10 Minutos y 12 Personajes. Escenificación en mímica de la parábola del rico insensato (Lucas 12). De aquellos que acumulan riquezas terrenales y no ponen sus esperanzas en Dios.
EL RICO TONTO
PERSONAJES
NARRADOR
HOMBRE RICO
GRANERO (2 personas)
MADERA NUEVA (2 personas)
COSECHA (2 personas)
SILLÓN (1 persona)
TRABAJADORES (2 personas)
DIOS
NARRADOR. Jesús dijo esta parábola: bueno, su parábola fue algo como esto… “Había un hombre rico que salió a sus campos un día para ver su cosecha. Estaba muy orgulloso de su cosecha. Podías ver lo orgulloso que se sentía con su cosecha porque la veía con amor. Él solía tocar su cosecha. Él solía oler su cosecha—aunque era alérgico a su cosecha. Así que cuando olía su cosecha, estornudaba sobre ella. Esto hacía que la cosecha se moviera de un lado al otro. Mientras veía el mover de su cosecha, él estornudaba y decía, “¡Qué gran cosecha!”.
Después decía, “Pero, ¿qué debo hacer? ¡Mi granero es demasiado pequeño para mi cosecha!”
Desilusionado, caminó hacia el granero y lo pateó, lo que ocasionó que su pié fuera lastimado. Brincó con un pié lleno de dolor y con cara de angustia. Después dijo, “Ya sé… voy a contratar a algunos trabajadores para que derriben este viejo granero y voy a construir un granero más grande.”
Así que eso es lo que hizo. Los trabajadores llegaron y trataron de derribar el viejo granero. Pero el granero era muy fuerte y resistió. No importó qué tan fuerte trataban los trabajadores de derribar el granero, el granero permanecía firme. Aún así los trabajadores finalmente lo lograron; el granero tuvo que ceder a los esfuerzos de los trabajadores. El viejo edificio cayó encima de los trabajadores. Después de una gran lucha, sin embargo, los trabajadores lograron salir de las ruinas del viejo granero.
Después, los trabajadores trajeron madera nueva para hacer un granero más grande. Pero se les acabó la nueva madera, así que utilizaron madera del viejo granero para terminar el nuevo y más grande granero. El único problema fue que la madera del viejo granero estaba muy pesada y era muy difícil ponerla en su lugar.
Una vez que el nuevo granero estaba en su lugar, el hombre rico dijo a sus trabajadores, “Oigan muchachos, qué bonito granero.” Después dijo, “¿Por qué no me ayudan a meter mi cosecha?”
“¡Lo haremos!” dijeron los trabajadores.
“¡Grandioso!” dijo el hombre rico. “Por aquí muchachos.” El hombre rico se volteó y brincó con un pié hacia el campo. Los trabajadores siguieron al hombre rico también en un pié. Cuando llegaron al campo, el hombre rico les mostró su hermosa cosecha. Les dijo que la tocaran. Les dijo que olieran la cosecha. Los trabajadores también eran alérgicos a la cosecha, también estornudaron sobre ella. La cosecha se movió con el viento.
“Bueno muchachos,” dijo el hombre rico. “Tomen mi cosecha y métanla al granero.” Así que los trabajadores tomaron la cosecha y la llevaron al granero, estornudando todo el camino haciendo que la cosecha se moviera de un lado al otro, lo que hizo que fuera muy difícil llevarla.
Una vez que la cosecha estaba segura en el granero y los trabajadores se habían ido a casa a descansar (estornudando todo el camino), el hombre rico se dijo a sí mismo, “Ahora tengo muchas cosas buenas. Estas cosas me durarán por muchos años. Puedo llevar la vida más fácil. Comeré, beberé y estaré muy gozoso.”
Con eso, se sentó en su sillón reclinable. Pero por alguna razón el sillón estaba muy frágil. El hombre rico trató de acomodarse, pero no podía. De pronto el sillón se derrumbó por el peso del hombre rico. Se golpeó la cabeza en el suelo y se desmayó
En un sueño vio a Dios parado sobre él diciendo, “Oye tú, tipo rico. Eres un tonto. Esta noche vas a morir. Entonces, ¿quién se va a quedar con todo lo que es tuyo?”
La mañana siguiente los trabajadores estornudando hacia su trabajo encontraron al hombre muerto. Se quedaron con la boca abierta. Estornudaron. Lo cargaron al granero y lo echaron ahí junto con la cosecha.
NARRADOR
HOMBRE RICO
GRANERO (2 personas)
MADERA NUEVA (2 personas)
COSECHA (2 personas)
SILLÓN (1 persona)
TRABAJADORES (2 personas)
DIOS
NARRADOR. Jesús dijo esta parábola: bueno, su parábola fue algo como esto… “Había un hombre rico que salió a sus campos un día para ver su cosecha. Estaba muy orgulloso de su cosecha. Podías ver lo orgulloso que se sentía con su cosecha porque la veía con amor. Él solía tocar su cosecha. Él solía oler su cosecha—aunque era alérgico a su cosecha. Así que cuando olía su cosecha, estornudaba sobre ella. Esto hacía que la cosecha se moviera de un lado al otro. Mientras veía el mover de su cosecha, él estornudaba y decía, “¡Qué gran cosecha!”.
Después decía, “Pero, ¿qué debo hacer? ¡Mi granero es demasiado pequeño para mi cosecha!”
Desilusionado, caminó hacia el granero y lo pateó, lo que ocasionó que su pié fuera lastimado. Brincó con un pié lleno de dolor y con cara de angustia. Después dijo, “Ya sé… voy a contratar a algunos trabajadores para que derriben este viejo granero y voy a construir un granero más grande.”
Así que eso es lo que hizo. Los trabajadores llegaron y trataron de derribar el viejo granero. Pero el granero era muy fuerte y resistió. No importó qué tan fuerte trataban los trabajadores de derribar el granero, el granero permanecía firme. Aún así los trabajadores finalmente lo lograron; el granero tuvo que ceder a los esfuerzos de los trabajadores. El viejo edificio cayó encima de los trabajadores. Después de una gran lucha, sin embargo, los trabajadores lograron salir de las ruinas del viejo granero.
Después, los trabajadores trajeron madera nueva para hacer un granero más grande. Pero se les acabó la nueva madera, así que utilizaron madera del viejo granero para terminar el nuevo y más grande granero. El único problema fue que la madera del viejo granero estaba muy pesada y era muy difícil ponerla en su lugar.
Una vez que el nuevo granero estaba en su lugar, el hombre rico dijo a sus trabajadores, “Oigan muchachos, qué bonito granero.” Después dijo, “¿Por qué no me ayudan a meter mi cosecha?”
“¡Lo haremos!” dijeron los trabajadores.
“¡Grandioso!” dijo el hombre rico. “Por aquí muchachos.” El hombre rico se volteó y brincó con un pié hacia el campo. Los trabajadores siguieron al hombre rico también en un pié. Cuando llegaron al campo, el hombre rico les mostró su hermosa cosecha. Les dijo que la tocaran. Les dijo que olieran la cosecha. Los trabajadores también eran alérgicos a la cosecha, también estornudaron sobre ella. La cosecha se movió con el viento.
“Bueno muchachos,” dijo el hombre rico. “Tomen mi cosecha y métanla al granero.” Así que los trabajadores tomaron la cosecha y la llevaron al granero, estornudando todo el camino haciendo que la cosecha se moviera de un lado al otro, lo que hizo que fuera muy difícil llevarla.
Una vez que la cosecha estaba segura en el granero y los trabajadores se habían ido a casa a descansar (estornudando todo el camino), el hombre rico se dijo a sí mismo, “Ahora tengo muchas cosas buenas. Estas cosas me durarán por muchos años. Puedo llevar la vida más fácil. Comeré, beberé y estaré muy gozoso.”
Con eso, se sentó en su sillón reclinable. Pero por alguna razón el sillón estaba muy frágil. El hombre rico trató de acomodarse, pero no podía. De pronto el sillón se derrumbó por el peso del hombre rico. Se golpeó la cabeza en el suelo y se desmayó
En un sueño vio a Dios parado sobre él diciendo, “Oye tú, tipo rico. Eres un tonto. Esta noche vas a morir. Entonces, ¿quién se va a quedar con todo lo que es tuyo?”
La mañana siguiente los trabajadores estornudando hacia su trabajo encontraron al hombre muerto. Se quedaron con la boca abierta. Estornudaron. Lo cargaron al granero y lo echaron ahí junto con la cosecha.
¿La moraleja de esta historia? Está en Lucas 12:21: “Así será con cualquiera que acumula cosas para sí mismo y no es rico para con Dios.”
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