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2012 - España

Abuela

5 Minutos y 2 Personajes. Una abuelita le enseña a su nieto a no aburrirse y a producir estupendas ideas de los momentos en silencio.



ABUELA
Lisa Mladinich traducido por María M. Rivera
[Una presentación de como escuchar esa vocecita callada]

PERSONAJES

NIÑO
ABUELA

NIÑO. ¿Oye, abuela?

ABUELA. ¿Sí, mi amor?

NIÑO. Estoy aburrido.

ABUELA. Eso es bueno.

NIÑO. ¿Eso es BUENO? ¡¡¡¿Qué quieres decir que eso es BUENO!!!

ABUELA. Quiero decir que es maravillo que estés teniendo un buen día, un día callado.

NIÑO. Pero eso es ABURRIDO.

ABUELA. A veces cuando estamos aburridos, se nos ocurren ideas maravillosas. Si estuviéramos ocupados todo el tiempo, no tendríamos pensamientos tan maravillosos, que son un regalo de Dios.

NIÑO. ¿Como qué tipo de pensamientos maravillosos?

ABUELA. Bueno, hace mucho tiempo no había aviones, pero dos hermanos llamados Orville y Wilbur tuvieron pensamientos maravillosos de personas volando como pájaros en el aire. ¡Cuando tuvieron suficiente tiempo para pensarlo, comenzaron a construir el primer avión!

NIÑO. Vaya. ¿Cuáles son otros tipos de pensamientos maravillosos?

ABUELA. Bueno, déjame preguntarte: ¿Cómo crece una flor?

NIÑO. Yo no sé.

ABUELA. ¿Qué hace que el sol brille tan brillante?

NIÑO. ¡Yo no sé, abuela!

ABUELA. ¿Qué es el amor?

NIÑO. ¡Yo sé esa! ¡El amor es un besito en la nariz!

ABUELA. ¡Bien! Y el amor es escuchar, atender, perdonar. Jesús quiere que nos ayudemos, ayudemos a nuestros padres… todas estas cosas muestran amor.

NIÑO. ¿Tú que hiciste para ayudar a tus padres, abuela?

ABUELA. Yo crecí en una finca, así que ordeñaba las vacas y le daba comida a las gallinas.

NIÑO. Yo quisiera vivir en una finca.

ABUELA. Tienes ojitos de sueño. ¡¡ Mi amorcito… mi amorcito!!

NIÑO. ¡Ay! Estaba pensando pensamientos maravillosos sobre una finca. Me gustaría ser un granjero cuando sea grande.

ABUELA. ¿Lo ves? ¡Tuviste un poquito de tiempo para pensar y mira qué maravilloso pensamiento!

NIÑO. ¿Lo hice?

ABUELA. Bien que sí. Cuéntame más sobre tu finca.

NIÑO. Bueno, voy a tener un establo grande y rojo, lleno de animales.

ABUELA. ¿Qué tipo de animales? ¿Gallinas y vacas?

NIÑO. No. ¡Yo quiero leones y Pokemos, y ballenas y venados!

ABUELA. ¡Suena muy bonito! ¿Vas a sembrar maíz, o papas o trigo?

NIÑO. No. Bombones. ¡Yo quiero árboles de dulces y bombones en toda mi finca!

ABUELA. Ay, sí ya entiendo. ¿Tú y tu esposa van a tener niños en la finca?

NIÑO. No. Solamente, tú, abuelo, y mamá y papá.

ABUELA. ¿Y tu hermanita, qué?

NIÑO. ¿La tengo que tener con nosotros también?

ABUELA. ¡Claro que sí! Ella es parte de tu familia. Es muy Chiquita, por ahora y mantiene a tus padres muy ocupados, pero muy pronto va a crecer, como tú los hiciste y te vas a divertir mucho con ella.

NIÑO. ¿Estás segura?

ABUELA. Estoy segura. Hace mucho tiempo yo era una niñita.

NIÑO. ¿Tú? ¿Tú eras una bebita? ¡¡Yo nunca he visto una bebita con pelo blanco y lentes!!

ABUELA. Yo tenía el cabello rojo y no tenía lentes cuando era bebita, y lloraba todo el tiempo.

NIÑO. Suena igualito a mi hermanita. Ella tiene el cabello rojo y llora todo el tiempo. ¡Igual que abuela! Oye, se me ocurrió un pensamiento maravilloso sobre ella.

ABUELA. ¿Qué cosa?

NIÑO. Cuando ella sea grande y yo sea grande, creo que va a ser igual que tú. Y eso será maravilloso. Entonces tendré dos abuelas perfectas.

ABUELA. Y yo tendré un nieto perfecto. (Lo abraza.)

NIÑO. ¿Abuela?

ABUELA. ¿Sí, mi amor?

NIÑO. ¡Se me olvidó estar aburrido! ¡Estaba muy ocupado pensado cosas maravillosas!

ABUELA. ¡Así se hace!

NIÑO. Voy a salir afuera a pensar más sobre los pajaritos, los árboles, las ranas, los insectos y las flores, y como las hojas cambian de color y…

ABUELA. ¡Adiós mi amor! ¡Dios te bendiga!

El espectáculo más grande del mundo

5 Minutos y 2 Personajes. Una marioneta quiere ser guapa para que los niños la quieren pero su hermana le enseña que la tienen que querer por lo que hay en su corazón.


EL ESPECTÁCULO MÁS GRANDE DEL MUNDO
Lisa Mladinich. Traducido por María M. Rivera




PERSONAJES

SISSY
PINKY

SISSY. ¡Y ahora, el espectáculo más grande del mundo! ¡Ta, tá! (bailando y cantando) ¡Vaya, sí que me sé mover! ¡Eso!

PINKY. Oye, Sissy.

SISSY. Dime, Pinky…

PINKY. ¿Qué haces?

SISSY. ¡Estoy haciendo un programa muy emocionante sobre mí! Yo soy muy talentosa, ¿sabes? Yo sé bailar y soy super, duper, requete bonita. ¿No piensas que mi cabello rojo es super, duper, requete bonito? ¿Hmmmm?

PINKY. Está bien.

SISSY. Yo sé que tú quisieras tener lentejuelas en tu cabello, así como yo.

PINKY. A mí me gustan mis trenzas.

SISSY. Pero mi cabello, es che, che, chévere y su, su, su, ¡super, eso! Bueno, ya es hora de mi siesta de belleza… (Se acuesta y ronca.)

PINKY. Ay, vaya. ¿Sissy? ¿Sissy? Sí que está durmiendo. Es increíble. ¿Los niños duermen siestas? Yo también. Pero usualmente duermo en mi cama con mi sabanita. Mi hermana se duerme en cualquier sitio. Mira eso. Te apuesto que podemos hacer mucho ruido y ella seguiría durmiendo. ¡Vamos a intentarlo! Vamos todos a gritar ¡“Despierta”! Una, dos, tres… ¡Despierta! No, todavía está durmiendo. Vamos a intentarlo otra vez. ¿Qué debemos gritar? ¿Tienes papas apachurradas en la cabeza? ¿Tu nariz se convirtió en globo? (Los niños gritan lo que quieren.)

SISSY. (Brincando.) ¡Oye! ¡Me despertaste de mi siesta de belleza! ¡Necesito mi siesta de belleza todos los días, para estar siempre hermosa! Así que silencio, para que pueda dormir. ¡Buenas noches! (Se acuesta.)

PINKY. Se durmió otra vez. Yo no creo que necesita más siesta de belleza ¿Qué piensan? Yo creo que ella ya es muy bonita. Se preocupa demasiado. Me pregunto cuándo se despertará…

SISSY. (Brincando.) ¡Estoy despierta! ¡Y ahora, para el espectáculo más grande del mundo! ¡Ta, tá! (Bailando y cantando.) Eso, sí que me veo bien… ¡Oh, sí, se me mover, eso, eso!

PINKY. ¿Sissy?

SISSY. ¿Ahora qué Pinkiy?

PINKY. ¿Por qué actúas tan rara?

SISSY. ¡Rara! Yo no estoy actuando rara. Estoy mostrándole a todos lo talentosa y bella que soy.

PINKY. ¿Por qué?

SISSY. (Se detiene, y habla convencida.) Para caerles bien.

PINKY. Tú me caes bien a mí. Y a mí no me importa si eres talentosa y bella.

SISSY. Bueno, pero tú eres mi hermana. Por supuesto te tengo que caer bien. Pero, ¿y esos niños allí?

PINKY. Creo que tú les caerías bien si eres… simpática.

SISSY. ¿De verdad? ¿O sea que no tengo que ser super bella y darles dulces y dinero y pararme de cabeza y comer gusanos para caerles bien?

PINKY. No, no seas boba. Solamente tienes que ser simpática. Le vas a caer bien a algunas personas y a otras no. Pero todas esas otras cosas son tontas.

SISSY. ¿Estás segura de que esos niños son buena gente?

PINKY. Sí. Son muy buenos niños. Tienen buenos modales – mira qué bien están escuchando. Estoy segura de que si tú los tratas bien les vas a caer requete bien.

SISSY. ¿Segura?

PINKY. Bastante segura. ¿Por qué no les preguntas?

SISSY. No puedo. (Se esconde detrás de Pinky.)

PINKY. ¿Por qué?

SISSY. De momento soy muy tímida.

PINKY. ¿Quieres un abrazo?

SISSY. Sí, por favor.

PINKY. Te quiero mucho, Sissy. No tienes que cantar o bailar o ponerte lentejuelas en el cabello. Yo siempre seré tu hermana y siempre voy a ser tu amiga.

SISSY. ¡Pero me gusta ponerme lentejuelas en el cabello!

PINKY. ¡Eso está bien! Las lentejuelas son bonitas. Pero no hacen que te quiera más. Es tu corazón lo que me importa. ¡Te quiero!

SISSY. (Suspira, lo piensa.) Gracias, Pinky. Me has dado la valentía para presentarme a estos niños. ¡Hola! ¡Yo soy Sissy! Y tengo una hermana muy simpática que se llama Pinky. ¿Quieren conocerla? ¡Aquí está!

PINKY. Hola niños y niñas. Me alegra mucho conocerlos. ¿Verdad que mi hermana es adorable?

SISSY. Gracias Pinky. Tú eres la mejor amiga que jamás he tenido.

PINKY. ¡Eso me dan ganas de cantar!

SISSY. ¡Bien! ¡Me encanta cantar!

PINKY. ¡Cantemos pues!

SISSY. ¡¡La, la, la, la, tra, la, lí! (con el tono de Estrellita (Twinkle, Twinkle, Little Star))
Yo te quiero mi estrellita…

PINKY. No tienes que ser bonita…

SISSY. Eres parte de mi familia…

PINKY. Hermanita de mi corazón…

SISSY. Día y noche te quiero un montón…

PINKY. ¡Vamos, vamos a jugar!

SISSY. ¡Sí! ¡Vamos pues! ¿Oye, quieres poner lentejuelas en mi cabello?

PINKY. ¡Claro que sí, vamos! ¡Adiós niños!

Domingo de Pascua

5 Minutos y 2 Personajes. Una marioneta le explica a otra sobre el significado del Domingo de Pascua.


DOMINGO DE PASCUA
Lisa Mladinich. Traducido por María M. Rivera




PERSONAJES


RANA
GATO




RANA. ¡¡¡A la bim, a la bam, a la bim-bom-bam, Jesús, Jesús, Ra, ra, ra!!!

GATO. ¿Qué haces?

RANA. ¡Me estoy preparando para el domingo de pompones!

GATO. ¿Domingo de pompones? ¿No será Domingo de Pascua?

RANA. ¿No es pompones?

GATO. No, es PASCUA, como la flor. Pascua. Tú sabes, las ramas verdes largas que la gente usaba para abanicar a Jesús según entró a Jerusalén en un burrito. Fue justo antes de que sufriera y muriera por nuestros pecados.

RANA. Ay… qué vergüenza. Yo creía que era pompones, por eso estaba haciéndole una porra a Jesús.

GATO. ¡No, eso está BIEN! Me encantó tu porra. ¿Sabías que cuando la gente vieron a Jesús entrar a la cuidad lo abanicaron con las palmas y le hicieron porras?

RANA. ¿Hicieron eso?

GATO. ¡Bien que sí! Cantaron, gritaron y dijeron: “¡¡¡Hosana al Rey!!!”

RANA. ¡Vaya, eso sí que es una porra!

GATO. ¡Sí! ¡Y Jesús les sonrió y la gente estaba feliz de verlo! Porque lo habían escuchado enseñar y lo habían visto sanar a los ciegos y los lisiados y ¡hasta resucitar a los muertos!

RANA. ¡Vaya, eso se merece una porra!

GATO. No, y la cosa se puso mejor después de eso, cuando Jesús murió por nosotros unos días después.

RANA. Sí, eso es tan triste.

GATO. Sí. Es triste que algunas personas lo odiaran y lo mataran. Pero Jesús puede coger una cosa mala y convertirla en algo bello y bueno.

RANA. ¿Quieres decir cuando algo malo me pasa, Jesús puede hacer que algo bueno salga de eso?

GATO. ¡Sí! ¡Jesús puede usarlo todo, bueno y malo, para demostrarnos su Amor!

RANA. Vaya. ¡Eso me dan ganas de hacer más porras!

GATO. Está bien, dale. Somos amigos de Jesús Cristo. ¡Tenemos muchas razones para hacer porras!

RANA. ¡¡Aaaa la bim-bom-bom-bom-bom-BAAAM, y chis, chas, o-o-o- HOSANA!! ¡Brincamos, cantamos, gritamos Jesús, Jesús! ¡Nuuuestro Rey!

GATO.¡¡¡RA, RA, RA!!!

¿Qué estás predicando?

12 Minutos y 3 Personajes + Extras. Dos hombres están descontestos con lo que Noé predica pero se llevan una grata sorpresa cuando descubren que ha cambiado su mensaje para intentar alcanzar a más almas.


¿QUÉ ESTÁS PREDICANDO?
loidasomo@gmail.com




PERSONAJES

HOMBRE 1
HOMBRE 2
NOÉ
VOZ
EXTRAS

(Los dos hombres entran caminando.)

HOMBRE 1. La verdad es que me alegro de haber hablado esto contigo porque estaba muy preocupado.

HOMBRE 2. No es para menos. La gente nos mira como a bichos raros y no estamos alcanzando así a las almas.

HOMBRE 1. Tienes razón; en vez de concentrarse en el amor salvador de Dios está alarmando al mundo con sus predicaciones.

HOMBRE 2. ¡Y fíjate cómo está el mundo! Me agobia vivir así aquí: es deprimente ver la maldad de los hombres y lo que verdaderamente necesitan es saber del gran amor de Dios para que cambien.

HOMBRE 1. Porque, ¿cuánto tiempo lleva con esto?

HOMBRE 2. Ya le he perdido la cuenta pero muchos años.

HOMBRE 1. Y, ¿qué ha conseguido?

HOMBRE 2. ¡Nada! Las burlas de todo el mundo y el descrédito de los miembros de la iglesia.

HOMBRE 1. Tengo que confesarte que cuando la gente se entera de que voy a su iglesia me avergüenzo un poco y no quiero que me relacionen con él; quiero darles un buen ejemplo, que vean en mí el amor de Dios y no a un loco alarmista.

HOMBRE 2. Hombre, tampoco creo que sea un loco; es más, no dudo que lo que le mueve a predicar así sea el amor que siente por las personas pero lo que le mata son las formas…

HOMBRE 1. Y el mensaje mismo.

HOMBRE 2. Bueno, entiendo que esta situación no se puede mantener por mucho más tiempo, que la maldad se está incrementando a pasos agigantados en la tierra y que esto tiene que acabar… pero no sé si así.

HOMBRE 1. Pues no quiero disgustarte pero hoy va a predicar en la iglesia.

HOMBRE 2. ¡Huy, no! No lo sabía… sólo espero que no venga visitas para que no se espanten.

HOMBRE 1. A ver lo que pasa…


ESCENA II

(Noé está en el púlpito y está finalizando su sermón.)

NOÉ. Espero hermanos que el Señor haya tocado vuestros corazones, que sepáis reflejar su amor en cada momento de vuestra vida y que el Señor os bendiga siempre.

(La congregación asiente con unos amenes. Empiezan a levantarse, a hablarse y a saludarse. Las caras de los dos hombres muestras asombro y satisfacción.)

HOMBRE 1. ¡No me lo puedo creer!

HOMBRE 2. Ni yo, esto no es lo que esperaba oír hoy.

HOMBRE 1. ¿Qué le habrá pasado?

HOMBRE 2. No tengo ni idea pero vamos a saludarlo.

(Ambos se acercan a Noé y esperan a que termine de saludar a varias personas. Cuando se acercan, Noé les extiende la mano.)

NOÉ. ¡Dios los bendiga!

HOMBRE 2. Muchas gracias, hermano, y a usted también.

HOMBRE 1. Nos ha gustado mucho lo que ha predicado.

NOÉ. Gracias, pero la gloria es sólo para Dios.

HOMBRE 2. Así es. La verdad es que estamos gratamente sorprendidos.

NOÉ. ¿Y eso?

HOMBRE 1. Porque esperábamos escuchar otro tipo de sermón.

NOÉ. ¿Se refiere a lo del diluvio y lo del fin del mundo?

HOMBRE 1. Pues sí, usted lleva predicando la destrucción del mundo más de cien años y no ha predicado otra cosa.

NOÉ. Sí, tiene razón. Para ser exactos he predicado la destrucción del mundo 119 años y bueno, aún sigo creyendo en que un día el Señor destruirá la tierra. Este mundo está abocado a morir porque es terrible todo lo que está pasando.

HOMBRE. Sí, la gente necesita saber del amor de Dios, necesita mirar en su ejemplo y enamorarse de él para que cambien.

NOÉ. Eso es lo que creo y por eso estoy apostando por una nueva táctica de evangelismo.

HOMBRE 1. ¿Sí? ¡Díganos!

NOÉ. Creo que la base de la sociedad está en la familia y éstas se están desestructurando.

(Los dos hombres asienten afirmativamente.)

NOÉ. Una de cada dos parejas que se casan se divorcia y de esas parejas que siguen juntas, ¿cuántas se mantienen fieles? ¡Cuántas personas tienen una doble vida! Padres que han perdido el control y el respeto de sus hijos; hijos desorientados que desobedecen a sus padres y que son educados por la televisión y los amigos… Parricidios, violencia de género, etc., etc., etc… ¡Qué mundo tendríamos si la familia hubiese seguido el plan original de Dios en el Edén!

HOMBRE 2. Así es, hermano, así es.

NOÉ. Por eso he organizado unos seminarios para las parejas que tienen planes de matrimonio: que sean conscientes de lo que van a hacer para que no fallen en sus vidas. También hemos hecho algunos campamentos para familias para que padres e hijos puedan convivir en un ambiente tranquilo, aprendan a comunicarse y a conocerse mejor. Hemos abierto nuestras instalaciones para que los jóvenes encuentren un lugar para reunirse y charlar y así no deambulen por las calles expuestos a tantos peligros.

HOMBRE 1. Es fabuloso ese ministerio.

NOÉ. También he organizado unos cursillos de salud. Sabemos lo importante que es tener un cuerpo sano: cuerpo, mente y espíritu tienen una relación tan estrecha que no se pueden separar. Así que si nos centramos en uno de esos campos como es el cuerpo, influirá positivamente en los otros dos. Precisamente la semana que viene vamos a comenzar un seminario sobre alimentación. Queremos que las personas aprendan hábitos alimenticios sanos para evitarles sufrimientos.

HOMBRE 2. Me parece estupendo.

HOMBRE 1. Y, ¿ha pensado en hacer cursillos sobre el alcohol, el tabaco y demás drogas?

NOÉ. Sí, sí, claro. Ya hicimos uno sobre el tabaco y varias personas dejaron de fumar. Además estamos preparando uno sobre el alcohol y sus efectos.

(Con gran admiración los dos jóvenes se dirigen a él.)

HOMBRE 2. Hermano Noé, no se puede imaginar el asombro que nos produce escuchar sus palabras. Veníamos con una idea distinta sobre usted.

HOMBRE 1. ¡Que Dios lo bendiga, que bendiga sus proyectos y que sea un instrumento para su obra!

NOÉ. Amén, amigo, amén. Que la honra sea para él. (Pensando.) Hermanos, ¿no les gustaría participar en alguno de estos proyectos?

HOMBRE 1. Por supuesto, cuente conmigo.

HOMBRE 2. Y conmigo.

HOMBRE 1. Y, ¿qué pasa con el diluvio?

NOÉ. De momento lo aplazamos. Cuando llegue el tiempo ya volveré a retomar el tema. Ahora hay otras cosas más importantes que eso.

(Fin de la obra.)

VOZ. Un año después se extinguió la raza humana. (Pausa.) Querido amigo que me escuchas, ¿estás predicando lo que tienes que predicar en estos tiempos? Se acerca el Señor y mucha gente aún no lo sabe.

Honestidad

5 Minutos y 2 Personajes. Un títere le cuenta a otro historias increíbles que hace pasar por verdaderas. El otro títere no se lo cree y le dice que está hiriendo sus sentimientos...


HONESTIDAD
Lisa Mladinich traducido por María M. Rivera



PERSONAJES

PEZ
PULPO


PEZ. Mi mamá es tan inteligente que se inventó todos los aviones.

PULPO. ¿De veras?

PEZ. Sí. Y mi papa es tan fuerte que puede levantar una casa con un solo dedo.

PULPO. Espérate un minuto…

PEZ. ¡Y mi hermano es un agente secreto y mi hermana es mágica y te puede convertir en un insecto o un dulce o en un emparedado!

PULPO. ¡No te creo!

PEZ. Es cierto. ¡Si no me crees voy a hacer que te arresten por molestar al Rey Pez!

PULPO. ¡Tú no eres un rey! Tú no tienes corona ni vives en un palacio.

PEZ. ¡Sí que sí!

PULPO. ¡No que no!

PEZ. ¡Sí que sí!

PULPO. ¡No que no! ¡No! ¡No! ¡¡¡¡TÚ eres un mentiroso!!!!

PEZ. (Boquiabierto.) ¿UN QUÉ?

PULPO. UN MENTIROSO. Eso es lo que eres.

PEZ. (Tartamudea y camina duro.) Pero, pero, pero… ¡no estoy mintiendo!

PULPO. Mentiroso.

PEZ. Estoy… usando mi imaginación.

PULPO. ¡Usando tu imaginación! ¡Qué cosa!

PEZ. Mi mamá dice que es bueno usar la imaginación.

PULPO. ¡Eso es para decir cuentos y jugar juegos, no para decirle a la gente que lo inventas es verdad! Heriste mis sentimientos cuando me mentiste.

PEZ. ¡Ay! Lo siento.

PULPO. ¿Lo sientes?

PEZ. Sí. De verdad.

PULPO. Ah, entonces te perdono.

PEZ. Gracias. ¿Quieres jugar a imaginar?

PULPO. Claro.

PEZ. ¿Qué si somos niños super héroes mágicos que pueden volar hasta las estrellas y comemos flores de chocolate en Marte?

PULPO. Vaya. Tú si que tienes una imaginación bien grande. ¡Vamos a jugar!

PEZ. ¡¡¡Eso!!! ¡¡Vamos a volar hasta Marte!!

PULPO. ¡¡¡¡¡Arriiiiiiibaaa!!!!!

El hijo pródigo

10 Minutos y 4 Personajes. Un adulto le cuenta a unos niños la historia del hijo pródigo.


EL HIJO PRÓDIGO


PERSONAJES

ADULTO
NIÑO 1
NIÑO 2
NIÑO 3

ADULTO. ¡Buenos días, niños!

NIÑOS 1-3. ¡Buenos días!

ADULTO. ¿Quién puede contarnos lo que venimos estudiando en la Iglesia en esta semana?

NIÑO 1. ¡Acerca de Dios!

NIÑO 2. ¡Sobre el amor!

ADULTO. Sí, pero más específico.

NIÑO 3. ¡Sobre la vida de Jesús!

ADULTO. Sí, es bueno aprender todo cuanto podemos de la vida de Jesús. Hoy día quiero contarles una parábola que Jesús les dijo a sus discípulos. ¿Saben qué es una parábola?

NIÑO 1. Yo, sí. Es donde tomé el carro para llegar a la Iglesia hoy día.
ADULTO. No, éste es el paradero.

NIÑO 2. ¡Yo sé; yo sé! Es lo que una gente usa cuando cae el aguacero en la ciudad.

ADULTO. Tampoco. Eso es un paraguas. Una parábola es un cuento que enseña algo importante. Jesús las refirió muchas veces para enseñar a la gente. Hoy día les voy a contar la parábola del hijo pródigo.

NIÑO 3. ¡Qué bueno! Quedémonos tranquilos para escuchar acerca del hijo prodigio.

ADULTO. Pródigo, no prodigio.

NIÑO 1. ¿Qué es lo que hizo este joven para tener un nombre tan raro?

ADULTO. Bueno, un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre, “Papá, dame ahora la parte de los bienes que me corresponde.” Muy bien, normalmente no se repartían los bienes del padre hasta que moría, pero este hijo egoísta quería su herencia de inmediato.

NIÑO 2. Dame, dame, dame, ¿verdad?

ADULTO. Así fue. Y, el padre les repartió los bienes.

NIÑO 3. Y, ¿qué es lo que hizo el hijo? ¿Compró una chacra? ¿Abrió una tienda?

ADULTO. No, al contrario, se fue lejos a una provincia apartada y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Esto es lo que significa la palabra “pródigo.” Es una persona que desperdicia sus bienes haciendo gastos que no valen. Y, este joven hizo exactamente esto. Malgastó los bienes de su papá llevando una vida desenfrenada.

NIÑO 2. Ahora empiezan los problemas, ¿no?

ADULTO. ¡Claro que sí! De tener todo, terminó en la ruina.

NIÑO 1. Y, ¿qué hizo el hijo pródigo después?

ADULTO. Hubo hambruna en aquella provincia.

NIÑO 3. ¡Ay! ¡Carámbas! ¡Eso es malo!

ADULTO. Sí, por eso, él tuvo que conseguir trabajo.

NIÑO 2. Eso es bueno.

ADULTO. Tuvo que apacentar chanchos y dormir junto con ellos.

NIÑO 1. Eso el malo.

ADULTO. Pero, luego, empezó a pensar.

NIÑO 2. Eso es bueno.

ADULTO. Acerca de su hambre y cómo deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los chanchos, porque nadie le daba de comer.

NIÑO 3. Eso es muy malo.

ADULTO. Y, también recordó a su papá y el amor que tenía por él.

NIÑO 2. Eso es bueno.

ADULTO. Y, se acordó de los jornaleros en la casa de su papá, que ellos tenían cantidad de pan todos los días.

NIÑO 1. Eso es muy bueno.

ADULTO. Claro, pero, ¿recuerdan que el hijo pródigo se había llevado una tercera parte del valor de los bienes de su padre?

NIÑO 3. Sí, eso fue malo.

ADULTO. Así es. El hijo, pues, tenía tanto hambre que determinó regresar a su papá, pero se sintió tan mal por haber desperdiciado los bienes de su papá que decidió pedirle trabajo no más.

NIÑO 2. Eso es bueno. Parece que reconoce su error.

ADULTO. Sí, podemos decir que se arrepintió. Quería estar con su papá nuevamente y dejar atrás sus pecados.

NIÑO 1. Eso es bueno.

ADULTO. Y, ¿saben lo que pasó cuando llegó a la casa de su papá?

NIÑO 1. ¿Su padre lo cuadró?
NIÑO 2. ¿Le pegó?

NIÑO 3. ¿Lo botó de la casa?

ADULTO. No, niños, al contrario. ¿Saben qué? Su padre lo vio cuando aún estaba lejos y fue movido a misericordia. Salió de la casa corriendo y lo abrazó, lo besó, e hizo una fiesta.

NIÑO 2. ¡Espera! No entiendo. ¿Aunque el hijo le había dicho al Padre, “Dame, dame, dame, quiero tus cosas y no a ti”, todavía el padre lo quiere?

ADULTO. ¡Sí, a pesar de todo esto!

NIÑO 1. ¡Ah!

NIÑO 2. ¡Yo hubiera estado enojadísimo!

ADULTO. Pero, su papá no. Él le amaba y le tenía misericordia, así como nuestro padre Dios nos ama y nos tiene misericordia. ¿Cuántas veces al día hacemos nuestro antojo y no lo que Dios nos manda hacer?

NIÑO 3. Hmmmm…

NIÑO 2. Supongo que muchas veces.

NIÑO 1. Así es. Me porto mal a veces.

ADULTO. Pero nuestro padre siempre nos espera y nos busca. Y, cuando decimos de corazón, “Perdóname; he pecado contra ti,” Él nos perdona gratuitamente, así como el papá del hijo pródigo le perdonó.

NIÑO 1. ¿Sabes qué? Ahora entiendo una cosa. Si el papá del hijo ya le estaba esperando y buscando, ya lo había perdonado.

ADULTO. Claro que sí. Por el sacrificio de Cristo ya estamos perdonados. Pero al igual que el hijo pródigo tenemos que pedir perdón y volver a Dios. De esta forma, podemos experimentar su perdón.

NIÑOS 1-3. ¡Que maravilloso! ¡Gracias a Dios! Vamos a decir a nuestros amigos que nuestro Dios nos ama y nos perdona cuando nos arrepentimos.

TODOS. 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

¿Puedes contar hasta mil?

5 Minutos y 2 Personajes. Dos títeres discuten sobre cuál es el número más importante y piensan que el infinito pero se olvidan del número 1: único Dios, único camino de salvación.




¿PUEDES CONTAR HASTA MIL?




PERSONAJES

MAESTRO
JAIME EL TÍTERE
NIÑOS DEL MUNDO


ESCENARIO

Un Salón de Clases


MAESTRO. Bueno, niños, es casi hora para comer galletas y tomar una siesta.

JAIME EL TÍTERE. ¡Pero, maestro, tengo un problema!

MAESTRO. ¿Cuál es tu problema, Jaime?

JAIME EL TÍTERE. Me da mucha pena…

MAESTRO. Oh, Jaime, por favor, comparte tu problema con la clase. Estoy seguro de que después te sentirás mucho mejor.

JAIME EL TÍTERE. Gracias, Maestro. Lo que pasa es que tengo sueño pero no me puedo dormir.

MAESTRO. ¿No te sientes mejor de haber compartido tu problema? Tengo una receta segura para que te puedas dormir. Trata de contar hacia atrás desde el 1,000. ¿Crees que puedas hacer eso, Jaime?

JAIME EL TÍTERE. Puedo intentarlo. 1,000, 999, 998, 997…

MAESTRO. Niños, mientras Jaime está contando les contaré una historia.

JAIME EL TÍTERE. 887, 886, 885….

MAESTRO. Hubo una vez dos amigos: Uno se llamaba Pepe y otro se llamaba Joel. Estaban más unidos que dos hermanos. Estaban de acuerdo en todo. Pepe pensaba que el mejor sabor de los helados era el de chocolate y también Joel pensaba eso. Pepe pensaba que el azul era un color muy bueno, hasta que Joel le recordó el color rojo. Después ellos pensaron que el mejor color de todos era el rojo.

JAIME EL TÍTERE. 773, 772, 771…

MAESTRO. Ellos estaban de acuerdo en todo. Hasta un día en el que Pepe y Joel empezaron a hablar. Ya estaban de acuerdo en que arriba era mejor que abajo, que soleado era mejor que nublado, pero cuando llegaron al tema de los números...

JAIME EL TÍTERE. 669, 668, 667…

MAESTRO. Pues Pepe estaba convencido de que el mejor número era “Un Millón”. Mientras que Joel creía que el mejor numero era 2 millones.

JAIME EL TÍTERE. Oh no, ¡Estoy perdiendo la cuenta! Uh, 555, 554…

MAESTRO. Y ellos sólo se mantuvieron diciendo números más grandes y más grandes ¡3 millones! ¡4 millones! ¡100 millones! ¡400 millones!

JAIME EL TÍTERE. 400 millones, 3.999.999 millones….

MAESTRO. ¡Hasta que finalmente llegaron al INFINITO! Ese es él numero más grande, niños. Entonces Pepe dijo: “Espera.” Le dijo a Joel que habían olvidado él número más importante de todos ¿Saben cuál número es, niños?

JAIME EL TÍTERE. Ya perdí la cuenta.

MAESTRO. Él numero más importante es el 1. ¡Ese es él numero que nos recuerda que hay 1 solo Dios, 1 solo Hijo y sólo 1 camino al cielo!

JAIME EL TÍTERE. Esas son noticias asombrosas, Maestro. Solo tengo una pregunta

MAESTRO. ¿Cuál es tu pregunta, Jaime?

JAIME EL TÍTERE. ¿Tengo que comenzar a contar de nuevo?

MAESTRO. No, Jaime. Ahora puedes dormir profundamente, sabiendo que estás seguro en los brazos del Señor. Y sabiendo que un día muy pronto, Él viene a llevarte a casa.

JAIME EL TÍTERE. ¿Irán también todos mis amigos?

MAESTRO. ¡Él esta “contando” con eso!

El ladrón de la alegría

12 Minutos y 8 Personajes. Un ladrón roba toda la alegría, gozo, paz y amor de varios niños hasta que una niña feliz le hace frente con la ayuda de Jesús.


EL LADRÓN DE LA ALEGRÍA




PERSONAJES
AMOR
GOZO
LADRÓN
DÁDIVA
FE
PAZ
NIÑA FELIZ
ÁNGEL

ESCENA 1
(Los niños juegan libremente en el parque, cuando el niño que tiene el globo con la palabra fe se le ocurre jugar a las escondidas a lo cual todos aceptan.)
AMOR. Bueno tú empiezas contando
GOZO. Está bien, contare hasta 50 y saldré a buscarlos…….
(Todos los demás niños salen a esconderse)
GOZO. 43…. 44…. 45…. 46…. 47…. 48…. 49…. Yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy……. 50… ¿Dónde estarán? Bueno solo tendré que salir a buscarlos, no me será difícil.
(Gozo empieza a caminar y se da cuenta de que alguien lo sigue muy de cerca haciendo lo mismo que hace él.)
GOZO. ¿Quién eres?
LADRÓN. Soy tu amigo.
GOZO. ¿Mi amigo? Tú no eres mi amigo, mis amigos están jugando conmigo a las escondidas y tengo que buscarlos.
LADRÓN. Si fueran tus amigos no se esconderían de ti. Niño, ¿te puedo hacer una pregunta? Te he estado observando y me he dado cuenta que lo único que haces es reírte y cantar.
GOZO. ¡Hummmm! Si dices ser mi amigo deberías conocerme, ¿cierto?
LADRÓN. Cierto, pero tengo tantos amigos que no siempre me acuerdo de cómo son todos.
GOZO. Bueno, lo que pasa es que tengo a Jesús en mi vida y eso me llena de gozo y alegría por lo cual sé que las aflicciones no son comparadas al gozo de saber que soy salvo.
LADRÓN. ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¿Jesús no se había muerto? ¿Gozo? Tonterías. (Con mentiras el ladrón trata de robarle el gozo al niño.) ¿Sabes, niño? Mi vida ha sido tan triste; he llorado la mayor parte de mi vida, no tengo familia, nadie que me ame, ¿tú compartirías tu gozo conmigo?
GOZO. No, porque este gozo es solo mío.
LADRÓN. ¿No quieres compartirlo conmigo?
GOZO. No.
LADRÓN. ¿Por qué no?
GOZO. Porque si lo comparto contigo ya no seré completamente feliz y en mi vida existiría amargura y tristeza.
LADRÓN. ¿De verdad que no quieres verme feliz?
GOZO. Este gozo es solo mío, de nadie más.
LADRÓN. ¡Bueno, entonces te lo robare!
(El ladrón le roba el globo que tiene en su mano y se burla del niño.)
LADRÓN. ¡Ja, ja, ja! Ya nunca más serás feliz, tu vida será amarga y triste, ¡je, je, je, je!
LADRÓN. ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Qué malo que soy! (Sigue burlándose del niño que solo llora arrodillado en el suelo).
GOZO. ¡Qué triste que me siento! Ya nunca más volveré a sonreír; tengo mi corazón lleno de pena y amargura.
LADRÓN. Ahora buscaré a los demás niños y les mentiré para robarle sus dones.
(Va en busca de los niños que están a las escondidillas).
LADRÓN. Hola, niño amor.
AMOR. Hola, no lo conozco, ¿quién es?
LADRÓN. Soy un amigo, ven conmigo, yo también estoy jugando, vamos a buscar a tus demás amigos.
AMOR. Pero, no lo había visto antes, ¿cómo me conoce?
GOZO. Estoy ocupando el lugar de tu amigo gozo, él me cedió su lugar, ven conmigo.
AMOR. Ok, vamos.
LADRÓN. Hola, niño dádiva.
DÁDIVA. ¡Oh! ¿Y cómo me encontró? ¿Quién es usted?
AMOR. Él es un amigo de gozo, él está jugando con nosotros.
LADRÓN. Sí, ven, vamos a encontrar a los demás.
DÁDIVA. Ah, pero mi madre me ha dicho que no hable con extraños.
LADRÓN. Sí, pero debes saber que yo soy de confianza, soy un gran amigo, ya lo verás.
DÁDIVA. (Dirigiéndose al niño amor.) Bueno, si tú estás junto a él y no te pasó nada, entonces les acompaño.
LADRÓN. Ya verás, ya verás todo saldrá bien. ¡Ji, ji, ji, ji! (Risa de suspicacia.) Ahora busquemos a la paz y al niño fe… ¿Dónde estarán escondidos?
DÁDIVA. Yo los vi. Creo que están por acá, vengan conmigo.
AMOR. Ok, apresurémonos.
LADRÓN. Oh, acá están los que me faltaban.
FE. ¿Qué sucede? ¿Dónde está gozo?
PAZ. Ya estoy cansada de estar escondida, y dime amor, ¿quién es este hombre?
AMOR. Pues es un amigo de gozo; está jugando con nosotros.
FE. Bien, ¿y ahora qué haremos?
LADRÓN. Sí, ahora quiero que todos ustedes me den su amor, paz, fe, y dádiva.
TODOS. No. Son nuestros.
LADRÓN. Se los robaré, ustedes no volverán a ser felices. ¡Je, je, je, je! Ahora tengo el poder...
(Los niños salen llorando y tristes.)

ESCENA FINAL
(Aparece el ladrón jactándose de todo lo malo que es.)
LADRÓN. ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Qué malo que soy! Cada día a muchos más niños les he robado su alegría… ¡Ja, ja, ja, ja! (En tono de burla.) ¡Qué tontos, ingenuos…! Creen que Jesús vive, que el amor es vital para la unidad, que con la fe se logran muchas cosas y que deben ser dadivosos con los que necesitan. ¡Ja, ja, ja, ja!
(Mientras el ladrón se burla entra una Niña con globos en los cuales salen los nombres: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, dominio propio. Ella entra entonado varios cánticos de alabanzas los cuales llaman la atención del ladrón.)
LADRÓN. ¿Y ésta quién es? (Pregunta al publico.) Lo que me faltaba parece estar mal de la cabeza, pero bueno verá que después que le robe sus alegrías nunca más va a cantar una de esas torpes canciones. ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Hola, niña! Te vi cantar, reír y me pareció interesante saber ¿por qué estás tan feliz? ¿Acaso estás de cumpleaños o te regalaron algo? ¿O quizás estás de novia con algún chico atlético por el cual muchas se mueren?
NIÑA FELIZ. No, señor, ni lo uno ni lo otro. (Sigue cantando mientras recoge flores.)
LADRÓN. Pero, debe existir una razón para tal felicidad.
NIÑA FELIZ. Sí, lo que pasa es que estoy rodeada de amor. Mis pastores y hermanos en mi iglesia me aman y me…
LADRÓN. (La interrumpe.) ¡Otra loca más! Perdón, otra linda niña… Sigue comentándome tu gran alegría.
NIÑA FELIZ. Bueno y lo más importante es que tengo a Jesús en mi vida.
LADRÓN. Qué interesante pero, ¿sabes algo? Jesús murió, lo mataron en una cruz, murió y punto: no existe más.
NIÑA FELIZ. Perdón, señor, pero Jesús vive, el resucitó al tercer día y ahora vive en mi corazón.
LADRÓN. ¡Ja, ja, ja, ja! Debes estar loca, niña: Jesús murió y punto y para que veas que es cierto, te robaré tus alegrías ¡Ja, ja, ja, ja! (El ladrón le arrebata los globos (sinónimo de su alegría.) ¡Ja, ja, ja, ja! Te los robé, ahora serás infeliz, sin alegría, sin amor, nadie te va a querer que malo que soy. ¡Ja, ja, ja, ja!
(El ladrón se da cuenta que la niña sigue feliz, cantando más fuerte y hasta danzando.)
LADRÓN. ¡Hum! ¿Qué es lo que pasa? Quizás esta niña piensa que le estoy jugando una broma pero para demostrarle que no es así acabaré de una vez por todas con su alegría. (El ladrón saca una aguja y revienta uno por un uno los globos.) A la 1, 2, 3 chao, amor, (revienta el globo. Hace lo mismo hasta reventar el último globo pero ve que no causa efecto eso en la niña.) ¿Qué es lo que pasa? Aún no deja de cantar y pareciera que cantara más fuerte… ¡Qué desagradable esta niña! Tendré que darle un susto tremendo; quizás se calle y se ponga a llorar. (El ladrón camina por detrás de la niña y sin que ella se dé cuenta la asusta, la niña sigue cantando muy feliz.) Escúchame, niña, ¿cuál es el motivo de que estés así? Te robé tu felicidad y más aún, la destruí y sigues así de alegre.
NIÑA FELIZ. Ya le expliqué, señor, que en mí vive Jesús y por lo cual él es mi gozo, mi paz, amor, mi alegría, mi todo.
LADRÓN. Basta, te dije que Jesús murió, yo lo mate, vi como él murió y es más, me burlé de su muerte. Él no es nada porque ya murió. ¡Ja, ja, ja, ja! Dime algo, niña, mira a tu alrededor: ¿ves a Jesús? Solo yo estoy aquí porque yo lo maté y ahora haré lo mismo contigo. ¡Ja, ja, ja, ja!
(La niña se arrodilla en el suelo y empieza a orar.)
NIÑA FELIZ. Señor Jesús, yo sé que tú moriste, pero que resucitaste al tercer día para darme vida y ahora vives en mi corazón. Te pido que por misericordia ayudes a este señor que está diciendo cosas sobre ti, que no le tomes en cuenta todo lo que él dice, manda a uno de tus ángeles para que le demuestre tu poder sobre los cielos.
(El ladrón toma a la niña de un brazo.)
LADRÓN. Ahora verás que solo yo existo.
(En eso entra un personaje de blanco en escena, un ángel, la niña lo ve y exclama.)
NIÑA FELIZ. ¡¡Jesús!! Sé que mandarías a un ángel para ayudarme como siempre lo haces.
(El ladrón al ver el ángel exclama.)
LADRÓN. ¿De verdad que Jesús está vivo? No puede ser, mejor me voy… (El ladrón sale huyendo.)
(El ángel toma a la niña y la abraza y mirando al público exclama…)
ÁNGEL. El ladrón vino para matar, hurtar y destruir, y Jesús vino a este mundo para que tengan vida y vida en abundancia.

Y Rut cambió sus gafas

10 Minutos y 5 Personajes. Varios pacientes con problemas de visión acuden a buen oculista a revisarse. El doctor les da consejos para mejorar su situación pero todos parecen demasiado apegados a sus costumbres: Todo dependerá del punto de vista de cómo se miren las cosas.




Y RUT CAMBIÓ SUS GAFAS




PERSONAJES

GAFAS OSCURAS
OCULISTA
MIOPE
SEÑOR CON LUPA
GAFAS ROTAS



ACTO I

GAFAS OSCURAS. Buenos días (mirando tímidamente a todos los lugares, casi susurrando.)

OCULISTA. Buenos días, usted dirá.

GAFAS OSCURAS. ¿Qué... qué hace aquí toda esta gente mirándome?

OCULISTA. ¿Mirando?

GAFAS OSCURAS. Sí, sí, mirándome y además con cara rara. Vea cómo ese señor me mira por encima del hombro. ¿Y aquél? ¿No ve cómo se ríe de mí? Menos mal que llevo estas gafas negras que si no...

OCULISTA. Bueno, entonces, si está contento con sus gafas, ¿por qué ha venido a verme?

GAFAS OSCURAS. ¡Hombre! Estoy contento pero me gustaría tener otras aún más oscuras y que me impidan ver a la gente que se ríe y me acribilla con la mirada.

OCULISTA. Lo siento mucho pero creo que esa no sería la solución. Unas gafas aún más oscuras tampoco le permitirían ver los obstáculos que pueda haber en el camino y terminaría por abrirse la cabeza. Lo que usted necesita realmente es quitarse esas gafas negras y ponerse otras más claras; no sé, tal vez unas con cristales rosas le harían ver las cosas con mayor claridad...

GAFAS OSCURAS. ¿Ver aún más claridad cómo se ríe la gente de mí y cómo me señalan con el dedo? ¿Está loco?

OCULISTA. No, lo que pretendo es que vea claramente lo que ocurre en realidad. Usted cree que la gente se le ríe cuando en realidad le está sonriendo y cree que le señalan con el dedo cuando lo que hacen es saludarle. Pero, claro, usted gracias a esas gafas lo ve todo negro.

GAFAS OSCURAS. Claro y querrá que lo vea en Grunding Supercolor. Me tiene harto. ¿Sabe? Usted es como todos, está intentando burlarse de mí quitándome lo único que hace que aguante esta maldita vida. (Levantándose.) ¡Vaya médico de pacotilla! ¿Dónde está el respeto hacía el paciente? ¡Me voy! Ha sido un grave error venir a su consulta. ¡Adiós!



ACTO II

MIOPE. (Entra tropezando y casi cayéndose.)

OCULISTA. (Levantándose para ayudarlo a sentarse.) ¡Cuidado! Un poco más y tropieza. Venga, siéntese aquí. Eso es, muy bien. Por lo que veo, tiene usted un grave problema de visión.

MIOPE. Ay, sí, doctor, tan sólo veo bultos y a veces ni siquiera eso. Me paso todo el día tropezando. No se imagina Usted la de morrazos que llevo por todo el cuerpo.

OCULISTA. Bueno, la verdad es que después de su entrada sí que puedo hacerme una idea… Pero dejemos esto y pasemos a examinarle. ¿Qué ve aquí?

MIOPE. Nada.

OCULISTA. ¿Y aquí?

MIOPE. Sigo sin ver nada.

OCULISTA. ¿Ve algo aquí ahora?

MIOPE. Uy sí, veo una enorme mancha negra.

OCULISTA. Perdone pero, ¿sabe usted leer?

MIOPE. Me ofende… Sepa que soy doctor en derecho canónico.

OCULISTA. Disculpe, no lo sabía. De todos modos creo que ya sé seguro cuál es su problema y aquí tengo las gafas necesarias: Tenga, póngaselas. ¿Qué tal ve?

MIOPE. Fantástico, oiga, esto es otra cosa… (Se levanta y anda.) Ahora sí que ya no tropiezo con nada. Pero... ¿Serán muy caras estas gafas?

OCULISTA. Pues no, mire, nosotros tenemos una oferta permanente y estas gafas le salen absolutamente gratis.

MIOPE. ¡Oiga! ¡Que yo tengo dinero para poderlas pagar! Si quiere hacer caridad, hágalo con quien no tiene el dinero que yo tengo.

OCULISTA. No, no se trata de hacer caridad, es una oferta que tenemos permanente porque hubo alguien que pago todas las gafas que nosotros distribuimos a nuestros clientes; por lo tanto, no podemos aceptar dinero por ellas.

MIOPE. Ya lo entiendo. Lo que usted pretende es poder quitarme las gafas cuando usted quiera, ya que no he pagado nada por ellas.

OCULISTA. Se equivoca, las gafas estarán a su nombre y nadie podrá arrebatárselas.

MIOPE. Mire, no va a lograr engañarme; así que aquí tiene sus gafas, no las quiero (sale tropezando de nuevo).



ACTO III

SEÑOR CON LUPA. Buenos días

OCULISTA. Buenos días. Siéntese, por favor.

SEÑOR CON LUPA. Gracias.

OCULISTA. Me parece que ya sé cuál es su problema. Usted ve las cosas demasiado grandes, salvo cuando mira a lo lejos que lo ve todo borroso ¿acierto?

SEÑOR CON LUPA. Pues sí, es verdad. Ya me habían dicho a mí que usted era un médico oculista fabuloso...

OCULISTA. Hombre... Sería falsa modestia si no reconociera que soy el mejor de todos los tiempos.

SEÑOR CON LUPA. Precisamente por eso estoy aquí, porque he ido a muchos lugares y nadie ha dado con la solución a mi caso.

OCULISTA. Déjeme ver... (Lo examina.) ¡Caramba! Pues tiene una vista fabulosa; lo único que tendría que hacer es dejar esa lupa en su casa.

SEÑOR CON LUPA. ¡¿Pero qué dice?! ¿Dejar yo mi lupa en casa? ¡Eso jamás!

OCULISTA. Es la única forma de que pueda ver normalmente.

SEÑOR CON LUPA. Pero, ¿no se da cuenta de que hay cosas que no se pueden ver a simple vista? Por ejemplo, cuando estaba esperando había una chica con un pelo que a simple vista parecía incluso bonito, pero visto a través de la lupa se veía frágil, quebradizo y abierto por las puntas. ¡No quiero perderme esos detalles!

OCULISTA. Ese es su problema que no quiere perderse los detalles, pero los detalles negativos.

SEÑOR CON LUPA. ¡Encima me insulta! ¡Qué desfachatez! ¿El mejor médico de todos los tiempos? ¡Vamos, hombre, no me haga reír! (Saliendo.) ¡El mejor! ¡Un payaso! Eso es lo que es usted ¡Un payaso!



ACTO IV

GAFAS ROTAS. Con permiso...

OCULISTA. Sí, adelante, siéntese, por favor (se sienta). Caramba, ¡qué gafas tan originales!

GAFAS ROTAS. Sí, las tengo hace ya muchos años. Pero aunque sean originales lo cierto es que me están dando algún que otro problema.

OCULISTA. Imagino cuáles son pero, explíquese.

GAFAS ROTAS. Pues verá, me producen una especie de visión doble. Bueno, no sé realmente si son las gafas o mis ojos pero lo cierto es que me desconciertan porque no sé muy bien qué imagen es la correcta, y esto me ha causado serios problemas de convivencia.

OCULISTA. Lo imaginaba. ¿Podría quitarse las gafas para mirar sus ojos con más detenimiento?

GAFAS ROTAS. ¿Quitármelas? No creo que pueda. Son muchos los años que llevo con ellas puestas, no me las quito ni para dormir. Alguna vez he intentado hacerlo y no he podido, pero bueno, por intentarlo, que no quede. (Lo intenta con todas sus fuerzas pero no lo consigue.) Nada, no hay manera.

OCULISTA. ¿Me permite que lo intente yo?

GAFAS ROTAS. ¿Usted? No creo que pueda además, tengo miedo de que me haga daño.

OCULISTA. No se preocupe, ya han venido otros clientes con los mismos problemas. Algunos ya lo habían intentado todo para poder quitarse las gafas y no pudieron: fui yo el único que pudo hacerlo, y el único que puede quitárselas a usted.

GAFAS ROTAS. De acuerdo, pero tenga mucho cuidado, ¿eh?

OCULISTA. Tranquilo (le quita las gafas). ¿Lo ve? No ha sido tan traumático. ¿Qué tal ve ahora?

GAFAS ROTAS. Parece increíble, primero logra quitarme las gafas y en cima veo mejor que antes.

OCULISTA. A pesar de ello voy a examinarle... (Mira los ojos con la linterna.) Sí, ve mejor que antes pero aún no tiene una visión perfecta. Necesita otras gafas.

GAFAS ROTAS. ¡Otras gafas! No, por favor, ya sufrí bastante con las anteriores.

OCULISTA. Tenga confianza en mí. Mire con estas gafas y no tendrá ningún problema. Pruébelas.

GAFAS ROTAS. Está bien, otra vez me ha convencido. (Se las pone.) ¡Fantástico! Ahora tengo una visión perfecta, pero... Usted siendo tan buen médico, y estas gafas siendo tan buenas... Todo esto será muy caro.

OCULISTA. No se preocupe. Tenemos una oferta especial permanente. Resulta que hubo alguien que pagó el precio de todas las gafas y de todas las visitas que aquí se realizan, por lo tanto usted no tiene que abonar nada por ellas; lo único que tiene que hacer es aceptarlas, y luego mantenerlas en buen estado.

GAFAS ROTAS. ¿De verdad?

OCULISTA. Sí
GAFAS ROTAS. Esto es maravilloso. Muchas gracias, doctor. Las acepto y ahora mismo voy a contar a todos lo que usted ha hecho por mí.

La lección de natación

7 Minutos y 2 personajes. Un pez intenta enseñar a nadar a un gato pero como el gato tiene miedo se burla de él. El gato le dice que se ha sentido herido por sus palabras y ambos hacen las paces.

LA LECCIÓN DE NATACIÓN


Lisa Mladinich. Traducido por María M. Rivera
http://www.catholicmom.com


Mateo 5:22: Pero yo les digo, el que insulte a su hermano será reo de juicio…

PERSONAJES

PEZ PAYASO
GATO

PEZ PAYASO. Bienvenidos, bienvenidos a la escuela oceánica de natación. ¡¡Hoy, yo, el gran maestro de natación le enseñaré a ustedes, mamíferos de tierra, como nadar!!

GATO. ¡Qué bueno! Estoy listo. ¡Vamos a empezar!

PEZ PAYASO. Bien, bola de pelo sin aletas, brinca al agua.

GATAO. O sea… ¿que brinque? ¿Sin mi burbuja?

PEZ PAYASO. ¡Métete ahí y nada, chillón, o te dará un cocotazo en la cabeza con una banana!

GATO. ¡Pero, yo pensé que tú me ibas a enseñar!

PEZ PAYASO. ¿Que estás ASUSTADO? ¿Eres un gatito chillón con pañal? ¡Na, na, na, na, na, bebé! ¡Tú eres un bebé chillón! (Se ríe.)

GATO. Pero, yo nunca he nadado antes…

PEZ PAYASO. Gato miedoso, gato miedoso (riéndose con alboroto).

GATO. ¡Esto no me gusta nada! ¡Me voy a mi casa!

PEZ PAYASO. Pero, ¿por qué? ¡Todavía no has aprendido a nadar!

GATO. ¡Porque tú no eres nadita de simpático!

PEZ PAYASO. Vamos, ¡es un chiste! ¡Se supone que te tienes que reir!

GATO. ¡Pero me estás diciendo cosas feas que hieren mis sentimientos!

PEZ PAYASO. ¡Pero yo soy un pez payaso! ¡Los peces payasos son chistosos! ¡Yo pensé que era chistosísimo!

GATO. Pues a mí no me estuvo chistoso. Me hiciste sentir muy mal y con vergüenza. Se me quitaron los buenos sentimientos.

PEZ PAYASO. Lo siento. Yo pensé que te reirías de mis chistes.

GATO. Pero tus chistes no eran buenos. Eran groseros.

PEZ PAYASO. ¿Pues, entonces eso no es bueno?

GATO. No. No lo es.

PEZ PAYASO. Bueno, tú me has enseñando algo muy importante.

GATO. ¿Yo te enseñé a ti?

PEZ PAYASO. Sí. Tú me enseñaste que mis palabras siempre deben ser buenas.

GATO. ¿Sabes? Me acabas de regresar todos mis buenos sentimientos. Me estoy sintiendo con ganas de nadar otra vez. ¿Piensas que me puedes enseñar?

PEZ PAYASO. ¡Claro! ¡Absolutamente! ¡Respetuosamente invito a mi amigo felino al océano! ¡Bienvenido a mi hogar, mi escuela, mi banco! ¿Entiendes? ¿Banco? ¿Los peces nadan en bancos? ¡Ja, ja! ¡¡Es un chiste de mí!!

GATO. ¡Eso sí es chistoso! ¡¡¡Vamos a nadar!!! ¡¡Vamos!!


FIN

Nota de la autora:
Yo siempre les pregunto a los niños si está bien decir chistes sobre nuestros amigos. Al final de la presentación usualmente responden correctamente diciendo que no. Entonces les pregunto si está bien decir chistes sobre nosotros mismos, generalmente responden correctamente diciendo que sí. Les pregunto si quieren escuchar algunos chistes sobre mí, y entonces me pongo de pie y tratando lo mejor que puedo a ser chistosa les digo:
1. Yo soy tan alta que cuando llueve yo soy la primera en saberlo.
2. Yo soy tan alta y flaquita que cuando saco la lengua parezco una cremallera.
Después de reírnos, les pregunto si mis chistes hirieron sus sentimientos y me aseguran que no. Ese es el punto.




Hablando de modales

7 Minutos y 2 Personajes. Patito y cangrejo discuten porque se acusan mutuamente de ser marionetas y cuando descubren que ambos son marionetas se piden perdón y se reconcilian.


HABLANDO DE MODALES

Lisa Mladinich Translated by María M. Rivera
http://www.catholicmom.com




PERSONAJES

PATITO
CANGREJO


PATITO. Cuá, Cuá.

CANGREJO. Sí, hola.

PATITO. Hola, cuá.

CANGREJO. ¿Cómo estás hoy?

PATITO. Bien, cuá. ¿Y tú?

CANGREJO. Pues muy bien, gracias.

PATITO. Cuá. Tú sí que tienes buenos modales.

CANGREJO. ¡Pues muchas gracias!

PATITO. De nada.

CANGREJO. Practico mis buenos modales todos los días.

PATITO. Qué bien.

CANGREJO. Creo que los buenos modales hacen del mundo un mejor lugar (golpea al patito.)

PATITO. Ay, cuá. Accidentalmente me golpeaste, cuá.

CANGREJO. Lo siento muchísimo. No quería golpearte. Por favor, perdóname.

PATITO. No te preocupes. Ese golpe no me dolió.

CANGREJO. A, pues me alegro. Oye, tú eres una marioneta muy simpática.

PATITO. Cuá. (Mira alrededor.) ¿Quién, yo? ¿Qué quieres decir?

CANGREJO. Quiero decir que tú eres muy simpático. Eres una marioneta simpática.

PATITO. Cuá. Yo no soy una marioneta. Soy un patito de verdad. ¿Ves? Cuá, cuá. Así es que hablan los patitos de verdad. Pero tu sí eres marioneta. Cuá.

CANGREJO. ¿Yo? Yo no soy una marioneta. Soy un cangrejo de verdad. ¿Ves? Los cangrejos caminan de lado, así (mostrando con la pinza). Tú eres la marioneta.

PATITO. ¡No TÚ lo eres!

CANGREJO. ¡No TÚ lo eres!

PATITO. No TÚ… (Se da cuenta del que maneja la marioneta y mira, entonces mira de cerca al cangrejo y planea…) Oye, ven acá. Mira para allá por un segundito. ¿Ves, ves esa persona detrás de nosotros?

CANGREJO. (El cangrejo mira y luego mira al patito aterrorizado.) Yo no sé (mira otra vez.) Pero cada vez que nosotros decimos algo SUS LABIOS SE MUEVEN.

PATITO. (Los dos se asustan y tiemblan.) Vamos a darle el ojo negro.

CANGREJO. Sí. A las tres. Uno, dos, tres. (Se voltean. El/la que maneja las marionetas mira a otro lado y silba, como si nada. Ellos se voltean.)

PATITO. ¿Y eso? ¿Viste eso? Está actuando como si nada. Vamos a tratarlo otra vez. Una, dos, tres. (Se voltean otra vez, el/la de las marionetas mira a otro lado, la misma rutina.)

CANGREJO. Oye, eso está que da miedo.

PATITO. Sí. Me hace sentir como marioneta, ¿no crees?

CANGREJO. Bien que sí. (Se marchitan.)

PATITO. Qué cosa, cuá.

CANGREJO. Sí, que cosa. (Camina de lado.) Oye, lo siento por lo que te estaba diciendo de que eras marioneta.

PATITO. Yo también lo siento, cuá, cuá.

CANGREJO. Yo te perdono.

PATITO. Yo también te perdono.

CANGREJO. Tú eres un buen amigo. No me importa si eres marioneta.

PATITO. A mí tampoco. ¿Qué piensas que debemos hacer ahora? Cuá.

CANGREJO. ¡Vamos actuar algunas historias de la Biblia!

PATITO. ¡Oye! Cuá, que gran idea. ¡Vamos!

CANGREJO. ¡Tú primero!

PATITO. ¡Muchas gracias!

CANGREJO. ¡De nada!, por supuesto. (Se van.)

PATITO. Cuá, cuá, cuá…

FIN