8 Minutos y 6 Personajes. Los hermanos en la iglesia deciden tomar un tiempo diario de oración debido a varios problemas que tienen. No todos los miembros le dedican el tiempo y la intensidad que debieran. Veamos el contraste entre dos hermanos...
BUSCANDO CORAZONES SINCEROS
Joany A. Cruz GarcíaPERSONAJES
SARA
ALBERTO
FRANCISCO
DIOS
NARRADOR
PASTOR
(En la iglesia.)
PASTOR. Hermanos, estamos pasando por momentos de pruebas, tenemos que buscar más el rostro del Señor. Vamos a estar haciendo ayunos todos los días por lo menos hasta las 12:00 del mediodía, para que el Señor siga con la obra, para que Dios nos dé fortaleza, sigan orando por mi familia y por esta iglesia. También todos en las casas oren, vamos a tomar la hora de las 7:00 pm en esta semana para orar. Busquen al Señor. Amén.
(Se hace esto ya que la iglesia está pasando por una crisis, pueden tratar una situación especifica en su iglesia.)
NARRADOR. 2 días después en sus casas, hora: 6:15pm.
ALBERTO. (Llega a su casa enciende la TV o la radio y engancha sus piernas en algún mueble, se pone cómodo.)
SARA. (Llega cansada de su trabajo a la casa.) Dios, gracias porque sé que en ti puedo descansar (arrodillada). Señor sabes los problemas que han pasado en la iglesia...
ALBERTO. ¡Ah! (Bosteza.) Dios mío, ¡qué sueño! Espérate, si falta media hora para las 7 que va a ser el juego decisivo.
FRANCISCO. (Llama a Alberto por teléfono.)
ALBERTO. ¿Quiéén sería el inoportuno? ¿Bueno?
FRANCISCO. Alberto, ¿cómo estás? Dios te bendiga.
ALBERTO. ¿Sí? ¿Quién habla?
FRANCISCO. Soy Francisco, el de la iglesia.
ALBERTO. ¿Cóómo estáás? ¿Cómo van las cosas? ¿Y la Familia?
FRANCISCO. Bien, gracias, mira hermano, te llamo para que sigas intercediendo por lo de la iglesia, la familia del pastor, tú sabes y te acuerdes de los ayunos...
ALBERTO. ¡Ay, sí!
FRANCISCO. ¿Dijiste algo?
ALBERTO. No, no, sí, cómo no… Sí, los ayunos y esas cosas, orar sí, pues...
FRANCISCO. Bueno, no te olvides, te dejo porque me falta realizar tres llamaditas más.
ALBERTO. Está bien, Dios le bendiga.
FRANCISCO. Hasta luego.
NARRADOR. En todo esto Dios observa tanto a Alberto como a Sara.
ALBERTO. ¡Rayos! A mí se me olvidó por completo… Pero Señor, tú sabes todas las cosas. Mira, estas cosas no pasarían si yo estuviera en el consejo y fuera el líder, porque tú me has dado muchos dones como el de discernimiento y tú sabes esto pasa...
NARRADOR. Dios lo mira con tristeza, suena el teléfono, llaman a Sara.
SARA. Buenas noches.
FRANCISCO. Sara, te habla Francisco, te llamo para acordarte y dar seguimiento a los ayunos y las oraciones.
SARA. Gracias, sí, tenemos que seguir orando, intercediendo, para que la gran obra se cumpla en nuestra iglesia y en nuestras vidas, gracias por llamar. ¡Que Dios lo bendiga!
ALBERTO. Dios ya son las 7:00 pero déjame ver algo y yo voy a orar, estáá bien, voy a orar... Bueno déjame poner el televisor en mudo y pues como en 2 minutos se acaban los anuncios y casi los juegos empiezan a las 7:15, bueno me da tiempito de orar.
SARA. (Arrodillada.) Dios, vengo una vez más delante de ti...
ALBERTO. Bueno, Señor, éste... Gracias por los dones que me has dado…
NARRADOR. Dios escucha con agrado a Sara más a Alberto no.
SARA. Señor, ten misericordia de nosotros, perdónanos, padre... (Con gemidos.)
ALBERTO. Bueno, Señor, yo sé que la iglesia está bien mal, empezando por el pastor pero perdónalos...
SARA. Señor perdona si en algúún momento hice mal, quizáás una mirada o una palabra con la que lastime a algún hermano...
ALBERTO. (Casi mirando el reloj y el televisor a la vez, ya se acerca a las 7:15.) Señor, pues tú sabes todas las cosas...
SARA. Señor, bendice a mi pastor, a tu iglesia, que tu Espíritu se derrame en la iglesia danos nuevos dones, amor, Padre celestial, cuídanos y protégenos señor, dale fortaleza a nuestro pastor que es un siervo que tu colocaste para bendición a esta iglesia, te alabo y te glorifico. (Puedes añadirle y poner más cínico a Alberto.)
(Albert se levanta y ve la tele. Sara sigue orando. Mientras Dios va a donde Alberto.)
DIOS. Alberto, tus palabras no han llegado a mi trono, ni siquiera me regalaste unos cuantos minutos, necesito hombres y mujeres de compromiso que estén dispuestos a buscar mi rostro tarde, día o de noche, pero prefieres tu comodidad, prefieres y eliges las cosas del mundo antes que a mí. Yo te amo Alberto, ámame tú también...
(Alberto se queda triste se arrodilla y pide perdón. Dios se dirige a Sara.)
DIOS. Mas tú, Sara, mi sierva, has sido fiel, a pesar de tu cansancio has hecho mi voluntad, has buscado mi rostro, pondré nuevos dones en ti y daré bendiciones a tu vida. Tu oración ha conmovido mi ser, y sí, tengo más paciencia y misericordia de lo que te imaginas, y tengo propósitos contigo y la iglesia, ¿¿sabes por qué? Porque los amo, los amo.
(Sara se queda en humillación y le da alabanza y gracias a Dios. Él se dirige hacia la iglesia, a la congregación y la observa, y les dice: busco una iglesia que me adore y que me siga, solo eso pido, busco corazones sinceros.)
SARA
ALBERTO
FRANCISCO
DIOS
NARRADOR
PASTOR
(En la iglesia.)
PASTOR. Hermanos, estamos pasando por momentos de pruebas, tenemos que buscar más el rostro del Señor. Vamos a estar haciendo ayunos todos los días por lo menos hasta las 12:00 del mediodía, para que el Señor siga con la obra, para que Dios nos dé fortaleza, sigan orando por mi familia y por esta iglesia. También todos en las casas oren, vamos a tomar la hora de las 7:00 pm en esta semana para orar. Busquen al Señor. Amén.
(Se hace esto ya que la iglesia está pasando por una crisis, pueden tratar una situación especifica en su iglesia.)
NARRADOR. 2 días después en sus casas, hora: 6:15pm.
ALBERTO. (Llega a su casa enciende la TV o la radio y engancha sus piernas en algún mueble, se pone cómodo.)
SARA. (Llega cansada de su trabajo a la casa.) Dios, gracias porque sé que en ti puedo descansar (arrodillada). Señor sabes los problemas que han pasado en la iglesia...
ALBERTO. ¡Ah! (Bosteza.) Dios mío, ¡qué sueño! Espérate, si falta media hora para las 7 que va a ser el juego decisivo.
FRANCISCO. (Llama a Alberto por teléfono.)
ALBERTO. ¿Quiéén sería el inoportuno? ¿Bueno?
FRANCISCO. Alberto, ¿cómo estás? Dios te bendiga.
ALBERTO. ¿Sí? ¿Quién habla?
FRANCISCO. Soy Francisco, el de la iglesia.
ALBERTO. ¿Cóómo estáás? ¿Cómo van las cosas? ¿Y la Familia?
FRANCISCO. Bien, gracias, mira hermano, te llamo para que sigas intercediendo por lo de la iglesia, la familia del pastor, tú sabes y te acuerdes de los ayunos...
ALBERTO. ¡Ay, sí!
FRANCISCO. ¿Dijiste algo?
ALBERTO. No, no, sí, cómo no… Sí, los ayunos y esas cosas, orar sí, pues...
FRANCISCO. Bueno, no te olvides, te dejo porque me falta realizar tres llamaditas más.
ALBERTO. Está bien, Dios le bendiga.
FRANCISCO. Hasta luego.
NARRADOR. En todo esto Dios observa tanto a Alberto como a Sara.
ALBERTO. ¡Rayos! A mí se me olvidó por completo… Pero Señor, tú sabes todas las cosas. Mira, estas cosas no pasarían si yo estuviera en el consejo y fuera el líder, porque tú me has dado muchos dones como el de discernimiento y tú sabes esto pasa...
NARRADOR. Dios lo mira con tristeza, suena el teléfono, llaman a Sara.
SARA. Buenas noches.
FRANCISCO. Sara, te habla Francisco, te llamo para acordarte y dar seguimiento a los ayunos y las oraciones.
SARA. Gracias, sí, tenemos que seguir orando, intercediendo, para que la gran obra se cumpla en nuestra iglesia y en nuestras vidas, gracias por llamar. ¡Que Dios lo bendiga!
ALBERTO. Dios ya son las 7:00 pero déjame ver algo y yo voy a orar, estáá bien, voy a orar... Bueno déjame poner el televisor en mudo y pues como en 2 minutos se acaban los anuncios y casi los juegos empiezan a las 7:15, bueno me da tiempito de orar.
SARA. (Arrodillada.) Dios, vengo una vez más delante de ti...
ALBERTO. Bueno, Señor, éste... Gracias por los dones que me has dado…
NARRADOR. Dios escucha con agrado a Sara más a Alberto no.
SARA. Señor, ten misericordia de nosotros, perdónanos, padre... (Con gemidos.)
ALBERTO. Bueno, Señor, yo sé que la iglesia está bien mal, empezando por el pastor pero perdónalos...
SARA. Señor perdona si en algúún momento hice mal, quizáás una mirada o una palabra con la que lastime a algún hermano...
ALBERTO. (Casi mirando el reloj y el televisor a la vez, ya se acerca a las 7:15.) Señor, pues tú sabes todas las cosas...
SARA. Señor, bendice a mi pastor, a tu iglesia, que tu Espíritu se derrame en la iglesia danos nuevos dones, amor, Padre celestial, cuídanos y protégenos señor, dale fortaleza a nuestro pastor que es un siervo que tu colocaste para bendición a esta iglesia, te alabo y te glorifico. (Puedes añadirle y poner más cínico a Alberto.)
(Albert se levanta y ve la tele. Sara sigue orando. Mientras Dios va a donde Alberto.)
DIOS. Alberto, tus palabras no han llegado a mi trono, ni siquiera me regalaste unos cuantos minutos, necesito hombres y mujeres de compromiso que estén dispuestos a buscar mi rostro tarde, día o de noche, pero prefieres tu comodidad, prefieres y eliges las cosas del mundo antes que a mí. Yo te amo Alberto, ámame tú también...
(Alberto se queda triste se arrodilla y pide perdón. Dios se dirige a Sara.)
DIOS. Mas tú, Sara, mi sierva, has sido fiel, a pesar de tu cansancio has hecho mi voluntad, has buscado mi rostro, pondré nuevos dones en ti y daré bendiciones a tu vida. Tu oración ha conmovido mi ser, y sí, tengo más paciencia y misericordia de lo que te imaginas, y tengo propósitos contigo y la iglesia, ¿¿sabes por qué? Porque los amo, los amo.
(Sara se queda en humillación y le da alabanza y gracias a Dios. Él se dirige hacia la iglesia, a la congregación y la observa, y les dice: busco una iglesia que me adore y que me siga, solo eso pido, busco corazones sinceros.)
2 comentarios:
en esta obra dios te esta mostrando la realidad de las cosas y kiere ke todos le brindemos a el nuestra fe y ante todo bengamos ante el con unho corazonez sinceros ♥♥ dios esta esperando tu corazon sincero ♥♥ esta obra esta muii lindha por todas sus plabras por ke te muestra la verdadera realidad
esperemos que esta obra resulte todo un éxito en nuestra institución, pero mas que nada que los chavos capten el mensaje, pues para mi es muy importante, pues llegaría a dar u cambio radical en sus vidas.
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