15 Minutos y 16 Personajes + Extras. El famoso cuadro de Leonardo da Vinci, La Última Cena, cobra vida.
LA CENA DE PASCUA
Kurt Jarvis
PUESTA EN ESCENA
En el escenario se coloca una larga mesa. Detrás de la mesa tiene que haber 9 sillas y dos a cada lado. Se puede cubrir la mesa con una tela marrón claro o marrón oscuro. La tela debería colgar por delante al menos hasta el suelo. Como asientos se pueden utilizar cualquier tipo de bancos o de banquetas o la combinación de ambos. En la mesa habrá que colocar varios bowls de madera y algún tipo de cántaro de arcilla en el suelo. Podría haber una o dos mesas más a los lados para que las mujeres y los niños muevan los objetos de un lado a otro. Si fuera posible, de color marrón oscuro o de cualquier otro color oscuro. Se podría poner fruta en los bowls, tanto en la mesa pricipal como en las secundarias. Habrá que poner seis trozos pequeños de pan, dos para uso de los discípulos y cuatro para la congregación. El pan lo traerá alguno de los discípulos cuando entren en escena. Se necesitarán por lo menos dos objetos grandes de barro como tazas y cuatro cálices o vasos pesados de mosto para que se usen en la comunión. En frente del santuario deberán haber las suficientes mesas redondas para acomodar rápidamente a la congregación que participará de la comunión al final de la escenificación. Esas mesas tendrán que ser cubiertas con un paño de color que pegue con los elegidos para el escenario. En cada una de las mesas los discípulos traerán un vaso con mosto y un plato con pan.
OBRA
NARRADOR. Estamos en el Aposento Alto en Jerusalén. Es tiempo de Pascua. El cuadro que veis en el escenario representa el famoso cuadro de Leonardo da Vinci. Este es cuadro muy conocido pero dejadme contaros algo sobre las personas de este cuadro; quiénes son y cómo son verdaderamente.
Jesús ha enviado a sus discípulos por delante para que tengan listo el aposento. El mesonero lo ha arreglado todo y los invitados empiezan a llegar.
Llenemos esta escena con los discípulos. Aquí llega Juan, el apostol amado.
(Pausa. Juan entra despacio a la sala desde la parte trasera y camina hacia el centro. Se acerca a la mesa. Mientras el narrador sigue hablando Juan puede llevar un bowl con fruta a la mesa.)
Juan, sensitivo, puro de espíritu así como audaz y valiente. A pesar de que Juan no fue el primero en ser llamado entre los discípulos, fue él el que estuvo a los pies de la cruz en medio del pueblo hostil. Fue Juan el que mejor entendió la profundidad del amor de Dios por la humanidad y le devolvió ese amor por su fidelidad en el Calvario.
(Andrés entra por la parte trasera del santuario. Lleva una bolsa con cosas dentro. Andrés dice mientras entra: “Juan, Juan” y camina con rapidez hacia el escenario. Se abrazan. Sacan algunos objetos para la mesa. Quizá algunas tazas. Entablan una conversación señalando a diferentes cosas. Se ríen.)
ANDRÉS. Juan... Juan...
NARRADOR. Andrés, un buen y verdadero amigo de todos los que conocía. Fue Andrés el que, como discípulo de Juan el Bautista, fue el primero en reconocer a Jesús como Señor y rápidamente fue a los asuntos de su Padre llevando a todos los que encontraba a que escucharan las enseñanzas de Jesús. Andrés, un verdadero amigo que comparte el mayor regalo que un amigo puede recibir: el eterno amor de Dios. Y naturalmente allí también estaba el hermano de Andrés, Pedro.
(Tres discípulos entran por las escaleras que están detrás de la mesa: Pedro primero y después Natanael y Felipe. Pedro se va a la parte alta de las escaleras y llama a su espalda.)
PEDRO. Natanael... Felipe, venid. Es la hora de la Pascua.
(Entran los tres en el escenario y saludan a Juan y a Andrés.)
NARRADOR. Pedro... un líder entre los hombres. Un individuo que no tiene pelos en la lengua, impulsivo e impetuoso que conoce su propia mente y que sigue la convicción de su corazón. A pesar de su chulería, él es consciente de sus defectos. Pero su humildad con Dios le convirtió en un hombre que otros querían imitar. Jesús conocía su verdadero y humilde corazón y le concedió la gracia sobre este humilde pescador. Sobre la profesión de fe de este hombre Cristo fundó la Iglesia.
Felipe... Práctico, cuidadoso y preciso, siempre buscaba la comprensión de la naturaleza de Dios.
Y Natanael, un hombre sin engaño, sin hipocresía. Natanael fue un visionario que vio los sueños de Dios y creyó en ellos.
(Entran los dos Santiagos. Entran juntos por el final hablando tranquilamente y caminan hacia el escenario llevando unos cestos.)
SANTIAGO EL MAYOR. Santiago, ven, los otros ya están aquí.
SANTIAGO EL MENOR. Siempre con tanta prisa, Santiago, tranquilízate.
NARRADOR. Había dos apóstoles que tenían el mismo nombre: Santiago. Dos nombres iguales para dos personalidades distintas, completamente opuestas. Uno es muy mencionado en las Escrituras mientras que al otro casi nunca se le menciona pero ambos vieron a Cristo en su ministerio día a día y participaron en las curaciones y otros milagros. Hoy en día hay muchos como Santiago el menor que se ocupan de los asuntos del Padre en una forma modesta.
Polos opuestos, que se unen para trabajar juntos en el ministerio de Jesús. Quizá no hay mayor testimonio en la unión de la santidad de Cristo que en estos dos hombres de Dios.
(Entra Simón y Mateo por la parte trasera y se van acercando.)
SIMÓN. Pagar los impuestos sólo ayuda a los ricos, Mateo.
MATEO. Pero Simón, así es como el gobierno se mantiene. Sin los impuestos todo se derrumbaría.
(Simón Y Mateo continúan hacia el centro del pasillo y entran en el escenario.)
NARRADOR. Simón, el Zelote, un luchador político que busca la libertad de Israel. Un hombre orgulloso y celoso cuya pasión consistía en derrumbar a Roma y liberar a su tierra de la opresión romana. Y Mateo, un cobrador de impuestos que en mitad de una lucrativa y floreciente carrera corrió hacia Dios cuando se encontró con Jesús. A pesar de su reputación como traidor de Israel, debido a su pasado de obediencia al César, llegó a ser una gran fuerza en esparcir el evangelio de Cristo por todo el mundo.
Aunque intensos cada uno en sus opiniones y discusiones, Dios eligió a esta pareja inestable para el ministerio.
(Entran Tomás y Tadeo desde la parte alta de las escaleras traseras, Tomás primero.)
TOMÁS. Tadeo, ¿crees que el Mesías estará aquí? Está tan ocupado hablando con otros que quizá no venga. ¿Qué vamos a hacer si no está aquí para la cena de Pascua?
TADEO. No te preocupes tanto, Tomás, Jesús nos dijo que nos encontraríamos aquí. Él vendrá, ya lo verás.
NARRADOR. Detrás de Tomás, hombre que dudaba, se escondía el más pesimista y cabezón de todos los apóstoles. Tadeo no era muy distinto de su compañero Tadeo que creía firmemente en Jesús, el Mesías. Tomás tuvo que ser llevado a las huellas de los clavos en las manos de su señor antes de que aceptara la victoria del Calvario. De nuevo en el ejemplo de Tomás vemos la abundante gracia que es mostrada en aquellos que tienen poca fe. Aunque la fe de Tomás parecía escasa, no le impidió trabajar para Cristo como un discípulo.
(Entran María, Marta y dos niños de la parte trasera del santuario y de la parte alta del pasillo.)
MARTA. Venid, niños y tú también, María. Tenemos mucho que preparar para la cena. Me pregunto si tendremos sufiente pan.
MARÍA. Marta, ¿importa en algo el pan? Jesús estará con nosotros ¿Qué puede ser más importante?
NARRADOR. María y Marta sirvieron al Señor en sus necesidades diarias: hambre, sed, calor y refugio. Ellas respondieron a sus enseñanzas “Cuando se lo hagáis a uno de estos pequeños es como si me lo estuvierais haciendo a mí”
MARTA. (Entra en el escenario.) María, mira este cuarto. ¡Qué desastre! Ven, ven rápidamente, tenemos que arreglar esto. (Empieza a arreglar todo y se dirige a María y a los niños para que la ayuden.)
(Judas entra por la parte trasera. Lleva una bolsa llena de monedas.)
JUDAS. (Se encuentra con Marta cuando entra.) Marta, ¿ha llegado ya el Maestro?
MARTA. No, todavía no ha llegado pero, entra Judas; los otros ya están aquí esperando.
NARRADOR. Judas Iscariote: villano, traidor. Judas eligió entregar a un hombre que lo había amado y enseñado tanto. Judas, una figura solitaria en la historia que nos sirve como ejemplo para todos los que nos acercamos a Dios de una forma o de otra.
Y así el retrato de Jesús y sus discípulos está casi completo. El amor que se encuentra en Juan; la amistad de Andrés; el humilde liderazgo de Pedro; el practico Felipe; la visión del apóstol Natanael; el coraje de Santiago; el sencillo siervo de otros, Santiago; la pasión de Simón, de Mateo; la inquebrantable fe de Tadeo; la búsqueda de fe de Tomás… Y como un recuerdo, el corazón que busca tesoros como el de Judas.
Como la iglesia de hoy en día, así fue el primer grupo de apóstoles. Doce individuos distintos en su personalidad, con dones diferentes, con diferentes niveles de fe y confianza, que Dios usó para construir su Iglesia.
(Jesús entra por la parte trasera del santuario y pasa por el pasillo hasta el escenario.)
El huésped de honor acaba de llegar: Jesús, el Mesías, el Maestro, el Hijo de Dios. Jesús se une a sus discípulos en su última cena de Pascua.
(Jesús entra y todos los discípulos le saludan. Los que están sentados en la mesa se levantan para saludarle excepto Judas, que permanece sentado distante del grupo. Después de saludar a todos, Jesús y los discípulos toman asiento alrededor de la mesa. Jesús se coloca en el centro. Las mujeres empiezan a colocar los bowles y las tazas en la mesa. Judas está sentado al final de la mesa.)
JESÚS. Es bueno estar todos juntos. He estado esperando este momento con gran gozo en mi corazón y estoy ansioso por compartir esta cena de Pascua con vosotros antes de que llegue mi hora. Y debo deciros ahora que no volveremos a comer todos juntos hasta que se cumpla el Reino de Dios. (Alza su copa)
Aquí, esta copa, este vino. Este vino es un símbolo del nuevo pacto de Dios para salvaros, un sello pactado con la sangre que vertiré por vosotros y por la humanidad. Bebed esto y recordad esta noche. (Jesús bebe y pasa la copa.)
Este pan es mi cuerpo que será quebrado por vosotros. Este es el plan de Dios para vosotros y los demás. Rompo este pan para recordaros lo que ha de venir. Tomad y comed. Comed este pan y recordadme.
En esta mesa, sentado entre nosotros como un amigo está el hombre que me entregará. Porque yo, el Hijo del Hombre, debo morir por el plan de Dios.
(Todos los discípulos excepto Judas bajan sus copas y su pan. Empiezan a preguntar quién es el que entregará a su Maestro. Judas no dice nada pero hunta un trozo de pan en la copa y se lo come. Mira a Jesús y Jesús lo mira a él. Sin decir una palabra Judas se levanta silenciosamente de la mesa y se marcha rápidamente entre la congregación.)
JESÚS. Tomad este vino y este pan y compartirlo entre vosotros.
(A esta orden cuatro discípulos cogen el cáliz de vino y un plato con pan cortado y lo llevan a las cuatro mesas enfrente del santuario. Algunos discípulos se van por la parte trasera de las escaleras del escenario. Jesús y varios discípulos pasan por el pasillo y dejan el santuario. Después de que el zumo y el pan se dejen en las mesas, los discípulos también se marcharán.)
NARRADOR. Esta cena de Pascua fue la última que Jesús comió con sus discípulos. Pero Él comió esta cena con ellos y estableció que las comidas que tuvieran juntos en el futuro serían un continuo recuerdo del sacrificio que Dios hizo por este mundo a través de su único Hijo, Jesús.
Hoy en día, aquellos que reconocen a Jesús como su Salvador pueden compartir de esta forma. Los elementos de la comunión se han colocado en las mesas para que los tomemos nosotros en esta mañana.
La Palabra de Dios nos recuerda que cada uno debería examinar su propia vida y corazón. Si aceptamos a Cristo como nuestro Salvador nos pide que vengamos y tomemos parte de este recuerdo de su Vida, de su Muerte y de su Resurrección hasta que Él vuelva de nuevo.
Mientras nuestro equipo de culto continúa en esta parte, en esta mañana, eres bienvenido para acercarte, partir un trocito de pan, sumergirlo en la copa y comerlo como recuerdo del don de Dios hacia ti.
Ven... Ven y celebra la Semana Santa en estas mesas de la comunión.
Copyright Kurt Jarvis, Essentials International, 118 Hickory Rd.Marlton, NJ 08053Se permite el uso gratuito de esta obra. A cambio el autor agradecería que se le comunicara cada vez que se pusiera en escena.
Kurt Jarvis
PUESTA EN ESCENA
En el escenario se coloca una larga mesa. Detrás de la mesa tiene que haber 9 sillas y dos a cada lado. Se puede cubrir la mesa con una tela marrón claro o marrón oscuro. La tela debería colgar por delante al menos hasta el suelo. Como asientos se pueden utilizar cualquier tipo de bancos o de banquetas o la combinación de ambos. En la mesa habrá que colocar varios bowls de madera y algún tipo de cántaro de arcilla en el suelo. Podría haber una o dos mesas más a los lados para que las mujeres y los niños muevan los objetos de un lado a otro. Si fuera posible, de color marrón oscuro o de cualquier otro color oscuro. Se podría poner fruta en los bowls, tanto en la mesa pricipal como en las secundarias. Habrá que poner seis trozos pequeños de pan, dos para uso de los discípulos y cuatro para la congregación. El pan lo traerá alguno de los discípulos cuando entren en escena. Se necesitarán por lo menos dos objetos grandes de barro como tazas y cuatro cálices o vasos pesados de mosto para que se usen en la comunión. En frente del santuario deberán haber las suficientes mesas redondas para acomodar rápidamente a la congregación que participará de la comunión al final de la escenificación. Esas mesas tendrán que ser cubiertas con un paño de color que pegue con los elegidos para el escenario. En cada una de las mesas los discípulos traerán un vaso con mosto y un plato con pan.
OBRA
NARRADOR. Estamos en el Aposento Alto en Jerusalén. Es tiempo de Pascua. El cuadro que veis en el escenario representa el famoso cuadro de Leonardo da Vinci. Este es cuadro muy conocido pero dejadme contaros algo sobre las personas de este cuadro; quiénes son y cómo son verdaderamente.
Jesús ha enviado a sus discípulos por delante para que tengan listo el aposento. El mesonero lo ha arreglado todo y los invitados empiezan a llegar.
Llenemos esta escena con los discípulos. Aquí llega Juan, el apostol amado.
(Pausa. Juan entra despacio a la sala desde la parte trasera y camina hacia el centro. Se acerca a la mesa. Mientras el narrador sigue hablando Juan puede llevar un bowl con fruta a la mesa.)
Juan, sensitivo, puro de espíritu así como audaz y valiente. A pesar de que Juan no fue el primero en ser llamado entre los discípulos, fue él el que estuvo a los pies de la cruz en medio del pueblo hostil. Fue Juan el que mejor entendió la profundidad del amor de Dios por la humanidad y le devolvió ese amor por su fidelidad en el Calvario.
(Andrés entra por la parte trasera del santuario. Lleva una bolsa con cosas dentro. Andrés dice mientras entra: “Juan, Juan” y camina con rapidez hacia el escenario. Se abrazan. Sacan algunos objetos para la mesa. Quizá algunas tazas. Entablan una conversación señalando a diferentes cosas. Se ríen.)
ANDRÉS. Juan... Juan...
NARRADOR. Andrés, un buen y verdadero amigo de todos los que conocía. Fue Andrés el que, como discípulo de Juan el Bautista, fue el primero en reconocer a Jesús como Señor y rápidamente fue a los asuntos de su Padre llevando a todos los que encontraba a que escucharan las enseñanzas de Jesús. Andrés, un verdadero amigo que comparte el mayor regalo que un amigo puede recibir: el eterno amor de Dios. Y naturalmente allí también estaba el hermano de Andrés, Pedro.
(Tres discípulos entran por las escaleras que están detrás de la mesa: Pedro primero y después Natanael y Felipe. Pedro se va a la parte alta de las escaleras y llama a su espalda.)
PEDRO. Natanael... Felipe, venid. Es la hora de la Pascua.
(Entran los tres en el escenario y saludan a Juan y a Andrés.)
NARRADOR. Pedro... un líder entre los hombres. Un individuo que no tiene pelos en la lengua, impulsivo e impetuoso que conoce su propia mente y que sigue la convicción de su corazón. A pesar de su chulería, él es consciente de sus defectos. Pero su humildad con Dios le convirtió en un hombre que otros querían imitar. Jesús conocía su verdadero y humilde corazón y le concedió la gracia sobre este humilde pescador. Sobre la profesión de fe de este hombre Cristo fundó la Iglesia.
Felipe... Práctico, cuidadoso y preciso, siempre buscaba la comprensión de la naturaleza de Dios.
Y Natanael, un hombre sin engaño, sin hipocresía. Natanael fue un visionario que vio los sueños de Dios y creyó en ellos.
(Entran los dos Santiagos. Entran juntos por el final hablando tranquilamente y caminan hacia el escenario llevando unos cestos.)
SANTIAGO EL MAYOR. Santiago, ven, los otros ya están aquí.
SANTIAGO EL MENOR. Siempre con tanta prisa, Santiago, tranquilízate.
NARRADOR. Había dos apóstoles que tenían el mismo nombre: Santiago. Dos nombres iguales para dos personalidades distintas, completamente opuestas. Uno es muy mencionado en las Escrituras mientras que al otro casi nunca se le menciona pero ambos vieron a Cristo en su ministerio día a día y participaron en las curaciones y otros milagros. Hoy en día hay muchos como Santiago el menor que se ocupan de los asuntos del Padre en una forma modesta.
Polos opuestos, que se unen para trabajar juntos en el ministerio de Jesús. Quizá no hay mayor testimonio en la unión de la santidad de Cristo que en estos dos hombres de Dios.
(Entra Simón y Mateo por la parte trasera y se van acercando.)
SIMÓN. Pagar los impuestos sólo ayuda a los ricos, Mateo.
MATEO. Pero Simón, así es como el gobierno se mantiene. Sin los impuestos todo se derrumbaría.
(Simón Y Mateo continúan hacia el centro del pasillo y entran en el escenario.)
NARRADOR. Simón, el Zelote, un luchador político que busca la libertad de Israel. Un hombre orgulloso y celoso cuya pasión consistía en derrumbar a Roma y liberar a su tierra de la opresión romana. Y Mateo, un cobrador de impuestos que en mitad de una lucrativa y floreciente carrera corrió hacia Dios cuando se encontró con Jesús. A pesar de su reputación como traidor de Israel, debido a su pasado de obediencia al César, llegó a ser una gran fuerza en esparcir el evangelio de Cristo por todo el mundo.
Aunque intensos cada uno en sus opiniones y discusiones, Dios eligió a esta pareja inestable para el ministerio.
(Entran Tomás y Tadeo desde la parte alta de las escaleras traseras, Tomás primero.)
TOMÁS. Tadeo, ¿crees que el Mesías estará aquí? Está tan ocupado hablando con otros que quizá no venga. ¿Qué vamos a hacer si no está aquí para la cena de Pascua?
TADEO. No te preocupes tanto, Tomás, Jesús nos dijo que nos encontraríamos aquí. Él vendrá, ya lo verás.
NARRADOR. Detrás de Tomás, hombre que dudaba, se escondía el más pesimista y cabezón de todos los apóstoles. Tadeo no era muy distinto de su compañero Tadeo que creía firmemente en Jesús, el Mesías. Tomás tuvo que ser llevado a las huellas de los clavos en las manos de su señor antes de que aceptara la victoria del Calvario. De nuevo en el ejemplo de Tomás vemos la abundante gracia que es mostrada en aquellos que tienen poca fe. Aunque la fe de Tomás parecía escasa, no le impidió trabajar para Cristo como un discípulo.
(Entran María, Marta y dos niños de la parte trasera del santuario y de la parte alta del pasillo.)
MARTA. Venid, niños y tú también, María. Tenemos mucho que preparar para la cena. Me pregunto si tendremos sufiente pan.
MARÍA. Marta, ¿importa en algo el pan? Jesús estará con nosotros ¿Qué puede ser más importante?
NARRADOR. María y Marta sirvieron al Señor en sus necesidades diarias: hambre, sed, calor y refugio. Ellas respondieron a sus enseñanzas “Cuando se lo hagáis a uno de estos pequeños es como si me lo estuvierais haciendo a mí”
MARTA. (Entra en el escenario.) María, mira este cuarto. ¡Qué desastre! Ven, ven rápidamente, tenemos que arreglar esto. (Empieza a arreglar todo y se dirige a María y a los niños para que la ayuden.)
(Judas entra por la parte trasera. Lleva una bolsa llena de monedas.)
JUDAS. (Se encuentra con Marta cuando entra.) Marta, ¿ha llegado ya el Maestro?
MARTA. No, todavía no ha llegado pero, entra Judas; los otros ya están aquí esperando.
NARRADOR. Judas Iscariote: villano, traidor. Judas eligió entregar a un hombre que lo había amado y enseñado tanto. Judas, una figura solitaria en la historia que nos sirve como ejemplo para todos los que nos acercamos a Dios de una forma o de otra.
Y así el retrato de Jesús y sus discípulos está casi completo. El amor que se encuentra en Juan; la amistad de Andrés; el humilde liderazgo de Pedro; el practico Felipe; la visión del apóstol Natanael; el coraje de Santiago; el sencillo siervo de otros, Santiago; la pasión de Simón, de Mateo; la inquebrantable fe de Tadeo; la búsqueda de fe de Tomás… Y como un recuerdo, el corazón que busca tesoros como el de Judas.
Como la iglesia de hoy en día, así fue el primer grupo de apóstoles. Doce individuos distintos en su personalidad, con dones diferentes, con diferentes niveles de fe y confianza, que Dios usó para construir su Iglesia.
(Jesús entra por la parte trasera del santuario y pasa por el pasillo hasta el escenario.)
El huésped de honor acaba de llegar: Jesús, el Mesías, el Maestro, el Hijo de Dios. Jesús se une a sus discípulos en su última cena de Pascua.
(Jesús entra y todos los discípulos le saludan. Los que están sentados en la mesa se levantan para saludarle excepto Judas, que permanece sentado distante del grupo. Después de saludar a todos, Jesús y los discípulos toman asiento alrededor de la mesa. Jesús se coloca en el centro. Las mujeres empiezan a colocar los bowles y las tazas en la mesa. Judas está sentado al final de la mesa.)
JESÚS. Es bueno estar todos juntos. He estado esperando este momento con gran gozo en mi corazón y estoy ansioso por compartir esta cena de Pascua con vosotros antes de que llegue mi hora. Y debo deciros ahora que no volveremos a comer todos juntos hasta que se cumpla el Reino de Dios. (Alza su copa)
Aquí, esta copa, este vino. Este vino es un símbolo del nuevo pacto de Dios para salvaros, un sello pactado con la sangre que vertiré por vosotros y por la humanidad. Bebed esto y recordad esta noche. (Jesús bebe y pasa la copa.)
Este pan es mi cuerpo que será quebrado por vosotros. Este es el plan de Dios para vosotros y los demás. Rompo este pan para recordaros lo que ha de venir. Tomad y comed. Comed este pan y recordadme.
En esta mesa, sentado entre nosotros como un amigo está el hombre que me entregará. Porque yo, el Hijo del Hombre, debo morir por el plan de Dios.
(Todos los discípulos excepto Judas bajan sus copas y su pan. Empiezan a preguntar quién es el que entregará a su Maestro. Judas no dice nada pero hunta un trozo de pan en la copa y se lo come. Mira a Jesús y Jesús lo mira a él. Sin decir una palabra Judas se levanta silenciosamente de la mesa y se marcha rápidamente entre la congregación.)
JESÚS. Tomad este vino y este pan y compartirlo entre vosotros.
(A esta orden cuatro discípulos cogen el cáliz de vino y un plato con pan cortado y lo llevan a las cuatro mesas enfrente del santuario. Algunos discípulos se van por la parte trasera de las escaleras del escenario. Jesús y varios discípulos pasan por el pasillo y dejan el santuario. Después de que el zumo y el pan se dejen en las mesas, los discípulos también se marcharán.)
NARRADOR. Esta cena de Pascua fue la última que Jesús comió con sus discípulos. Pero Él comió esta cena con ellos y estableció que las comidas que tuvieran juntos en el futuro serían un continuo recuerdo del sacrificio que Dios hizo por este mundo a través de su único Hijo, Jesús.
Hoy en día, aquellos que reconocen a Jesús como su Salvador pueden compartir de esta forma. Los elementos de la comunión se han colocado en las mesas para que los tomemos nosotros en esta mañana.
La Palabra de Dios nos recuerda que cada uno debería examinar su propia vida y corazón. Si aceptamos a Cristo como nuestro Salvador nos pide que vengamos y tomemos parte de este recuerdo de su Vida, de su Muerte y de su Resurrección hasta que Él vuelva de nuevo.
Mientras nuestro equipo de culto continúa en esta parte, en esta mañana, eres bienvenido para acercarte, partir un trocito de pan, sumergirlo en la copa y comerlo como recuerdo del don de Dios hacia ti.
Ven... Ven y celebra la Semana Santa en estas mesas de la comunión.
Copyright Kurt Jarvis, Essentials International, 118 Hickory Rd.Marlton, NJ 08053Se permite el uso gratuito de esta obra. A cambio el autor agradecería que se le comunicara cada vez que se pusiera en escena.
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