Cuando Jesús toca a mi puerta

14 Minutos y 7 Personajes. Una mujer y sus hijas son asistidas por una doctora que desinteresadamente ofrece su trabajo a las personas más necesitadas. Lo mejor es que les testificará de Jesús en las fechas de Acción de Gracias y todos juntos compartirán ese día tan especial.


CUANDO JESÚS TOCA A MI PUERTA
Cedida amablemente por su autor: Luis Vallín


(Apc. 3:20) “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.

PERSONAJES

NARRADOR
DOCTORA BORJON
JULISA
VALERIA
ANA
JOSÉ
SOFÍA



PRIMER ACTO


(El primer panorama que se ve es una sala de espera en una clínica. La gente pasando de un lado a otro, algunos pacientes sentados esperando su turno, una recepcionista apurada en el teléfono y escribiendo notas, la doctora llamando al siguiente paciente, y ahí se encuentran los personajes principales que son; la Doctora Borjon, Julisa (la mama soltera), sus hijas: Valeria y Ana, y su hijo José, y Sofía, la amiga de la Doctora. (Luz apagada.)


NARRADOR. Una sala de espera en la clínica de la doctora Borjon, un día como cualquier otro con pacientes de todo tipo es el escenario de todo el año, pero aun siendo hoy uno de los días más festejados en toda la nación: el Día de Acción de Gracias, en esta clínica siempre es lo mismo: quejas aquí, llamadas allá, y es que la Doctora Borjon trabaja horas extras ayudando a su comunidad. Una comunidad que no tiene los recursos económicos para pagar un doctor general. Ella siempre le da gracias a Dios por haberle dado ese talento de ser doctora y el don de servicio; su lema es: ‘Jesús vino a servir, no para ser servido y yo digo lo mismo’. Aquí todos la llaman: ‘el ángel’. A ella no le gusta que la llamen así pero ellos así le dicen. Hoy será un día muy especial para ella y para Julisa, ¡hoy Jesús las sorprenderá haciendo una de las suyas!

(Se enciende la luz.)

RECEPCIONISTA. ¡Disculpe! ¿Quién falta de registrarse?

JULISA. ¡Falto yo!

RECEPCIONISTA. Tenemos que llenar este formulario para nuestros archivos, luego usted lo firma. Pero antes necesito verificar alguna información personal requerida por la política de nuestra clínica. ¿Está usted de acuerdo?

JULISA. Sí, está bien.

RECEPCIONISTA. ¿Su nombre?

JULISA. Julisa González.

RECEPCIONISTA. ¿Nombre de su esposo?

JULISA. Soy divorciada, ¿tiene algún problema con eso?

RECEPCIONISTA. Ninguno, ah… Puede tomar el formulario y llenarlo en su lugar si usted lo desea. Lo firma y me lo trae. Gracias.

(Mientras Julisa va a sentarse, sus hijas empiezan a discutir por lo que siempre discuten las jóvenes de su edad (improvisar). Julisa empieza a regañarlas para que se comporten. Se apaga la luz.)

NARRADOR. A Julisa la vida no le ha sonreído muy bien que digamos. Quedó embarazada a le edad de 15 años de su primera hija: Valeria y su novio no quiso casarse. Luego, un año más tarde volvió a quedar embarazada y fue la misma historia: quedó sola una vez más y cuando por fin encontró a alguien de quien realmente se enamoró y decidió casarse a los 5 años, la abandonaron. De ese matrimonio nació José, su hijo menor, que es muy callado y que siempre pasa desapercibido.

(Se enciende la luz. Cuando el narrador termina, aparece Sofía, la amiga de la doctora. Se sienta y ahí empieza la conversación.)

SOFÍA. ¡Buenas tardes! ¿Cómo está?

(No recibe respuesta, y pregunta otra vez.)

SOFÍA. No hay mucha gente el día de hoy, ¿verdad?

JULISA. (Cortante.) No.

SOFÍA. ¿Son sus hijas?

JULISA. Sí.

SOFÍA. Hola, ¿cómo están? Yo me llamo Sofía. ¿Y ustedes?

VALERIA. Yo me llamo Valeria y ella Ana, y aquella cosa se llama José.

JOSÉ. Shut-up!

ANA. You shut-up!

JOSÉ. Whatever!!

JULISA. ¿Ya van a empezar de nuevo? ¡Compórtense como la gente y como lo que son!

VALERIA. ¡Mira quien habla! ¿No te mordiste la lengua, mamá? Si tú eres la que hace más escándalo que nosotros tres juntos, ¡con tu mal genio que ni tú te lo aguantas!

SOFÍA. ¡Perdón, perdón, no quise provocar un problema entre ustedes!

ANA. No se preocupe, ya tenemos muchos, lo mismo nos da uno más.

JULISA. ¡Perdone usted! Como ve, no somos una familia muy normal que digamos. Es solo que… no he podido ser una buena madre para llevar las riendas de esta familia y…

JOSÉ. (Interrumpe.) Here we go again!

JULISA. Y… desde que él nos abandonó… pues no he podido con estos tres, la verdad ¡no sé cómo hemos sobrevivido!

SOFÍA. Bueno, no se preocupe por eso, yo la entiendo perfectamente. Mi mamá también fue madre soltera y yo también le di muchos problemas, y por supuesto ella también sufría. Recuerdo que un día la encontré llorando en su habitación con una fotografía en la mano, en la cual estábamos mi papa, ella y yo, que tenía como cuatro anos de edad y… ella se culpaba así misma de la desgracia. Ahí me di cuenta que las dos sufríamos por igual, y que lo único que tenía yo era ella y ella a mí.

ANA. ¿Y su mamá dónde está?

SOFÍA. ¡Ella descansa en Dios! Falleció hace 3 años.

VALERIA. ¿Y cómo murió?

SOFÍA. Un accidente de carro. Otro carro la impactó en una luz del semáforo. La persona venía ebria y no vio la luz que ya estaba en rojo… y golpeó el auto de ella y ahí murió instantáneamente.

JULISA. ¿Y cómo hizo para recuperarse de todo eso? Le pregunto porque usted habla con mucha paz en su interior...

SOFÍA. No fue fácil, pero cuando conocí a Jesús y dejé que entrara en mi corazón todo cambió para bien. Pude superar muchas cosas.

ANA. ¿Y cómo puedes conocerlo?

SOFÍA. La doctora Borjon fue la que me habló de Jesús…

(Se apaga la luz.)

NARRADOR. Entonces ella empezó a contarles toda la historia entre ella y la Doctora. De cómo en medio de la tormenta de sufrimiento la doctora la guió a conocer y aceptar a Jesús como Salvador. También les contó de cómo cada día de Acción de Gracias se reunían para cenar y dar gracias por las cosas buenas que Dios nos da, y por la amistad que habían encontrado entre ellas porque no tenían familiares con quien compartir ese día. Julisa y sus hijos se sintieron identificados en ese área, pues ellas no solían celebrar nada porque la soledad las deprimía y al mismo tiempo le pidieron a Sofía que le mostrara a Jesús como Salvador…

(Se enciende la luz.)

JULISA. Entonces, ¿tú podrías ayudarnos a encontrar a ese Jesús el Salvador?

SOFÍA. ¡Por supuesto que sí! ¡La Doctora puede ayudarnos también! ¡Mira, ahí está! ¡Hola!

DOCTORA. ¡Hola Sofía! Pensé que no ibas a venir.

SOFÍA. ¿Cómo crees que se me va a olvidar un día como este? Mira, te presento a Julisa y su familia: Valeria, Ana, y José, nuestros invitados de honor para la cena. No tienen con quién celebrar el día de Acción de Gracias.

DOCTORA. ¡Qué bueno! Tan pronto termine nos vamos a cenar.

(Se apaga la luz.)

NARRADOR. Esa noche Jesús tocó la puerta del corazón de Julisa y sus hijos. Estaban a punto de tomar la mejor decisión de su vida, que era abrir la puerta de sus corazones a Jesús. De ahí se fueron a casa de Sofía, prepararon la mesa, conversaron sobre sucesos de su pasado, hablaron de todas las cosas que les habían sucedido: buenas y malas, y luego se sentaron a la mesa para dar gracias y cenar. Pero faltaba algo por hacer…

(Se enciende la luz.)


SEGUNDO ACTO

DOCTORA. Bueno, antes de empezar a cenar yo quiero decirles que hoy no sólo se puede celebrar un día histórico o festivo, sino celebrar dando gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho en nuestras vidas, y lo que hizo por nosotros al dar a su hijo para que pagara con su muerte y sufrimiento nuestros pecados. Pero con su resurrección nos dio vida eterna.

VALERIA. Sofía nos habló acerca de Jesús que fue el que le ayudó vivir una vida nueva. ¿Usted nos puede ayudar?

DOCTORA. Sí, yo les puedo ayudar. Como les estaba diciendo Dios mandó a su Hijo Jesús para que por medio de su muerte en la cruz, pagara por todos nuestros pecados. Luego resucitó al tercer día y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. Eso lo declara la Biblia. Pero hay un problema… y es que para estar con Jesús hay dos formas de hacerlo: una es siendo perfecto y yo no soy perfecta, solo Dios es perfecto, nadie es perfecto. La otra es aceptando a Jesús como tu único Salvador, porque Él es perfecto y pagó el precio por nosotros. ¿Quieren ustedes hacer esa decisión hoy?

FAMILIA. ¡Sí!

DOCTORA. OK. Primero permítanme orar por ustedes, y luego hacemos una oración juntos: Señor te damos gracias no solo por el día de hoy, sino todos los días, gracias que me permitiste conocer a esta familia, tan necesitada de ti, que nunca te habían conocido porque nadie les había hablado de ti. Pero ahora te conocerán, ¡gracias Padre! Por este privilegio que me das de guiarlos a ti. Ahora, repitan conmigo esta pequeña oración: “Señor Jesús, entra a mi Corazón y sálvame, te pido perdón por todos mis pecados y me arrepiento de ellos; creo con todo mi Corazón que tú eres Hijo de Dios, que diste tu vida por mí para salvarme y darme vida eterna, hoy te entrego mi vida, en el nombre de Cristo Jesús. Amén”

SOFÍA. Ahora que ya aceptaron a Jesús como su único Señor y Salvador de sus vidas, yo quisiera que tú, Julisa, oraras dando gracias por el día de hoy y por este milagro.

JULISA. Señor te doy gracias por habernos encontrado, gracias por poner en nuestro camino a la Doctora y a Sofía; gracias por tu amor y tu perdón. Ahora guíanos con tu poder y amor. Amén.

NARRADOR. Esa noche fue maravillosa: no sólo se celebró el Día de Acción de Gracias sino cuatro nacimientos nuevos, cuatro almas más para Cristo y se cumplió lo que Dios quería: que esta familia lo conociera, se entregara y cenara con Él. Posiblemente tú te has sentido solo o sola en estos días donde se celebra la comunión con tus seres queridos, y aun así te sientes solo, hoy Dios te habla a ti que estás sufriendo y te dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Apc. 3:20

Una Navidad en Israel

7 Minutos y 2 Personajes. Una pareja decidide pasar las Navidades en Israel. El caso es que la Navidad en el país donde nació Jesús es bastante diferente de lo que ellos esperaban. Basado en una historia real.

UNA NAVIDAD EN ISRAEL


PERSONAJES

RAQUEL
JUAN
EXTRAS: NIÑOS

OBRA

(Juan está sentado en una silla leyendo un periódico y entra Raquel con una bolsa de tela y una planta interior.)

RAQUEL. (Disgustada.) ¡Esto es ridículo!

JUAN. (Distraído.) ¿Qué pasa, cariño?

RAQUEL. (Deja la bolsa en el suelo, se quita el abrigo mientras habla.) No he encontrado nada en las tiendas de aquí que pueda usar para mis recetas de Navidad.

JUAN. Tu bolsa parece llena.

RAQUEL. Algunos sustitutos y otras cosas raras con las que intentaré adaptarme a las recetas de mi familia para estas fechas.

JUAN. Confío plenamente en tu creatividad.

RAQUEL. (Saca algunas cosas de su bolsa – huevos, harina, nada sin etiquetas.) Pensaba que iba a ser diferente. Quiero decir que no parece Navidad.

JUAN. (Mirando por encima de su periódico.) Bien, aquí estamos, en el lugar en el que nació Jesús.

RAQUEL. Pero hoy es Navidad, Juan. Todas las tiendas están abiertas, la gente trabaja. Es como si fuera un día normal.

JUAN. Se parece a la primera Navidad.

RAQUEL. (Se para pensativa y sonríe.) Creo que tienes razón. (Unos niños miran a la pareja desde una ventana. Raquel le hace señales a Juan en un aparte.) No mires ahora pero parece que tenemos invitados.

JUAN. (Se vuelve y mira a la ventana y los niños se echan a correr riendo.) Les debemos parecer muy raros.

RAQUEL. (Se ríe entre dientes.) Me parece que sí. Una planta de interior rodeada con papel de aluminio para empezar y la mujer loca que busca ingredientes de los que nunca han oído hablar. (Su mirada cambia y se vuelve triste.)

JUAN. ¿Echas en falta el estar en casa?

RAQUEL. (Pausa.) Sí, me imagino que sí.

JUAN. Si estuviéramos allí, los chicos estarían en casa para las vacaciones de Navidad y las pasaríamos todos juntos alrededor del árbol intercambiando regalos. La cadena de música tocaría dulces melodías; seguramente tomaríamos una taza de chocolate caliente y algunos dulces típicos.

RAQUEL. Lo que daría por estar alrededor de una chimenea ahora.

JUAN. (Estoico.) ¿Hace frío afuera, verdad?

RAQUEL. (Se para y en actitud pensante.) ¿Juan? ¿Crees que los chicos estarán juntos?

JUAN. Me imagino que sí.

RAQUEL. Me encantaría que estuvieran aquí con nosotros.

JUAN. O que nosotros estuviéramos allí.

RAQUEL. Ummm. (Cambiando de tema.) ¿Quieres un poco más de té?

JUAN. (Se ríe entre dientes.) Me conformaría con un café.

RAQUEL. (Se levanta y empieza a echar té.) Echo en falta los villancicos.

JUAN. Eso sí que puedo arreglarlo.

RAQUEL. (Sonríe.) ¿Cómo?

JUAN. Mira, incluso he traído un adaptador. (Saca un CD y pone un villancico que se oye de fondo.”Campanas de Belén”.)

RAQUEL. (Reconoce la música). Estupendo. Gracias, Juan. (Le pasa una taza de té). Esto está mejor.

JUAN. (Toma el té y se lo bebe.) Todo lo que quería por Navidad era un café.

RAQUEL. (Ignora el insulto.) De nada.

(Ambos disfrutan de la música por unos momentos.)

JUAN. ¿Ha sido el viaje tan horrible?

RAQUEL. Oh, no, Juan, para nada. Hemos visto el lugar en el que se cree que nació Jesús. (Sonríe.)Hemos visto algunas de las “posadas” de la zona.

JUAN. ¿Sabes? Esta situación me hace pensar en si fue así como cuando José Y maría vinieron para el censo.

RAQUEL. ¿Qué quieres decir?

JUAN. Había mucha gente que no era de la ciudad. Seguramente eran personas con costumbres y tradiciones diferentes. La gente de Belén no estaría de fiesta. El nacimiento de Jesús, aunque esperado, parecía un acontecimiento sin importancia para la gente de Belén porque niños nacen todos los días.

RAQUEL. No te sigo.

JUAN. (Pausa.) Sólo sé que porque estemos en el país en el que nació Jesús no vamos a sentir de una forma más intensa la Navidad.

RAQUEL. La verdad es que pensaba que iba a estar lleno de árboles, sonando villancicos y con motivos navideños por todos los lados.

JUAN. Así es como celebramos la Navidad, ¿no?

RAQUEL. (Se sienta al lado de Juan y escucha por un rato los villancicos.) ¿Juan?

JUAN. ¿Eh?

RAQUEL. Es verdad, ¿no?

JUAN. ¿El qué, cariño?

RAQUEL. El estar en Israel en Navidad no significa que se sienta más la Navidad.

JUAN. (Pausa.) Sí, Raquel, tienes razón.

RAQUEL. (Bebe té en actitud pensativa.) ¿Dónde está Jesús?

JUAN. En el corazón de su pueblo, Raquel. En el corazón de su pueblo.

Copyright 2002.
Si usa esta obra le agradeceríamos que nos informara.
Firstacts@IloveJesus.net

Había una vez una unión juvenil...

6 Minutos y 7 Personajes. Una joven va por primera vez a una reunión juvenil. Por el descuido de todos los miembros esta joven es desatendida. Los jovenes se enteran al día siguiente que se ha suicidado y se preguntan qué podrían haber hecho.


HABÍA UNA VEZ UNA UNIÓN JUVENIL...
Ivette E. Pérez Barrios




PERSONAJES

SUPERIOR
COQUETA
RELIGIOSA
ANTIPÁTICA
NUEVA
JONATÁN
FRESA




PRIMER ACTO

(Los jóvenes llegan a un balneario.)

SUPERIOR. ¡Está padrísimo! Este lugar… no se midieron los líderes esta vez…

RELIGIOSA. Dios mío todos traen traje de baño, no puede ser… el mío está muy corto… (Se alza la falda a la rodilla.) Perdónanos, señor… (Se pone a orar.)

ANTIPÁTICA. ¡Qué aburrido! ¿Cómo se les ocurre a mis papás mandarme a este lugar? ¿Como a qué hora terminará…?

COQUETA. Mira, ahí está Pablo... (Le saluda.) ¿Te imaginas cómo se ha de ver con traje de baño? También está Eduardo, ese niño está hermoso pero... A mí el que me encanta y me vuelve loca es Rodrigo, es el amor de mi vida. (Se toca el corazón y suspira.)

NUEVA. Hola, disculpa, ¿cómo te llamas?

ANTIPÁTICA. Abril.

NUEVA. ¿Tiene mucho tiempo que asistes a esta iglesia?

ANTIPÁTICA. Algo... (Se levanta y la deja hablando.)

NUEVA. Hola, ¿cómo te llamas?

RELIGIOSA. Elizabeth y ¿tú?

NUEVA. Karla. Oye, ¿tú sabes si ya va empezar el servicio?

RELIGIOSA. No pero, ¿ya recibiste a Cristo como tu salvador personal?

NUEVA. No, pero…

RELIGIOSA. ¡Nooo!!! Pues es el momento: cierra tus ojos inclina tu cabeza repite conmigo: “soy un pecador reconozco que solo…” (Le suelta la cabeza y toma su Biblia con las dos manos.)

(La chica nueva escapa, sale hacia la derecha segundo plano. Se encuentra a Jonatán.)

JONATÁN. ¿Hola? ¿No habías venido antes con nosotros, verdad? ¿Cómo te llamas?

NUEVA. Karla. Sí y quisiera conocer un poco más porque no entiendo varias cosas y…

COQUETA. Hola Johnny, ¿cómo estás?

JONATÁN. Bien gracias, mira te presento a...

COQUETA. Sí, claro, oye vamos a tomar un refresco anda, ¿sí? (Pone cara de niña triste.)

JONATÁN. Pero es que estoy platicando con Karla…

NUEVA. Solo mira…

COQUETA. Sí pero luego, vamos (lo toma del brazo y se lo lleva) ¡Ah! ¡Bye nena!

JONATÁN. Bueno…

NUEVA. (Desanimada.) Mejor me voy, no tiene caso estar aquí si nadie me hace caso y son tan raros… (Se va por la derecha.)

FRESA. ¡Osea qué onda! Primero Bárbara se cae con Johnny y Elizabeth no deja de orar, la chava nueva se fue. ¡Qué mal están todos! Ven, te mostraré mi traje de baño…


ACTO II - Reunión de jóvenes

(Una semana después.)

JONATÁN. Hola chavas, ¿ya saben qué pasó?

SUPERIOR. Hola, no, ¿por qué?

JONATÁN. ¿Se acuerdan de Karla? ¿La chica nueva que fue a la albercada?

COQUETA. ¡Ah, sí! Humm, la chava que estaba platicando contigo. (Celosa.)

ANTIPÁTICA. ¡Ah, sí! Se acercó a mí pero la verdad no lo hice caso. Pero, ¿por qué? ¿Qué le pasó?

JONATÁN. Ayer murió, se suicidó.

FRESA. Osea, ¿cómo? ¡Qué mala onda! No tuve la oportunidad de hablar con ella porque nunca se acercó a mí y no entiendo por qué.

COQUETA. Me siento mal. ¿Por qué tomaría una decisión así?

JONATÁN. Tal vez si compartimos un poco de nuestro tiempo a otras personas aparte de nuestros amigos la hubiéramos conocido mejor y tal vez no hubiera sucedido esto.

El tiro de gracia

15 Minutos y 4 Personajes. Una joven es atosigada por su madre. Continuamente es maltratada, pegada y humillada por lo que se plantea el suicidio.


EL TIRO DE GRACIA
José Andrés Varela Montenegro


PERSONAJES

GRETTEL
MAMÁ
VERÓNICA
VIDA


ESCEARIO: Es muy simple, sólo una silla.


ACCIÓN

(Música: La pista Nº 1 del CD El Tiro de Gracia. Deja que corra unos 30 segundos, la baja poco a poco y pone la Nº 2. Cuando llega a veinte segundos enciende la luz Nº 11 poco a poco, y luego la Nº 13.

(Las luces se encienden, el escenario está vacío, solo una silla en el centro del escenario.)

GRETTEL. (Entra por la izquierda, con un salveque en la mano, su paso es muy apresurado. En su rostro se nota tristeza.)

MAMÁ. (Entra detrás de Grettel muy molesta. Trae un examen en la mano derecha. Está muy enojada.) ¿Qué está pasando, Grettel? ¿Qué significa esto?

GRETTEL. Pero es un simple examen mamá, no es el fin del mundo.

MAMÁ. (La empuja. Le grita.) ¿Cómo te atreves a responderme con esa insolencia?

GRETTEL. (En el suelo.) Mami, no exageremos, que no es una mala nota.

MAMÁ. (La levanta muy groseramente del suelo.) ¿Qué no es una mala nota? Mira. (Le enseña el examen.) ¿Qué nota dice que sacaste?

GRETTEL. (Con voz temblorosa.) Un ochenta y nueve punto cinco.

MAMÁ. (Enojada.) Más alto.

GRETTEL. (Respira profundo, tratando de no llorar.) Ochenta y nueve punto cinco.

MAMÁ. (La toma del pelo y la levanta.) Que lo digas más duro, que no te escucho.

GRETTEL. (Grita.) Ochenta y nueve punto cinco.

MAMÁ. (Le da una cachetada.) No seas insolente y no me alces la voz, malcriada.

GRETTEL. (Mira a su mamá con odio, mientras se acaricia la cara.)

MAMÁ. Y eso no es todo, me llaman del colegio para decirme que te habías peleado con otra compañera. ¿Cuándo te he enseñado a pelear? ¿Cuándo me he puesto a hacer el ridículo dándome de golpes con otra mujer?

GRETTEL. ¿Te respondo?

MAMÁ. (La amenaza.) No me vuelvas a hablar con esa insolencia, o te pego un manazo y te rompo la boca, malcriada.

GRETTEL. (Se sienta en la silla y no dice nada.)

MAMÁ. ¿Quiero saber por qué te peleaste en el colegio como una vieja de patio?

GRETTEL. (Grettel no dice nada.)

MAMÁ. A ver, ¿por qué no me respondes?

GRETTEL. (Sigue callada.)

MAMÁ. (Se enoja y la empuja de nuevo.)

GRETTEL. (Del empujón se cae de la silla.)

MAMÁ. (Le grita.) Que me respondas te dije, o te rompo la boca a manazos hasta que me contestes.

GRETTEL. (Poniéndose de pie.) Me dijiste que no te respondiera y ahora me quieres pegar porque no te respondo. Entonces mami, ¿cómo es la cosa?

MAMÁ. (Levanta la mano de manera amenazadora.) No me venga con pachucadas que no lo pienso una vez para volarle su buen manazo.

GRETTEL. (Retando a su mamá.) Pégueme señora, pégueme, y si puede máteme, que ya no soy su hija, porque usted quiere una hija perfecta. ¿Por qué mejor no se compra un robot y lo programa para que siempre le saque cienes y noventa y cincos; que nunca se enoje, que nunca proteste, que no diga nada cuando usted le pega y quiera defenderse...?

MAMÁ. (Le da una cachetada.)

GRETTEL. (Sigue hablando.) O mejor se compra un saco de boxeo para que practique, porque resulta que mi cara no es tan resistente como lo es un saco de boxeo, o bien...

MAMÁ. (Enojada.) Ya basta, cállese, mocosa, no siga. Está castigada, no me sale en un mes.

GRETTEL. Me da igual, nunca salgo porque tengo que pasar clavada en el escritorio para poder traerle sus cienes y noventa y cincos.

MAMÁ. (Levanta la mano.)

GRETTEL. (La reta.) Sígale, sígale, pégueme, descárguese conmigo, que yo tengo la culpa que papá se haya cansado de sus insolencias, que las vecinas no le hablen por los constantes agarronazos con ellas, sígame pegando.

MAMÁ. (Baja la mano.) Ojalá te murieras, mocosa, para que pagues esa insolencia y falta de respeto hacia tu mamá. Que Dios te castigue.

GRETTEL. (Recoge el salveque del suelo.) No se preocupe señora, Dios escuchó su petición.

MAMÁ. (Molesta.) ¡Uy! mocosa insolente. (Sale por la derecha.)

GRETTEL. (Con el salveque muy agarrado. Se sienta en la silla. Mira hacia todos lados. Se escucha el latido de un corazón. Abre el salveque poco a poco, muy despacio, como dudando, con miedo. Luego mete la mano y busca algo, cuando lo tiene lo saca poco a poco. Saca una pistola. Deja caer el salveque. Mira la pistola y cierra los ojos.)

(Música: La pista Nº 3 del CD El Tiro de Gracia. Cuando Grettel abraza la pistola, la baja poco a poco, que quede de fondo.)

(Se apagan las luces, y sólo queda un reflector de piso encendido.)

VERÓNICA. (Entra por la derecha, vestida con el uniforme del colegio. Le habla a Grettel de manera burlona.) Qué rico que sacaste esa nota para que dejes de jugar de viva con tus cienes. ¿Sabes? Me tienes cansada, sapa modorra, nerda anémica, brocha desmechada.

GRETTEL. (Cierra los ojos con más fuerza, y se aferra más a la pistola.)

VERÓNICA. ¿Sabes, renerda? Me gustaría verte muerta. Sí, muerta.

GRETTEL. (Llora.)

VERÓNICA. No te soporto, cada examen que sacas bueno, digo bueno, requete excelente… ¿Sabes? Me revuelve el estómago y deseo con todas mis fuerzas que desaparezcas de este mundo. Le pido a Dios con todas mis fuerzas que te mueras.

GRETTEL. (Con los ojos bien cerrados.) No te preocupes, Verónica, tus deseos se van a hacer una realidad.

VERÓNICA. (Queda en TOC.)

(Música: La pista Nº 4 del CD El Tiro de Gracia. Deja que corra unos 15 segundos y la baja poco a poco, que quede de fondo.)

VIDA. (Entra vestida de blanco, saltando muy alegre. Rodea a Grettel.)

GRETTEL. (Sigue con los ojos bien cerrados.)

VIDA. No dejes que nadie te robe la paz. No busques la salida más difícil. No te equivoques en pensar que lo que vas a hacer es la salida más fácil. Puede ser rápida, pero a la postre será la más dura. Cuando mueres, ya no hay vuelta de hoja.

GRETTEL. (Se tira al suelo, y cae de rodillas. Está llorando.)

VIDA. Hay otra salida, y la conoces muy bien. Desde que eras una bebé has escuchado quien es la mejor salida, quizá no es la más rápida, pero sí la mejor. Él te está esperando con los brazos abiertos. Escúchalo.

GRETTEL. (Sigue llorando.)

VIDA. Como quisiera que me pudieras escuchar, cuantos adolescentes como tú toman la decisión equivocada porque no hay quién les hable. (Mira al cielo.) Haz algo, por favor, no permitas que me destruya, yo quiero seguir acá, quiero vivir. Yo sé que aun no es el tiempo de partir.

MAMÁ. (Entra. Le grita a Grettel.) Mocosa insolente, ¿por qué no te mueres?

VIDA. No, mamá, no me digas así, por favor. Me hieres.

MAMÁ. No sé por qué naciste, en qué estaba pensando yo para querer traerte a este mundo.

GRETTEL. (Llora con más fuerza.)

VIDA. Porque Dios me tiene entre sus planes, pero por favor, no sigas, que me matas poco a poco.

MAMÁ. Ojalá te murieras mocosa, para que pagues esa insolencia e irrespeto hacia tu mamá. Que Dios te castigue.

VIDA. (Cae de rodillas.) No, Dios no me quiere castigar, Dios me ama.

MAMÁ. (Se queda en TOC.)

VERÓNICA. (Sale de su estado en TOC. Le habla a Grettel.) Muérete infeliz, quiero verte muerta porque no te soporto. No soporto que seas inteligente, porque yo no puedo.

VIDA. (De rodillas.) Sí, lo eres, eres inteligente, sólo tienes que estudiar y esforzarte, pero por favor, no me maltrates, yo no me quiero ir.

(Música: Sube la música.)

GRETTEL. (Se incorpora, pero sigue de rodillas. Mira la pistola. En su rostro se ve la tristeza y la desesperación.)

VIDA. No, Grettel, no lo hagas, yo quiero seguir acá, por favor, no lo hagas, aún tenemos mucho por delante para seguir juntas.

VERÓNICA. Muérete.

MAMÁ. (Sale de su estado en TOC.) No te quiero, mejor muérete.

(Música: La pista Nº 5 del CD El Tiro de Gracia.)

GRETTEL. (Se pone la pistola en la sien derecha, sus manos tiemblan, cierra los ojos.)

MAMÁ. No eres mi hija. Mejor es que te mueras.

VERÓNICA. No te soporto, mejor muérete.

VIDA. No sigan por favor, se lo pido. (Desesperada.) Si me pudieran escuchar. Está bien que me han maltratado mucho, que me han herido, que me han humillado y ofendido, pero no me quiero ir, quiero seguir acá.

MAMÁ. Muérete.

VERÓNICA. Muérete.

VIDA. ¡No!

GRETTEL. (Cierra los ojos con más fuerza y dispara.)

(Las luces se apagan de inmediato, escuchándose el disparo. Luego se escucha un corazón palpitando.)

(Música: La pista Nº 6 del CD El Tiro de Gracia.)


FIN

¿Dónde está Dios cuando Dios no está?

13 Minutos y 9 Personajes. Representación de la historia de Job.


¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO DIOS NO ESTÁ?


Jorge Weishein




PERSONAJES

RELATOR
SATANÁS
DIOS
JOB
MUJER
BILDAD
ELIFAZ
SOFAR
ELIHÚ


RELATOR. ¡Qué pregunta! ¿No? ¡Y sí, uno se pregunta tantas cosas! Tener fe implica tener preguntas. A veces, son preguntas no más. A veces, no. A mí me impacta tremendamente la historia de Job. ¿La conoces? Job se hizo tantas preguntas y luchó tanto desde su fe que pasó a la historia como modelo para muchos creyentes, especialmente, en esos tiempos cuando se necesita a Dios con toda el alma y pareciera que no hay manera de encontrarse con Él.

La historia en realidad empieza con una discusión entre Dios y Satanás porque Dios habla bien de Job, de lo bueno que es y de lo bien que le va.

Pero Satanás mete cizaña y le dice:

SATANÁS. ¡Y sí, si vivís protegiéndolo, le va bien y, por eso, cree en vos! Quítale todo lo que tiene y vas a ver que hace todo por interés no más.

RELATOR. ¡Dios accede a la apuesta! Dios hace que Job pierda todo. ¡Hasta mueren los hijos! ¡Y Job, cuando se entera de todo, bendice a Dios! Dios vuelve a hablar con Satanás…

DIOS. ¿Viste qué bueno que es Job?

SATANÁS. ¡Pero qué va a ser bueno! ¡Déjalo en la calle! ¡Deja que se enferme! ¿Sabes a dónde te va a mandar?

RELATOR. La mujer discute con Job…

MUJER. ¡Pero mándalo a Dios a freír churros y muérete de una vez!

JOB. ¡Pero qué decís! ¡Estás diciendo pavadas! Si aceptamos las cosas buenas de Dios, entonces, hay que aprender a aceptar las cosas malas también.

RELATOR. Resulta que los amigos de Job se enteran de sus desgracias y vienen tres a visitarlo: Elifaz, Bildad y Sofar. ¡Amigos de verdad, eh! Los tres muy religiosos, pero el problema es que cada uno trata de empezar a buscar una explicación para poder entender semejante situación. Todo esto después de unos días porque al principio estaban tan choqueados que no podían ni hablar. Y como suele pasar en estos casos, se metieron en flor de berenjenal porque, al final, en vez de arreglarla la embarraron más todavía. El problema es que empiezan a juzgar a Job.

ELIFAZ. (Lo trata de consolar.) ¡Job, por algo será! ¡Algo habrás hecho! Seguro que hiciste algo mal y Dios te castigó. Fíjate. ¡Entrega tu vida al Señor, y Dios te va a bendecir!

JOB. Mira, yo no soy quién para juzgar a Dios, pero Él no me puede hacer esto. ¡Esto es una desgracia! ¡Mira cómo estoy! ¿Acaso yo nací para sufrir? ¡Esto no es vida!

BILDAD. Mira, Dios sabe lo que hace. Hay que aprender a aguantárselas. Si Dios lo quiso, por algo será. La sabiduría de Dios es profunda. Además, vos sabes: ¡El que las hace, las paga!”

JOB. Bueno, está bien. ¿Pero yo qué hice? Si hice algo malo, está bien. Pero, ¡yo no hice nada! ¡Si Dios me castiga quiero saber por qué! ¡Dios es injusto!

RELATOR. Job no duda de la enorme sabiduría de Dios, pero él siente que Dios le pega y esconde la mano.

JOB. (A Dios.) ¿Quieres probar mi fe? Bueno, pruébame. A ver. ¡Dale!

SOFAR. Mira, lo que pasa es que vos no entiendes nada. ¿Qué vas a hacer? Es así. Vos no puedes entender todo. Él ve cosas que vos no puedes ver.

JOB. (Se enoja con sus amigos.) ¡Que se ponen a defender a Dios! ¿Quién los mandó a ustedes? ¡Déjenme en paz!

RELATOR. Ahora él se pone a discutir con Dios.

JOB. Yo sé que la vida es pasajera. Hoy estamos. Mañana no estamos.

ELIFAZ. (Lo interrumpe y se vuelve a meter.) ¿Cómo te vas a enojar así con Dios? Nadie es perfecto. Todos somos pecadores. ¿Quién te crees que sos?

JOB. Sí, claro. Hablar es fácil. Yo en el lugar de ustedes también me llenaría la boca hablando. ¡Pero el que sufre soy yo!

BILDAD. No te pongas así. No ves que es peor. El que siembra vientos cosecha tormentas.

JOB. (Harto.) ¡Pero, por qué no me dejan en paz de una vez! ¿Si el problema es conmigo qué tenía que ver mi familia?

SOFAR. (Alterado.) ¡Qué soberbia! ¿Sabés cómo vas a terminar vos? ¡Lo único que estás haciendo es empeorar las cosas!

JOB. ¡Pero qué decís! ¿Cuántos viven lo más bien y son unos sinvergüenzas? ¿Cuánta gente buena no progresa nunca en su vida? Al final, terminan todos en un pedazo de tierra y se lo comen los gusanos. ¿De qué justicia me estás hablando?

ELIFAZ. (Insiste.) Job, dí la verdad. Acepta que te equivocaste. Mírate. Fíjate quien sos y acepta que Dios tiene razón. ¡Si vos te arrepentís, Dios te va a perdonar!

JOB. Pero, ¿de qué Dios me estás hablando? Mira todo lo que pasa. Este mundo es un desastre. Fíjate cómo se abusan de los pobres. Esta es la misma historia de siempre. ¿Qué? ¿Me vas a decir que no es así?

BILDAD. Job, ¿acaso es una novedad la maldad de las personas? Pero el poder de Dios no tiene comparación. ¡Dios es más fuerte!

JOB. No. No es así. Dios sabe perfectamente que soy inocente. ¡Yo no tengo que sufrir así como estoy sufriendo!

SOFAR. Está bien. Los ricos y poderosos hacen lo que quieren, cómo, cuándo y con quién quieren pero, ¿cómo viven? Preocupados y angustiados. ¿Eso es vida? ¡Cuando se mueren igual no se llevan nada!

RELATOR. Job sabe que vivir sabiamente es mucho más que poder disfrutar lo que se tiene. Sabiduría es tener fe en Dios y vivir con respeto por la vida sin hacer daño a nadie.
Job empieza a hacer memoria: “Pensar que a mí me iba bien, todo el mundo me saludaba, la gente me respetaba, yo vivía contento, ayudaba a la gente. Jamás me imaginé tener que pasar una cosa así. La gente se me mata de risa. ¡Hasta los huesos me duelen! Siempre fui honesto. Siempre fui fiel a mi mujer. Al que lo pude ayudar lo ayudé sin pedirle nada. No me río del mal ajeno. Nunca me fié en la plata. Nunca oculté mis errores. ¿En qué me equivoqué?

RELATOR. Elihú, un muchacho, vecino de Job, estaba escuchando la conversación hacía rato. Cuando los tres amigos se dan cuenta que Job está convencido de que es inocente se callan.

ELIHÚ. (Se para enojado.) ¡No lo puedo creer! Perdón que me meta pero… ¡esto no puede quedar así!

Primero: ¡Pensé que como ustedes ya tienen sus buenos años iban a poder explicarle a Job como son las cosas, pero me doy cuenta que al final con tantos años no saben nada! En la vida hay que sufrir para aprender a valorar las cosas. ¡El sufrimiento te enseña a vivir! El sufrimiento te enseña a conocer a Dios.

Segundo: Dios es justo. Dios no es injusto. ¡Dios no mira para otro lado ante las injusticias!

Tercero: Dios no escucha a los soberbios que hablan por hablar. Job, ¿cómo es posible que pretendas ser tan justo como Dios? Además, ¿quién sos vos para no tener que sufrir?

Cuarto: El sufrimiento prepara a las personas para escuchar a Dios. Las personas que no tienen interés en Dios sufren en vano. Pero aquellos creyentes que creen en Dios y lo escuchan son bendecidos por Dios. Dios es maravilloso. Dios es todopoderoso y justo. ¡Jamás hace daño a nadie! ¡Esta es la razón por la que tanta gente cree en Dios!

RELATOR. Cuando la discusión pareciera que se cierra, cuando ya nadie tiene más nada que decir, Dios habla.

DIOS. Pero, ¿quién te crees que sos vos para venir a juzgarme a mí acusándome con todas esas cosas sin sentido? Prepárate porque ahora el que va a tener que escuchar sos vos. ¿Quién te crees que creó todo lo que existe en todo el planeta y el universo? ¿Quién te crees que recorre la tierra de una punta a la otra y desde el cielo hasta sus entrañas cada día? ¿Quién te crees que organiza toda la creación para que la vida del mundo se sostenga? ¿Quién te crees que garantiza la vida de todos los animales sobre la tierra? ¿Acaso es tu sabiduría la que se encarga de que todo el mundo tenga vida?”

RELATOR. Job se queda sin palabras.

JOB. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué soy yo comparado con vos? ¡Nada!

DIOS. ¿Qué? ¿No vas a seguir acusándome? A ver muéstrame cuánta bronca tienes. ¡Dale! ¿Por qué no salís a matar a todos los que se burlan de vos? ¿Acaso no tienes la fuerza suficiente? Dos ejemplos te doy: Mira la tranquilidad y la confianza con que come el hipopótamo en la orilla de la laguna y no hay nada que lo ponga nervioso. Fíjate en la coraza impenetrable del cocodrilo y la ferocidad con que nada por el río.

JOB. (Reflexiona.) Está bien. Es cierto, la verdad que pensé que te conocía pero la verdad que apenas sabía algunas cosas de vos. Ahora recién me puedo dar cuenta de cuántas maravillas en el mundo muestran tu sabiduría. Tienes razón. Perdóname.

DIOS. (A los amigos de Job.) Ustedes que no fueron capaces de hablar bien de mí como lo hizo Job vayan a arrepentirse. Job va a interceder por ustedes, yo voy a escuchar su oración y los voy a perdonar porque le tengo mucho aprecio a Job.

RELATOR. Dios le restituyó a Job varias veces más todo lo que tenía en bienes y animales, también le restituyó una vida de familia, hijas hermosas y varios hijos varones, y sobre todo, Dios le dio muchísimos años de vida para disfrutar de todas sus bendiciones. ¿Qué historia, no? ¿Dónde está Dios cuando Dios no está? Dios está en la sabiduría que nos permite seguir viviendo cada día en la confianza de que Dios es el único dueño de la vida y siempre bendice a quien confía en él aún sin entender jamás la profundidad de la voluntad de Dios que organiza la vida en el mundo. Que en esta lucha de Job con sus amigos y en su discusión con Dios encontremos pistas para enfrentar desde la fe tantas preguntas que surgen en tantos momentos de nuestra vida. Amén.

Unas galletas especiales

13 Minutos y 6 Personajes. Un joven quiere ver una película en casa con sus amigos. Le pide permiso a su padre para invitarlos a la casa y le explica al padre el argumento de la película. El padre no parece muy convencido y decide prepararles unas galletas para enseñarles una lección.

UNAS GALLETAS ESPECIALES



PERSONAJES

PADRE
MADRE
HIJO
AMIGO 1
AMIGO 2
AMIGO 3


(Salón de una casa. El padre está en la mesa en la que hay varios papeles que está leyendo. Está haciendo cuentas con una calculadora que no funciona muy bien. Su hijo está jugando con su perro en el suelo.)

HIJO. ¡Toby, ven aquí! No te escondas… Toma, toma, mira lo que tengo aquí… (Le silba y lo busca entre los sofás. Toby sale.) ¡Buen chico! Toma. (Le da la golosina para perros.) ¿Te gusta, verdad? (Sigue jugando y acariciando al perro.)

PADRE. ¿Óscar?

HIJO. ¿Sí, papá?

PADRE. ¿Tienes otra calculadora que funcione mejor que ésta?

HIJO. Espera, voy a ver. (Mientras sale se dirige al perro.) Toby, ven… (El perro no lo sigue.)

PADRE. Parece que se quiere quedar aquí conmigo.

HIJO. ¡Será traidor…! (Sale del salón y al poco entra con una calculadora.) Tengo ésta, mira a ver si te sirve… (Le acerca la calculadora.)

PADRE. Mientras se puedan ver los números, ya será algo más…

HIJO. ¿Qué le pasa a la tuya?

PADRE. Que no se ven bien algunos números. Fíjate, ¿qué número ves aquí? (Presiona una tecla de la calculadora.)

HIJO. El tres.

PADRE. Pues no, es un ocho.

HIJO. (Extrañado.) ¡Vaya! Igual necesita pilas nuevas…

(El padre sigue trabajando)

HIJO. Por cierto, papi…

PADRE. (Sin levantar la vista de los papeles.) ¿Sí, hijo?

HIJO. Me gustaría invitar a mis amigos a la casa para ver una película.

PADRE. ¿Para cuándo?

HIJO. Para el domingo por la tarde.

PADRE. ¿Y qué película es?

HIJO. Es una nueva que nos hemos descargado de Internet.

PADRE. ¿Cómo se titula?

HIJO. “Sólo ante la ley”.

PADRE. ¿Y de qué va?

HIJO. Bueno, de un chico al que le acusan injustamente de haber cometido un robo.

PADRE. Ya, ¿y tiene muchas escenas violentas?

HIJO. Bueno, no muchas, casi todo se desarrolla en el tribunal.

PADRE. ¿Y alguna escena de sexo?

HIJO. No, papi, alguna cosita sale pero nada explícito

PADRE. ¿No usarán un lenguaje grosero?

HIJO. Poco, papá, no te preocupes, sólo cuando los “malos” van a por él, pero nada más, no sufras. Como te digo, la película se desarrolla todo el rato en la sala del juicio y en realidad es más de intriga que de otra cosa… porque parece sugerir que el juez esté implicado y los testigos comprados por lo que el jurado no sabe muy bien quién dice la verdad porque todos mienten.

PADRE. Ya veo… (Se queda pensando.) Bueno, está bien, dile a tus amigos que vengan el domingo.

HIJO. ¡Gracias, papá, eres el mejor! ¡Vamos, Toby! ¡Vamos a llamar a mis amigos!

(El hijo sale. Se apagan las luces y al encenderse aparece el hijo con sus amigos en la sala.)

HIJO. Sentaos donde queráis.

(Los chicos se sientan en la sala.)

AMIGO 1. Tus padres son geniales, a mí no me dejan traer amigos a casa.

AMIGO 2. Y éste, ¿quién es? (Refiriéndose a Toby.)

HIJO. Es Toby, lo que pasa es que es un poco tímido. Toby, sal, no te escondas. (Mira entre los sofás.)

AMIGO 3. Bueno, ya saldrá.

(Entra el Padre con una bandeja.)

PADRE. Seguro que sale con una de éstas.

HIJO. ¡Hola, papá!

PADRE. ¡Hola a todos!

(Los chicos responden al saludo.)

PADRE. Mirad, os he traído algo para cuando veáis la película.

HIJO. ¿El qué, papá?

PADRE. Venid a la mesa. (Abre el envoltorio de la bandeja.)

(Los chicos exclaman al unísono: “Galletas”, “Galletas de chocolate”, “Hum”, “Qué ricas”.)

PADRE. Galletas de chocolate suizo.

AMIGO 3. ¡Qué ricas! El chocolate suizo es el mejor.

PADRE. Sí, es uno de los mejores y de los más caros. Cuando Óscar me dijo que ibais a ver una película juntos pensé en haceros unas galletas.

AMIGO 1. ¡Muchas gracias! Yo no me imagino a mi padre cocinando nada… Ni siquiera yendo a comprar los ingredientes…

HIJO. Pues mi padre es muy buen cocinero, ¿verdad mamá?

(La madre acaba de entrar.)

MADRE. ¿El qué es verdad?

HIJO. Que papá es muy buen cocinero.

MADRE. Sí, así es. Y dinos, ¿de qué has hecho esas galletas?

PADRE. Pues les decía a los chicos que fui a comprar chocolate suizo, del mejor, el más caro que vi en el mercado pero las galletas aparte del chocolate llevan harina, azúcar, leche, huevos y una pizquita de caca de Toby.

(Los chicos se quedan atónitos y todos responden: “buah”, “¡qué asco!”, etc. Hacen aspavientos y muecas de asco y se apartan de las galletas.)

HIJO. Pero, ¡papá…!

PADRE. Nada, hijo, no te preocupes, es sólo una pizquita pequeña pequeña y casi no se nota. No os preocupéis. Ya veréis como no la percibís.

HIJO. Pero, papá… ¿Cómo pretendes que nos comamos esas galletas?

PADRE. Pero si el 99% es de lo mejor del mercado. Y además, están hechas con chocolate suizo.

HIJO. Pero… lleva ¡caca!

PADRE. Sí, pero sólo un poquito y no os vais a enterar.

HIJO. No nos podemos comer eso, nos vamos a contaminar… La caca es caca, ¡no se come!

PADRE. Ya lo sé, hijo. La caca es caca aunque sólo haya un gramo donde sea. Mirad, nosotros, nuestra mente, nuestro corazón, son como una galleta. Podemos tener el mejor ingrediente del mundo, como el chocolate de Suiza, pero si a esa mezcla le echamos aunque sea un gramo de porquería, el chocolate tan valioso ya no servirá.

(Los chicos se quedan pensativos.)

HIJO. ¿Papá?

PADRE. ¿Qué, hijo?

HIJO. ¿Lo dices por la película, verdad?

PADRE. Sí, así es.

AMIGO 2. Quizá no deberíamos verla.

PADRE. Sólo vosotros debéis decidir con qué ingredientes queréis llenar vuestra mente y vuestro corazón.

AMIGO 3. Tiene razón. Yo quiero seguir siendo un chocolate suizo puro al 100%.

AMIGO 1. Y yo sólo quiero tener como ingrediente sorpresa unas almendritas o unas avellanas pero nada más.

(Todos se ríen.)

HIJO. ¿Y ahora qué hacemos?

MADRE. Bueno, mientras lo pensáis, aquí os dejo otras galletas que he preparado.

AMIGO 1. ¿No tendrán también un ingrediente alternativo?

(Todos se echan a reír.)

MADRE. ¡No, no! Estas tienen todo rico, rico.

AMIGO 1. (Aliviado.) ¡Ufff! ¡Menos mal!

(Se echan a reír y se comen las galletas.)

Batalla Espiritual

12 Minutos y 7 Personajes. Satanás se aprovecha de nuestras debilidades para atacarnos y alejarnos más de Dios. Será tarea de los cristianos ayudar a aquellas personas que están en problemas o luchas espirituales.



BATALLA ESPIRITUAL



PERSONAJES

MUJER HAMBRIENTA
DIABLO
MUCHACHA
HOMBRE
EMBARAZADA
ÁNGEL
SATANÁS


“PORQUE NO TENEMOS LUCHA CONTRA SANGRE Y CARNE, SINO CONTRA PRINCIPADOS, CONTRA POTESTADES, CONTRA LOS GOBERNADORES DE LAS TINIEBLAS DE ESTE SIGLO, CONTRA HUESTES ESPIRITUALES DE MALDAD EN LAS REGIONES CELESTES. EFESIOS 6:12”

MUJER HAMBRIENTA. (Entra caminando desesperada y aprisa se pasea de lado a lado del escenario en el segundo plano.) ¡Tengo hambre! ¡Tengo hambre! ¡Necesitó comer! ¡Tengo hambre! (Se toca la panza y repite lo mismo cada vez más desesperada busca comida en unos botes de basura.)

DIABLO. (Entra como si nada y se acerca a la mujer con cara de burla y asco.) ¿Tienes hambre?

MUJER HAMBRIENTA. (Sigue caminando desesperada.) ¡Sí, tengo hambre!

DIABLO. ¿Y nadie te da de comer?

MUJER HAMBRIENTA. No, nadie (desconsolada.)

DIABLO. Claro, si la gente es mala (afirmando), todo mundo es malo. Yo sé qué podrías hacer…

MUJER HAMBRIENTA. Morirme… tengo mucha hambre.

DIABLO. Pues sí, si no comes te vas a morir… (Sonríe sarcásticamente.)

MUJER HAMBRIENTA. No sé qué hacer… Quiero comer.

DIABLO. Es que no hay nada que comer… ¿Qué? ¿Vas a comer piedra?

MUJER HAMBRIENTA. Si pudiera, comería piedras... (Mira pasar a una muchacha bien arreglada con bolsas del súper.)

(La muchacha se da cuenta y la quiere evadir. No dice nada, camina de un extremo a otro del escenario, mira su reloj y regresa por el mismo lugar y se va.)

DIABLO. (Mientras pasa la muchacha le dice a la mujer hambrienta.) ¡No pierdas tu tiempo! ¡No pierdas tu tiempo! ¿No ves que solo lleva comida para ella? ¿Que no ves la cara de hambrienta que tiene…? No te arrodilles eres un cero a la izquierda…

MUJER HAMBRIENTA. (Mientras el Diablo le habla ella se acerca a la muchacha.) Ayúdame, tengo hambre (se inclina y le toca). Quiero comer, dame de comer…

(Sale de escena la muchacha.)

DIABLO. Nadie te va a ayudar, nadie te quiere, la gente no te quiere, no sé cuál es el amor que dice la gente que da, a ti nadie te ama…

MUJER HAMBRIENTA. Tengo mucha hambre, entiéndeme.

DABLO. Y, ¿cómo le vas a hacer? Mejor muérete…

MUJER HAMBRIENTA. ¿Y cómo le hago para morir?

DIABLO. Mátate.

MUJER HAMBRIENTA. ¿Y cómo me mato?

(Entra un hombre comiendo una torta, la mujer se acerca y le ruega que le dé despacito.)

DIABLO. Nadie te va ayudar…

HOMBRE. Cómetelo… (Enojado lo tira al piso.)

MUJER HAMBRIENTA. (Se inclina a recoger y lo come.)

DIABLO. ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Mira cómo se burlan de ti… Tú tienes que vengarte… Él tiene mucho más dinero y mira lo que te dio: puras migajas… Yo te doy una solución (le entrega una pistola.)

(El hombre se queda hablando por celular.)

MUJER HAMBRIENTA. (Se acerca a el con la pistola.) Dame todo lo que tengas...

(El hombre despoja de su cartera reloj celular y se aleja asustado. La mujer lo toma, se coloca en el centro del escenario y se lamenta por lo que hizo.)

DIABLO. Mira en lo que te has convertido: en una limosnera andrajosa y ahora ladrona… ¡Ja, ja, ja! Así nadie te va a querer… Aquí está la pistola, quédatela de recuerdo. Ahora te deberías poner a trabajar para hacer las cosas bien. (Se retira hacia la izquierda.)

(La Mujer se coloca de rodillas o postrada en silencio.)

EMBARAZADA. (Entra por la izquierda y empieza a caminar de extremo a extremo.) ¡Soy una tonta! ¡Soy una tonta! (Pataleando.)

DIABLO. ¿A ti qué te pasa?

EMBARAZADA. ¿Y tú quién eres?

DIABLO. Un buen amigo…

EMBARAZADA. ¡Tengo un problema! Un problema muy grande… (Se toca la cabeza con las dos manos.)

DIABLO. Cuéntame, yo te voy a ayudar.

EMBARAZADA. Me acabo de enterar que estoy embarazada y no sé qué hacer… (Se toca el vientre, se inclina hacia el piso y se lamenta diciendo.) No sé cómo decirle a mis padres…

DIABLO. ¡Huuuy! Me imagino que el tipo se fue…

EMBARAZADA. Claro.

(Se levanta y el diablo la encamina.)

DIABLO. Mira, todos son así y tus papás cuando se enteren te van a matar…

(La embarazada lo escucha atentamente. El Diablo le da una tarjeta.)

DIABLO. Tranquila. Yo conozco un doctor que te podrá ayudar: vas y abortas. Nadie se va a dar cuenta… Ni tus papás van a saber de esa situación ni tu novio…

EMBARAZADA. (Llorando se seca las lágrimas.) Creo que esta es la mejor solución… (Se va al lado derecho del escenario.)

DIABLO. ¡Qué bien hago mi trabajo!

(La embarazada regresa.)

DIABLO. Hola, ¿cómo estás? ¿Qué pasó?

EMBARAZADA. Ya aborté. (Contesta tranquilamente.)

DIABLO. ¿Cóóómoo? ¿Abortaste? Ese es un niño que no tiene la culpa de lo que tú hiciste; por favor, eres una asesina y tus padres se van a dar cuenta. Asesinaste, tu padre te va decir que mejor le hubieras avisado en lugar de abortar… Eres una desgracia. No tienes oportunidad, ¡¡estás muerta!!

EMBARAZADA. ¡Nooooo! (Se inclina y se postra al lado de la mujer hambrienta.)

DIABLO. (Se coloca al frente en primer plano.) ¡Ja, ja, ja! ¡Qué bien hago mi trabajo! Mi padre que está allá abajo estará muy orgulloso de mí… Como engaño a la gente la mando a robar, abortar, estoy orgulloso de mí… (Se retira al la izquierda pero escucha algo y observa de lejos.)

(Llegan cristianos con Biblia en mano y se acercan a las postradas y le hablan de la palabra de Dios.)

DIABLO. ¡Déjalo! No les hagas caso, no, no, no… ¡Satanás, Satanás!

(Entra Satanás con sus demonios que lo rodean.)

DIABLO. Amo, amo… (Se acerca a Satanás.) No sé qué hacer, a los que engaño han sido rescatados.

SATANÁS. ¡Inútil! ¿Qué es lo que dices?

DIABLO. Sí, mi señor, no sé qué hacer… ¡SON UNOS CRISTIANOS!

SATANÁS. ¿Quiénes?

DIABLO. De… de… de… de Cristo ese.

SATANÁS. Yo soy el príncipe de este mundo. Yo fui el que crucifiqué a Jesús en una cruz y lo exhibí. ¿Qué tipo de poder tienen ellos?

ÁNGEL. Ellos tienen la armadura de Dios con la cual te pueden resistir y estar firmes pues yo demostré mi dominio y poder. Ellos siendo tan debiluchos, ¿crees tú que me pueden vencer? ¡Ja!
.
VOZ. Es cierto, Satanás, eres el príncipe de este mundo pero Él es el Rey de Reyes y Señor de señores.

SATANÁS. No debí pisar estos terrenos; es mejor que me vaya de aquí. Vámonos, no sirves para nada…


TEXTO FINAL. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y habiendo acabado todo estar firmes. EFESIOS 6:13

Los personajes de cuento al portal

5 Minutos y 15 Personajes + Extras. Los personajes de cuento entregan al niño Jesús un regalo.



LOS PERSONAJES DE CUENTO AL PORTAL



PERSONAJES

NARRADOR 1
NARRADOR 2
PULGARCITO
CAPERUCITA
GUILLERMO TELL
BLANCANIEVES
RATITA PRESUMIDA
SASTRECILLO VALIENTE
RICITOS DE ORO
HANSEL
GRETEL
SOLDADO DE PLOMO
CENICIENTA
MÚSICOS DE BREMEN
SIRENITA


NARRADOR 1. En el mundo de los cuentos, ya llegó la Navidad.

NARRADOR 2. Y todos juntos muy contentos, fueron al niño a adorar.

PULGARCITO. Pulgarcito le llevaba muchas miguitas de pan.

CAPERUCITA. Caperucita una cesta con miel, galletas y flan.

GUILLERMO TELL. Guillermo Tell, su manzana.

BLANCANIEVES. Blancanieves, otra igual.

RATITA PRESUMIDA. La ratita presumida, sus lazos rojos, y su moneda.

SASTRECILLO VALIENTE. El sastrecillo valiente, hilos de oro y un dedal.

RICITOS DE ORO. Ricitos de Oro, un osito, ara que juegue con él.

HANSEL y GRETEL. Hansel y Gretel, turrón, caramelos y un pastel.

SOLDADO DE PLOMO. El soldadito de plomo, sus muletas y un tambor.

CENICIENTA. Cenicienta le llevaba sus zapatitos de cristal.

MÚSICOS DE BREMEN. Los músicos de Bremen, no nos podemos resistir y instrumentos miles te traemos para ti.

SIRENITA. Como soy una sirena te traigo miles de perlas y rocas de coral.

CERILLERA. Y la niña que vendía fósforos una esquina, como nada tiene, te trae todo su amor.

ÁNGEL. Y Jesús al verlos a todos, mucho, mucho se alegró.

(El número de personajes dependerá del número de niños, nos quedan personajes de cuentos como: los tres cerditos, el patito feo, la Bella, la Bestia, Peter Pan y Campanilla, Mogli...).

Las ovejas de Tomás y Andrés

8 Minutos y 21 Personajes. Cuando Tomás y Andrés, dos hermanos pastores, se hacen mayores, su madre les regala unas ovejas. A uno le regala las ovejas blancas y a otro las negras. ¿Qué pasará con una oveja que no era ni blanca ni negra? La pobre ovejita que no encaja en ningún sitio, decide ir al portal de Belén porque sabe que Jesús la querrá tal como es.




LAS OVEJAS DE TOMÁS Y ANDRÉS



PERSONAJES

NARRADOR 1
NARRADOR 2
NARRADOR 3
NARRADOR 4
NARRADOR 5
NARRADOR 6
NARRADOR 7
NARRADOR 8
NARRADOR 9
NARRADOR 10
MADRE
TOMÁS
ANDRÉS
ÁNGEL
OVEJA BLANCA 1
OVEJA BLANCA 2
OVEJA BLANCA 3
OVEJA NEGRA 1
OVEJA NEGRA 2
OVEJA NEGRA 3
OVEJA BLANCA-NEGRA


(Al fondo del escenario, subidos en un banco estarán los narradores.)

NARRADOR 1. En un lugar de Palestina vivían dos hermanos Tomás y Andrés.

NARRADOR 2. Los hermanos tenían un rebaño de ovejas que todos los días sacaban a pastar.

NARRADOR 3. Con la leche hacían quesos. Trasquilaban a las ovejas y con la lana su madre hacía abrigos.

MADRE. Tomás, Andrés, levantaos que las ovejas os esperan.

TOMÁS. Llevaré las tijeras para trasquilar a las ovejas la lana.

ANDRÉS. Yo llevo los cacharros para hacer el requesón.

(La madre se queda sola haciendo abrigos.)

NARRADOR 4. La madre pensó que sus hijos ya eran mayores.

NARRADOR 5. Y decidió dar las ovejas blancas a Tomás.

NARRADOR 6. Y las ovejas negras se las daría a Andrés.

(Entran las ovejas y se sientan en un semicírculo)

OVEJA BLANCA-NEGRA. ¿Y yo con quién me voy?

OVEJA BLANCA 1. Vente con nosotras que somos las mejores.

OVEJA BLANCA 2. ¡Claro, vente con nosotras si casi eres blanca!

OVEJA BLANCA 3. No, no, que se quede con las negras que comeremos más.

OVEJA NEGRA 1. Nosotras estamos bien, no queremos a esa blanca.

OVEJA NEGRA 2. Pero si es blanca como nuestra leche, ¡que se vaya!

OVEJA NEGRA 3. Con ella seremos más para defendernos del lobo. ¡Quédate!

ANDRÉS. ¡Es mía!

TOMÁS. ¡No, es mía!

NARRADOR 7. La oveja queda sola, la madre triste y los hermanos enfadados.

ÁNGEL. ¡Ha nacido el hijo de dios! ¡Venid a adorarle!

NARRADOR 8. Tomás estaba triste por no hablar con su hermano.

NARRADOR 9. Andrés estaba enfadado con su hermano y no se atrevía a ir a ver al niño Jesús.

OVEJA BLANCA-NEGRA. Si nadie me quiere, iré yo sola al portal, el niño Jesús sí me querrá.

OVEJAS. (Todas.) Iremos contigo. (Beeehh, beeehhh.)

TOMÁS. Yo sí te quiero, y a mi hermano también.

ANDRÉS. Y yo también.

MADRE. Yo os quiero a los dos.

NARRADOR 10. Y los dos hermanos, su madre y las ovejas partieron a Belén.

NARRADORES. Nosotros también nos vamos al portal para al niño Jesús alegrar y adorar.

TODOS. ¡Feliz Navidad!