5 Minutos y 2 Personajes. Un ángel se queja de no haber sido elegido para el coro celestial pero lo que no sabe es el papel tan importante que se le ha reservado.
UNA PROMOCIÓN ESPECIAL
John D. Clement
(Un lugar sedoso no descriptible. El emplazamiento normal para una obra que tiene lugar en el Cielo.)
SAL: ¡Ey, Cas! Te echamos en falta en la cena. El puré de patatas estaba delicioso. Mejor que nunca.
CAS: No tenía hambre.
SAL: (Ve la expresión de Sal) ¿Por qué estás tan ‘pof’’?
CAS: ¿No lo sabes?
SAL: ¿El qué?
CAS: No voy a formar parte del coro celestial. Todos los ángeles que van a participar han recibido un aviso para el primer ensayo menos yo.
SAL: Espera un momento. ¿Has hablado con Gabriel?
CAS: Todavía no. Quiere que nos veamos; seguramente para darme las malas noticias en persona.
SAL: Creo que necesitas verlo.
CAS: No es justo. He esperado el nacimiento de Cristo por siglos.
SAL: Todos lo hemos esperado.
CAS: Cuando escuhé el plan de Dios por primera vez no me lo podía creer: Ofrecer el don de gracia a los humanos que vez tras vez se rebelan, que sólo se preocupan de sí mismos sin dar valor a la pueza de nuestro maravilloso Señor...
SAL: Sí, lo sé; pero son muy importantes para Él.
CAS: Naturalmente. Los humanos son su creación especial. Él ama a Jesús. Pero incluso, los mejores humanos –aquellos que lo aman y siguen sus pasos- de vez en cuando caen debido a su naturaleza pecaminosa.
SAL: (Suspira) Es muy triste.
CAS: Pero muy pronto cambiará todo. Dentro de unos meses, Cristo aparecerá en la Tierra, no como el Dios Todopoderoso de los Cielos y la Tierra sino como uno de ellos. Es más, llegará de la forma más simple: como un bebé humano. Está fuera del alcance de cualquier entendimiento que el Señor de los Cielos y la Tierra se dé a sí mismo para caer en un nivel tan bajo. Nunca había sucedido algo así.
SAL: Tienes razón.
CAS: Deseaba tanto participar en el coro celestial que iba a anunciar su nacimiento... He estado ensayando durante los últimos 80 años. Ya sé que son sólo un puñado de pastores, nada comparado con lo que el Señor ha planeado para cuando Cristo vuelva por segunda vez, pero aún así, me apetecía tanto contribuir con mi voz en los cantos de alabanza... pero, supongo que no era lo suficientemente bueno...
SAL: La verdad, creo que deberías hablar con Gabriel.
CAS: ¿Para qué? ¿Para que pueda echarme el sermoncito de que lo importante es el equipo? (Suspira) No tengo ganas. Lo que haré será reservarme una nube que tenga buenas vistas y observaré desde allí el gran evento.
SAL: Mira, Cas, te estás equivocando. (Mira a su alrededor) Que Gabriel no se entere de que te he dicho esto pero no te han incluido en el coro porque no eras lo suficientemente bueno.
CAS: ¿Qué? ¿Cómo dices?
SAL: Amigo mío, a ti se te ha asignado un papel muy importante, ¡extremadamente importante! Parece ser que cuando todo esto termine vas a ser una gran estrella.
TELÓN
Copyright 2000, John D. Clement, todos los derechos reservados.
(Un lugar sedoso no descriptible. El emplazamiento normal para una obra que tiene lugar en el Cielo.)
SAL: ¡Ey, Cas! Te echamos en falta en la cena. El puré de patatas estaba delicioso. Mejor que nunca.
CAS: No tenía hambre.
SAL: (Ve la expresión de Sal) ¿Por qué estás tan ‘pof’’?
CAS: ¿No lo sabes?
SAL: ¿El qué?
CAS: No voy a formar parte del coro celestial. Todos los ángeles que van a participar han recibido un aviso para el primer ensayo menos yo.
SAL: Espera un momento. ¿Has hablado con Gabriel?
CAS: Todavía no. Quiere que nos veamos; seguramente para darme las malas noticias en persona.
SAL: Creo que necesitas verlo.
CAS: No es justo. He esperado el nacimiento de Cristo por siglos.
SAL: Todos lo hemos esperado.
CAS: Cuando escuhé el plan de Dios por primera vez no me lo podía creer: Ofrecer el don de gracia a los humanos que vez tras vez se rebelan, que sólo se preocupan de sí mismos sin dar valor a la pueza de nuestro maravilloso Señor...
SAL: Sí, lo sé; pero son muy importantes para Él.
CAS: Naturalmente. Los humanos son su creación especial. Él ama a Jesús. Pero incluso, los mejores humanos –aquellos que lo aman y siguen sus pasos- de vez en cuando caen debido a su naturaleza pecaminosa.
SAL: (Suspira) Es muy triste.
CAS: Pero muy pronto cambiará todo. Dentro de unos meses, Cristo aparecerá en la Tierra, no como el Dios Todopoderoso de los Cielos y la Tierra sino como uno de ellos. Es más, llegará de la forma más simple: como un bebé humano. Está fuera del alcance de cualquier entendimiento que el Señor de los Cielos y la Tierra se dé a sí mismo para caer en un nivel tan bajo. Nunca había sucedido algo así.
SAL: Tienes razón.
CAS: Deseaba tanto participar en el coro celestial que iba a anunciar su nacimiento... He estado ensayando durante los últimos 80 años. Ya sé que son sólo un puñado de pastores, nada comparado con lo que el Señor ha planeado para cuando Cristo vuelva por segunda vez, pero aún así, me apetecía tanto contribuir con mi voz en los cantos de alabanza... pero, supongo que no era lo suficientemente bueno...
SAL: La verdad, creo que deberías hablar con Gabriel.
CAS: ¿Para qué? ¿Para que pueda echarme el sermoncito de que lo importante es el equipo? (Suspira) No tengo ganas. Lo que haré será reservarme una nube que tenga buenas vistas y observaré desde allí el gran evento.
SAL: Mira, Cas, te estás equivocando. (Mira a su alrededor) Que Gabriel no se entere de que te he dicho esto pero no te han incluido en el coro porque no eras lo suficientemente bueno.
CAS: ¿Qué? ¿Cómo dices?
SAL: Amigo mío, a ti se te ha asignado un papel muy importante, ¡extremadamente importante! Parece ser que cuando todo esto termine vas a ser una gran estrella.
TELÓN
Copyright 2000, John D. Clement, todos los derechos reservados.
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