abrazan, y ella tiene una expresión de alegría y mucha confianza.

Cierra la puerta al diablo

12 Minutos y 8 Personajes. Carlos no tiene dinero para impresionar a la chica que le gusta y aprovecha que se le cae bastante dinero a un amigo suyo para apropiarse de él y comprarse ropa bonita y arreglar su carro.


CIERRA LA PUERTA AL DIABLO


Tema: No sigas las ideas del diablo

PERSONAJES

NARRADOR
CHAMUMALITO
CHAMUQUILLO
MALVADO
CARLOS
ÓSCAR
DANIEL
MAMÁ


ESCENA I

(Reunión de demonios en la calle.)

NARRADOR. Dos demonios, Chamuquillo y Chamumalito están esperando a su jefe Malvado.

CHAMUMALITO. Aquí viene el jefe, debemos parecer como ocupados.

MALVADO. ¡Perezosos, inútiles, ignorantes! No he oído noticias de un buen pecado entre los jóvenes de la Iglesia en meses.

CHAMUMALITO. Estamos haciendo planes.

MALVADO. ¿Como qué? Cuéntenme los grandes planes.

CHAMUMALITO. Pues, pues…

MALVADO. Puros pretextos, mentiras y palabras. Hay que poner pensamientos equivocados, por ejemplo, en la mente de Carlos, hasta que ellos crean las mentiras. Si oye algo bastantes veces, va a creerlo. Aprovéchense de una crisis, problema o deseo fuerte. Si no veo resultados, van a ver.

CHAMUQUILLO. Vamos con Carlos. Él quiere mucho a Brisa. Podemos usar esto.
.


ESCENA II

(Sala de la casa de Carlos. Su mamá está hablando por teléfono.)

MAMÁ. Hija, qué bueno que me llamaste. La medicina si ayuda algo, pero está carísima.

CHAMUQUILLO. Carlos, sin dinero para arreglar tu carro Brisa no saldrá contigo.

CHAMUMALITO. Las muchachas están buscando hombres de dinero que visten bien.

MAMÁ. Adiós hija. Sé que quieres hablar con tu hermanito. Voy arriba para acostarme otra vez. (A Carlos.) Tu hermana quiere hablarte. (Se va la mamá.)

CARLOS. Pues, estoy bien, solamente quiero invitar a Brisa a salir conmigo y sin dinero para arreglar mi carro y comprar algo de ropa no creo que pueda impresionarla. ¿Cómo podría decirle a Brisa que le doy a mi papá todo lo que gano para comprar medicina? Bueno, pues no quiero que te cueste demasiado la llamada. Adiós.

CHAMUQUILLO. ¿No te has fijado como las muchachas adoran a los jóvenes con carros bonitos y ropa fina como Alfonso? Es feo pero puede tener diez novias.

CHAMUMALITO. Dios no es justo. Desde que se enfermó tu mamá, tu familia no tiene nada. Tus amigos deben darte dinero para que no sufras tanto. Pueden usar la ofrenda de los jóvenes para arreglar tu carro.

(Toca Óscar.)

CARLOS. ¡Óscar! ¡Qué milagro! No te había visto desde la secundaria. (Se saludan.)

ÓSCAR. Pues, no me gustó la escuela pero ya tengo mi propio negocio y gano muy bien. (Saca de su bolsa billetes y se le caen algunos pero nadie lo nota.) Compré un carro del año y voy a comprarme también una casa. ¿Y tú?

CARLOS. Todavía no.

ÓSCAR. Pues, ya tengo que irme. Aquí está mi tarjeta de negocios (Cuando la saca de su bolsa, caen otra vez unos billetes.) Si tus papás necesitan nuestros productos, estamos aquí para servirles. (Sale Óscar, después Carlos se fija en el dinero y lo recoge del piso y empieza a contarlo. Es ____________ una cantidad grande.)

CHAMUQUILLO. (En voz religiosa.) Hermano, es la respuesta a tus oraciones.

CHAMUMALITO. Óscar no los necesita. Nunca vas a verlo otra vez. Solamente vino a presumir porque tú sacaste las mejores calificaciones del salón en secundaria y él las peores. Es mejor que salgas a la tienda ahora para tener la seguridad de que no vas a verlo.

NARRADOR. Carlos hizo todos los arreglos para reparar su carro y fue a la tienda para comprarse unos tenis, pantalones de mezclilla, un chaleco que siempre le había gustado y dos camisas. Pero no era feliz. Sí, tenía casi todo el dinero en su bolsa pero su conciencia estaba molestándolo mucho. Regresó a la casa.



ESCENA III

(Sala de Carlos. Llega Carlos con sus bolsas de compras muy triste.)

CHAMUQUILLO. No te sientas mal. Le puedes llamar a Óscar preguntándole si perdió dinero y le entregas los billetes que te quedan como si fueran todos los que encontraste. Será fácil.

(Suena el teléfono.)

CARLOS. ¿Bueno?

VOZ de ÓSCAR. Bueno. Oye, Carlos, ¿no encontraste algún dinero mío? Perdí________. Fui a buscar en todas partes. Pensé que tal vez se cayó de mi bolsa cuando te fui a visitar.

CHAMUQUILLO. Dile que la sirvienta lo encontró.

CARLOS. Estaba a punto de llamarte. La sirvienta lo encontró y me lo entregó ahora. ¿Quieres que te lleve el dinero mañana?

VOZ de ÓSCAR. No. Voy a tu casa ahora. Necesito entregar ese dinero hoy.

NARRADOR. Cuando llegó Óscar, Carlos dijo aún más mentiras para tapar las anteriores. Y se sintió muy culpable al ver que Óscar realmente necesitaba el dinero. Pero se sintió incapaz de confesar la verdad. Sí, invitó a Brisa a salir con él y se puso ropa nueva. Y ella noto su ropa, pero estaba tan preocupado que no disfrutó y comieron juntos sin mucho qué platicar. Las otras dos salidas no fueron de mucho éxito tampoco. Y cuando Héctor, un muchacho pobre pero muy entregado al Señor y muy alegre, invitó a Brisa solamente para tomar un helado, era obvio que ella se sintió muy contenta de poder disfrutar de la compañía de Héctor, tanto que perdió el interés en Carlos. Daniel notó que Carlos estaba triste y lo invitó a tomar un refresco.



ESCENA IV

(En un restaurante.)

DANIEL. Te veo triste y deprimido ¿qué te pasa?

CARLOS. Pues eres buen amigo. Mejor te digo la verdad; por un tiempo he fijado mis ojos en Brisa pero desde que se enfermó mi mamá no hay dinero. Entrego lo que gano a mi papá para las medicinas tan caras de mi mamá. No podía arreglar mi carro o comprar ropa de moda. Entonces vino un amigo que no había visto por años diciéndome lo rico que es. Y se le cayeron______ en mi casa. Yo me rendí a la tentación de usar algo de este dinero para arreglar mi carro y comprarme ropa nueva. Le regresé a él solamente una parte del dinero echándole la mentira de que la sirvienta lo encontró. Sí salí con Brisa pero me sentí demasiado culpable para disfrutar ese tiempo y sé que le di una mala impresión a ella. Ya ella está saliendo con Héctor y él casi no tiene dinero. Me siento muy mal.

DANIEL. Te has tragado algunas mentiras de Satanás. El valor de un hombre no depende del dinero que tiene, ni de su nivel social. La cosa más importante es estar bien con Dios. El diablo siempre trata de hacernos cumplir con deseos legítimos en forma pecaminosa. Tener carro o buena ropa o dar buena impresión a una chica no está mal, pero si rompemos los mandamientos o principios de la Biblia estamos pecando. El diablo nos ataca por nuestros pensamientos dándonos cien pretextos para justificar nuestras acciones incorrectas. Es un error considerar estos pensamientos.

CARLOS. Pero ahora, ¿qué hago?

DANIEL. Dame una Biblia. (Recibiéndola empieza a hojearla.) Aquí está, lee Lucas 19:8, 9.

CARLOS. (Con Biblia abierta lee Lucas 19:8-9) Pero qué vergüenza admitir todo esto. Si no tengo dinero para pagarlo todo, menos cuatro veces.

DANIEL. Nunca vas a tener paz si no lo confiesas a Dios y a Óscar y haces restitución, y como nosotros no estamos bajo la ley ceremonial de Moisés, no creo que sea necesario pagarlo cuatro veces, pero debes darle algo extra y pagar el interés si él tuvo que pedir prestado para pagar su deuda. Hay que empezar a dar una cierta cantidad cada semana aunque sea muy poquito, y hacerlo fielmente hasta que pagues todo.

NARRADOR. Carlos le pidió perdón a Dios y aunque era una de las cosas más difíciles de su vida le confesó todo a Óscar y empezó a pagar el dinero robado poco a poco. Sintió como una carga grande se levantó de sus hombros, pero todavía había un dolor en su corazón cuando vio a Héctor y Brisa juntos. Un día llegó otra tentación.

(Sala de Carlos. Su mamá tiene un paquete que llegó del correo.)

MAMÁ. Tu papá recogió este paquete en el correo. Es de mi tía Celia. Tal vez confundió tu cumpleaños. Ya está muy viejita.

CARLOS. Tía Celia siempre empaca las cosas como si fueran de china y tienen que pasar por la guerra. Cualquier otro regalito siempre viene envuelto en periódicos de Guadalajara (U otra ciudad.) (Finalmente Carlos saca una figura de porcelana infantil.) A ver ¿Qué está debajo de todo esto? Un perrito (u otro animalito) de porcelana con un letrero que dice: "A Carlitos en su cumpleaños".

NARRADOR. Mientras estaba recogiendo todo el papel en la caja para ponerlo en la basura, vio una historia en el periódico y empezó a leerla.

CARLOS. Qué interesante: "Madre e hijo en la cárcel en la misma ciudad". Anastasio Monsivais, encarcelado por ser acusado de matar a un hombre en una pelea entre narcos, recibió la visita de su mamá de Torreón (u otra ciudad). Ayer ella entró en la joyería “El dorado” con el pretexto de comprar un reloj. Agarró los diez relojes que estaba admirando y salió corriendo. Los guardias del centro comercial la detuvieron y encontraron las cosas robadas. Hoy ella también está en la cárcel. (Pensando.) Anastasio Monsivais de Guadalajara. Una vez Héctor pidió oración por su hermano Anastasio de Guadalajara. Monsivais es un apellido no muy común. ¿Cuántas personas en el mundo tienen el nombre de Anastasio Monsivais? Tiene que ser el hermano y la mamá de Héctor.

CHAMUQUILLO. Si la mamá de Brisa sabe esto, no le permitirá salir con Héctor.

CHAMUMALITO. Puedes mandarle el periódico a ella por correo y nadie sabrá de donde vino. Está bien informarla de la verdad.

CHAMUQUILLO. Mejor mándale una copia a la señora Largalengua. Sería como anunciarlo por televisión.

CARLOS. ¡No, no, no! No voy a escuchar estas tentaciones. No quiero hacer otra confesión vergonzosa. Primeramente puede ser otra persona. Además no es culpa de Héctor si su familia anda en malos caminos. Realmente debemos admirarlo más por seguir a Dios tan fielmente. Por último, si es la voluntad de Dios que Brisa sea mi novia, el Señor arreglará todo sin tener que meter la pata. Ya no voy a causar más sufrimiento por mi pecado.

Las decisiones y sus consecuencias

11 Minutos y 8 Personajes. Carlos toma una decisión apresurada que le trae malas consecuencias.

LAS DECISIONES Y SUS CONSECUENCIAS


Tema: Cómo el diablo nos tienta a tomar decisiones insensatas.

PERSONAJES

CHAMUQUILLO
CHAMUMALITO
MALVADO
CARLOS
DANIEL
BETO
MARTA
MAMÁ


ESCENA I

(Dos demonios desanimados están esperando a su jefe.)

CHAMUQUILLO. ¿Qué haremos ahora? Parece como si Carlos fuera un cristiano fuerte como Daniel. Ya sabe que puede resistir siempre al diablo usando la verdad de la Palabra de Dios y recordando el poder de la sangre de Cristo que se derramó en su muerte en la cruz para despojarnos, dejándonos solamente el arma de la decepción.

CHAMUMALITO. ¿Por qué no podemos ser asignados a una persona que le tenga miedo al diablo?

CHAMUQUILLO. Sí, solamente así sería posible para nosotros hacer algo verdaderamente malo. Necesitamos un aumento.

(Entra Malvado.)

MALVADO. ¿Qué es esto que oigo de un aumento? Debería pagarles menos, no he oído ninguna buena mala noticia de este pueblo por meses. ¿Qué han hecho? Carlos ya está establecido en la fe y el grupo de jóvenes anda bien. Ustedes son unos inútiles, flojos...

CHAMUQUILLO. Insensatos, necios, perezosos, ignorantes y faltos de habilidad. ¡Mejor nos vamos a Acapulco de vacaciones!

MALVADO. ¡Cuidado! Ustedes son todo esto y mucho peor. No tienen nada de creatividad y menos persistencia.

CHAMUMALITO. ¿Y qué hacemos? Siempre seguimos las órdenes con pésimos resultados. Estos jóvenes oran y aun Satanás mismo no puede nada en contra de la oración.

MALVADO. ¡Cállate! Si intentan hacerlos pecar en gran manera, no funciona. Hay dos estrategias muy seguras. Trata de hacerlos que hagan decisiones de repente sin orar ni pedir consejo. Tiéntalos de dejar lo mejor por lo bueno. El mal uso del tiempo o dinero puede apartar a alguien de Dios. También pueden usar amistades íntimas de personas que son menos entregadas al Señor o de paganos que pueden ser malas influencias.


ESCENA II

(Sala o comedor de Carlos. Carlos está hablando con Daniel por teléfono.)

CARLOS. Pero Daniel, no sé como vivir sin un carro. A mí me aburre esperar el camión y ¿cómo es posible invitar a una chica a salir conmigo si tenemos que andar en camión? Además, la muchacha que quiero invitar a salir porque ya estoy seguro de que es ella la que me gusta, es Marta y ella vive muy lejos, no puedo andar en camión.

VOZ de DANIEL. Pero endeudarte es muy peligroso. Proverbios 22:7 dice: "El que toma prestado es siervo del que presta".

(Tocan a la puerta.)

CARLOS. Alguien está tocando en la puerta. Adiós. Nos vemos el sábado. (Va a abrir la puerta a Beto. ¡Qué milagro! Pásale.

BETO. (Entra.) ¡De veras me da tanto gusto verte otra vez! Lo siento por descuidar a mis amigos. Pero cuando tengas novia vas a entenderlo. ¿Cómo has estado?

CARLOS. Bien, siéntate.

BETO. ¿Sabes qué? Voy a estudiar en el D.F. Allá es demasiado difícil tener un carro. ¿No quieres comprar mi carro? Es casi nuevo y te daré muy buen precio.

CARLOS. ¿Y vas a dejar a tu novia para estudiar por años en el D.F.? Oí que tenías planes de casarte.

BETO. Pues es que si no puedo ganar bien, ¿cómo podríamos vivir felizmente? Regresando al carro, tiene un estéreo fantástico y llantas nuevas.

CHAMUQUILLO. Carlos, cómpralo hoy, hay muchos que quieren el carro. Nunca tendrás otra oportunidad igual. Dile que sí.

CHAMUMALITO. Así podrías salir con Marta, ándale.

CARLOS. Pues el mío ya es un desastre y si me das un buen precio pues sí me gustaría, pero necesito platicar con mi papá y manejarlo por un día.

BETO. Si no me tienes confianza, se lo voy a vender al vecino. Solamente pensé en darte la primera oportunidad.

CARLOS. Sí, te lo compro. ¿Para qué gastar dinero en arreglar el mío otra vez?



ESCENA III

(Carlos y Marta en un restaurante.)

NARRADOR. Por un mes Carlos estuvo muy feliz. Todos admiraron su carro rojo y Marta estaba encantada en salir con él. Pero gastó mucho en reparaciones para su carro y andar con Marta le costó más de lo que esperaba. Total que necesitaba trabajar más para pagar el carro y el único trabajo que podía conseguir era atender la tienda de su tío los fines de semana. Por eso, perdió la reunión de jóvenes y la Iglesia por la mañana. Y después de conocer más a Marta, era obvio que no era tan espiritual como parecía en la Iglesia. Y para aumentar los problemas todavía más, se descompuso la transmisión de su carro. Su papá lo regañó por no pedirle consejo antes de comprar el carro. Viendo en anuncio de la boda de Beto en el periódico, Carlos supo que no era la verdad lo que dijo acerca de estudiar en la capital. Él solamente quería vender el carro porque sabía que tenía mil problemas. Son las siete de la tarde y Carlos y Marta están platicando en un restaurante.

MARTA. No salimos casi nunca y no me invitas a lugares interesantes. A mí me gusta ir a todos los cines que mis amigas han ido. No me gusta perderme ninguna fiesta.

CARLOS. Somos cristianos. Tantas películas son basura. No podemos llenar nuestras mentes con estas cosas. Si la fiesta es de tomar y drogarse no es divertido. Tenemos más diversión en el grupo de jóvenes que en fiestas paganas. Tú sabes que necesito trabajar muchas horas y las materias en la escuela este semestre han sido muy pesadas.

MARTA. Estoy harta de andar en camión. Por lo menos arregla tu carro.

CARLOS. Martita, se descompuso la transmisión. No es cualquier cosa. Va a costar un dineral. No tengo el dinero y mi papá no me ayudará porque está enojado porque no pedí su consejo antes de comprar el carro.

MARTA. No quiero pelear contigo. Búscate otra novia. Este no es el noviazgo con rosas y comida en restaurantes finos y fiestas que yo siempre soñé. Debes dedicarle tiempo a tu novia. Si quieres llenar los requisitos, llámame, si no, adiós

CARLOS. Te acompañare a tu casa.

MARTA. No es necesario, tengo dinero para un taxi. Adiós.

(Carlos no se mueve de su sitio, como que se quedó atónito.)

CHAMUQUILLO. No puedes vivir sin Marta. Llévala a las fiestas y al cine cada semana.

CHAMUMALITO. Eres un fracaso. Mejor deja la escuela para andar con Marta.

(Carlos se queda muy deprimido y solo.)


ESCENA IV

(Carlos en su recámara.)

CARLOS. (Prendiendo la tele.) Yo sé que no debo mirar esta película pero estoy tan deprimido y es chistosa. Si no hago algo para quitarme de la mente los problemas de esta noche no voy a dormir bien.

CHAMUQUILLO. Es la película del año, ándale. Si de veras es malo te arrepentirás mañana.

VOZ de MAMÁ. (Gritando.) Te busca Daniel.

CARLOS. Pásalo a mi cuarto. (Apaga la tele.)

(Toca Daniel.)

CARLOS. ¿Cómo sabías que te necesito urgentemente?

DANIEL. Acabo de salir del trabajo y sé que es poquito tarde pero sentí que debía pasar para saludarte.

CARLOS. Gracias, mil gracias.

DANIEL. ¿Qué pasó?

CARLOS. Todo mal, Marta cortó conmigo y la transmisión del carro se descompuso. Salí muy mal en el examen de electrónica por trabajar y estudiar tanto tiempo; estoy exhausto.

DANIEL. Tú necesitas aclarar tus prioridades. ¿Qué es más importante: un carro o Dios? ¿Marta o Dios?

CARLOS. Seguramente Dios, pero tú tienes carro y novia y también tienes a Dios.

DANIEL. Le doy gracias a Dios que mi carro, cinco años más viejo que el que tenías tú y vendiste, todavía camina. También Fabiola es una bendición muy grande. Ella ama a Dios más que a mí. Ella siempre me permite servir a Dios y realmente con trabajar, estudiar y estar activos en el ministerio no tenemos mucho tiempo para estar juntos. Por ejemplo, le llamé a ella antes de pasar aquí porque tenía planeado pasar por tu casa. Pero ella quiere que sirva a Dios y está dispuesta a aceptar lo que hago. Muchas semanas nos vemos solamente en la Iglesia. Créeme, yo sé que no es fácil no tener carro pero te está costando tu tiempo con Dios y tu paz. Y realmente una muchacha tan egoísta como Marta no vale la pena. Sí, es muy bonita y puede ser agradable, pero la veo fría espiritualmente.

CARLOS. Pero, ¿qué hago?

DANIEL. Si yo estuviera en tu situación, yo vendería el carro, siendo honesto sobre los problemas que tiene. Empezaría a pagar a Beto ese dinero. Entonces, me salía del trabajo los fines de semana para poder asistir a la Iglesia y con el otro trabajo terminar de pagar a Beto. Y oraría por una novia que realmente quiera servir a Dios y te ame a ti sin carro o con carro.

CARLOS. Tienes razón, y realmente todo esto pasó porque nunca pedí consejo de cristianos y personas maduras, ni oré acerca de las decisiones importantes. De pronto compré el carro y le pedí a Marta que fuera mi novia.

DANIEL. Si aprendes esta lección, aun la pérdida de dinero vale la pena. Muchos Cristianos grandes todavía no han aprendido: "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo, mas en la multitud de consejeros se afirman" Proverbios 15:22

La diferencia entre un cristiano y un cristianito

5 Minutos y 4 Personajes. Dos amigas hablan sobre el prometido de una de ellas. El joven parece no haber comprendido qué significa entregar su vida a Cristo y su amiga está preocupada por el futuro de ambos.

LA DIFERENCIA ENTRE UN CRISTIANO Y UN CRISTIANITO



Tema: El Nuevo Nacimiento.

PERSONAJES

ANDREA
LILY
KIKO
NARRADOR


ESCENA

(Andrea y Lily platicando mientras toman un refresco o sentadas en un sofá.)

ANDREA. (Con emoción.) Estoy enamoradísima. Voy a casarme con Kiko. Es tan guapo, tan atento, tan atlético, tan inteligente, tan generoso. Es todo un galán.

LILY. Pero es inconverso. La Biblia dice: “No os unáis en yugo desigual”.

ANDREA. Ya oró y aceptó a Cristo y quiere bautizarse.

LILY. Pero nunca lo veo los domingos por la mañana.

ANDREA. Es porque es el único tiempo que tiene su equipo de fútbol para entrenar. El equipo tiene muy buena oportunidad para ganar el campeonato de su liga. Sería una lástima perder la oportunidad.

LILY. ¿Y la reunión de Oración?

ANDREA. Pues, es su noche de estudio, la única noche que no nos vemos. Además, tú eres muy clavada. Hay muchos Cristianos buenos que nunca van a la oración. Si vas exigir todo eso a un novio, vas a perderlo.

LILY. Pero ni es fiel en la reunión de jóvenes. Y cuando viene, no participa y siempre parece muy aburrido con las pláticas.

ANDREA. La Biblia dice que no debes juzgar. Además, Kiko es serio y no se emociona mucho.

(Entra Kiko gritando con emoción.)

KIKO. ¡Andrea, Andrea! ¡Mira lo que escribieron acerca de mí y nuestro equipo en el periódico! ¡Mira! “Kiko Martínez es el mejor portero que hemos visto en esta liga universitaria en la década”. (Kiko da un grito de emoción.) ¡Oh, perdóname, Lily, por no saludarte! Es que esto es lo máximo en mi vida.

LILY. Felicidades, Kiko. Es un gran honor. Pero si esto es lo máximo para ti, ¿no tienes otras metas en la vida?

KIKO. Sí, casarme con Andrea y ganar mucho dinero.

LILY. Y ¿tienes metas espirituales?

KIKO. Cuando sea viejito y no pueda jugar fútbol, tal vez iré al culto más seguido. Y por supuesto quiero ser una buena persona para ganar el cielo.

LILY. ¿Pero qué dice la Biblia al respecto?

KIKO. Es un libro que nunca he leído. Necesito dedicarme completamente a mis estudios. Tengo la oportunidad de graduarme con las mejores calificaciones de mi generación. Bueno, gusto en saludarte, tengo que irme. Necesito organizar al equipo para un último entrenamiento. (A Andrea.) Adiós, mi amor.

LILY. Andrea, ten cuidado. Kiko no parece nada un hombre nacido de nuevo.

ANDREA. El aceptó a Cristo en la campaña evangelística y tú no debes juzgarlo.

NARRADOR. ¿Qué es realmente ser nacido de nuevo? Jesucristo mismo dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. Es posible que Andrea cometa un error fatal por no analizar qué es nacer de nuevo. Tú también debes pensar seriamente en esto.

Siga con una plática en el tema: “¿Qué es nacer de nuevo?”.

Hogar, ¿dulce hogar?

15 Minutos y 14 Personajes. Lucía desea escaparse de su casa porque no soporta a su familia. Su novio la acompañará pero el retraso del mismo y el encuentro con varias personas, le harán replantearse mejor su situación.


HOGAR, ¿DULCE HOGAR?
Cesiah Pimentel



PERSONAJES

LUCÍA
VECINO
AMIGA DEL VECINO
VOCERO
FORÁNEO
AMIGA 1
AMIGA 2
PADRE
COMPAÑERO DE TRABAJO
ANA
ANCIANO
VAGABUNDO 1
VAGABUNDO 2
ALBERTO

(Escena única: Un parque con tres bancas, plantas, farol y un teléfono público. Lucía entra por el lado derecho. Trata de pasar inadvertida pero en su afán llama la atención por su actitud sospechosa. Viste ropa cómoda y carga una mochila repleta. Voltea a todos lados como buscando a alguien. Ve su reloj y hace una negativa con la cabeza.)

LUCÍA. (Hablando sola.) ¡Si siempre es tan puntual! Justo cuando más necesidad, ¡ay...! Llega tarde. (Cruza los brazos. Su actitud es nerviosa. Decide sentarse en la banca de la derecha.)

(Repentinamente entra un señor por el lado izquierdo.)

LUCÍA. (Con voz de asombro) ¡Mi vecino! (Busca algo para esconderse y encuentra debajo de la banca un periódico con el cual finge leer y se tapa la cara.)

(El señor entra con la misma actitud nerviosa. Lucía baja lentamente el periódico para verlo. En ese momento entra una joven por el lado derecho.)

VECINO. ¿Nadie te vio?

AMIGA. Nadie. No sabes cómo te extrañé. (Trata de acercarse más. El señor lo impide.)

VECINO. ¡Aquí no!... ¡Vamos! Ya sabes cómo es la gente de chismosa.

(Voltean a todos lados y salen por el lado izquierdo.)

LUCÍA. (Hablando sola.) ¡Quién lo pudiera creer! Si es mi vecino y tiene dos niños... y su esposa que se ve que lo quiere tanto. ¡Qué bárbaro! Engañándola de esa manera... (Hace una negativa con la cabeza.)

(Entran por el lado derecho dos hombres trajeados, los cuales acaban de salir de su oficina.)

LUIS. ¿Qué paso, Sergio? Vamos a la casa. Les dije a los muchachos de la otra vez que nos juntáramos esta vez en mi casa para el partido de domingo. Seguro en ésta sí nos reponemos.

SERGIO. Lo que pasó la otra vez fue que nos pesaron medio cansados. Esta sí les ganamos.

LUIS. Está bien, voy a por ti a las 8:00 pm.

SERGIO. Vale pues... (Como recordando algo.) ¡No! Espérame… Ahora que recuerdo le prometí a mi hijo que lo llevaría a aprender a montar en bici.

LUIS. ¿Qué? Deja eso para otra ocasión, ¡vamos!

SERGIO. Tú sabes que me encantaría pero le prometí a mi esposa que pasaría más tiempo con mis hijos.

LUIS. ¡Ay, Sergio! Esto de ser padre te lo estás tomando muy a pecho... Pero en fin... Ni hablar. En otra ocasión será.

(Salen por la puerta izquierda. Entra niño vocero por el lado izquierdo.)

VOCERO. ¡Extra! ¡Extra! Niño de seis años mata a su compañera de clases. ¡Extra! Acusan a Padres de falta de atención. ¡Extra! (Sale por la puerta derecha.)

LUCÍA. ¡Qué terrible!! ¿Qué tan importante será que los padres les pongan atención a sus hijos? Y hablando de atención… y Alberto que no llega... ya me desesperó.

(Entra joven por la puerta izquierda. Como buscando algo en su cartera saca una tarjeta de teléfono y se dirige al teléfono. Marca y espera.)

FORÁNEO. ¡Mamá! ¡Qué gusto escuchar tu voz! (Finge tener una conversación.) ¿Cómo está todo por allá? ... ¿Y mis hermanas y mi papá?... Salieron... Sí, sí, estoy comiendo bien... Pero, ¡cómo extraño la comida que me hacías!... Sí, voy en tres meses... Te llamo en dos semanas... Te quiero mucho... Te extraño mucho... (Como llorando.) No, no estoy llorando es que me está cambiando la voz… (En son de broma.) Besos... Salúdame a todos. Bye. (Para sí en tono melancólico.) ¿Quién pudiera estar en su casa? Me encantaría poder estar allá.

(Sale por el lado izquierdo mientras Lucía lo observa.)

LUCÍA. (Reflexionando.) Y yo que me quiero ir lejos... (Reaccionando.) ¡Pero ya no los aguanto! Ese muchacho no ha de tener papás como los míos.

(Entran por el lado derecho dos jóvenes platicando.)

AMIGA 1. Oye, ¿viste el programa de Cristina ayer?

AMIGA 2. No, pues estaba haciendo el trabajo. ¿De qué trato?

AMIGA 1. ¡Hombre, hubieras visto! Se trató de dos hombres que los casaron.

AMIGA 2. ¿Qué? ¡Huácale!

AMIGA 1. Bueno, pues ahí dijeron hasta que ellos van a buscar la manera para poder adoptar a un hijo y así poder ser una verdadera familia. ¿Tú crees?

AMIGA 2. Bueno. Pues ya no sé ni qué pensar. ¿Será que la familia tradicional está pasando de moda?

(Durante su conversación Lucía hace muecas de rechazo. Cuando se alejan piensa en voz alta.)

LUCÍA. Definitivamente a ese extremo no, pero eso sí, la familia ya no es lo mismo.

(Salen por el lado izquierdo. Entra un hombre mayor por el lado derecho, busca un asiento y se sienta en la banca donde está Lucía. Saca un libro y empieza a leer. Por el lado izquierdo entra Ana. Mientras Lucía y Ana dialogan el hombre desvía la vista de su lectura en varias ocasiones como interesándose en la plática.)

ANA. ¿Lucía? ¿Qué haces aquí? (Como sorprendida.) ¿No se supone que hoy era el paseo de la escuela? Me contaste que iban a ir a nadar.

LUCÍA. (Inquieta se para.) Pues sí, Ana pero ya ves, no fui. ¿Y tú? (Como esquivando la pregunta.) ¿Qué haces aquí? ¿Salieron temprano de tu escuela?

ANA. No, no fui a clases. Lo que pasa es que mis papas cumplen 25 años de casados. Y le vamos a hacer una fiesta sorpresa. Así que estamos preparando todo. Yo hablé con los maestros. No había otra forma de que saliera. Mis papas siempre saben donde ando. Me da tanto gusto verlos juntos... Pareciera que todavía son novios.

LUCÍA. ¡Ay, Ana! ¡Quién fuera tú! Tan bonita que es tu familia... Si yo tuviera una así, ni siquiera pensaría en escaparme.

ANA. ¿Qué? ¿Pensabas escaparte?

LUCÍA. Pues, no exactamente.

ANA. Pero, ¿qué ibas a hacer tú sola?

LUCÍA. (Como defendiéndose.) ¿Y quién te dijo que me iba a ir sola? Lo siento, Ana, no te lo quería decir pero, prométeme que no se lo dirás a nadie.

(Ana asiente con la cabeza.)

LUCÍA. Alberto y yo hemos decidido fugarnos. Ya hablamos, le pedí que me hiciera ese favor. Ya no aguanto a mis papás; se han puesto de lo más pesado.

ANA. Lo de tu familia no creo que sea para tanto. Piénsalo, Lucía. Si realmente quieres a Alberto tanto, ¿por qué no se esperan mejor a que terminen las clases y organizan una boda, aunque sea sencilla? (Tratando de ayudar.)

LUCÍA. Ese es el punto, Lucía, yo no quiero formar una familia. La unión libre es la mejor opción. No hay compromisos. Cuando él se harte se puede ir y cuando yo quiera, me voy. No le rindo cuentas a nadie de mis actos. Además, (como buscando otra excusa) la familia tradicional ya ha pasado de moda.

ANA. ¡Ay, Lucía! Pues no estoy de acuerdo contigo pero en fin... Sinceramente, te deseo lo mejor y te sugiero que lo pienses dos veces. Me tengo que ir, cualquier cosa ya sabes donde encontrarme.

(Con tristeza se retira y sale por el lado derecho. Lucía se sienta y suspira.)

HOMBRE. Es increíble cómo las historias se repiten una y otra vez.

LUCÍA. ¿Perdón? (Extrañada.)

HOMBRE. Como humanos repetimos los mismos errores, ¿no crees? Y no queremos aprender en cabeza ajena.

LUCÍA. Disculpe señor, pero no sé de qué está hablando. Quizá usted me está confundiendo.

HOMBRE. Discúlpame tú a mí, jovencita, sé que no es de mi incumbencia pero no pude evitar escuchar la conversación que sostuviste con tu amiga. Sé que los jóvenes como tú ven en nosotros, los que ya hemos vivido un tramo mucho más que ustedes, como a enemigos, anticuados y hasta obsoletos. Pero si me permites, te cuento mi historia:
Yo aunque en esto no lo creas, fui joven, como tú. Bueno, hace ya un tiempo... Y pensé que mi familia me restringía demasiado. Todo eran reglas; creí que no buscaban mi felicidad así que decidí alejarme. Me fui de mi casa y creí que había encontrado la felicidad. Eran fiestas interminables las que pasaba. Según yo, había encontrado la felicidad. Pero en una ocasión un muchacho amigo mío intento hacer una broma mayor a las acostumbradas y tuvimos grandes problemas. Las autoridades nos detuvieron y ahora, cuando buscaba a los supuestos amigos, todos me daban la espalda. Nadie quería ayudarme. Con humildad pedí que avisaran a mi familia. No puedo explicarte cómo me sentí cuando ellos vinieron y actuaron como si nunca hubiera sucedido nada. Pagaron la fianza y me llevaron a casa. Ahí aprendí que ellos siempre habían tenido la razón y trataban de protegerme al prohibirme algunas cosas. Descubrí que ellos me querían más de lo que yo me podía imaginar. Desde entonces, aprecié a mis padres y mis hermanos como nunca antes lo había hecho. Ellos ya no viven pero decidí formar otro pedacito de cielo como en el que había vivido. Y ahora tengo una gran familia a la que quiero mucho. La familia no ha pasado de moda, aunque según veo se pretende hacer creer a la gente que existen otras nuevas modalidades. Existen muchos inconvenientes, no te lo voy a negar, como la infidelidad, el engaño, la falta de atención, entre otras cosas... Pero eso no significa que sean factores imposibles para crear un hogar estable. Todos pasamos por dificultades, pero si buscamos algunos importantes valores como el amor, la confianza, la paciencia y la honestidad te aseguro que tú podrás formar un hogar diferente.

(Lucía asiente con la cabeza en actitud de reflexión, cuando repentinamente entran dos niños corriendo y abrazan al señor.)

NIETO 1. Abuelito, te estamos buscando.

NIETO 2. Nos envío mi abuelita por ti.

HOMBRE. Pero, ¿qué pasa? ¿Todo está bien?

NIETO 1. Sí, abuelito, lo que pasa es que mamá y papá te trajeron una torta a ti y a mi abuelita.

NIETO 2. No, no le digas, mamá dijo que era sorpresa...

HOMBRE. No se preocupen, no he escuchado nada. Andando pues. (Se detiene y voltea con Lucía.) Piénsalo, hija, te perderías un gran tesoro.

(Lucía se queda sola. Entran por el lado izquierdo dos vagabundos recogiendo basura. El Vagabundo 1 encuentra una revista y la empieza a hojear.)

VAGABUNDO 1. Mira no mas esta revista, está interesante este artículo.

VAGABUNDO 2. ¿Qué dice?

VAGABUNDO 1. Menciona a todos los enemigos de la familia. (Leyendo mal) “La f_a_l_t_a de ti_e_m_po, d_e c_om_un_ic_a_ci_ón...”

VAGABUNDO 2. Pepe, ¿pero tú crees que exista alguien que no quiera a su familia?

VAGABUNDO 1. No lo creo. Bueno, al menos si yo tuviera una la querría mucho.

VAGABUNDO 2. Ya basta, Jorge, que me haces ponerme a llorar aquí mismo…

(Salen con abrazados por el lado derecho.)

LUCÍA. (Suspira y hablando sola.) ¡Y yo que sí tengo una familia…!

(Entra Alberto por el lado derecho. Lucía se para y va hacia él.)

LUCÍA. ¿Por qué llegaste tan tarde?

ALBERTO. ¿Tan tarde? Si apenas son las 11:59.

LUCÍA. ¿Cómo que las 11:59? Si ya es la una.

ALBERTO. ¿La una? ¡Ay, Lucía! ¿No recuerdas que ayer fue el cambio de horario? Tenías que adelantar tu reloj una hora.

LUCÍA. ¡Ups! Con lo enojada que estaba con mis papas, ni me acordé.

ALBERTO. Lucía, hablando de tus papás, he pensado mejor las cosas... Y creo que mejor...

LUCÍA. ¿Tú también? Por un lado, ¡qué bueno que te tardaste! He visto tantas cosas hoy que estoy segura que mi hogar es el mejor lugar. Alberto, ¿te gustaría formar una verdadera familia?

ALBERTO. Claro.

LUCÍA. Creo que mejor esperamos. Me gustaría llegar a casa y poder decir “Hogar dulce hogar”.

ALBERTO. Creo que podemos formar ese hogar que haga la diferencia, ¿no crees?

(Salen de la mano por el lado izquierdo.)

MÚSICA. “Todo es bello en el hogar”

Amor irreflexivo

8 Minutos y 4 Personajes + Extra. Una joven se siente indecisa frente a las proposiciones de un joven que tiene mala fama.

AMOR IRREFLEXIVO

PERSONAJES

NARRADOR
MADRE
MARÍA
RODOLFO


NARRADOR. Esta es una historia común, de una joven que desperdició los consejos que había recibido. Y se dejó llevar por sus sentimientos. Aunque esta historia es imaginaria puede ocurrir en la vida diaria como una realidad.
Tiene su parte jocosa, pero tiene no solo el propósito de entretenernos sino también de ayudar a pensar con seriedad, en el asunto tan vital en la vida juvenil. AMOR, NOVIAZGO Y MATRIMONIO HOGAR.

La historia comienza cuando María un día va por la calle con el fin de realizar unas cuantas gestiones y compras que su mamá le encargó que hiciese. Hacía un poco de sol y por lo tanto se sentía un poco de calor. María había caminado ya varias cuadras y aun le faltaba más, se sentía cansada y decidió detenerse en uno de los bancos que había en aquella larga calle, al sentarse nota que... Rodolfo, un joven que hace algún tiempo la galanteaba y aun demostraba sus intenciones amorosas… Pero, veamos lo que sucede.

MARÍA. Es verdad que hace un calor enorme, estoy un poco cansada y me quedan unas cuántas cuadras por caminar todavía... ah... deja sentarme en este banco un ratico nada más... (Se sienta y queda pensativa. De pronto se pone nerviosa al ver quien se aproxima, se pone en pie, se sienta de nuevo, se vuelve a poner en pie.) ¡Ah, mi madre! ¡Qué susto! Ese que viene por ahí es Rodolfo. No sé qué voy a hacer... ¿Qué me dirá? ¿Y yo qué le contestaré? En realidad él es tan elegante, tan apuesto, tan agradable, tan distinguido... Él es muy semejante al ideal que yo he estado soñando.
Pero, tengo que actuar con seriedad y astucia para que él no se dé cuenta que me impresiona con su presencia.

RODOLFO. Buenas tardes, María, ha sido una grata sorpresa para mí encontrarte aquí. Te confieso que no lo esperaba, me siento feliz de verte y saber cómo estás. Ahora podemos charlar un rato aquí, ¿no lo crees así?

MARÍA. Oh, sí, sí, pero... no... no... no.

RODOLFO. Pero, ¿qué te pasa? ¿Estás nerviosa?

MARÍA. Este... que... no... no... Pero mira, no puedo conversar porque tengo que hacer unos mandados para mi mamá y me encargó que no me demorara.

RODOLFO. Pero María, tú sabes que yo soy todo un caballero, si no pues ahora será en otra oportunidad, ¿verdad? Pero recuerda que estoy esperando una respuesta tuya. Tú lo sabes, ¿verdad, María?

MARÍA. Sí, sí, yo lo sé, pero... será en otro momento como tú dices, ahora debo irme, hasta luego.

RODOLFO. Hasta luego, bella flor del jardín de mis sueños.

(Se separan y cuando están algo lejos miran hacia atrás y se dicen adiós con las manos, el joven se pierde mientras María habla sola.)

MARÍA. No sé pensar... ¿Cómo voy a pensar? No puedo, es verdad que es tan apuesto... es muy agradable... pero me han dicho que es un picaflor. Dicen que es como una mariposa que va de flor en flor, pero yo creo que en todo caso que eso sea cierto, yo puedo hacerlo cambiar. Mi amor, mi buen comportamiento, mi cariño, lo puede atraer tanto que olvide a todas las demás y dé un paso de seriedad en este asunto.
Pero... Si continúa así... será él un desgraciado y habrá desdichado muchos corazones. Estoy indecisa, no sé qué hacer, necesito un buen consejo. Según he aprendido, la persona indicada es mi mamá... pero, ¡qué va! Temo que ella se oponga y en verdad sentiría mucho perder a Rodolfo. En segundo lugar podría ver al Pastor de mi iglesia. Pero... no... no... él tampoco, sé qué me diría algunas cosas que no quiero que me diga. ¿Quién entonces? Bueno déjame hacerle los mandados a mi mamá... Por cierto, creo que no recuerdo ni la mitad de las cosas que ella me encargó... Después resolveré de buscar un consejo... (Sigue caminando hasta que desaparece.)

NARRADOR. Después de realizar algunos mandados de los que su madre le había encargado, María regresó al hogar un poco preocupada, su madre la estaba esperando impacientemente.

MARÍA. (Entra y le da un beso a la madre.) Ay, mamá, ¡cómo he caminado! Eso ha sido horrible... Pero te resolví todo... Digo... Menos... Bueno, creo que... que todo, no. (Habla dudando.)

MADRE. Hija, creo que te has demorado más de lo debido... Ya yo estaba impaciente... pero con tal de que hayas resuelto todo... aunque yo no sé qué está pasando que últimamente se te olvidan las cosas, y eso no me gusta porque no estás enferma, ¿verdad que no te sientes mal de salud? A veces si no hacemos lo correcto la mente no trabaja bien y hace días que te noto que todo se te olvida.

MARÍA. (Volviendo el rostro.) Todo menos...

MADRE. ¿Qué dices, hija?

MARÍA. No, no, nada, mamá.

MADRE. Bueno, vamos a ver por fin lo que trajiste... María, no veo el hilo de la señora Macías para el vestido que se mandó hacer.

MARÍA. ¡Ay, mamita! Se me olvidó, eso sí que se me olvidó.

MADRE. Pero tampoco veo aquí la tela de la Sra. Ramos. ¿No estaba ella en su casa o es que tampoco fuiste?

MARÍA. (Haciendo una mueca de dolor.) No sé cómo no me di cuenta de llegar pues pasé cerca de su casa.

MADRE. Hija, vuelve y te repito que todo se te olvida.

NARRADOR. La hija está atónita sin saber qué hacer o decir, está con el rostro serio y una mirada como viendo algo imaginario. ¡Cuántos pensamientos pasan por su mente ahora en blanco! Rodolfo, sus palabras, su nerviosismo.

MADRE. ¿María, en qué piensas? Eso que te pasa no es normal en ti, anda hijita, ¿por qué no me dices qué es lo que te pasa?

MARÍA. Nada, mamá, nada, estaba pensando que mañana yo te prometo hacer todos los mandados que hoy olvidé. Perdona mi descuido, mamá.

MADRE. Está bien, hija.

NARRADOR. Al llegar al día siguiente, la joven se arregla y sale para la calle, para cumplir esta vez con lo que la madre le había pedido. Pero automáticamente, y sin darse cuenta, estaba caminando por la misma calle donde ayer se encontró con su galán apuesto. Ahora no está cansada, no siente calor, pero... sí deseos de sentarse aunque sea un ratito solo para recordar a...

MARÍA. Déjame sentarme aquí, aunque hoy no voy a ver a Rodolfo, ni quiero verlo tampoco… Se me olvidarían los mandados de nuevo.

NARRADOR. María estaba pensativa, mira a uno y otro lado como si esperara a alguien pero de pronto sus ojos ven algo, algo que no puede creer.

MARÍA. No, no puede ser, no lo creo, pero... si es él, es cierto lo que mis ojos ven, Rodolfo... Pero... viene con una joven cogido de la mano.

NARRADOR. Rodolfo pasa muy cerca de donde está María, finge no verla. María está clavada en el banco de mármol donde permanece sentada. Ve cómo Rodolfo se aleja, con su acompañante. Ahora sí, que se le han olvidado todos los mandados de su mamá. María, la pobre y desplomada María, sin darse cuenta y sin saber de dónde sacar fuerzas y echarse a andar hacia la casa.

MARÍA. (Llama.) Mamá, ¿dónde estás?

MADRE. Aquí, ven hija, pero por favor, ¿qué té pasa, mi hijita? Te noto nerviosa y preocupada, ¿qué te ocurre, hija mía? Dime, ¿me hiciste los mandados?

MARÍA. No, mamá, no pude, ven conmigo acá, mamá, tengo que conversar contigo.

MADRE. Vamos a sentarnos, te veo mal hace días, pero desde ayer más y hoy todavía más, dime, anda ¿qué te pasa?

NARRADOR. Y María le contó a la madre todo lo ocurrido, su actuación equivocada, su chasco y el fin de aquel episodio triste de su vida y terminó diciendo:

MARÍA. Te aseguro mamá que he aprendido una gran lección: desde hoy con la ayuda de Dios no actuaré tan neciamente, seguiré el consejo de Dios para no fracasar en mi vida y sobre todo serás tú, madre mía, después de Dios, mi primera y única consejera en todas las cosas de la vida, porque me he dado cuenta que tú eres una madre cristiana y quieres lo mejor para mí. Nunca más dejaré de honrar a mi Dios. Y a ti también, madre querida.

MADRE. Me alegro mucho de lo que has acabado de decir hija mía, y quiero que sepas que para una madre inteligente, nunca pasan inadvertidos los problemas y las preocupaciones de sus hijos. Yo estaba estudiando tu caso, pues veía algo anormal en ti, pero ahora solo queda olvidar esta terrible pesadilla por la que hemos pasado y que esta lección te ayude a ti y a todos los que como tú se creen sabios en sus opiniones. Ojalá que desde ahora en lo adelante siempre busques consejos de personas prudentes y así lograrás ser una verdadera cristiana.