5 Minutos y 4 Personajes. Jonás recibe un llamado para ir a predicar a Nínive pero lo rechaza. Se monta en un barco pero comienza una tormenta que sólo se calma cuando es echado por la borda. Se lo tragará un gran pez pero Dios lo rescatará. Jonás, una vez fuera del gran pez, se dirige a Nínive.
JONÁS
Miriam y JaviPERSONAJES
NARRADOR
VOZ DE DIOS
JONÁS
NARRADOR
VOZ DE DIOS
JONÁS
VOZ CAPITÁN
NARRADOR. Érase una vez, hace mucho tiempo que vivía un hombre llamado Jonás. Un día Dios habló a Jonás y le dijo:
VOZ DE DIOS. ¡¡Jonás!! Quiero que vayas y prediques a la ciudad de Nínive. Ellos van por el mal camino y no puedo ignorarlo por más tiempo.
JONÁS. ¡¡Nínive!! ¡Ni hablar! Lo siento, Dios, pero de ninguna manera voy a ir Nínive. Es un sitio muy malo.
VOZ DE DIOS. Es por eso por lo que quiero que vayas y prediques allí.
NARRADOR. Es entonces cuando Jonás decidió que debía escapar lo más lejos posible de Nínive y de Dios. Se fue al mar y cogió el primer barco que se dirigía en dirección contraria a la que Dios le había ordenado. Cuando se encontraban en medio del mar, Dios mandó una gran tormenta y entonces el barco lentamente empezó a hundirse.
Entonces el capitán del barco exclamó: “¡Que me parta un rayo! No había visto una tormenta como esta en toda mi vida. Debemos aligerar la carga... ¡¡Tirad esos barriles por la borda!!! ¡¡¡Tirad la comida por la borda!!! ¡¡Tirad al capitán por la borda…!! ¡No, espera…! ¡Cancelad la última orden que yo soy el capitán!”.
JONÁS. ¡¡Oh, no!! ¡Esta tormenta es por mi culpa! Debería haber sabido que no se puede esconder nadie de Dios. Lanzarme a mí por la borda y la tormenta pasará. Deshaceos de mí y también lo haréis de la tormenta.
NARRADOR. Pero el capitán no estaba muy convencido y exclamó: “Pero, ¡¡no podemos hacer eso!! Vamos a intentar volver a la orilla.”
JONÁS. No funcionará. La tormenta está empeorando por momentos.
NARRADOR. El capitán sintiéndolo mucho tuvo que pronunciar las siguientes palabras: “No hay nada más que podamos hacer. Lo siento, Jonás. En realidad no quiero hacer esto. ¡Perdóname Señor!”
Entonces Jonás fue lanzado por la borda e inmediatamente después el mar entró en calma. Reinaba una calma milagrosa. Pero Jonás no se ahogó porque Dios envió un pez grande… (Entra el 1º pez.) Más grande que ese. (Entra el 2º pez.) Más grande que ese... (Entra el 3º pez.) ¡¡He dicho que era un pez grande!! (Entra ballena.). ¡¡Eso ya está mejor!! Eh... ¿por dónde iba? ¡Ah, sí! Dios envió un gran pez que se tragó a Jonás enterito. Desde dentro del pez Jonás oró.
JONÁS. ¡Oh! Dios mío, me salvaste de ahogarme pero todavía me encuentro en peligro, en gran peligro. Sé que esto es lo que merezco pero todavía te alabo porque sé que dondequiera que yo vaya tú también vas conmigo. Tú eres el Dios que salva.
NARRADOR. Entonces Dios habló al pez y éste escupió a Jonás de su boca y lo dejó tumbado sobre la arena de la playa. Y Dios habló a Jonás por segunda vez.
VOZ DE DIOS. ¡Jonás! Quiero que vayas a predicar a la gente de Nínive. Ellos van por el mal camino y no puedo ignorarlo por más tiempo.
JONÁS. De acuerdo, Señor, iré. Sé que tú estás conmigo y me ayudarás. Me diste una segunda oportunidad y supongo que la gente que vive en Nínive se lo merece también. ¡¡Nínive, allá voy!!
NARRADOR. Entonces Jonás fue directo a Nínive. Cuando la gente escuchó su mensaje cayeron todos rendidos a los pies de Dios. Desde el rey hasta el niño más pequeño. Y Nínive se convirtió en un lugar mucho más feliz porque Dios estaba con ellos.
….. Y fueron felices y comieron… (decir algo que sea gracioso).
FIN
NARRADOR. Érase una vez, hace mucho tiempo que vivía un hombre llamado Jonás. Un día Dios habló a Jonás y le dijo:
VOZ DE DIOS. ¡¡Jonás!! Quiero que vayas y prediques a la ciudad de Nínive. Ellos van por el mal camino y no puedo ignorarlo por más tiempo.
JONÁS. ¡¡Nínive!! ¡Ni hablar! Lo siento, Dios, pero de ninguna manera voy a ir Nínive. Es un sitio muy malo.
VOZ DE DIOS. Es por eso por lo que quiero que vayas y prediques allí.
NARRADOR. Es entonces cuando Jonás decidió que debía escapar lo más lejos posible de Nínive y de Dios. Se fue al mar y cogió el primer barco que se dirigía en dirección contraria a la que Dios le había ordenado. Cuando se encontraban en medio del mar, Dios mandó una gran tormenta y entonces el barco lentamente empezó a hundirse.
Entonces el capitán del barco exclamó: “¡Que me parta un rayo! No había visto una tormenta como esta en toda mi vida. Debemos aligerar la carga... ¡¡Tirad esos barriles por la borda!!! ¡¡¡Tirad la comida por la borda!!! ¡¡Tirad al capitán por la borda…!! ¡No, espera…! ¡Cancelad la última orden que yo soy el capitán!”.
JONÁS. ¡¡Oh, no!! ¡Esta tormenta es por mi culpa! Debería haber sabido que no se puede esconder nadie de Dios. Lanzarme a mí por la borda y la tormenta pasará. Deshaceos de mí y también lo haréis de la tormenta.
NARRADOR. Pero el capitán no estaba muy convencido y exclamó: “Pero, ¡¡no podemos hacer eso!! Vamos a intentar volver a la orilla.”
JONÁS. No funcionará. La tormenta está empeorando por momentos.
NARRADOR. El capitán sintiéndolo mucho tuvo que pronunciar las siguientes palabras: “No hay nada más que podamos hacer. Lo siento, Jonás. En realidad no quiero hacer esto. ¡Perdóname Señor!”
Entonces Jonás fue lanzado por la borda e inmediatamente después el mar entró en calma. Reinaba una calma milagrosa. Pero Jonás no se ahogó porque Dios envió un pez grande… (Entra el 1º pez.) Más grande que ese. (Entra el 2º pez.) Más grande que ese... (Entra el 3º pez.) ¡¡He dicho que era un pez grande!! (Entra ballena.). ¡¡Eso ya está mejor!! Eh... ¿por dónde iba? ¡Ah, sí! Dios envió un gran pez que se tragó a Jonás enterito. Desde dentro del pez Jonás oró.
JONÁS. ¡Oh! Dios mío, me salvaste de ahogarme pero todavía me encuentro en peligro, en gran peligro. Sé que esto es lo que merezco pero todavía te alabo porque sé que dondequiera que yo vaya tú también vas conmigo. Tú eres el Dios que salva.
NARRADOR. Entonces Dios habló al pez y éste escupió a Jonás de su boca y lo dejó tumbado sobre la arena de la playa. Y Dios habló a Jonás por segunda vez.
VOZ DE DIOS. ¡Jonás! Quiero que vayas a predicar a la gente de Nínive. Ellos van por el mal camino y no puedo ignorarlo por más tiempo.
JONÁS. De acuerdo, Señor, iré. Sé que tú estás conmigo y me ayudarás. Me diste una segunda oportunidad y supongo que la gente que vive en Nínive se lo merece también. ¡¡Nínive, allá voy!!
NARRADOR. Entonces Jonás fue directo a Nínive. Cuando la gente escuchó su mensaje cayeron todos rendidos a los pies de Dios. Desde el rey hasta el niño más pequeño. Y Nínive se convirtió en un lugar mucho más feliz porque Dios estaba con ellos.
….. Y fueron felices y comieron… (decir algo que sea gracioso).
FIN
3 comentarios:
me gusto
Me encanto la historia
Me encantó! Gracias x compartirla!! Bendiciones!!!
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