5 Minutos y 5 Personajes. En un estado se abole la esclavitud pero los dignatarios quieren guardar silencio para mantener todavía a sus esclavos. De igual forma muchos no saben que son libres del pecado en Jesús.
EL PADRE DE LAS MENTIRAS
Carlos Andrés Jaramillo Molina
PERSONAJES
PRESIDENTE
PADRE DE LAS MENTIRAS
TERRATENIENTE 1
TERRATENIENTE 2
NARRADOR
NARRADOR. En una gran nación se firmaba y hacía público un decreto, el cual traería una gran conmoción.
PRESIDENTE. En el día de hoy, se firma y se hace público, que todas las personas son declaradas libres, la esclavitud queda abolida, en esta gran nación toda persona, a partir de hoy y en adelante, no será más esclavizada.
(En un salón, donde se encuentra los dos terratenientes y demás personas, murmurando entre ellas.)
TERRATENIENTE 1. ¡Atención, señores! Como ya sabrán, nos encontramos reunidos con el fin de tomar decisiones sobre la noticia que está circulando por todo el país; la grave noticia que nos perjudica ya que la esclavitud queda abolida, y como terratenientes que somos, esta noticia es perjudicial, ¡imagínense! ¡Nosotros sin nuestros esclavos! ¿Qué será de nuestras tierras? Y si queremos tenerlos, debemos pagar sus servicios.
(El salón empieza a murmurar.)
PADRE DE LAS MENTIRAS. Un momento, señores.
NARRADOR. En ese preciso momento hace su aparición, una persona llamada por lo que lo conocen como el padre de las mentiras.
PADRE DE LAS MENTIRAS. ¿De qué se preocupan?
TERRATENIENTE 2. ¿Cómo que de qué nos preocupamos? ¿Acaso no ha escuchado la noticia, la grave noticia, la cual…?
PADRE DE LAS MENTIRAS. Claro que la he escuchado, pero de todas formas no entiendo de qué se preocupan.
(El salón se queda callado.)
TERRATENIENTE 1. ¿Y cómo no nos vamos a preocupar? Ese decreto de libertad nos perjudicará, nuestros esclavos serán libres, ¿entiende eso? ¡Libres!
PADRE DE LAS MENTIRAS. ¿Acaso nuestros esclavos se darán cuenta de la noticia, o acaso algunos de ustedes les dirá?
(Los del salón se miran.)
TERRATENIENTE 2. No, ¿cómo se le ocurre? ¿Qué les vamos a decir?
PADRE DE LAS MENTIRAS. Sí, ven, eso es lo que les digo, si nadie de ustedes les dice, seguiremos teniendo nuestros esclavos y ustedes los suyos, ¿o no? Y ellos tendrán una ley que declare su libertad pero, seguirán viviendo como esclavos.
(Los del salón se miran y sonríen.)
TERRATENIENTE 1. Un momento, señores, aunque no les digamos la noticia, tarde o temprano se van a enterar por otra fuente.
(El salón se queda callado.)
PADRE DE LAS MENTIRAS. Es cierto eso, pero ahí es donde nosotros les cambiamos la noticia, les daremos a entender que la ley dicta que son libres si trabajan ciertos años para nosotros, y así pagarán el precio de su libertad, o les podremos decir que serán libres en unos años más, que la ley todavía falta por aprobarse… En fin, hay tantas cosas en qué mentirles… y, mírenlos: son esclavos, se creerán lo que les digamos, si toda su vida se han creído lo que yo les he dicho. En fin, ellos podrán tener una ley que declare su libertad pero, seguirán viviendo como esclavos.
(Los del salón se ríen.)
LOCUTOR. Y así sucedió, a pesar de haber una ley que declaraba la abolición de la esclavitud, muchas personas siguieron por mucho tiempo viviendo como esclavos, a pesar de que la ley los declaraba libres. Los más escalofriante de la historia es que es una historia de la vida real, y sucede en estos momentos en nuestro país, en nuestra departamento (estado), en nuestra ciudad y en muchos de nosotros a quienes Jesús nos hizo libres del pecado y seguimos viviendo como esclavos del mismo.
PRESIDENTE
PADRE DE LAS MENTIRAS
TERRATENIENTE 1
TERRATENIENTE 2
NARRADOR
NARRADOR. En una gran nación se firmaba y hacía público un decreto, el cual traería una gran conmoción.
PRESIDENTE. En el día de hoy, se firma y se hace público, que todas las personas son declaradas libres, la esclavitud queda abolida, en esta gran nación toda persona, a partir de hoy y en adelante, no será más esclavizada.
(En un salón, donde se encuentra los dos terratenientes y demás personas, murmurando entre ellas.)
TERRATENIENTE 1. ¡Atención, señores! Como ya sabrán, nos encontramos reunidos con el fin de tomar decisiones sobre la noticia que está circulando por todo el país; la grave noticia que nos perjudica ya que la esclavitud queda abolida, y como terratenientes que somos, esta noticia es perjudicial, ¡imagínense! ¡Nosotros sin nuestros esclavos! ¿Qué será de nuestras tierras? Y si queremos tenerlos, debemos pagar sus servicios.
(El salón empieza a murmurar.)
PADRE DE LAS MENTIRAS. Un momento, señores.
NARRADOR. En ese preciso momento hace su aparición, una persona llamada por lo que lo conocen como el padre de las mentiras.
PADRE DE LAS MENTIRAS. ¿De qué se preocupan?
TERRATENIENTE 2. ¿Cómo que de qué nos preocupamos? ¿Acaso no ha escuchado la noticia, la grave noticia, la cual…?
PADRE DE LAS MENTIRAS. Claro que la he escuchado, pero de todas formas no entiendo de qué se preocupan.
(El salón se queda callado.)
TERRATENIENTE 1. ¿Y cómo no nos vamos a preocupar? Ese decreto de libertad nos perjudicará, nuestros esclavos serán libres, ¿entiende eso? ¡Libres!
PADRE DE LAS MENTIRAS. ¿Acaso nuestros esclavos se darán cuenta de la noticia, o acaso algunos de ustedes les dirá?
(Los del salón se miran.)
TERRATENIENTE 2. No, ¿cómo se le ocurre? ¿Qué les vamos a decir?
PADRE DE LAS MENTIRAS. Sí, ven, eso es lo que les digo, si nadie de ustedes les dice, seguiremos teniendo nuestros esclavos y ustedes los suyos, ¿o no? Y ellos tendrán una ley que declare su libertad pero, seguirán viviendo como esclavos.
(Los del salón se miran y sonríen.)
TERRATENIENTE 1. Un momento, señores, aunque no les digamos la noticia, tarde o temprano se van a enterar por otra fuente.
(El salón se queda callado.)
PADRE DE LAS MENTIRAS. Es cierto eso, pero ahí es donde nosotros les cambiamos la noticia, les daremos a entender que la ley dicta que son libres si trabajan ciertos años para nosotros, y así pagarán el precio de su libertad, o les podremos decir que serán libres en unos años más, que la ley todavía falta por aprobarse… En fin, hay tantas cosas en qué mentirles… y, mírenlos: son esclavos, se creerán lo que les digamos, si toda su vida se han creído lo que yo les he dicho. En fin, ellos podrán tener una ley que declare su libertad pero, seguirán viviendo como esclavos.
(Los del salón se ríen.)
LOCUTOR. Y así sucedió, a pesar de haber una ley que declaraba la abolición de la esclavitud, muchas personas siguieron por mucho tiempo viviendo como esclavos, a pesar de que la ley los declaraba libres. Los más escalofriante de la historia es que es una historia de la vida real, y sucede en estos momentos en nuestro país, en nuestra departamento (estado), en nuestra ciudad y en muchos de nosotros a quienes Jesús nos hizo libres del pecado y seguimos viviendo como esclavos del mismo.
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