25 Minutos y 9 Personajes + Extras. Un niño descubre gracias a una vieja biblia de su abuelo y a las lecturas que éste le hace, un verdadero amigo: Jesús. ¡¡VER FOTOS!!
MI AMIGO FIEL
PERSONAJES
DARÍO
PAPÁ
MAMÁ
TATA
LOLI
MARÍA
JOSÉ
JESÚS
ÁNGEL
PASTORES
PRIMER ACTO
(Sala de lectura.)
(Darío se encuentra solo jugando en el suelo. Con los libros de la biblioteca hace torres, caminos, puentes. Juega con un auto, hace el ruido simulando el motor. Unos minutos después, encuentra un libro gigante lleno de polvo, intenta cargarlo y se le cae. Escucha que la mama lo llama y lo esconde detrás de los almohadones.)
MAMÁ. ¡Dadi… Dadi!
(Darío no contesta.)
MAMÁ. (Entra en escena.) Darío, ¿no escuchas que te estoy llamando?
DARÍO. (Se hace el distraído, y con voz muy tranquila.) ¿Qué má?
MAMÁ. Me haces el favor de ordenar este lío, va a llegar papá y vamos a cenar.
DARÍO. No es un lío…es mi pista. (Se pone de pie y muy enojado.) Aparte estoy esperando a papi para mostrarle algo. (La empuja despacio y triste.) Salí mala, vos nunca entendés nada…
MAMÁ. Pero hijo, todos los días es lo mismo.
(Se retira la madre resignada. Al rato llega el padre, con ropa de trabajo, cansado.)
PADRE. Hola, hijo.
DARÍO. ¡Papi! (Darío corre a saludarlo, lo abraza y lo toma de la mano.) Vení, mirá mi pista…
PAPÁ. ¡Uy! ¡Qué buena! (Se sienta en el sillón, se desata la corbata. Expresión de cansado.) ¡Uy! ¿Ya vio mami este lío?
DARÍO. Sí… (Luego agrega con voz baja.) Espera que te muestro algo, ¿eh?
(Busca la Biblia detrás de los almohadones y agrega.)
DARÍO. ¡Mirá lo que encontré, pá! (Le muestra un libro muy grande y viejo.)
PAPÁ. ¡Ah, la Biblia del abuelo! (La toma en sus manos y le sopla el polvo.)
DARÍO. ¿La qué?
PAPÁ. La Bi-blia.
DARÍO. ¿Y qué es la Biblia?
PAPÁ. La palabra de Dios… Pero sos chico Dadi, no vas a entender. Guardála donde estaba. (La deja en el suelo.)
DARÍO. Pero pá, quería que me la leas…
PAPÁ. ¿Leértela, ahora? Estás loco. Dadi estoy muerto.
(Dadi insiste.)
PAPA. NO, vamos a cenar. Ordena este despiole.
DARÍO. ¡Ufa! (Papá se retira, Dadi comienza a ordenar.)
APAGÓN- RELATO
(Es aconsejable si se hace con chicos pequeños, que una luz alumbre al relator. Puede estar sentado en una silla al lado del escenario. Si no, con una voz en off sería suficiente.)
Relato 1. Darío (10 años) Sí, es verdad, esas fueron las palabras textuales de papá. Siempre estaba ocupado, cansado. Para mí nunca tenia tiempo… Lo único que hacía era trabajar y quejarse. ¡Ah! Perdón, me olvidé de presentarme. Yo soy Darío, me dicen “Dadi”. Han pasado algunos años y decidí a contarles mi historia.
¿En qué estaba? Perdón, lo que pasa es que me emociono y me pierdo.
¡Ah! Les contaba de papá. Era muy bueno… pero me prestaba muy poca atención. Aparte ni él ni mama me comprendían. Para ellos mis pistas de autos, las torres, las carpas que yo me armaba eran lío, desorden. Entonces trataba de hablar de cosas interesantes… Pero era entonces cuando resultaba ser un metido en las cosas de grandes, me sacaban corriendo. ¿Quién los entendía? Aquel día yo había descubierto EL GRAN LIBRO, la Biblia del tata. El tata era mi abuelo materno, un campeón. El sí que me comprendía, era el único que me hablaba bajito, sin gritarme y con palabras que yo entendía… Pero vivía lejos en un campo y solo venía para la Navidad. A veces me agarraba la furia y me daban ganas de correr hasta donde él estaba. Pero, ¿cómo olvidarme de aquel día, en que mamá me dio la gran noticia?
SEGUNDO ACTO
(Sala de lectura.)
(Darío se encuentra solo disfrazado de algún superhéroe, juega, salta desde el sillón a los almohadones, se cae, etc. Después de unos minutos suena el teléfono.)
MAMÁ. ¡Dadi… Dario!
(Él no contesta sigue jugando.)
MAMÁ. ¡Atendeeeee!
DARÍO. (Atiende.) ¿Hola? (Silencio.) Sí, Dadi. ¿Quién habla? (Silencio.) ¡TATAAA!! Pero si vos no tenés teléfono… (Silencio.) ¡Ah! Me parecía. (En voz bajita, porque entra la madre.) Tati, ¿te cuento una cosa? Voy a tener una hermanita… Se va a llamar Lorena, ¿sabés?
MAMÁ. Bueno, dale, hijo, ¡que le va a salir caro!
DARÍO. Sí… Bueno… (Gesto de apuro con la mano.) Yo también te quiero, te paso. (Le pasa a su mamá.)
MAMÁ. ¡Hola Papá! Sí, bien… hecha una vaca. Bueno, contame… ¿Qué te dijeron? (Silencio.) Me lo imaginé. No te preocupes no hay ningún problema, ya lo hablé con
Pablo. (Silencio.) Salís, ¿cuándo? (Silencio.) Ok, ahí vamos a estar. Cuídate viejo. Chau.
(Darío estaba atento a la conversación.)
DARÍO. ¿Qué dijo mamá? ¿A dónde vamos a estar nosotros?
MAMÁ. Bueno, hace rato que quería decírtelo pero como sabía que te ibas a poner muy ansioso preferí esperar a que me confirmase el Tata.
DARÍO. ¡Dale!
MAMÁ. Bueno… tu abuelo, el tata, va a venir a Buenos Aires. Pero para siempre, no de visita.
DARÍO. ¿A vivir? ¿De verdad, má? (Festeja saltando.)
MAMÁ. Sí, van a vender el campo, el tata está muy viejito ya y tenemos que cuidarlo.
(Festeja Darío.) Por eso Dadi… tenés que portarte muy bien cuando venga, ¿sí?
DARÍO. Sí, má, ¡me voy a portar requetebien! (La abraza.) ¿Y puede dormir conmigo?
MAMÁ. Vamos a ver qué dice papá…
APAGON- RELATO 2
Relato 2. Darío (10 años)
El tata… ¿Cómo olvidarme de él? Mi corazón saltaba de alegría cada vez que lo nombraban. Tenía una mirada tierna, un rostro siempre con barba. Se parecía a Papá Noel. Sí, para mí que lo era, pero nunca me lo quiso decir… Era el único que me alzaba cuando quería decirme algo, estaba viejito, pero tenía una fuerza… Me encantaba mirar detrás de sus anteojos. Sus ojos brillantes parecían dos caramelos de dulce de leche.
Lo primero que hice cuando llegó, fue mostrarle ese misterioso libro. Porque para mí la Biblia era misteriosa. Lo que yo no entendía era cómo papá nunca quiso leérmela si era la palabra de Dios. Fue entonces cuando el Tata, (siempre el Campeón) todas las tardes se sentaba en el sillón, al lado de la lámpara y la biblioteca. Y sentado sobre sus rodillas, escuchaba atento las maravillosas historias de Jesús. ¡Ese sí que era un héroe! Era el mejor amigo del tata… y mío también. Disfrutábamos tanto los tres juntos: Jesús, el tata y yo. Bueno… a Jesús no lo veía, pero sé que ahí estaba: ¡siempre presente!
Un día el Tata me explicó que debía invitar a Jesús a vivir en mi corazón. Porque Él era el hijo de Dios y me amaba más que nadie, tanto como para dar su vida por mí en la cruz. Yo no entendía porqué se dejó matar… Hasta que me explicó que era la única forma de perdonarme y ser feliz para siempre. Y miren que la palabra “siempre” es larga; significa que por siempre jamás yo seré feliz con mi Jesús. Perdón… como les dije me emociono y me voy lejos. Deseaba tanto conocerlo, que no perdí el tiempo, ese mismo día le entregué mi vida a Jesús. Hice la oración junto a mi tata.
Mis manos estaban agarradas a las de él, yo las apretaba como si no quisiera soltarlas, fue el día más inolvidable. Me había decidido por Jesús.
TERCER ACTO
(Sala de lectura.)
(El tata se encuentra sentado en el sillón. Dadi a sus pies, cantando.)
DARÍO. “Cristo me ama, bien lo sé, su palabra me hace ver, que los niños son de aquel y el es nuestro amigo fiel”.
DARÍO y TATA. (Cantan juntos.) “Sí, Cristo me ama. La Biblia dice así...”
TATA ¡Que rápido que la aprendiste! ¿Eh?
DARÍO. Viste Tata… (Silencio.) ¿Sabés qué? Yo cuando sea grande voy a ser sabiundo como vos y me voy a saber todos los “ventrículos”.
TATA. (Ríe.) No… ¡Ja, ja, ja! Hijo, no se dice así, se dice “sabio” y “versículos”.
DARÍO. Bueno, eso, porque me voy a saber todas las cosas de Dios.
(Tata interrumpe.)
TATA. Muy bien, Dadi, sos un chico muy inteligente.
(Dadi se para y busca la Biblia y pregunta con una voz muy suavecita.)
DARÍO. Tata, ¿me lees otra vez el nacimiento de Jesús?
TATA. ¿Otra ve? Pero ya te la leí esta mañana, hijo.
(Pero Darío se sienta mientras le contesta el tata, sobre su falda o en el piso con la Biblia.)
DARÍO. Dale…
TATA. (Se ríe.) Pero nada de quedarse dormido, ¿eh?
(Darío niega con la cabeza. Tata comienza a relatar muy pausado la historia del nacimiento de Jesús. Se apagan las luces, se ilumina solo al Tata y se oye su voz relatando. A medida que transcurre la historia comienzan a interpretarla. María y José aparecen en escena, iluminados por detrás del público, caminan entre el mismo hasta el escenario. Aparecen los ángeles, los magos, que luego se dirigen al pesebre, donde se encuentran los padres, con el niño Jesús.)
TATA. María y José estaban comprometidos para casarse, ella se encontraba en cinta, embarazada. Salieron del pueblo de Nazaret, de la región de Judea; para inscribirse. Y después de mucho andar llegaron a Belén. María estaba muy cansada y sucedió que mientras buscaban un lugar donde pasar la noche, llegó el momento de dar a luz. Pero no había lugar para ellos en el Mesón, entonces se dirigieron a un establo lleno de animales.
Y Allí tuvieron su primer hijo, lo llamaron Jesús como les había anunciado el ángel y lo envolvieron en pañales. Cerca de Belén había unos pastores que paseaban de noche por el campo, cuidando sus ovejas. De pronto… se les apareció un ángel de Dios y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: “no tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos. Hoy ha nacido en Belén un salvador, el Mesías, nuestro Señor Jesús. Como señal, encontraran ustedes al niño acostado en un establo, envuelto en pañales." Cuando el ángel subió al cielo, los pastores dijeron: “¡Vayamos pues a ver a Jesús!” Buscaron el establo y allí estaban María, José y el niño Jesús. Todos estaban muy felices y admirados. Su mamá María guardaba todo esto en su corazón y lo tenía muy presente… ¡HABÍA NACIDO EL HIJO DE DIOS!
CUARTO ACTO
(Sala de lectura.)
(Se muestra un cartel que diga 5 años después. Darío de 10 años está con su hermanita decorando el arbolito de navidad. Loli pone un adorno.)
DARÍO. Salí nena, hacés todo mal, ahí no va ese…
LOLI. ¿Por qué? Vos no decís donde va, a mí me gusta acá.
DARÍO. ¡No! ¡Andate! Mamá me dijo que lo decore yo. Mirá que la llamo, ¿eh?
LOLI. ¡Llamála! Total, si vos me peleas Papá Noel no te va a traer nada. (Le hace muecas y entra la mamá.)
MAMÁ. ¡Ey! Basta de pelearse.
LOLI. Él la empezó… ¿No dijiste que yo lo puedo ayudar?
MAMÁ. Sí, entre los dos lo tienen que hacer. Está quedando muy lindo. Igual nosotras dos nos tenemos que ir a hacer unas compras. ¿Vamos, Loli?
LOLI. Sí pero no tardemos mucho, porque quiero estar para cuando venga Papá Noel, ¿sí má?
MAMÁ. ¡Uy… pero falta mucho! Enseguida volvemos. Chau, Dadi. Si llama papá decile que no llegue tarde, por favor.
DARÍO. Bueno, chau.
(Al cabo de un rato se oye la voz en off de Jesús.)
VOZ EN OFF. ¡Schhhh! (Darío mira para todos lados buscando de donde sale el chisteo. Se oye nuevamente.)
DARÍO. ¿Quién está ahí? (Con voz de asustado.)
VOZ EN OFF. ¡Ey, Dadi! Soy yo, Jesús, tu amigo.
DARÍO. (Dadi sorprendido) ¿Qué Jesús?
VOZ EN OFF. Sí, ¿que pasó? ¿Ya te olvidaste de mí? Hace mucho que no me hablas.
DARÍO. (Asustado.) No, Jesús, no me olvidé de vos, pero…
VOZ EN OFF. Sí, ya sé, extrañas a tu abuelo.
DARÍO. Sí, Jesús, cuando murió no entendía por... por qué. (Enojado.)
VOZ EN OFF. Mira, Dadi, ya sé que es muy difícil para vos, pero el Tata había vivido muchos años. Ahora pensá que está durmiendo en paz, sin dolor…
DARÍO. Es que era mi mejor amigo… (Esconde la cara entre sus brazos para comenzar a llorar.)
VOZ EN OFF. Sí, pero entonces, ¿yo no soy tu amigo? ¿Qué pasó, Dadi? ¿Por qué te olvidas de mí? Yo te extraño demasiado, todos los días espero que te acerques a mí, que me hables, que me confíes tus cosas… como antes… y siempre seguís de largo, estás apurado para ir al cole, y ni siquiera ahora que se acerca el día de mi cumpleaños me hablas…
(Silencio. Darío continúa con la cara escondida oyendo.)
VOZ EN OFF. ¿Te acordás de este sillón? (Darío lo mira.) ¿De las horas que pasábamos junto al Tata? Yo estuve siempre ahí, entonces, ¿por qué te olvidas de mí?
DARÍO. (Levanta la cabeza y agrega.) No, Jesús, no me olvidé de vos, yo pensé que me habías dejado de querer…
VOZ EN OFF. No, Darío. Grábate esto en tu corazón: “YO JAMÁS DEJARÉ DE AMARTE, MORÍ POR VOS EN UNA CRUZ Y HOY NADA PUEDE SEPARARNOS”. Ni la muerte, ni los problemas ni la enfermedad… ni siquiera las macanas que te mandás. SIEMPRE VOY A PERDONARTE. Y voy a ser siempre tu amigo fiel.
DARÍO. Entonces, Jesús, ¿me perdonas?
VOZ EN OFF. Sí, hijo mío, pero ya olvidé todo, pero hay algo que tengo hacer y solo vos podes ayudarme.
DARÍO. ¿Yo?
VOZ EN OFF. Sí, vos. Quiero que compartas mi amor con tus padres, que aún no me conocen.
DARÍO. Sí, Señor, hiciste tanto por mí, ¡éste va a ser mi regalo de Navidad para vos!
APAGON-( se arma rápido la escena familiar)
QUINTO ACTO
(Sala de lectura.)
(Música de Navidad. Se encuentra toda la familia sentada junto al árbol abriendo regalos. Festejando. Darío se para y les da un paquete muy grande.)
DARÍO. Esto es para ustedes.
(El papá y Loli lo abren.)
PAPÁ. ¡La Biblia del tata!
DARÍO. Sí, éste es un regalo de parte mía, del tata y de… Jesús.
PAPÁ y MAMÁ. Gracias, hijo.
DARÍO. Quiero decirles que no tenemos que dejar olvidado a Jesús porque Él nos ama a todos y a vos también, Loli. (La abraza.)
MAMÁ. Sí, hijo, es verdad. Necesitamos mucho de Jesús en casa. (Mamá y papá se toman de la mano.)
LOLI. Yo también quiero aprender de Él y ser muy sabiunda.
DARÍO. Se dice “sabia”.
(Todos se ríen.)
DARÍO
PAPÁ
MAMÁ
TATA
LOLI
MARÍA
JOSÉ
JESÚS
ÁNGEL
PASTORES
PRIMER ACTO
(Sala de lectura.)
(Darío se encuentra solo jugando en el suelo. Con los libros de la biblioteca hace torres, caminos, puentes. Juega con un auto, hace el ruido simulando el motor. Unos minutos después, encuentra un libro gigante lleno de polvo, intenta cargarlo y se le cae. Escucha que la mama lo llama y lo esconde detrás de los almohadones.)
MAMÁ. ¡Dadi… Dadi!
(Darío no contesta.)
MAMÁ. (Entra en escena.) Darío, ¿no escuchas que te estoy llamando?
DARÍO. (Se hace el distraído, y con voz muy tranquila.) ¿Qué má?
MAMÁ. Me haces el favor de ordenar este lío, va a llegar papá y vamos a cenar.
DARÍO. No es un lío…es mi pista. (Se pone de pie y muy enojado.) Aparte estoy esperando a papi para mostrarle algo. (La empuja despacio y triste.) Salí mala, vos nunca entendés nada…
MAMÁ. Pero hijo, todos los días es lo mismo.
(Se retira la madre resignada. Al rato llega el padre, con ropa de trabajo, cansado.)
PADRE. Hola, hijo.
DARÍO. ¡Papi! (Darío corre a saludarlo, lo abraza y lo toma de la mano.) Vení, mirá mi pista…
PAPÁ. ¡Uy! ¡Qué buena! (Se sienta en el sillón, se desata la corbata. Expresión de cansado.) ¡Uy! ¿Ya vio mami este lío?
DARÍO. Sí… (Luego agrega con voz baja.) Espera que te muestro algo, ¿eh?
(Busca la Biblia detrás de los almohadones y agrega.)
DARÍO. ¡Mirá lo que encontré, pá! (Le muestra un libro muy grande y viejo.)
PAPÁ. ¡Ah, la Biblia del abuelo! (La toma en sus manos y le sopla el polvo.)
DARÍO. ¿La qué?
PAPÁ. La Bi-blia.
DARÍO. ¿Y qué es la Biblia?
PAPÁ. La palabra de Dios… Pero sos chico Dadi, no vas a entender. Guardála donde estaba. (La deja en el suelo.)
DARÍO. Pero pá, quería que me la leas…
PAPÁ. ¿Leértela, ahora? Estás loco. Dadi estoy muerto.
(Dadi insiste.)
PAPA. NO, vamos a cenar. Ordena este despiole.
DARÍO. ¡Ufa! (Papá se retira, Dadi comienza a ordenar.)
APAGÓN- RELATO
(Es aconsejable si se hace con chicos pequeños, que una luz alumbre al relator. Puede estar sentado en una silla al lado del escenario. Si no, con una voz en off sería suficiente.)
Relato 1. Darío (10 años) Sí, es verdad, esas fueron las palabras textuales de papá. Siempre estaba ocupado, cansado. Para mí nunca tenia tiempo… Lo único que hacía era trabajar y quejarse. ¡Ah! Perdón, me olvidé de presentarme. Yo soy Darío, me dicen “Dadi”. Han pasado algunos años y decidí a contarles mi historia.
¿En qué estaba? Perdón, lo que pasa es que me emociono y me pierdo.
¡Ah! Les contaba de papá. Era muy bueno… pero me prestaba muy poca atención. Aparte ni él ni mama me comprendían. Para ellos mis pistas de autos, las torres, las carpas que yo me armaba eran lío, desorden. Entonces trataba de hablar de cosas interesantes… Pero era entonces cuando resultaba ser un metido en las cosas de grandes, me sacaban corriendo. ¿Quién los entendía? Aquel día yo había descubierto EL GRAN LIBRO, la Biblia del tata. El tata era mi abuelo materno, un campeón. El sí que me comprendía, era el único que me hablaba bajito, sin gritarme y con palabras que yo entendía… Pero vivía lejos en un campo y solo venía para la Navidad. A veces me agarraba la furia y me daban ganas de correr hasta donde él estaba. Pero, ¿cómo olvidarme de aquel día, en que mamá me dio la gran noticia?
SEGUNDO ACTO
(Sala de lectura.)
(Darío se encuentra solo disfrazado de algún superhéroe, juega, salta desde el sillón a los almohadones, se cae, etc. Después de unos minutos suena el teléfono.)
MAMÁ. ¡Dadi… Dario!
(Él no contesta sigue jugando.)
MAMÁ. ¡Atendeeeee!
DARÍO. (Atiende.) ¿Hola? (Silencio.) Sí, Dadi. ¿Quién habla? (Silencio.) ¡TATAAA!! Pero si vos no tenés teléfono… (Silencio.) ¡Ah! Me parecía. (En voz bajita, porque entra la madre.) Tati, ¿te cuento una cosa? Voy a tener una hermanita… Se va a llamar Lorena, ¿sabés?
MAMÁ. Bueno, dale, hijo, ¡que le va a salir caro!
DARÍO. Sí… Bueno… (Gesto de apuro con la mano.) Yo también te quiero, te paso. (Le pasa a su mamá.)
MAMÁ. ¡Hola Papá! Sí, bien… hecha una vaca. Bueno, contame… ¿Qué te dijeron? (Silencio.) Me lo imaginé. No te preocupes no hay ningún problema, ya lo hablé con
Pablo. (Silencio.) Salís, ¿cuándo? (Silencio.) Ok, ahí vamos a estar. Cuídate viejo. Chau.
(Darío estaba atento a la conversación.)
DARÍO. ¿Qué dijo mamá? ¿A dónde vamos a estar nosotros?
MAMÁ. Bueno, hace rato que quería decírtelo pero como sabía que te ibas a poner muy ansioso preferí esperar a que me confirmase el Tata.
DARÍO. ¡Dale!
MAMÁ. Bueno… tu abuelo, el tata, va a venir a Buenos Aires. Pero para siempre, no de visita.
DARÍO. ¿A vivir? ¿De verdad, má? (Festeja saltando.)
MAMÁ. Sí, van a vender el campo, el tata está muy viejito ya y tenemos que cuidarlo.
(Festeja Darío.) Por eso Dadi… tenés que portarte muy bien cuando venga, ¿sí?
DARÍO. Sí, má, ¡me voy a portar requetebien! (La abraza.) ¿Y puede dormir conmigo?
MAMÁ. Vamos a ver qué dice papá…
APAGON- RELATO 2
Relato 2. Darío (10 años)
El tata… ¿Cómo olvidarme de él? Mi corazón saltaba de alegría cada vez que lo nombraban. Tenía una mirada tierna, un rostro siempre con barba. Se parecía a Papá Noel. Sí, para mí que lo era, pero nunca me lo quiso decir… Era el único que me alzaba cuando quería decirme algo, estaba viejito, pero tenía una fuerza… Me encantaba mirar detrás de sus anteojos. Sus ojos brillantes parecían dos caramelos de dulce de leche.
Lo primero que hice cuando llegó, fue mostrarle ese misterioso libro. Porque para mí la Biblia era misteriosa. Lo que yo no entendía era cómo papá nunca quiso leérmela si era la palabra de Dios. Fue entonces cuando el Tata, (siempre el Campeón) todas las tardes se sentaba en el sillón, al lado de la lámpara y la biblioteca. Y sentado sobre sus rodillas, escuchaba atento las maravillosas historias de Jesús. ¡Ese sí que era un héroe! Era el mejor amigo del tata… y mío también. Disfrutábamos tanto los tres juntos: Jesús, el tata y yo. Bueno… a Jesús no lo veía, pero sé que ahí estaba: ¡siempre presente!
Un día el Tata me explicó que debía invitar a Jesús a vivir en mi corazón. Porque Él era el hijo de Dios y me amaba más que nadie, tanto como para dar su vida por mí en la cruz. Yo no entendía porqué se dejó matar… Hasta que me explicó que era la única forma de perdonarme y ser feliz para siempre. Y miren que la palabra “siempre” es larga; significa que por siempre jamás yo seré feliz con mi Jesús. Perdón… como les dije me emociono y me voy lejos. Deseaba tanto conocerlo, que no perdí el tiempo, ese mismo día le entregué mi vida a Jesús. Hice la oración junto a mi tata.
Mis manos estaban agarradas a las de él, yo las apretaba como si no quisiera soltarlas, fue el día más inolvidable. Me había decidido por Jesús.
TERCER ACTO
(Sala de lectura.)
(El tata se encuentra sentado en el sillón. Dadi a sus pies, cantando.)
DARÍO. “Cristo me ama, bien lo sé, su palabra me hace ver, que los niños son de aquel y el es nuestro amigo fiel”.
DARÍO y TATA. (Cantan juntos.) “Sí, Cristo me ama. La Biblia dice así...”
TATA ¡Que rápido que la aprendiste! ¿Eh?
DARÍO. Viste Tata… (Silencio.) ¿Sabés qué? Yo cuando sea grande voy a ser sabiundo como vos y me voy a saber todos los “ventrículos”.
TATA. (Ríe.) No… ¡Ja, ja, ja! Hijo, no se dice así, se dice “sabio” y “versículos”.
DARÍO. Bueno, eso, porque me voy a saber todas las cosas de Dios.
(Tata interrumpe.)
TATA. Muy bien, Dadi, sos un chico muy inteligente.
(Dadi se para y busca la Biblia y pregunta con una voz muy suavecita.)
DARÍO. Tata, ¿me lees otra vez el nacimiento de Jesús?
TATA. ¿Otra ve? Pero ya te la leí esta mañana, hijo.
(Pero Darío se sienta mientras le contesta el tata, sobre su falda o en el piso con la Biblia.)
DARÍO. Dale…
TATA. (Se ríe.) Pero nada de quedarse dormido, ¿eh?
(Darío niega con la cabeza. Tata comienza a relatar muy pausado la historia del nacimiento de Jesús. Se apagan las luces, se ilumina solo al Tata y se oye su voz relatando. A medida que transcurre la historia comienzan a interpretarla. María y José aparecen en escena, iluminados por detrás del público, caminan entre el mismo hasta el escenario. Aparecen los ángeles, los magos, que luego se dirigen al pesebre, donde se encuentran los padres, con el niño Jesús.)
TATA. María y José estaban comprometidos para casarse, ella se encontraba en cinta, embarazada. Salieron del pueblo de Nazaret, de la región de Judea; para inscribirse. Y después de mucho andar llegaron a Belén. María estaba muy cansada y sucedió que mientras buscaban un lugar donde pasar la noche, llegó el momento de dar a luz. Pero no había lugar para ellos en el Mesón, entonces se dirigieron a un establo lleno de animales.
Y Allí tuvieron su primer hijo, lo llamaron Jesús como les había anunciado el ángel y lo envolvieron en pañales. Cerca de Belén había unos pastores que paseaban de noche por el campo, cuidando sus ovejas. De pronto… se les apareció un ángel de Dios y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: “no tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos. Hoy ha nacido en Belén un salvador, el Mesías, nuestro Señor Jesús. Como señal, encontraran ustedes al niño acostado en un establo, envuelto en pañales." Cuando el ángel subió al cielo, los pastores dijeron: “¡Vayamos pues a ver a Jesús!” Buscaron el establo y allí estaban María, José y el niño Jesús. Todos estaban muy felices y admirados. Su mamá María guardaba todo esto en su corazón y lo tenía muy presente… ¡HABÍA NACIDO EL HIJO DE DIOS!
CUARTO ACTO
(Sala de lectura.)
(Se muestra un cartel que diga 5 años después. Darío de 10 años está con su hermanita decorando el arbolito de navidad. Loli pone un adorno.)
DARÍO. Salí nena, hacés todo mal, ahí no va ese…
LOLI. ¿Por qué? Vos no decís donde va, a mí me gusta acá.
DARÍO. ¡No! ¡Andate! Mamá me dijo que lo decore yo. Mirá que la llamo, ¿eh?
LOLI. ¡Llamála! Total, si vos me peleas Papá Noel no te va a traer nada. (Le hace muecas y entra la mamá.)
MAMÁ. ¡Ey! Basta de pelearse.
LOLI. Él la empezó… ¿No dijiste que yo lo puedo ayudar?
MAMÁ. Sí, entre los dos lo tienen que hacer. Está quedando muy lindo. Igual nosotras dos nos tenemos que ir a hacer unas compras. ¿Vamos, Loli?
LOLI. Sí pero no tardemos mucho, porque quiero estar para cuando venga Papá Noel, ¿sí má?
MAMÁ. ¡Uy… pero falta mucho! Enseguida volvemos. Chau, Dadi. Si llama papá decile que no llegue tarde, por favor.
DARÍO. Bueno, chau.
(Al cabo de un rato se oye la voz en off de Jesús.)
VOZ EN OFF. ¡Schhhh! (Darío mira para todos lados buscando de donde sale el chisteo. Se oye nuevamente.)
DARÍO. ¿Quién está ahí? (Con voz de asustado.)
VOZ EN OFF. ¡Ey, Dadi! Soy yo, Jesús, tu amigo.
DARÍO. (Dadi sorprendido) ¿Qué Jesús?
VOZ EN OFF. Sí, ¿que pasó? ¿Ya te olvidaste de mí? Hace mucho que no me hablas.
DARÍO. (Asustado.) No, Jesús, no me olvidé de vos, pero…
VOZ EN OFF. Sí, ya sé, extrañas a tu abuelo.
DARÍO. Sí, Jesús, cuando murió no entendía por... por qué. (Enojado.)
VOZ EN OFF. Mira, Dadi, ya sé que es muy difícil para vos, pero el Tata había vivido muchos años. Ahora pensá que está durmiendo en paz, sin dolor…
DARÍO. Es que era mi mejor amigo… (Esconde la cara entre sus brazos para comenzar a llorar.)
VOZ EN OFF. Sí, pero entonces, ¿yo no soy tu amigo? ¿Qué pasó, Dadi? ¿Por qué te olvidas de mí? Yo te extraño demasiado, todos los días espero que te acerques a mí, que me hables, que me confíes tus cosas… como antes… y siempre seguís de largo, estás apurado para ir al cole, y ni siquiera ahora que se acerca el día de mi cumpleaños me hablas…
(Silencio. Darío continúa con la cara escondida oyendo.)
VOZ EN OFF. ¿Te acordás de este sillón? (Darío lo mira.) ¿De las horas que pasábamos junto al Tata? Yo estuve siempre ahí, entonces, ¿por qué te olvidas de mí?
DARÍO. (Levanta la cabeza y agrega.) No, Jesús, no me olvidé de vos, yo pensé que me habías dejado de querer…
VOZ EN OFF. No, Darío. Grábate esto en tu corazón: “YO JAMÁS DEJARÉ DE AMARTE, MORÍ POR VOS EN UNA CRUZ Y HOY NADA PUEDE SEPARARNOS”. Ni la muerte, ni los problemas ni la enfermedad… ni siquiera las macanas que te mandás. SIEMPRE VOY A PERDONARTE. Y voy a ser siempre tu amigo fiel.
DARÍO. Entonces, Jesús, ¿me perdonas?
VOZ EN OFF. Sí, hijo mío, pero ya olvidé todo, pero hay algo que tengo hacer y solo vos podes ayudarme.
DARÍO. ¿Yo?
VOZ EN OFF. Sí, vos. Quiero que compartas mi amor con tus padres, que aún no me conocen.
DARÍO. Sí, Señor, hiciste tanto por mí, ¡éste va a ser mi regalo de Navidad para vos!
APAGON-( se arma rápido la escena familiar)
QUINTO ACTO
(Sala de lectura.)
(Música de Navidad. Se encuentra toda la familia sentada junto al árbol abriendo regalos. Festejando. Darío se para y les da un paquete muy grande.)
DARÍO. Esto es para ustedes.
(El papá y Loli lo abren.)
PAPÁ. ¡La Biblia del tata!
DARÍO. Sí, éste es un regalo de parte mía, del tata y de… Jesús.
PAPÁ y MAMÁ. Gracias, hijo.
DARÍO. Quiero decirles que no tenemos que dejar olvidado a Jesús porque Él nos ama a todos y a vos también, Loli. (La abraza.)
MAMÁ. Sí, hijo, es verdad. Necesitamos mucho de Jesús en casa. (Mamá y papá se toman de la mano.)
LOLI. Yo también quiero aprender de Él y ser muy sabiunda.
DARÍO. Se dice “sabia”.
(Todos se ríen.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario