10 Minutos y 5 Personajes + Extras. Detrás de una niño rebelde hay una explicación que una maestra sabe descubrir y comprender. Una lectora del blog ha hecho una versión de esta obrita, que puedes leer AQUÍ.
HISTORIA DE UNA MAESTRA
PERSONAJES
NARRADOR
MAESTRA
JUAN
ALUMNO
NARRADOR. Esta tarde queremos compartir con vosotros una historia que ocurrió hace mucho tiempo. Como veis, el escenario está ambientado en el aula de un colegio. Exactamente es una aula de 5 curso. Se cuenta que en este aula, la profesora aprendió algo que ella no era capaz de enseñar a sus alumnos hasta que pasó algo que le abrió los ojos. Estén muy atentos y vamos a ver lo que ocurrió.
(La escena comienza con los jóvenes alborotados que se arrojan unos a otros boletas de papel. Destaca en el tumulto Juan González. Entra la maestra y ve el cuadro.)
MAESTRA. Por favor, ya está bien, comportaos como es debido. (Dando palmas.) Vamos, vamos cada uno en su sitio.
(Obedecen todos excepto Juan que desde su sitio sigue arrojando bolas de papel.)
MAESTRA. Juan, por favor, ¿quieres estarte quieto? Revolucionas toda la clase.
(Juan obedece.)
MAESTRA. Está bien, abrid vuestros libros y leed. (Ojea unos papeles que tiene encima de la mesa.)
(Juan comienza a cuchichear con el compañero de al lado.)
MAESTRA. Juan, levántate y ponte cara la pared. Ya me tienes harta. Todos los días igual desde que ha comenzado el curso. (Alzando la voz.) ¡He dicho que te pongas cara la pared!
JUAN. Pero señorita, Luis también ha hablado…
MAESTRA. Tú eres el culpable de todo. Eres el garbanzo negro de esta clase. No me repliques y a la pared.
(Juan se levanta y se pone cara la pared.)
NARRADOR. Ahí en la primera fila se sentaba Juan. La maestra observaba a Juan desde el año anterior y había notado un cambio brusco en su actitud. También veía que su ropa estaba muy descuidada y que no le habría ido nada mal un buen baño. Digamos que Juan comenzaba a resultarle un tanto desagradable.
(La escena continua en el aula. Juan continúa castigado y la profesora comienza a hablar como si estuviera pensando.)
MAESTRA. ¡Vaya con el niño éste! Me está dando el curso… Si estuviera en mi mano, de buena gana lo expulsaría del colegio. Menudo problema que me quitaba de encima. De todas formas a final de curso presentaré un informe bastante negativo de este joven. (Cogiendo un folio.) Por cierto, aquí está su examen. Lo podría calificar sin mirarlo siquiera. (Tachando con energía el papel.) A ver… Mal, mal, mal. Un cero, como de costumbre. Ponerle un cero a este niño es lo único que me produce cierta satisfacción.
NARRADOR. Y así pasaban los días, Juan haciéndole la vida imposible a la maestra y ella gozando cada vez que tenía que ponerle un cero. Pero un día ocurrió algo que cambió la vida de los dos. Faltaba una semana para Navidad y los alumnos tienen costumbre de obsequiar a sus maestros. La maestra harta ya de Juan, había solicitado su expediente para añadir a él cuanto negativo se le ocurriera…
(Aparece otra vez la escena de la clase. Todos los niños están en grupo hablando, bromeando y enseñando orgullosos los regalos envueltos en preciosos papeles navideños. Todos excepto Juan que está sólo afanándose en envolver algunos objetos. Entra la maestra con una carpeta, que contiene el informe académico de Juan.)
MAESTRA. Bien, muchachos. Se acabó la charla. Vamos cada uno a su sitio. (Fijándose en Juan.) ¡Qué raro que esté quieto! Algo estará tramando y seguro que no es nada bueno, pero por lo menos está tranquilo que ya es algo… Abrid el libro de lectura y leed el tema 10.
(Todos obedecen excepto Juan que continúa con su tarea. La maestra abre el expediente de Juan y comienza a leerlo.)
MAESTRA. (Lee en voz alta pero es como si lo estuviera pensando.) “Juan es un joven brillante. Presenta los trabajos de forma impecable y su comportamiento en clase y con el resto de compañeros es admirable.”. Pero, ¿cómo es posible? No me cuadra nada. A ver… Éste es el informe de 2 Curso. “Buen estudiante de conducta correcta, ha bajado un poco el rendimiento. La causa puede ser que su madre está gravemente enferma y el ambiente en su casa no es muy agradable”. (Cada vez más expectante lee el siguiente informe…) Este lo escribió la profesora de 3 Curso. “Su madre ha muerto y ha sido un verdadero trauma para Juan. Se va atrasando en sus estudios y no muestra interés por la escuela”. (La maestra se queda pensativa y preocupada.) Ahora encuentro la explicación a la conducta de este joven. ¡Qué mal me ha portado! En vez de hablar con él para ayudarle, sólo intentaba expulsarle del colegio para evitarme problemas.
ALUMNO. Señorita, oiga, señorita.
(La maestra sin oír nada continúa con sus reflexiones.)
MAESTRA. ¡Qué egoísta he sido! ¡Jamás me perdonaré el comportamiento que he tenido con este joven…!
ALUMNO. Señorita, señorita, ¿le ocurre algo?
MAESTRA. (Volviendo en sí.) ¿Eh? ¿Sí?
ALUMNO. ¿Se encuentra bien, señorita?
MAESTRA. Ah, sí, sí, me encuentro bien. No pasa nada, ¿qué queréis?
ALUMNO. Si le podemos entregar ya los regalos de Navidad.
MAESTRA. Sí, claro, claro. (Guarda los informes en la carpeta y los jóvenes van pasando a entregarle sus regalos. Juan sigue afanándose en envolver lo mejor que puede sus regalos. Abre los paquetes y va comentando los regalos.) ¡Qué bonito, Ana! Muchas gracias. ¡Caramba, Luis! Es estupendo. Mucho me gusta tu regalo José.
(Los jóvenes empiezan a hablar y a reír entre ellos mientras miran y señalan a Juan.)
MAESTRA. ¿Qué ocurre?
ALUMNO. Ya verá, maestra, qué sorpresa le espera… ¡Je, je!
(Juan se levanta con un paquete mal envuelto en un feo papel. La maestra desenvuelve el paquete y encuentra un viejo brazalete y un frasco de perfume a medio terminar. Risas de los jóvenes.)
MAESTRA. (Poniéndose el brazalete.) ¡Basta, ya, muchachos! Es un regalo precioso que me queda muy bien. (Oliendo el frasco y echándose un poquito de perfume.)
JUAN. Los usaba mi madre. Y ahora usted huele como solía oler mi mamá.
NARRADOR. Aquel día cuando acabó la clase la maestra lloró como nunca antes había llorado. Juan entregándole lo más precioso que tenía y la ella incapaz de entregarle un poco de afecto y comprensión. En ese momento la maestra tomó una decisión. Se iba a dedicar en alma y cuerpo a ese muchacho y a todos los demás. Comprendió que enseñar a los jóvenes es mucho más que impartirles matemáticas, literatura o química. Entendió que enseñar era compartir las alegrías y penas, y ayudarles a superar los momentos difíciles de su vida. A partir de entonces la maestra pasó mucho tiempo con Juan, conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro empezó a revivir. Mientras mas lo apoyaba, él respondía más rápido. A final de curso Juan se había convertido en uno de lo niños más aplicados de la clase. El último día del curso, la maestra encontró encima de su mesa un a nota firmada por Juan, que decía. “Es usted la mejor maestra que he tenido en mi vida”. Pasaron los años y la maestra y Juan seguían manteniendo relación mediante cartas.
Juan le iba contando sus progresos y la maestra estaba muy orgullosa de él. La historia no termina aquí. Juan envió una carta a su maestra preferida, diciéndole: “QUERIDA SEÑORITA, POR FIN HE ACABADO MIS ESTUDIOS DE MEDICINA Y AÚN ASÍ SIGO PENSANDO QUE ES USTED LA MEJOR MAESTRA QUE HE TENIDO EN MI VIDA. MUCHAS GRACIAS POR CREER EN MÍ, POR HACERME SENTIR IMPORTANTE Y MOSTRARME QUE YO PUEDO HACER LA DIFERENCIA. TENGO UNA BUENA NOTICIA QUE DARLE: MI NOVIA Y YO HEMOS DECIDIDO CASARNOS Y NOS GUSTARÍA QUE USTED FUERA LA MADRINA.”
A esta carta la maestra le contestó con otra que le decía: “ME HIZO MUCHA ILUSIÓN RECIBIR TU CARTA Y ME ALEGRO DE QUE TE CASES Y POR SUPUESTO, ME ENCANTARÁ SER TU MADRINA. JUAN FUISTE TÚ, QUIEN ME ENSEÑÓ QUE YO PUEDO HACER LA DIFERENCIA. ADEMÁS, NO SABÍA CÓMO EDUCAR HASTA QUE TE CONOCÍ”.
Y así acaba la historia de esta maestra que aprendió una lección que ella era capaz de impartir.
CONCLUSIÓN:
Recuerda que donde quiera que vayas y hagas lo que hagas, tendrás la oportunidad de tocar o cambiar los sentimientos de alguien. Trata entonces de hacerlo de un manera positiva.
NARRADOR
MAESTRA
JUAN
ALUMNO
NARRADOR. Esta tarde queremos compartir con vosotros una historia que ocurrió hace mucho tiempo. Como veis, el escenario está ambientado en el aula de un colegio. Exactamente es una aula de 5 curso. Se cuenta que en este aula, la profesora aprendió algo que ella no era capaz de enseñar a sus alumnos hasta que pasó algo que le abrió los ojos. Estén muy atentos y vamos a ver lo que ocurrió.
(La escena comienza con los jóvenes alborotados que se arrojan unos a otros boletas de papel. Destaca en el tumulto Juan González. Entra la maestra y ve el cuadro.)
MAESTRA. Por favor, ya está bien, comportaos como es debido. (Dando palmas.) Vamos, vamos cada uno en su sitio.
(Obedecen todos excepto Juan que desde su sitio sigue arrojando bolas de papel.)
MAESTRA. Juan, por favor, ¿quieres estarte quieto? Revolucionas toda la clase.
(Juan obedece.)
MAESTRA. Está bien, abrid vuestros libros y leed. (Ojea unos papeles que tiene encima de la mesa.)
(Juan comienza a cuchichear con el compañero de al lado.)
MAESTRA. Juan, levántate y ponte cara la pared. Ya me tienes harta. Todos los días igual desde que ha comenzado el curso. (Alzando la voz.) ¡He dicho que te pongas cara la pared!
JUAN. Pero señorita, Luis también ha hablado…
MAESTRA. Tú eres el culpable de todo. Eres el garbanzo negro de esta clase. No me repliques y a la pared.
(Juan se levanta y se pone cara la pared.)
NARRADOR. Ahí en la primera fila se sentaba Juan. La maestra observaba a Juan desde el año anterior y había notado un cambio brusco en su actitud. También veía que su ropa estaba muy descuidada y que no le habría ido nada mal un buen baño. Digamos que Juan comenzaba a resultarle un tanto desagradable.
(La escena continua en el aula. Juan continúa castigado y la profesora comienza a hablar como si estuviera pensando.)
MAESTRA. ¡Vaya con el niño éste! Me está dando el curso… Si estuviera en mi mano, de buena gana lo expulsaría del colegio. Menudo problema que me quitaba de encima. De todas formas a final de curso presentaré un informe bastante negativo de este joven. (Cogiendo un folio.) Por cierto, aquí está su examen. Lo podría calificar sin mirarlo siquiera. (Tachando con energía el papel.) A ver… Mal, mal, mal. Un cero, como de costumbre. Ponerle un cero a este niño es lo único que me produce cierta satisfacción.
NARRADOR. Y así pasaban los días, Juan haciéndole la vida imposible a la maestra y ella gozando cada vez que tenía que ponerle un cero. Pero un día ocurrió algo que cambió la vida de los dos. Faltaba una semana para Navidad y los alumnos tienen costumbre de obsequiar a sus maestros. La maestra harta ya de Juan, había solicitado su expediente para añadir a él cuanto negativo se le ocurriera…
(Aparece otra vez la escena de la clase. Todos los niños están en grupo hablando, bromeando y enseñando orgullosos los regalos envueltos en preciosos papeles navideños. Todos excepto Juan que está sólo afanándose en envolver algunos objetos. Entra la maestra con una carpeta, que contiene el informe académico de Juan.)
MAESTRA. Bien, muchachos. Se acabó la charla. Vamos cada uno a su sitio. (Fijándose en Juan.) ¡Qué raro que esté quieto! Algo estará tramando y seguro que no es nada bueno, pero por lo menos está tranquilo que ya es algo… Abrid el libro de lectura y leed el tema 10.
(Todos obedecen excepto Juan que continúa con su tarea. La maestra abre el expediente de Juan y comienza a leerlo.)
MAESTRA. (Lee en voz alta pero es como si lo estuviera pensando.) “Juan es un joven brillante. Presenta los trabajos de forma impecable y su comportamiento en clase y con el resto de compañeros es admirable.”. Pero, ¿cómo es posible? No me cuadra nada. A ver… Éste es el informe de 2 Curso. “Buen estudiante de conducta correcta, ha bajado un poco el rendimiento. La causa puede ser que su madre está gravemente enferma y el ambiente en su casa no es muy agradable”. (Cada vez más expectante lee el siguiente informe…) Este lo escribió la profesora de 3 Curso. “Su madre ha muerto y ha sido un verdadero trauma para Juan. Se va atrasando en sus estudios y no muestra interés por la escuela”. (La maestra se queda pensativa y preocupada.) Ahora encuentro la explicación a la conducta de este joven. ¡Qué mal me ha portado! En vez de hablar con él para ayudarle, sólo intentaba expulsarle del colegio para evitarme problemas.
ALUMNO. Señorita, oiga, señorita.
(La maestra sin oír nada continúa con sus reflexiones.)
MAESTRA. ¡Qué egoísta he sido! ¡Jamás me perdonaré el comportamiento que he tenido con este joven…!
ALUMNO. Señorita, señorita, ¿le ocurre algo?
MAESTRA. (Volviendo en sí.) ¿Eh? ¿Sí?
ALUMNO. ¿Se encuentra bien, señorita?
MAESTRA. Ah, sí, sí, me encuentro bien. No pasa nada, ¿qué queréis?
ALUMNO. Si le podemos entregar ya los regalos de Navidad.
MAESTRA. Sí, claro, claro. (Guarda los informes en la carpeta y los jóvenes van pasando a entregarle sus regalos. Juan sigue afanándose en envolver lo mejor que puede sus regalos. Abre los paquetes y va comentando los regalos.) ¡Qué bonito, Ana! Muchas gracias. ¡Caramba, Luis! Es estupendo. Mucho me gusta tu regalo José.
(Los jóvenes empiezan a hablar y a reír entre ellos mientras miran y señalan a Juan.)
MAESTRA. ¿Qué ocurre?
ALUMNO. Ya verá, maestra, qué sorpresa le espera… ¡Je, je!
(Juan se levanta con un paquete mal envuelto en un feo papel. La maestra desenvuelve el paquete y encuentra un viejo brazalete y un frasco de perfume a medio terminar. Risas de los jóvenes.)
MAESTRA. (Poniéndose el brazalete.) ¡Basta, ya, muchachos! Es un regalo precioso que me queda muy bien. (Oliendo el frasco y echándose un poquito de perfume.)
JUAN. Los usaba mi madre. Y ahora usted huele como solía oler mi mamá.
NARRADOR. Aquel día cuando acabó la clase la maestra lloró como nunca antes había llorado. Juan entregándole lo más precioso que tenía y la ella incapaz de entregarle un poco de afecto y comprensión. En ese momento la maestra tomó una decisión. Se iba a dedicar en alma y cuerpo a ese muchacho y a todos los demás. Comprendió que enseñar a los jóvenes es mucho más que impartirles matemáticas, literatura o química. Entendió que enseñar era compartir las alegrías y penas, y ayudarles a superar los momentos difíciles de su vida. A partir de entonces la maestra pasó mucho tiempo con Juan, conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro empezó a revivir. Mientras mas lo apoyaba, él respondía más rápido. A final de curso Juan se había convertido en uno de lo niños más aplicados de la clase. El último día del curso, la maestra encontró encima de su mesa un a nota firmada por Juan, que decía. “Es usted la mejor maestra que he tenido en mi vida”. Pasaron los años y la maestra y Juan seguían manteniendo relación mediante cartas.
Juan le iba contando sus progresos y la maestra estaba muy orgullosa de él. La historia no termina aquí. Juan envió una carta a su maestra preferida, diciéndole: “QUERIDA SEÑORITA, POR FIN HE ACABADO MIS ESTUDIOS DE MEDICINA Y AÚN ASÍ SIGO PENSANDO QUE ES USTED LA MEJOR MAESTRA QUE HE TENIDO EN MI VIDA. MUCHAS GRACIAS POR CREER EN MÍ, POR HACERME SENTIR IMPORTANTE Y MOSTRARME QUE YO PUEDO HACER LA DIFERENCIA. TENGO UNA BUENA NOTICIA QUE DARLE: MI NOVIA Y YO HEMOS DECIDIDO CASARNOS Y NOS GUSTARÍA QUE USTED FUERA LA MADRINA.”
A esta carta la maestra le contestó con otra que le decía: “ME HIZO MUCHA ILUSIÓN RECIBIR TU CARTA Y ME ALEGRO DE QUE TE CASES Y POR SUPUESTO, ME ENCANTARÁ SER TU MADRINA. JUAN FUISTE TÚ, QUIEN ME ENSEÑÓ QUE YO PUEDO HACER LA DIFERENCIA. ADEMÁS, NO SABÍA CÓMO EDUCAR HASTA QUE TE CONOCÍ”.
Y así acaba la historia de esta maestra que aprendió una lección que ella era capaz de impartir.
CONCLUSIÓN:
Recuerda que donde quiera que vayas y hagas lo que hagas, tendrás la oportunidad de tocar o cambiar los sentimientos de alguien. Trata entonces de hacerlo de un manera positiva.
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