Don dinero puede convertirte en esclavo

20 Minutos y 14 Personajes. El peligro de endeudarte.


DON DINERO PUEDE CONVERTIRTE EN ESCLAVO



PERSONAJES

CHAMUQUILLO
CHAMUMALITO
MALVADO
CARLOS
ENRIQUE
NARRADOR
HOMBRE
VOZ AL TELÉFONO
CLIENTA
SERGIO
VOZ DEL CIELO
PROVEEDOR
RUT
ROSY


ESCENA I: DOS DEMONIOS PLATICANDO EN LA CALLE

CHAMUQUILLO. Es tu culpa que Carlos haya confesado sus celos, inconformidad y deseo de creer lo peor de Pedro.

CHAMUMALITO. No es cierto. Si hubieras estado más listo, hubiera sido posible engañar al Líder de Jóvenes para que disciplinara a Pedro. Era tu tarea prevenir a Pedro de explicar todo lo de su prima. Si Pedro como inocente hubiera sido puesto bajo disciplina, hubiera sido fácil hacerlo enojar y no perdonar a Carlos. Pero tú estabas tomando una siesta. Un gran pleito entre Carlos y Pedro nos hubiera dado posibilidades de hacerles pecar gravemente, o por lo menos no asistir a la Iglesia.

CHAMUQUILLO. Y si tú eres un súper demonio, ¿Por qué no paraste el estudio bíblico universitario? Pedro aceptó a Cristo y para nosotros es un desastre. Tan popular que es, muchos van a tener interés en el evangelio. ¿Cómo es posible que no pudieras pensar en algo para obstaculizarlo para que no asistiera al estudio?

CHAMUMALITO. Era tu tarea parar el estudio bíblico, no la mía.

CHAMUQUILLO. Tú sabes bien que los humanos tienen libre albedrío. No son títeres. Después de arrepentirse de su orgullo, Carlos se puso a orar mucho. Pero Daniel y él oraban mucho por el estudio bíblico. Es casi imposible para mí acercarme. Tú sabes cómo afecta a mis alergias la oración.

CHAMUMALITO. Y cuando leen la Biblia le hace daño a mis úlceras.

(Entra Malvado corriendo.)

MALVADO. ¡No es su culpa! Ustedes esperan que crea esto. ¡Nunca! Pocas veces tienen una oportunidad tan buena para causar fricción y problemas entre creyentes, ¡No lo aprovecharon! Pero sí son insensatos...

CHAMUQUILLO. (Con rencor.) Flojos, ignorantes, inútiles, faltos de habilidades y no servimos para nada.

MALVADO. (Furioso.) Son peores que esto. Ustedes no conocen la ventaja de la paciencia y la sutileza.

CHAMUQUILLO. (A Chamumalito.) ¡Te dije que hablas demasiado!

MALVADO. (Muy enojado.) ¡Cállate! Estoy hablando. En general, ustedes ponen tentaciones demasiado obvias. Cuando alguien sabe mucho de la Biblia, hay que cambiar sus pensamientos poco a poco. ¿Han oído del famoso sapo que murió en una olla de agua hirviendo porque se calentaba tan lentamente que no lo notó y se acostumbró, hasta cuando estaba hirviendo ya era demasiado tarde para salirse? Ésta es su estrategia. Si sabe donde termina todo, el creyente huirá de la tentación.

CHAMUQUILLO. (Con amargura.) Usted es el experto en esto. Usted debe dar un plan para tumbar a Carlos.

MALVADO. (Gritando.) Si no quieren que los castigue, denme su plan para tumbar a Carlos.

CHAMUQUILLO. Carlos tiene un examen de química, tal vez podemos convencerle para copiar.

MALVADO. Eres un idiota. Carlos siempre estudia y es muy inteligente. Sería casi imposible convencerle para copiar en un examen.

CHAMUQUILLO. Si usted tiene una buena idea, dígala y la pondremos en marcha.

MALVADO. La economía en este país es pésima. Por tal motivo pagan muy poco y venden cosas caras. Podemos atrapar a mucha gente por pedir prestado hasta tener una deuda imposible. Pues la familia de Carlos tenía dinero, pero ya que quebró el negocio de su padre, es difícil ajustarse a un estilo de vida diferente. Ya desesperado, es más fácil convencerle de que hay que pecar para resolver su situación. Es importante guiar a Carlos paso por paso para endeudarse y que no tenga idea de lo que está sucediendo.

CHAMUMALITO. ¡Brillante!

CHAMUQUILLO. ¡Al ataque!


ESCENA II: LA CALLE ENFRENTE DE LA ZAPATERÍA 2000. HAY ZAPATOS EN EL APARADOR

NARRADOR. Son las ocho de la tarde de un viernes, Carlos y Enrique están saliendo de su trabajo.

CARLOS. Ya empieza otro fin de semana. ¡Qué lástima que necesito estudiar mucho!

ENRIQUE. Tampoco voy a divertirme este fin de semana; nos pagan tan poquito que no alcanza para nada. Después de pagar la casa de asistencia y apartar dinero para el camión, comprarme pasta de dientes, shampoo y lavar la ropa, no me sobra nada.

CARLOS. Pero el sábado en la noche voy a la reunión de jóvenes y esto no cuesta nada. Te invito. Además, Sergio es muy buen jefe y nos pagan más que en otros lugares.

(Entran en silencio Chamumalito y Chamuquillo.)

ENRIQUE. Pero, ¿cuándo me podré comprar ropa decente? La verdad es que no tengo novia porque no hay dinero para pasearla.

CHAMUMALITO. (A Carlos.) ¿Y tu ropa? También es pésima. No tienes nada a la moda. No tienes una bolsa de dormir. Si traes cobijas al retiro de jóvenes, Rut y las otras muchachas van a pensar que eres pobre. Además, tu equipo de sonido es horrible. Sería impresionante comentar a Rut que compraste un iPod nuevo. Es para tu vida espiritual. Necesitas oír siempre alabanzas. Es muy triste que no ganes lo suficiente para comprar estas cosas tan necesarias.

CARLOS. Sí, es cierto que no tengo mucho dinero para comprar ropa de moda. Vi unos tenis súper, me gustaría tanto comprarme una chamarra de piel, como las que se usan este año…

ENRIQUE. Estoy viviendo sin televisión. ¿Cómo podría admitir esto ante una muchacha? A ellas les gusta el hombre que viste bien y tiene el dinero para pasearlas en lugares bonitos, si no puedo mejorar mi situación, voy a quedarme soltero.

CHAMUQUILLO. Con ropa nueva, Rut te vería muy guapo. Necesitas pedirle que sea tu novia antes de que Andrés la conquiste.

CARLOS. ¿Piensas que Rut saldría conmigo si me comprara ropa de moda?

(Se acerca un hombre con volantes.)

ENRIQUE. Sí, y yo podría ser novio de Catalina. Vi pantalones de mezclilla a la última moda en la nueva tienda “Todo Tenemos”.

HOMBRE. Puedes comprarlos y también otras cosas. Lee esté volante. Desde hoy empiezan ofertas de todo el fin de semana. Hay tantas cosas en especial incluyendo pantalones de mezclilla. Se pueden pagar en abonos. El enganche es muy poco. Nunca encontraran ofertas mejores.

CHAMUQUILLO. (A Carlos.) Esta es tu oportunidad ¡Aprovéchala!

NARRADOR. Carlos y Enrique fueron a la tienda. Encontraron cosas buenas y baratas. Sólo les pidieron un poco de enganche, por lo que ambos pudieron comprarse mucho. Cuando firmaron su contrato de pago, no notaron los intereses altísimos, ni la cláusula que explicaba que la tienda tiene derecho de quitar el 25% de sus sueldos para que paguen sus deudas y que después de tres meses de no pagar, podían demandarlos y embargar sus pertenencias hasta que liquiden la deuda.



ESCENA III: UN LADO DE LA PLATAFORMA ES LA CALLE, COMO LA TIENDA ESTÁ EN ESQUINA HAY UNA SECCIÓN QUE ES EL APARADOR LLENO DE ZAPATOS. EN EL OTRO LADO DE LA PLATAFORMA ESTÁ LA OFICINA DE LA TIENDA. EN LA OFICINA HAY UN ESCRITORIO CON CAJONES, O ALGO QUE SIMULE SER LA CAJA FUERTE Y UN TELÉFONO. CARLOS ESTÁ ESPERANDO EN LA CALLE HASTA QUE LLEGUE ROSY PARA ABRIR, PERO PRIMERO LLEGA ENRIQUE.

CARLOS. Enrique. ¡Buenos días! Cuando el jefe está de vacaciones, nosotros somos los únicos que se reportan al trabajo a tiempo. Ni siquiera está Rosy para abrirnos.

ENRIQUE. ¡Buenos días! La verdad es que una pesadilla me despertó muy temprano y no pude dormirme otra vez. Por eso estoy aquí antes de la hora.

CARLOS. ¿Qué tipo de pesadilla tuviste?

ENRIQUE. Soñé que me metían a la cárcel por no pagar a la tienda “Todo Tenemos” y no tenía nada de comer más que espinacas.

CARLOS. ¿Has pagado tus abonos a la tienda?

ENRIQUE. No, ¿y tú?

CARLOS. Tampoco.

(Entra un hombre con un portafolio con papeles oficiales.)

HOMBRE. ¿Son ustedes Carlos Gutiérrez Acevedo y Enrique Campos Morán? ¿Son ustedes empleados de la zapatería 2000?

CARLOS. Así es.

HOMBRE. Soy representante de la tienda de “Todo Tenemos”. Ustedes no han pagado sus abonos en tres meses. Tienen que pagar todo en un plazo de 24 horas o voy a mandar al licenciado para poner una demanda.

CARLOS. (Asustado.) Por favor, tenga misericordia. Mi mamá se enfermó, por estos tres meses he gastado todo mi sueldo para comprarle medicinas. Ya está mucho mejor y el doctor dice que con dos semanas más de medicina será suficiente, ¡Gracias a Dios! Sí pagaré. Solamente déme un poco de tiempo. Es imposible para mí pagarles todo en 24 horas.

ENRIQUE. Me subieron la renta y no tenía la opción sino pagarla hasta que encuentre donde vivir, pero ya tengo a donde mudarme

HOMBRE. Tienen 24 horas para pagar todo o voy a mandar al licenciado.

CARLOS. Regresaré a la tienda todo lo que he comprado. Dice el volante que si no le gusta la mercancía es posible regresarla. Ya odio todo lo que compré.

HOMBRE. No leísteis la letra chica que dice que hay que regresarlo dentro de una semana, pues después de este tiempo no se aceptan devoluciones, no hay excepción. No aceptamos ningún pretexto. Otra vez, si no pagan en 24 horas mandaré al licenciado. ¡Es mejor que paguen y eviten ir a la cárcel!

(El hombre se va y llega Rosy.)

ROSY. ¡Buenos días! Parecen muy tristes. La mañana está preciosa. ¿Qué pasa? Todavía nadie se ha quejado de que no tenemos su tamaño o que los precios son injustos, o que no tenemos el color exacto para combinar con el vestido nuevo. (Rosy simula abrir la puerta.) Carlos y Enrique, deben acomodar todos los zapatos.

(Ellos acomodan los zapatos mientras Rosy abre los cajones del escritorio con llave y saca algunos papeles. Mientras entran Chamumalito y Chamuquillo sin ser notados. Suena el teléfono.)

ROSY. ¿Bueno?

VOZ AL TELÉFONO. Rosy, soy Fernando. Estoy aquí en el hospital. Tuvimos que traer a papá por un dolor muy fuerte que le dio en el corazón. Es posible que sea un infarto. Los médicos lo están examinando. Es mejor que vengas de inmediato.

CHAMUMALITO. (A Rosy.) Rosy, tu papá se está muriendo. Tienes que irte de inmediato si quieres verlo vivo.

ROSY. Carlos y Enrique, mi papá se está muriendo, le dio un ataque al corazón. Les encargo la tienda. Carlos, aquí está el cambio para que abras la caja y las llaves para cerrarla bien. Después de cerrar todo, lleva las llaves a mi casa. Sabes que ya vivo cerca de la tuya. (Le da a Carlos un sobre con cambio y llavero con algunas llaves.)

CARLOS. Lo siento mucho. Voy a orar por tu papá y por ti.

(Rosy se va y Chamuquillo abre muy bien el cajón con los cheques.)

CHAMUQUILLO. (A Enrique.) Enrique, esta es la oportunidad de conseguir el dinero que tanto necesitas. Sería mejor compartirlo con Carlos así él no podrá ser testigo en tu contra.

ENRIQUE. (Ve el cajón abierto sacando los cheques.) ¡Vaya! es una pila de cheques firmados por el jefe para pagar a los proveedores y la luz, etc.

CHAMUQUILLO. Enrique, solamente necesitas uno de estos cheques para resolver tus problemas y los de Carlos. Hay que presentar la idea a Carlos como un préstamo. Mira. El cheque de encima tiene un poco más de la cantidad para pagar las deudas en total. Es del proveedor de León que debe venir hoy. Rosy ni se dará cuenta si no está. Tú puedes pagar solamente por tres meses y con el resto ir a otra ciudad a vivir.

ENRIQUE. Carlos, tengo una idea para resolver nuestras deudas y salvarnos de la cárcel.

CARLOS. Ojalá sea buena y que funcione.

ENRIQUE. Necesitamos un préstamo. Podemos pagarlo después. La única persona que sabes que nos prestará dinero es Sergio. No está, pero él no quiere que vayamos a la cárcel, sería malo para su negocio. Mira, aquí hay cheques firmados por él. Porque Rosy no está, sería necesario cobrarlo yo. He ido con Rosy varias veces al banco, y el ejecutivo de cuenta me conoce. Cuando regrese Sergio, podemos pedirle que lo descuente de nuestro sueldo de poquito en poquito.

CARLOS. No sé. Me parece que no es honesto cobrar cheques de otra persona, no importa las circunstancias.

ENRIQUE. Pero, ¿cómo le vamos a llamar a Acapulco? Tenemos solamente veinticuatro horas. ¿Quieres ir a la cárcel?

CHAMUMALITO. (A Carlos en voz baja.) Una demanda va a manchar tu testimonio y Rut no te hablará si te llevan a la cárcel. Esto es urgente.

CARLOS. Pues pienso que Sergio va a entender que esto es una emergencia.

NARRADOR. Carlos no supo que Enrique falsificó una carta con la firma de Rosy donde autorizaba cambiar el cheque. Cuando vino el proveedor de León, Carlos dijo la verdad, que el jefe estaba de vacaciones y que Rosy se fue al hospital y que nadie le autorizó a pagar la cuenta. Por el hecho que siempre le pagaban, el proveedor aceptó la explicación.



ESCENA IV: LA TIENDA, HAY ZAPATOS EN LA VENTANA, EN EL OTRO LADO DE LA PLATAFORMA ESTÁ LA OFICINA. ROSY ESTÁ SENTADA EN SU ESCRITORIO Y CARLOS ESTÁ ATENDIENDO UN CLIENTE.

NARRADOR. Ya ha pasado un mes. Enrique nunca regresó a trabajar. Cuando Sergio regresó de sus vacaciones, a Carlos le parecía imposible confesar lo que había hecho. Además, si empezó pagar a Sergio, Carlos no tenía dinero para salir con Rut y Sergio ni se dio cuenta de su dinero perdido. Pero se puso más y más miserable. El versículo que memorizó regresaba a su mente día y noche: "El que encubre sus pecados, no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia".

(Entra en la tienda el proveedor.)

PROVEEDOR. (A Carlos.) Quiero hablar con Sergio Monclavo.

(Entra Sergio y atrás de él escondidos Chamumalito y Chamuquillo.)

SERGIO. ¿Rosy qué pasó con el cheque para el señor Galván? $______ (Cantidad suficiente para comprar un Ipod, una TV, bolsa de dormir, zapatos y ropa.)

ROSY. En verdad que no vi ningún cheque por esta cantidad. Ayer llegó el estado de cuenta y no tuve tiempo de abrirlo y revisarlo. Déjame revisarlo. A ver, una copia de una carta que no escribí dando a Enrique el poder de cobrar el cheque. Ya sé por qué no regresó. La fecha es el 28 de julio, cuando pensé que mi papá iba a morir y fui al hospital.

CLIENTA. Yo trabajo en la tienda “Todo Tenemos”. Es el día que vino él (apuntando a Carlos) a pagar toda su deuda, y después vino Enrique Campos Morán para pagar por los tres meses, y la tienda todavía está tratando de localizarlo para que pagué el resto.

SERGIO. Carlos, ¿sabes algo de este cheque?

CHAMUQUILLO. Di que no.

VOZ DEL CIELO. "El que encubre sus pecados, no prosperará".

CARLOS. Pues, sí.

SERGIO. ¿Qué pasó?

CHAMUMALITO. Échale toda la culpa a Enrique. Dile que tu tío te dio el dinero.

VOZ DEL CIELO. "El que encubre sus pecados, no prosperará".

CARLOS. Enrique lo cobro, pero me dio la mitad. La idea era un tipo de préstamo para que no nos llevaran a la cárcel por no pagar nuestras deudas.

SERGIO. Rosy, por favor, paga al proveedor. Señor Galván déjeme su catálogo y su número telefónico aquí y le llamaré para solicitar la siguiente orden. Rosy, por favor, toma ya tu hora para comer. Necesito hablar seriamente con Carlos. (A Carlos.. Siéntate, Carlos. (Se sienta a su lado.) ¿Por qué fuiste parte de un robo?

CARLOS. Enrique y yo compramos muchas cosas en abonos en la tienda de “Todo Tenemos”. Mi mamá se enfermó y no podía pagar. Vino el representante de la tienda amenazándonos que si no pagábamos en veinticuatro horas nos demandarían hasta hacernos ir a la cárcel. Enrique encontró el cheque y me convenció de que sería un préstamo pero cuando nadie lo notó, me dio pena confesarlo. Ya tengo novia y si empiezo a pagarlo, no tendría dinero para gastar con Rut.

SERGIO. Entiendo las tentaciones de los jóvenes Cristianos y sé que tienes apenas un año en el Señor y también sé que las tiendas te asustan diciendo que pueden mandarte a la cárcel aunque no sea cierto. Te perdono y siempre seré tu amigo, pero no puedo emplear a un cajero en mi tienda que es capaz de robar dinero. Tengo un sobrino que necesita trabajo, voy a darle tu puesto a él. Te aconsejo que me pagues todo, no solamente porque necesito el dinero, sino porque a ti te conviene tener tu conciencia completamente limpia. La Biblia dice: "No debas nada a nadie".

CARLOS. Sergio, gracias por todo. Ya me voy.

(Se levanta y anda lentamente a la puerta con los demonios siguiéndole.)

CHAMUMALITO. (En voz baja a Carlos.) Ya no tienes trabajo. Debes ir a otra Iglesia para que no veas a Sergio y no sientas vergüenza por no pagar.

CHAMUQUILLO. (En voz baja a Carlos.) Mejor que evites a Sergio. Encuentra otro trabajo y sigue como si nada hubiera pasado. Si pagas a Sergio y dices la verdad, vas a perder a Rut.


ESCENA V: UN RESTAURANTE DONDE CARLOS Y RUT ESTÁN TOMANDO UN REFRESCO.

NARRADOR. Carlos platicó con su amigo Daniel y decidió seguir su consejo. Lo más difícil fue decirle a Rut toda la verdad.

CARLOS. (Muy nervioso.) Rut, hay algo que necesito decirte.

RUT. Carlos, puedes confiar en mí. Guardaré tus secretos.

CARLOS. Pues, pues, soy culpable de algo terrible y por eso perdí mi trabajo. Todo empezó al estar inconforme con mi situación. Antes de que quebrara el negocio de mi papá, nuestra familia tenía dinero. Cuando puse mis ojos en ti, pensé que era necesario impresionarte al comprarme ropa nueva, mandarte flores, comentarte que compré un estéreo nuevo, etc. Mi amigo del trabajo y yo compramos muchas cosas en oferta en la tienda “Todo Tenemos” para pagar en abonos. Pero no pagué las mensualidades, pues necesitaba comprar medicinas para mi mamá. Un día, vino un hombre al trabajo a decirnos a Enrique y a mí que nos mandaría a la cárcel si no pagábamos en veinticuatro horas. Enrique cobró un cheque firmado por Sergio y dividimos el dinero. Pagué mi deuda y me sobró suficiente para comprarte rosas y traerte a comer comida china. Pues, ya se descubrió todo y le confesé a Sergio cada detalle. Platiqué con Daniel. Él me dijo que debo encontrar trabajo y debo usar cada centavo para pagar todo a Sergio, no sólo mi parte, sino también la de Enrique. Necesito hacerlo. Pienso que por el momento no puedo tener una novia porque no puedo ofrecerte absolutamente nada. Te quiero, pero eres demasiado buena para andar con un ladrón.

RUT. Gracias por decirme la verdad. Te admiro por afrontar la situación y estar dispuesto a tomar la responsabilidad de tus acciones. Además, mi mamá me dijo que quería que me quedara sin novio por un año. Ella piensa que estoy muy chica todavía, y debo obedecer a mi mamá. Podemos ser amigos y después de un año estaré esperándote.

CARLOS. Gracias por tener un espíritu de perdón y misericordia. Daniel me informó que la Biblia dice en Proverbios 22:7: "El que toma prestado es siervo del que presta" por eso es muy peligroso pedir prestado. Jesucristo mismo dijo: "La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee", pero es tan fácil pensar que necesitamos más cosas para hacernos felices. Cada vez que ignoramos consejos bíblicos abrimos las puertas al diablo. En mi caso fue endeudarme y fijarme en cosas materiales.

RUT. Mejor aprender joven. Nuestras fallas pueden ser nuestros maestros si permitimos ser enseñados por ellas.

(Entran Chamumalito y Chamuquillo como si estuvieran detrás de la pared escuchando.)

CHAMUMALITO. Otra vez perdimos por un versículo de la Palabra de Dios bien memorizado y mucha enseñanza bíblica.

CHAMUQUILLO. Y no nos ayuda el espíritu de misericordia, perdón y amor acompañados de consejos sabios.

CHAMUMALITO. ¡Qué bien que hay algunos Cristianos que se apartan de la Palabra y dejan de congregarse, haciendo nuestro trabajo más fácil!

¿Qué es la Navidad?

3 Minutos y 3 Personajes. Tres jóvenes expresan lo que es para ellos la Navidad. Intentarán cambiar las opiniones consumistas de uno de ellos y dar un ejemplo de verdadero significado.

¿QUÉ ES LA NAVIDAD?


PERSONAJES

SARITA
ALEJANDRA
JACOB


SARITA. ¡Qué contenta me tiene que llegue la Navidad! Tres veces he soñado con la dichosa cena. Ya está el dulce y comprado todo ya, la comida preparada, ¡ya llegó la Navidad!

ALEJANDRA. Pues a mí, Sarita, me gusta que se acerque ese día, mas es muy diferente a esa mi alegría. En casa cenaremos, en alegre reunión y después rogaremos a Jesús su bendición.

JACOB. ¿Y cómo se divierten si faltan los regalos? No es Navidad aquella sin juguetes en las manos.

SARITA. Una cena sin vino no se puede pensar, el vino es necesario para poder gozar.

ALEJANDRA. ¡Qué lástima que ustedes, tan buenos, tan prudentes, no tengan de ese día conceptos diferentes, y sean sus alegrías celebrando al Señor dignas de quien nos diera tantas pruebas de amor!

SARITA. Es verdad que en mi casa celebramos con ardor, sin embargo todo pasa y se apena el corazón.

ALEJANDRA. Amigos, es preciso que al llegar la Nochebuena pensemos en la fiesta, pensemos en la cena, pero que dediquemos fiesta y cena también en honor del que humilde, ha nacido en Belén, viene a hacernos felices: Que se halle en nuestro hogar presidiendo la fiesta y haciéndonos gozar.

JACOB. Sí, porque así podré triunfar. (Se postran.)

LOS TRES. Danos, Padre celestial en esta festividad de amor, que te amemos hoy y siempre con todo el corazón.

Cuando Cristo entra en una casa...

12 Minutos y 10 Personajes. José y María tocan a diferentes casas para pasar la noche en Belén. Cada casa tiene una excusa...

CUANDO CRISTO ENTRA EN UNA CASA...



PERSONAJES

NARRADOR 1
NARRADOR 2
NARRADOR 3
JOSÉ
MARÍA
CASA DEL RICO
CASA DE PRISA
CASA DEL POBRE
CASA DEL MIEDOSO
CASA DE BIENVENIDA

NARRADOR 1. En aquel entonces el emperador romano César Augusto decretó que se levantara un censo en todos sus dominios. En aquellos días era Cirenio gobernador de Siria. Según lo dicho la gente tenía que regresar a la ciudad de sus antepasados para inscribirse. Y como José era miembro de la familia real, tuvo que ir desde la provincia Galilea de Nazaret hasta Belén de Judea, pueblo natal del rey David. Llevó con él a María, su prometida, que estaba embarazada. (Lucas 2:1-5) También muchas otras familias se encaminaron. El camino era muy pesado, especialmente para María. Casi estaba al punto de dar a luz a su primer bebé. Cuando llegaron a Belén, la ciudad estaba llena de gente, todas las habitaciones ocupadas. Ni un cuartito quedó. Y María sintió que ya había llegado la hora de dar a luz. ¿Cómo han de haber sentido cuando caminaban por las calles buscando un lugar donde hospedarse? Vamos a imagina su situación:

(La primera casa aparece: “Mansión del rico”. Aparecen José y María, cansados, después de un largo viaje. Se paran enfrente de la primera casa y tocan a la puerta.)

JOSÉ. Ábranos, déjenos entrar, por favor. Hemos estado caminando por muchos días.
Estamos tan cansados. ¿No tiene un cuarto para una noche?

DUEÑO MANSIÓN. Y ¿qué tal la renta? ¿Pueden pagar ustedes? Esto no es una casa para pobres. Yo pago mis limosnas cada mes para que hagan casas para gente como ustedes. Mis habitaciones son de lujo. He trabajado duro para tener esto.

JOSÉ. Señor, por favor, mi esposa va a tener un bebé…

DUEÑO MANSIÓN. Aún menos. Yo no soy doctor. Váyanse rápido.

(José y María siguen caminando; llegan a la “Casa de prisa” y tocan a la puerta.)

CASA DE PRISA. ¿Sí?

JOSÉ. Disculpe Señor, es que n…

CASA DE PRISA. Date prisa, no tengo tiempo. ¿Qué quieres?

JOSÉ. Hospedaje para mi esposa y para mí. Venimos de lejos y…

CASA DE PRISA. ¿Hospedaje? No tengo tiempo para ustedes. Quiero salir. Tengo cosas más importantes que hacer que encargarme de gente ajena. Mañana pueden regresar, tal vez tendré tiempo. Con permiso… (Se va rápidamente.)

(José y María siguen su camino muy despacio. Llegan a la “Casa del pobre”. José toca a la puerta. Aparece el dueño.)

JOSÉ. Buenas noches. Por favor, ¿no tienen un rinconcito, donde nos podemos quedar por la noche?

CASA DEL POBRE. ¿Qué se imaginan? Ni tengo espacio para mis propios hijos.

JOSÉ. Tengan misericordia de mi esposa. Ya no puede seguir caminando. Pregunté al rico.

(José y María siguen su camino. Llegan a la “Casa del miedoso” y llaman.)

JOSÉ. Somos de Nazaret. Tenga compasión de nosotros, señor. Déjenos pasar la noche en su casa. Hay tanta gente en Belén, no hay lugar en ninguna casa.

CASA DEL MIEDOSO. Y en mi casa tampoco. No los conozco, ¿cómo creen que les voy a dejar entrar en mi casa? Hay tantos asaltos en estos tiempos. Hay que tener mucho cuidado. ¿Son de Nazaret? Uhhhhhh, no se escuchan buenas noticias de Nazaret. ¡Aléjense de mi casa!

(José y María siguen caminando. José apoya a María. Llegan a la “Casa de Bienvenida”.)

JOSÉ. Por favor, dénos una habitación, aunque sea para una noche.

CASA BIENVENIDA. Con gusto lo haría, pero miren, todo está lleno. Cada cuartito, hasta el último. Hay tanta gente ahora en Belén, es increíble… (Se queda mirándolos.) Pobrecita la mujer, está embarazada. Mmmmmmm...Espérenme, sí, creo, que tengo todavía un lugarcito para ustedes. Pero nada más es en el establo, allá. (Les señala el establo.)

JOSÉ. Oh, señor, eso es suficiente para nosotros. Gracias a Dios, no tenemos que quedarnos en la calle. Ven, María, ahora puedes descansar.

(La apoya yendo hacia el establo.)

NARRADOR 1. En esta noche María dio a luz a su primer hijo. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían hallado habitación.

NARRADOR 2. Aunque él hizo el mundo, el mundo no lo reconoció cuando vino. Ni aún en su propio país, entre su propia gente, lo aceptaron. Solo un puñado de hombres le dio la bienvenida y lo recibió. Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les concedió el poder de convertirse en hijos de Dios. Los que creyeron, nacieron de nuevo. Si Cristo hoy toca tu corazón, ¿le abrirás la puerta?

NARRADOR 3. Como en Belén, igual ha sido hasta el día de hoy: Los hombres no le reciben, no le quieren como rey y salvador. Lo dejan afuera de sus vidas. Pero también hay otros: Los que le reciben, los que le abren la puerta de su vida. Son ricos y pobres, miedosos y apresurados. ¿Qué hubiera pasado si las personas en nuestro drama le hubieran abierto sus puertas: A ver:

(Una casa tras la otra pasa y dice su texto:)

1. Casa del rico:
¿Qué me va a tocar? ¡Cuánto voy a ganar?
Estas preguntas dominaban mi ser,
mi trabajo, mi pensar, mi oír y mi ver.
Ahora mi vida se está acabando,
y no sé para qué estuve ganando.
A la tumba el dinero no puedo llevar,
y luego a mí, ¿qué me va a pasar?
Oh Señor, entra en mi mansión,
que seas el rey de mi corazón.

2. Casa de prisa
El tiempo pasó, los días corrieron.
¿Para qué los usaba? Ya todos se fueron.
¿Qué es lo que vale? ¿Qué es vanidad?
¿Qué es lo que se ve en la eternidad?
Oh Cristo, ven tú a mi corazón.
Necesito tanto de tu perdón.
Lo que quiero es de ti aprender
a invertir mi tiempo como debe ser.
Que uses mi vida, me hagas capaz
de mostrar al mundo, qué es tener paz.

3. Casa del pobre:
No hay dinero, no puedo pagar.
Así siempre dije, no hay para ayudar.
Mi casa estaba llena de preocupación
y la amargura mató la canción.
Hasta que yo por fin pude ver,
que Cristo era rico, tenía tanto poder.
Y él se hizo pobre por tanto amor,
él dio su vida a nuestro favor.
Dios quiere hacernos descansar
en sus riquezas que él quiere dar:
La vida eterna y pleno perdón,
y con él nos dará una celeste mansión.
Él me ha llenado con felicidad
la cual puedo dar a la humanidad.
Él me ha llenado con satisfacción,
ya nunca se va a callar mi canción.

4. Casa del miedoso
El miedo de todo me agarró,
de guerra y que me enfermara yo,
de tiempos difíciles, de la maldad,
de Satanás mismo y su potestad.
Hasta que alguien me mostró mi error,
que no tienen sentido el temor,
si al salvador le pido entrar,
si él en mi vida puede reinar.
Él es el más fuerte, venció a Satán.
Ya no hay razón por ningún afán.
Desde que Jesús mi vida salvó,
seguro estoy, su paz tengo yo.

Carta a papá

8 Minutos y 4 Personajes. Un hijo le escribe una carta a su padre por el día del padre en la que expresa todo lo que siente por él.



CARTA A PAPÁ

ESCENOGRAFÍA
Un living de una casa y el Sofá preferido de papá para descansar.

ACTORES

PADRE
ADOLESCENTE de 16 años
CARTERO (Tratemos que el cartero sea un niño, con un bolso muy grande, y un sobre de carta del mismo tamaño; esto es para poner una nota de humor al programa.)
RELATOR (Quien habla escondido con un micrófono en la mano.)



PRIMERA ESCENA

(Veremos al papá sentado leyendo el Diario cuando de pronto tocan a la puerta puede tener una música suave solamente con instrumentos.)

CARTERO. Buenos días, Sr. González.

PADRE. Buenos días, Sr. Cartero. ¿Trae algo para mí?

CARTERO. Pues claro… Si no, no estaría aquí.

PADRE. Tiene usted muchísima razón… (Riéndose.)

CARTERO. (Exagera un poco al momento de entregarle el sobre.) Parece que tenían mucho que decirle…

PADRE. ¿Quién pudo escribirme? (Da vuelta el sobre tratando de buscar el remitente, que obviamente no trae. Le da unas monedas al cartero y se despide.) Que le vaya bien, gracias.

CARTERO. Qué agradece, es mi trabajo y lo hago con mucho gusto y amor.



SEGUNDA ESCENA

(El padre aún sorprendido mirará el sobre, se sienta en su sofá, y al abrir la hoja, comenzará el Relator con voz muy suave a leer esta carta: para este espacio continúa una música muy suave, y se harán pausas en que el padre reflexionará en su mente. En cada pausa el padre se tomará la cabeza, o dejará que alguna lágrima brote de sus ojos. Recordemos que él es el único en escena, así que convendría bajar las luces y ocupar un halógeno (foco) que lo alumbre a él en este momento especial, crear el ambiente.


“CARTA A PAPÁ”

Querido Papá:

Quiero confesarte que para mí no es fácil decirte todo lo que pienso, y lo que quiero. Tal vez sea por mi edad; yo sé que a ti te costaba hablarle a mí abuelo. (Pausa) Quiero decirte que tú me estimulas cada día, para enfrentar un nuevo día, sin embargo, desde hace un tiempo he deseado hablarte de lo que hay dentro de mi corazón y mente.

Cuando era niño me gustaba que a pesar del cansancio que traías por haber trabajado duro durante el día, te sentaras y me tomaras en tus brazos, para hacerme sentir que contaba contigo y que me amabas (pausa).

Hoy es un día especial pues todos tratamos de que nuestros papás se sientan felices y contentos. Yo quisiera que a pesar de que soy un adolescente y estoy empezando a madurar, que te tomaras el mismo tiempo, que cuando yo era un niño (pausa); eres importante para mí y si muchas veces no te lo digo, no es porque no lo seas, es simplemente porque me cuesta dejar libre “El Amor” que siento por ti.

Cuando era niño me gustaba tomarme de tu mano y mirarte, quería llegar a ser como tú. No había nadie más inteligente, más especial que tú. (Pausa.)

¿Sabes en qué me fijaba en ti en aquellos años? Cómo te afeitabas, como reías; te observé muchas veces, cabizbajo, sentado en tu sofá y hoy sé que estabas preocupado por mí, por mi futuro, porque yo lograra todo lo que soñaba; gracias por lo que soy ahora, te lo debo a ti, he aprendido a tomar decisiones, gracias a tus consejos (pausa).

Gracias por entender mis estados de ánimo, nunca estoy igual. Ni yo mismo logro entenderme. No me he sentido derrotado al cometer un error, pues tú me alientas para seguir adelante (pausa).

Hoy me siento orgulloso de ti, de tenerte y poder, a través de mi carta, decirte cuánto te quiero.

Bueno, mi deseo será siempre el que Dios te bendiga y no olvides que a pesar de los años mi amor por ti nunca cambiará porque eres mi papá, y para mí nunca habrá otro “igual”.

Recibe mi saludo y cariño en este día.



TERCERA ESCENA

(Termina de leer la carta, entra en escena el hijo, un joven de no más de 16 años.)

HIJO. (Con timidez se acerca.) Veo que recibiste mi carta.

PADRE. (Secándose las lágrimas.) No importa la forma que busques para decirme todo lo que quieras, gracias hijo. (Suspira.) Muchas gracias… TE AMO.

HIJO. Y yo a ti, papá. (Se hacen su antiguo saludo que tenían cuando el era un niño y enseguida se abrazan y salen.)

Limpiador profundo

10 Minutos y 3 Personajes. Obra en mímica: La Biblia nos limpia, la Palabra de Dios es signo de santificación.

LIMPIADOR PROFUNDO



TEXTOS

Juan 15:3 "Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado."
Juan 17:17 "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad."
Efesios 5: 25-26 "Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra"
Salmos 119: 9 "¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra."
Salmos 119:105 "Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino."

ATREZZO

2 Corazones de cartulina (Rojo y marrón)
Mancha negra de cartulina o marrón
Jabón en pan
Alcohol
Limón
Detergente
Balde con agua
Jabón en polvo de dos marcas distintas
Libro imaginario tipo manual para quitar las manchas y Biblia
Linterna o lupa


ACTORES

MIMO 1: Amigo, ayudador
MIMO 2: Con una mancha en su ropa y corazón limpio
MIMO 3: Con manchas en su corazón y ropa limpia

En el caso de tres actores se hará énfasis en las apariencias, el contraste aspecto exterior vs su corazón. Si son sólo dos actores, el mismo personaje tendrá la ropa sucia y su corazón también con manchas.



OBRA

El mimo 1 está sentado, leyendo (puede ser una Lavandería) . Viene el mimo 2 que es su amigo, se saludan. El mimo 2 le indica al mimo 1 que tiene una mancha en la camisa, y comienza a pensar cómo solucionarlo.
Va en busca de los distintos elementos (jabón, detergente, etc…) Cada tanto consulta un manual imaginario y prueba con otra cosa...
Hasta que parece encontrar la solución. El mimo 2 se saca la camisa y la entrega al mimo "lavador". Se observa allí el corazón del mimo 2, (que de acuerdo a la cantidad de actores, estará rojo o marrón). En caso de que sean 3 actores, aparece el mimo 3, con la ropa limpia, pero su corazón marrón. El mimo 1 empieza a observar el corazón marrón con una lupa, o linterna, y no sabe qué hacer... consulta el manual, pero no tiene respuesta, por las dudas, intenta hacer la prueba con los elementos para lavar la ropa. Un detalle gracioso es usar el jabón de segunda marca primero, y luego presentar el de primera marca, o viceversa. Pero se dará cuenta que no es la solución. Toma la Biblia y busca algunos versículos.

Aquí se encuentran dos opciones, hacer participar al público, indicando qué versículos leer con anterioridad o encargarse de la lectura de los textos bíblicos, la reflexión.

Evolución Humana

10 Minutos y 7 Personajes. Los hijos(as) de los papás de la congregación tratarán de expresar sus sentimientos a sus Padres.

EVOLUCIÓN HUMANA



ACTORES

PRESENTADOR
JESÚS (música muy suave)
NIÑO de 4 a 5 años (música infantil)
LOLO de 10 a 12 años (música de acuerdo a la edad)
JOVEN I de 17 a 20 años (música de acuerdo a la edad)
JOVEN II de 25 a 30 años (música de acuerdo a la edad)
HOMBRE de 35 a 40 años (música de acuerdo a la edad)


ESCENOGRAFÍA

Un lugar con plataforma para que todos puedan ver con más detención a los personajes.



NIÑO. (Dirigiéndose a los Padres.) Papito yo vine hoy para decirte, que te quiero mucho. (Se quedará a la orilla de la plataforma, esperando a los demás.)

LOLO. Papá no es fácil para mí pararme delante de todos, para decirte lo que pienso. Sé que estoy en una etapa difícil, tanto para mí, como para ti… Cuando creo que no me entiendes es cuando más lo haces; quiero darte gracias por tus consejos, esos que muchas veces no entiendo pero que son para mí bien. Muchas veces pienso que no te necesito, que me la puedo arreglar solo, pero es mentira “TE NECESITO Y TE QUIERO”.

JOVEN I. Papá, he tenido que tomar muchas decisiones importantes para mí, y no han sido fáciles. Recuerdo cuando elegí qué estudiar. Quería saber qué cosas me convenían más. De no haber sido por tus oraciones y tus palabras no sé qué habría hecho, eso me ayudó. Pues tomé la mejor decisión y hoy estoy feliz. Tal vez no te he hecho sentir lo importante que eres para mí, pero lo eres, “Eres muy importante para mí y te quiero”.

JOVEN II. Viejo (papá) ya pasó mi época de estudiante, y ahora estoy trabajando. Sabes que ahora me lo paso fuera de la casa y me ha hecho valorar tus esfuerzos diarios, para llegar a esta parte del camino. Tú tienes que saberlo, en el trabajo la competitividad es muy común y asfixiante; a veces creo no ser capaz de seguir enfrentándola pero viene a mi mente tú tesón, tú fuerza… Eso me anima y me hace sentir que lo puedo lograr. “Valoro tus esfuerzos, hoy más que nunca. Gracias.”

HOMBRE. Es difícil ahora que yo también soy papá, pararse aquí y decirte muchas cosas que hay en mi corazón, porque sé que es difícil esta tarea de ser papá, tengo muchos temores al tener a mis hijos en brazos, y pensar en su futuro. Tengo noches de insomnio, que creo que son muy normales en nosotros como papás. Ahora sé que tú también las tuviste conmigo. Trabajaste tanto para que nada me faltara y es lo mismo que yo hago ahora con mis hijos. Sé que no quiero cometer los errores que sin querer cometiste conmigo; pero también sé que estoy cometiendo otros, que de seguro mis hijos me reprocharán mañana. Te miro y me miro en tus ojos, “Gracias por tu amor incondicional y perdurable”.

(Después de este hombre, se pondrá una música muy suave y comenzara a entrar Jesús. Los hombres que están al frente le harán un espacio en el centro para que se dirija a todas las personas.)

SERA UN MOMENTO DE REFLEXIÓN

JESÚS. Ustedes son Padres aquí en la tierra, y sé que lo que más les importa es que sus hijos sean y se sientan felices. A mí hoy día me ha enviado mi Padre que está en los cielos, para demostrar el amor que siente por cada uno de ustedes (indica con su mano a los que están en la plataforma) ya que su amor es inagotable, y su misericordia es eterna. ¿No te ha sido fácil ser papá? ¿Pareciera que los hijos piden mucho y no alcanza? ¿Parece que la ayuda que te di como idónea no lo es tanto? ¿Parece que ser papá y trabajar en la obra se te ha hecho muy pesado? Sé que todas estas preguntas y aún mucho más están en tu mente. Pero “YO” estoy aquí para refrescar tú corazón, para ayudarte en esta carrera. No te desalientes, cobra ánimo, ahora… (Abraza o se abraza con los de la plataforma) ellos tienen un poco de ti; tú tienes el soplo de vida que mi Padre puso un día en ti. (Extiende sus brazos.) “NO TEMAS, YO TE AYUDO”.

(Se sube la música y salen todos con Jesús, se cierra el telón.)

Llamada telefónica

10 Minutos y 5 Personajes. Este drama te puede ser muy útil para edificación de los miembros de la iglesia que piensan que el Señor los enviará a otras naciones o a predicar en otros lugares y que nunca hacen nada para merecerlo. Este mimo sirve para estar alerta al llamado del Señor para que lo sirvan porque escrito está: "En lo poco me fuiste fiel, en lo mucho te pondré".

Una señorita está junto al teléfono mientras éste suena; contesta y el que habla es el Señor, que da un aviso que se preparen porque enviará a alguien a las naciones a predicar el evangelio, y le dice que estén alerta de nuevo para su llamada.

La señorita que contestó y recibió el recado del Señor espera recibir la llamada del Señor Jesús, junto al teléfono, para ir a servir a las naciones, mientras tanto, emocionada comienza a preparar sus maletas para su viaje.

Junto a ella se encuentra otra jovencita que está barriendo, un tercero entra en escena, diciendo a la chica que está esperando la llamada, que necesitan ayuda para limpiar el techo del templo, a lo cual ella responde que no puede porque está esperando una llamada muy importante: la llamada del Señor para ir a las naciones. La chica que está barriendo se ofrece para ayudar a limpiar el techo del templo, después de unos minutos regresa para continuar barriendo y la primera chica le pregunta que cómo le fue y ella responde que muy bien, que se trataba de algo muy sencillo.

Después otra persona entra a escena y le dice a la chica que está esperando la llamada del Señor para ir a las naciones que si les puede ayudar a limpiar los baños de la Iglesia, a lo cual la chica le responde que no puede porque está esperando la llamada del Señor para servir en la naciones, la otra chica que estaba barriendo se ofrece para ayudarles a limpiar los baños, después de un rato regresa y la chica que está en el teléfono le pregunta que cómo le fue, y la chica le responde que muy bien, que fue algo sencillo.

Nuevamente entra otra persona y le dice a la chica que está esperando en el teléfono que le ayude a pintar el templo, la cual nuevamente se niega porque espera la llamada del Señor, y la otra chica acepta, regresa y le vuelve a preguntar la otra chica cómo le fue, y esta contesta que muy bien, que fue algo muy rápido y sencillo.

El teléfono vuelve a sonar y la chica responde emocionada, pensando que es para ella de parte de Dios para ir a servir a las naciones, pero se sorprende cuando el Señor le pide que le comunique con la chica que está barriendo, desilusionada le pasa el teléfono y la otra chica gozosa recibe el llamado de ir a servir a las naciones, entonces agarra las maletas que tenía la chica que estuvo esperando todo el rato y se va. La primera chica se queda en escena sorprendida.

Cómo cambiar

8 Minutos y 4 Personajes. Dos hermanos piensan que por la psicología moderna pueden cambiar el carácter aunque el único que puede hacerlo es Cristo.





CÓMO CAMBIAR



PERSONAJES

MAYRA
BETO
RAÚL
NARRADOR


ESCENA I

(Mayra y Beto están cenando pan dulce y café. Beto está leyendo una revista.)

MAYRA. ¿Qué estas leyendo?

BETO. Es un artículo acerca de Benjamín Franklin. Hizo un experimento para mejorar su conducta, un plan para eliminar fallas.

MAYRA. ¿Y tuvo éxito?

BETO. No, después de cierto tiempo abandonó su proyecto.

MAYRA. Pero fue un fracaso porque no tenía las ventajas de la psicología moderna. Mediante métodos para modificación de conductas, es posible cambiar a una persona.

BETO. No lo creo. Solamente porque has estudiado un año en la facultad de psicología piensas que sabes todo. Yo soy tu hermano menor que todavía está en la prepa y por eso no sé nada. Pero tú eres la fuente de todo conocimiento. Dudo que tus métodos puedan cambiar a alguien.

MAYRA. Es porque no has leído los reportes de las investigaciones más recientes en las revistas de psicología.

BETO. Si es posible, quiero que cambies tú misma. Una vez me dijiste que la persona necesita tener la voluntad de cambiar y entonces cambiará, Si cambias tú misma, nunca se puede usar el pretexto que la persona no quería cambiar. Pero tú puedes darnos una demostración; tienes bastantes fallas.

MAYRA. ¿Y piensas que eres perfecto?

BETO. No, pero soy honesto. Sé que hay cosas que no puedo cambiar. Regresando al tema de tus fallas; te enojas fácilmente, no te gusta esperar, siempre estás al frente de la línea y te sirves a ti misma primero. Interrumpes mis llamadas para hablar tú, pero yo sí necesito esperar una hora y media, esto está muy bien. Realmente eres egoísta. Además, eres experta en inventar mentiritas para disculparte.

MAYRA. ¡Cómo exageras!

BETO. ¿Quieres que ponga por escrito 25 ejemplos de cada una de estas debilidades? Puedo también añadir otras.

MAYRA. No, pues, es cierto que a veces me enojo, que no me gusta esperar y soy buena para presentar razones para no hacer algo, pero puedo cambiar. Y quiero cambiar para mostrarme que tengo razón. Solamente requiere que substituya paciencia por enojo, generosidad por egoísmo y la pura verdad por imaginación. También puedo reportarme cada semana con Rita para que pueda saber de mi progreso. Con esto puedo reprogramar mi conducta en seis semanas y puedo ser diferente.

BETO. Y si lo haces te daré 500 pesos y si no, me los darás tú; y vamos a ponerlo por escrito.

MAYRA. Está bien; ambos vamos a firmar.

NARRADOR. Rápidamente pasaron las seis semanas. Beto no podía atrapar a Mayra en una falla en alguna de las áreas mencionadas. Ya debía 500 pesos. No podía pagar la primera parte hasta recibir su cheque esa semana pero pensó en un plan.



ESCENA II

(Beto hablando por teléfono y Mayra esperando para usarlo.)

BETO. (Hablando por teléfono con todo detalle acerca de un juego de fútbol. Mayra ansiosa por usar el teléfono dando señas apuntando a su reloj. Beto sin darse cuenta continúa hablando acerca del juego de fútbol.)

MAYRA. Por favor, necesito hacer una llamada. (Beto habla acerca de un problema de su carro, de cosas de trabajo y de un problema con un vecino. De pronto Mayra explota.) Dame el teléfono. (Mayra toma el teléfono físicamente y lo cuelga.) Nuestra abuelita va a perder su cita con el especialista por tu culpa. Necesito hablarle para recogerla ahorita.

BETO. (Tomando el teléfono.) Voy a hacer primero otra llamada. (Beto marca el teléfono.) Abuelita, ¿cómo estás?

VOZ de ABUELITA. Muy bien. ¡Qué bueno oír tu voz, Betito!

BETO. ¿Cuándo tienes tu cita con el especialista?

ABUELITA. No tengo cita con ningún especialista. Estoy bien, ni voy con el doctor Rivera.

BETO. Está bonito el día. ¡Que la pases muy bien! Te amo. Adiós.

ABUELITA. Adiós, Betito.

BETO. (Con triunfo.) Ya gané. Nada te debo. Tú me debes. ¿Cuándo me vas a pagar? Yo tengo la razón. Tu psicología no sirve, te enojaste, no esperaste tu turno y dijiste una mentira.

MAYRA. No es justo; hiciste todo esto a propósito.

(Tocan a la puerta.)

BETO. Pasa, Raúl. (Se saludan.) Viniste a tiempo para celebrar. Gané 500 pesos.

RAÚL. ¿Cómo?

BETO. Mostré a Mayra que toda su psicología no puede realmente cambiar a una persona. Después de usar sus técnicas todavía se enoja, todavía es egoísta y todavía cuenta mentiras. Por eso gané 500 pesos.

MAYRA. No es justo. Tú a propósito hablaste una hora y trece minutos por teléfono.

RAÚL. ¿Saben ustedes lo que dice la Biblia acerca de la naturaleza humana?

MAYRA y BETO. No

RAÚL. La Biblia dice en Jeremías 17:9 “Engañoso es el corazón, más que todas las cosas y perverso, ¿Quién lo conocerá?”

BETO. ¿Ves? Tengo razón.

MAYRA. ¿Y qué de tu orgullo?

RAÚL. Sí, dentro de nosotros siempre encontraremos motivos malos, pero a pesar de esto somos tan valiosos para Dios que Cristo murió por nosotros y vino para ser nuestro Salvador. Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Mateo 1:21 explica. “llamarás su nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.”

MAYRA. ¿Y Cristo puede ayudarnos a cambiar conductas?

RAÚL. Sí, puede ayudarnos a cambiar aquí en la Tierra. Después de aceptar a Cristo, le tenemos viviendo en nosotros. Podemos recibir el poder para obedecerle y ganar la victoria sobre el pecado. Ya tenemos la posibilidad de conectarnos en su poder, pero si intentamos todo en nuestras fuerzas, todavía vamos a fallar. Pero todo empieza con aceptar a Cristo en el corazón. ¿Tienes interés en aceptar a Cristo?

BETO. Yo sí.

MAYRA. Yo también.

RAÚL. Ustedes pueden hacerlo ahora por medio de una oración pidiendo perdón y dando las riendas de sus vidas completamente a Cristo. Las palabras no son mágicas y Dios ve qué hay dentro de sus corazones. Si con toda sinceridad rinden sus derechos a Cristo entregando a Él toda su vida, Él de una manera sobrenatural entrará en su corazón. ¿Quieren orar conmigo para pedir perdón por sus pecados e invitar a Cristo a morar en sus vidas?

BETO. Sí, eso es lo que necesito.

MAYRA. Yo quiero este poder.

RAÚL. Entonces, Repitan después de mí, “Señor Jesús... yo sé que soy pecador... me arrepiento de mis pecados...lava mi corazón con Tu sangre... entra en mi corazón para ser dueño de mi vida... quisiera obedecerte toda mi vida... con tu poder evitaré lo que dice la Biblia que es pecado... gracias por morir en la cruz por mí... gracias por entrar en mi corazón como has prometido... amén.

MAYRA. Beto, voy por tus 500 pesos.

BETO. Ninguno tenía la razón, olvídalo. Quédate con el dinero.

Apartado para Cristo

8 Minutos y 7 Personajes. Pepe, un niño que le encantaba ir a la iglesia, cambia su actitud frente a ésta y no desea asistir más.


APARTADO PARA CRISTO


PERSONAJES

NARRADOR
PADRE
MADRE
HIJOS: dos niños en edad escolar
HIJOS: dos jóvenes

ESCENA UNO

(Los padres están alrededor de la mesa listos para empezar el devocional familiar.)

NARRADOR. (Voz en off.) Desde niño sus padres lo dedicaron a Jesucristo frente a la congregación de la iglesia a la cual asistían. Iba todas las semanas a la Iglesia, y participaba de las actividades de entre semana y de las actividades especiales durante el verano. Le encantaban los concursos en la Escuela porque era el que más sabía en su clase y siempre ganaba. Era puntual, le gustaba ser el primero en llegar a la clase para poder ayudar a su maestra; por eso se sentía mal cuando su mamá o su hermano se retrasaban.

MADRE. Hijos salgan ya de su cuarto que la hora avanza y no quiero que lleguen tarde a la escuela.

(Entran los hijos y se sientan alrededor de la mesa junto a sus padres.)

MADRE. ¿Quién quiere leer la Biblia hoy?

PEPE. ¡Yo, yo!

PADRE. Está bien, pero mañana le tocará a tu hermano, porque tú siempre la lees.

PEPE. Lo que pasa es que a él no le gusta leerla y a mí, sí. Bueno, leamos: Salmo 1:1-3. (Lee el pasaje bíblico.)

PADRE. Oremos. Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, Danos el pan de cada día y perdónanos como nosotros perdonamos a los demás. Líbranos de todo peligro, en el Nombre de Jesús, amén.

(La familia se despide y todos salen de escena.)


ESCENA DOS

NARRADOR. (Voz en off.) Ya han pasado varios años en esta hermosa familia. Los hijos crecieron y los padres continúan activos en sus trabajos y en la congregación, sin dejar de fomentar el altar familiar y la asistencia a la iglesia. Lamentablemente algunas cosas han cambiado, sobre todo en la vida de Pepe. Ya no es el mismo niño de antes.

(De aquí en adelante los padres muestran el paso de los años en su apariencia, y los dos hermanos están representados por los jóvenes. El padre, la madre y el otro hermano están sentados alrededor de la mesa.)

PADRE. Pepe, date prisa que te estamos esperando para empezar el devocional.

PEPE. (Asomando la cabeza.) ¿Por qué no empiezan sin mí? Todavía me falta mucho para terminar de arreglarme. No quiero a ir a la escuela desarreglado solo por tener que leer la Biblia y orar.

(Los padres y su hermano se quedan asombrados al escuchar el comentario de Pepe; se miran unos a los otros y suspiran.)

MADRE. Pepe, sal de tu habitación ahora mismo. Y si es que vas a necesitar más tiempo para arreglarte, te sugiero que pongas tu alarma media hora antes de lo acostumbrado. No vamos a empezar el devocional sin ti, tú eres parte de esta familia.

(Pepe se une de mala gana a su familia. Hacen el devocional y salen de escena.)

NARRADOR. (Voz en off.) ¿Qué estaba pasando con Pepe? Era como si no estuviera presente. Su mirada estaba perdida en el vacío, no tenía interés, no había pasión por escuchar la lectura de la Biblia o estar junto a su familia. Este fue el punto que marcó la diferencia en la vida de Pepe; fue una de las tantas veces en que sus padres tuvieron que casi forzarlo para que participara en el devocional familiar y las demás actividades, incluyendo asistir a la iglesia.



ESCENA TRES

(Todos, menos Pepe, están arreglados y con su Biblia en la mano para ir a la Iglesia.)

PADRE. Pepe, solo faltas tú, te estamos esperando.

PEPE. No quiero ir a la Iglesia hoy. Mis amigos me invitaron a un concierto y prefiero acompañarlos a ellos. Perdóname que no te lo dijera antes pero, ¿me das permiso para ir con ellos?

PADRE. Pero hijo, ¿cómo se te ocurre eso? Tú sabes que hoy lo dedicamos a Dios y a estar unidos como familia. ¿O ya se te olvidó que te gustaba ser el primero en llegar a la clase?

PEPE. Papá yo he cambiado y los tiempos también. En aquella época yo era un niño, pero ahora ya soy un joven. Tengo otras cosas que hacer, no solo ir a la iglesia.

MADRE. Hijo, sí he visto tu cambio hacia las cosas de Dios últimamente pero en realidad me sorprende tu actitud y que te expreses de esa manera.

HERMANO. Mamá, Papá, si él no quiere ir, que se vaya con sus amigos. Vámonos nosotros.

PADRE. ¿Sabes qué, Pepe? En esta casa hay reglas, y se tienen que cumplir. Diles a tus amigos que tú tienes seis días más para acompañarlos, pero que hoy es el día del Señor y de la familia.

(Salen todos.)

NARRADOR. (Voz en off.) Durante los días que siguieron a este episodio hubo mucha tensión en el hogar. La madre trataba de mostrarse fuerte, pero en su interior estaba destruida. Ella sabía lo que estaba pasando dentro de su hijo; lo comprendía porque ella había sido criada de la misma manera que ella y su esposo lo habían criado a él. Pero un día, al igual que Pepe, ella se llenó de dolor, rebelión y frustración, y empezó a llenarla una frialdad y apatía hacia las cosas de Dios y de la familia. La madre lo entendía, pero le dolía. Porque también sabía por lo que su hijo tendría que pasar para volver a experimentar el gozo del Señor. Sabía que Dios lo iba a tener que moldear, y eso no iba a ser fácil, iba a doler. Ella tenía un consuelo. En su corazón sabía que un día Dios iba hacer la obra en su hijo, porque se apoyaba en una gran promesa que Dios le había dado en su Palabra: "Instruye al niño en su camino, y aún cuando sea viejo, no se apartará de el”. Pepe se había olvidado de Dios, pero Dios no se olvidó de él. Esa madre sabe que algún día él volverá y será diferente. Ese hijo todavía va a la 1glesia de vez en cuando. Dice que ama a Dios. Pero el ambiente ha sido más fuerte; los amigos y las actividades no lo dejan acercarse al verdadero Camino. Pero un día todo cambiará, él volverá. Sí, él volverá.

Cadenas

8 Minutos y 3 Personajes. Una mujer se halla encandenada al mundo. Sólo el buen pastor podrá librarla.
CADENAS
PERSONAJES

MUJER
HOMBRE
PASTOR

(La MUJER entra, camino a través del escenario, cuando de repente se para. Se revela por medio de pantomima que sus brazos y piernas están atados a la tierra. El HOMBRE entra caminando rápidamente. Rebasa a la MUJER sin verla hasta que ella habla.)

MUJER. Disculpe - oye - ¿Señor? Hola. Estuve pensando que tal vez me podría desatar.

HOMBRE. ¿Cómo que desatar? ¿Desatar de qué?

MUJER. Pues, mira: Estoy amarrada por estas cadenas.

HOMBRE. Bueno, yo no veo ninguna cadena. Pareces una paisana muy normal, viviendo en el gozo del sistema.

MUJER. Pues, no lo soy. Estas cadenas… ¡No puedo hacer nada para librarme! ¡Estoy atada a la tierra aquí, y no puedo mover!

HOMBRE. ¿Y cómo te hiciste presa de estas -- eh -- cadenas?

MUJER. No estoy muy segura. Pero hace un año me casé y fue entonces que creo que comenzó.

HOMBRE. Ah, entiendo: tu marido es un verdadero desgraciado, ¿verdad?

MUJER. No, no es así. Parece que una vez casada, todas las energías van para ganarse la vida y mejorarse.

HOMBRE. ¡Pues, claro! ¿No es eso lo que consiste la vida? Para adelantarse en esta vida; ¡has algo de ti! Si una persona quiere ser próspero, será feliz, ¿no es verdad?

MUJER. No. Mi marido y yo somos prósperos. ¡Mi marido tiene una chamba hermosa, tenemos un hogar hermoso, una iglesia hermosa, una familia hermosa, todo hermoso!

HOMBRE. Entonces, ¿cuál es el problema?

MUJER. Estoy atada a la tierra y no me puedo librar.

HOMBRE. Bueno, eso es imposible. Si una persona está viviendo una vida buena, una vida próspera, entonces debe estar feliz. ¡Debes estar libre!

(Entra el PASTOR, que cruza hacia están los dos.)

HOMBRE. (Refiriéndose al pastor.) ¡Mira! Allí va un perdedor por excelencia. Apuesto que tiene una chamba pésima -- si quiera tiene chamba -- y es obvio por mirarlo que no es próspero en esta vida. Apuesto que nunca se adelantará en esta vida; siempre será un don nadie. Ve. Tienes que mirar por el número UNO. No dejes que nadie te camine encima.
¡Tienes que pararte derecho y pelear por tus derechos! (Comienza a ayuda a la MUJER pararse derecho.) ¡Ahora, mírate bien; ten orgullo de ti mismo, y hazte cuenta que eres la persona más importante del mundo! ¡Sí, así es! ¡Bien derecho! Ahora, ¿cómo te sientes?
(Ella lucha contra las cadenas, y las cadenas le jalan hacia la tierra.)

MUJER. ¡Creo que están más apretadas que nunca!

HOMBRE. Entonces no estás pensando en ti lo suficiente.

MUJER. ¡Pero sí lo estoy haciendo! ¡Créeme, lo estoy haciendo! (Lucha, y entonces dice al PASTOR:) Disculpe -- eh -- Hola. Oye: Tal vez no los puedes ver, pero estoy encadenada a la tierra.

PASTOR. Sí, los veo.

HOMBRE. ¿Cómo que "sí, los veo"?

MUJER. Y no puedo librarme. No sé qué hacer.

PASTOR. Tal vez yo pueda ayudar.

HOMBRE. Oye, ¿quién crees que eres?

PASTOR. Soy el Buen Pastor.

HOMBRE. ¿Qué quieres decir por (imita) "Soy el Buen Pastor"?

PASTOR. El Buen Pastor da su vida por sus amigos.

HOMBRE. ¡Tienes que ser un tipo de loco! Nadie da su vida por sus amigos. ¿De dónde sacaste eso? ¿Dónde recibiste tu educación? ¿Eh? ¿Tienes tu maestría o tu doctorado? ¿Y qué de tu bachiller? ¡Hmph! ¡Apuesto que ni has terminado la prepa!

PASTOR. Nunca fui a la escuela; nunca escribí un libro. Pero si sé que no puedes servir a dos amos. No te puedes dar al dinero y a las cosas del mundo, y servir a Dios al mismo tiempo. O amarás al uno y odiarás al otro, o al contrario.

HOMBRE. ¿Quién crees que eres: ¿¡Dios!?

PASTOR. (A la MUJER.) No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo – los deseo de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos. Pero el que pone sus ojos sobre las cosas de arriba, y no las cosas de este mundo, vivirá eternamente.

HOMBRE. Oye, compañero, ¿quién eres?

PASTOR. Soy el Buen Pastor: si eres tan listo, ¿por qué no te acercas y le quitas las cadenas para librarla?

HOMBRE. Ahora, Señor Macho: si eres tan listo, ¿por qué no te acercas TÚ, y le quitas las cadenas, librándola?

PASTOR. Ya lo he hecho.

(Sale el PASTOR. El HOMBRE le sigue, tratando de tener la última palabra, pero no puede pensar en nada que decir, y por fin se da por vencido.)

MUJER. (A sí misma.) Sí, creo que sí me has librado.

(Libre, sale con una sonrisa en la cara.)

HOMBRE. ¡Oye! ¡Lo hiciste! ¡Te libraste! Ve, te dije que lo podías hacer solita. Solo hay que pensar en Número UNO, y enfocarte en quién eres. Sí, señor, tienes que ser próspero para adelantarte en este mundo; ¡no puedes dejar que nadie te camine encima! Eso es. Sigue cuidando a Número Uno. (Comienza a caminar, pero no puede -- vemos por sus acciones que está encadenado) ¡Oye…OYE! ¡Espera un momento -- Auxilio! ¿Alguien me puede ayudar? ¡Oye! Estoy encadenado a este mundo y no puedo librarme. ¡AUXILIO! (Por fin se resigna a su encadenación, y llama humildemente de escena dentro.) Disculpe -- eh -- disculpe, ¿señor Buen Pastor? ¿Tienes un momento?

(Se congela. Sale de la escena.)

Dios creó la tierra

8 Minutos y 2 Personajes. Dos muchachos conversan sobre por qué los pájaros cantan. Uno de ellos señala a Dios como creador y como motivo de alabanza. El otro muchacho no cree que todos los animales los haya creado Dios... le cuenta su particular historia de cómo surgieron las cebras...


DIOS CREÓ LA TIERRA


PERSONAJES

SANTIAGO
PABLO


(Santiago aparece silbando un canto.)

SANTIAGO. ¡Hola niños! ¿Cómo están? ¿Saben algo? Estoy silbando porque vi unos pajaritos y ¡qué bonito cantan! Lo que no sé es por qué cantan tanto… Bueno… Lo hacen bonito y yo quiero cantar como ellos

(Sigue silbando. Sale Pablo.)

SANTIAGO. ¡Hola Pablo! ¿Cómo estás?

PABLO. ¡Hola Santiago!

PABLO. ¡Hola niños! ¿Cómo están? A ver muchacho, ¿por qué estás tan contento hoy?

SANTIAGO. ¡Ah! Bueno chico, es que cuando venía para la iglesia vi un montón de pajaritos cantando y lo hacían bien bonito. Entonces yo quiero cantar como ellos… Por cierto chico, ¿por qué cantarán tanto esos pajaritos?

PABLO. ¡Ah, muchacho, qué buena pregunta me has hecho! Ellos cantan para Dios, cantan de contentos porque Dios los creó. Entonces ellos en agradecimiento pasan todos los días alabando al Señor.

SANTIAGO. ¿De verdad chico es por eso?

PABLO. Claro que sí, muchacho, toda la creación es hecha por Dios. Entonces todo lo que tus ojos ven fue creado por Dios.

SANTIAGO. Chico pero hay un animal que no lo hizo Dios.

PABLO. ¿Cómo dices eso, muchacho?

SANTIAGO. Sí, chico, lo leí en un libro. Fueron las cebras.

PABLO. ¡Ay! Este muchacho ya va de nuevo con sus confusiones. Ya te he…

(Interrumpe Santiago en lo que habla Pablo.)

SANTIAGO. Déjame que te cuente la historia chico si no, no vas a aprender nunca.

PABLO. A ver muchacho con qué me vas a salir ahora.

SANTIAGO. Fíjate que hace miles de años no existían las cebras, solamente los caballos. Ya que el caballo es un animal bastante fuerte, hecho para el trabajo. En un pueblito muy lejos de aquí los ponían a trabajar día y noche y casi no descansaban los pobres caballos. Algunos de ellos ya habían pensado en escaparse, pero no podían agarrar para ningún lado ni se podían esconder porque los reconocían fácilmente. Una vez cuando iban por el camino cargando leña uno de estos caballos que era muy inteligente vio a un hombre que pintaba madera y dijo: “Ya sé, voy a hablar con este hombre para que me pinte y así no me puedan reconocer y me confundan con otro animal”. Sí eso voy a hacer. El siguiente día a buena mañana se fue donde este hombre y le dijo: “Buen hombre quiero pedirle un gran favor, yo soy un animal que solamente lo utilizan para trabajar todo el día y ya estoy cansado, quisiera que usted me ayudara para que esta gente no me reconozca”. El hombre le dijo: “Pero, ¿cómo puedo hacer eso, caballo?”. El caballo le respondió: “Pínteme señor, así no me van a reconocer y voy a poder descansar”. El hombre pensó que era buena idea y primero le dio una pintada de blanco, pero vio que todavía parecía caballo porque había unos que eran blancos. Entonces le pinto unas líneas de color negro. Cuando la gente vio al caballo pintado no lo reconocieron y dijeron: “Qué lindo animal, jamás lo habíamos visto, ¿de dónde saldría?”. Entonces lo llevaron a un lugar más tranquilo y le daban mucha comida y lo cuidaban. Los otros caballos vieron que ese era su amigo y le preguntaron cómo había hecho. Él les dijo que un hombre lo había pintado y les dio la dirección de él para que hicieran lo mismo. Entonces todos los caballos iban donde ese hombre y así paso años pintándolos y es así como aparecieron las cebras.

PABLO. (Se ríe.) ¡Ah, muchacho! ¡Qué loco eres! ¿Quién te contó eso?

SANTIAGO. Nadie chico, yo lo leí en un libro.

PABLO. Mira, muchacho, debes de tener cuidado con lo que lees.

PABLO. El único libro que dice la verdad es la Biblia, la Palabra de Dios. Y para que estés seguro que el único creador de todo lo que existe es Dios lee Génesis 1.

SANTIAGO. ¿Génesis 1, chico?

PABLO. Sí, Santiago, es el primer libro de la Biblia. Ahí te dice cómo creó Dios todos los animales, el cielo, la tierra y todo lo que hay.

SANTIAGO. Me convenciste chico, entonces, ¿por eso cantaban aquellos pajaritos que vi hoy?

PABLO. Claro, Santiago, porque toda la creación debe alabar al señor.

SANTIAGO. Pablo, pero digamos que tú fueras una lombriz, ¿alabarías al Dios también?

PABLO. Claro que sí, muchacho, si fuera una lombriz le alabaría por ser feliz.

SANTIAGO. ¿Y si fueras un elefante?

PABLO. Le alabaría por ser elegante. Mira, muchacho, la Palabra de Dios dice que todo lo que respire alabe a Jehová. Y ahorita que estamos hablando de animalitos me hiciste recordar un canto… Te lo voy a cantar dice así:
SI YO FUERA UNA LOMBRIZ, GRACIAS TE DARÍA POR SER TAN FELIZ
SI YO FUERA UN CAIMÁN, GRACIAS TE DARÍA POR SER TAN GALÁN
SI YO FUERA UN ELEFANTE, GRACIAS TE DARÍA POR SER TAN ELEGANTE
PERO GRACIAS TE DOY OH, MI SEÑOR, POR HABERME HECHO A MÍ
PORQUE ME DISTE UN CORAZON Y ME HAS HECHO FELIZ
ME HAS DADO A JESUS Y AHORA TU HIJO YO SOY
Y GRACIAS TE DOY OH, MI SEÑOR, POR HABERME HECHO A MÍ

PABLO. ¿Qué te pareció, muchacho?

SANTIAGO. Hoy sí, chico, entiendo que todos somos creación de Dios y por eso debemos de alabarle siempre. Y ustedes niños recuerden que todo lo que ven, todo los animalitos, las plantas y todo lo que respira es porque Dios lo hizo.

PABLO. Me gusta que aprendas las lecciones Santiago.

SANTIAGO. Claro, chico, si soy bien inteligente…

PABLO. ¡Hum! Mejor dejémoslo así, muchacho, vamos a seguir cantando.

SANTIAGO. ¿Qué me quisiste decir, chico?

PABLO. Olvídalo, muchacho. Adiós niños.


Enfoque Cristiano otorga el Derecho de autor al ministerio juvenil Renacer de quien tomamos esta obra, Gracias.

Como ángel de luz

15 Minutos y 4 Personajes. Dos demonios se acercan a una joven triste sin dirección en la vida para ofrecerle todo tipo de regalos a cambio de su alma. Un cristiano entrará en escena para defenderla de los ataques del enemigo.
COMO ÁNGEL DE LUZ
Lizeth Gómez Mata y Anthony Fernández
PERSONAJES

SATANÁS
AYUDANTE DE SATANÁS (DEMONIO)
CRISTIANO
JOVEN


I ACTO

(Se abre el telón y aparece Satanás hablando consigo mismo.)

SATANÁS. ¡Ja! Estoy un poco preocupado ya que aunque son muchos los que me siguen existen también los que son tan tercos y quieren irse con Jesús. Por miles de años he intentado convencerlos por medio de engaños. Y es que muchos son tan ingenuos que con una sonrisa se olvidan de su Dios y me siguen a mí… ¡Ja, ja, ja, ja! Por eso soy el príncipe de este mundo, llamado “el mentiroso y padre de mentira”. Disfrazándome de ángel de luz soy eficaz pero claro, nunca sobra ayuda y por eso he mandado llamar a mi mayor demonio: el espíritu de engaño. Es tan temible que hasta a mí me da miedo. Él es fuerte, grande demoníaco… ¡Ja, ja, ja, ja! (Cuando habla acerca de su demonio debe de hacerlo con orgullo y cuando dice “demoníaco” debe poner una cara de malo y misterio.)

(En eso entra el ayudante que es un demonio totalmente contrario de lo que habló. Entra cayéndose y tira a Satanás.)

SATANÁS. Y éste que es tan torpe, ¿quién es? ¿Ah?


AYUDANTE. (Poniéndose en posición firme como si estuviera en un ejército con la mano en la frente y con algo de orgullo.) Soy el demonio N° 13, señor, presentándose ante su presencia, señor, con malas y buenas noticias, señor.

SATANÁS. ¿Malas y buenas noticias dices? ¿De qué hablas?

AYUDANTE. ¿Cuál le digo primero, señor? ¿Las malas o las buenas, señor?

SATANÁS. Bueno, creo que dime las malas primero.

AYUDANTE. Las malas son que el demonio del que usted hablaba se enfermó, señor.

SATANÁS. ¿Se enfermó? ¿De qué?

AYUDANTE. En su ultima misión, señor, se enfrentó con la Biblia, que es la verdad y se tuvo que retirar, señor, ahora está pasando una depresión, pero no se preocupe señor, ya le dejé a un demonio que lo acompañe, señor.

SATANÁS. ¡Ah, qué bueno! ¿Y a quién le dijiste que lo acompañara?

AYUDANTE. Al espíritu de tristeza, señor.

SATANÁS. ¿Qué? ¿Estás loco?

AYUDANTE. Es que fue el único demonio que pareció compadecerse de él, señor.

SATANÁS. (Casi llorando.) ¿Y las buenas?

AYUDANTE. Las buenas son que como ese demonio está deprimido y usted necesita ayuda, yo se la conseguí, señor.

SATANÁS. Sí, ¿quién es alguien mejor que el primero? Dime, ¿quién?

AYUDANTE. Pues le diré, señor, que soy yo, señor.

SATANÁS. No, en serio, dime.

AYUDANTE. Soy yo, señor, el demonio N° 13, señor.

SATANÁS. Pero, ¿que no podía haber algo un poquito mejor?

AYUDANTE. Lo siento, señor, pero cuando di la noticia de que usted iba a ocupar un demonio nadie quiso venir al saber que le tocaría ser compañero de usted porque dicen que usted no pega ni una, señor, y que usted está aquí por tonto y por…

SATANÁS. Ya, ya, ya, te entendí, demonio. Pero dime, ¿que no tienes nombre o qué? ¿Acaso eres un demonio de las matemáticas para que tengas número en lugar de nombre, o qué?

AYUDANTE. No, señor, lo que sucede es que soy huérfano y no tengo nombre; sólo el numero 13 porque así me decían por mi mala suerte, pero usted me dice si quiere me cambio el nombre a mentira y así usted sería mi papá por eso de que usted es padre de mentira y no sé qué…

SATANÁS. ¡Ya, cállate! Te seguirás llamando 13 porque yo no soy como Dios que cambia los nombres de los hijos.

AYUDANTE. Bueno, papi, digo señor…

SATANÁS. Y dime nada más “amo” porque eso es lo que soy para ti: un amo.

AYUDANTE. ¿Qué dijiste: que te amo?

SATANÁS. ¡Ya, cállate! Y vámonos para la tierra a tomar algún bus para ir a la casa de alguien que no sé quién pueda ser.

AYUDANTE. ¿Bus pero tú eres el príncipe de este mundo y viajas en bus?

SATANÁS. Sí, porque eso es lo que me pasa por no ser omnipresente pero ya, vámonos y deja de hablar 13, que ya es tarde.


(Se cierra el telón.)


II ACTO

(Aparecen Satanás y el demonio 13 en la tierra.)

(Sería buena idea la de tirar un poco de humo en escenario y el sonido de un bus al arrancar para empezar.)

SATANÁS. (Ahogándose entre el humo.) ¡Ju, ju! Ya llegamos, ¡ju! ¡Vaya viaje en bus…!

AYUDANTE. ¿Verdad que sí?

SATANÁS. Las cosas cambian en este mundo y es el colmo que los buses estén tan caros, hasta para nosotros, ¿verdad?

AYUDANTE. No para mí.

SATANÁS. ¿Por qué lo dices?

AYUDANTE. Porque mientras viajábamos le robé unos cuantos colones al sujeto que iba al lado.

SATANÁS. ¡Oh, me sorprendes!

AYUDANTE. ¿Verdad que sí?

SATANÁS. Sí, sólo que la próxima vez que robes al que esté al lado asegúrate de que no sea a mí.

AYUDANTE. Perdón. (Sonríe ingenuamente mientras le devuelve el dinero.)

SATANÁS. Es que eres realmente tonto; acuérdame que al terminar esto te mande al cielo para no verte más y es…

(Entra una joven caminando y mirando a los lados como si estuviera perdida o confusa. El Demonio 13 al verla le intenta decir a Satanás que voltee para que la vea.)

SATANÁS. …Y es que eso me pasa por ser tan tonto, sólo a mí se me ocurre traerte a la tierra. (Voltea a ver y mira a la muchacha.) ¡oh, oh! ¿Ves lo que están viendo mis ojos 13?

AYUDANTE. ¿Tienes 13 ojos?

SATANÁS. No seas tonto, así es tu nombre, ¿no?

AYUDANTE ¡Ah, sí! ¿Qué me dijiste?

SATANÁS. Que si estás viendo lo que veo allá. (Señala.)

AYUDANTE. Sí, no lo puedo creer, tres pizzas por el precio de una y con coca cola gratis es tentador, ¿verdad? ¿Fue idea tuya?

SATANÁS. Sí, digo no, yo hablo de la muchacha con cara de no sé dónde estoy.

AYUDANTE. ¿Ya te perdiste también? Estás aquí al lado mío.

SATANÁS. No yo sino ella.

AYUDANTE. ¡Ah, ya!

SATANÁS. Ve y haz algo bien en tu vida.

AYUDANTE. OK.

(El demonio se acerca a ella por la espalda como si fuera un valiente y le toca el hombro fuertemente. Ella voltea enojada y le rocía un spray para dejar ciegos a los ladrones.)

AYUDANTE. ¡Ahh! ¿Qué haces? (Sale corriendo y se oculta tras Satanás.)

SATANÁS. ¿Y?

AYUDANTE. Me chilló los ojos.

SATANÁS. Sí que eres tonto, así no es mi estilo. Mira cómo lo hago y aprende. (Se acerca a la muchacha. Se pone una máscara con aspecto feliz por un lado y por el otro lado una cara de malvado.)

SATANÁS. ¿Qué te pasa hermosa niña, por qué estás tan triste?

JOVEN. (Casi llorando.) Es que ando buscando una razón de vivir, un estilo de vida y no lo encuentro… no encuentro la solución.

SATANÁS. Tranquila, no llores, yo tengo la solución para tus problemas, ¿no es así, queridísimo amigo? (Refiriéndose al ayudante 13.)

AYUDANTE. ¡Ah, sí, sí, claro, cómo no!

SATANÁS. Mira, muchacha, yo te puedo ofrecer cualquier cosa que desees, sólo pídemela.

JOVEN. ¿Cualquier cosa?

SATANÁS. Sí, cualquier cosa, sólo me tendrás que dar pues (dice esto como si no fuera gran cosa) tú alma, ¿qué te parece, ah?

JOVEN. ¿Mi alma?

SATANÁS. Sí, pero esos son pequeños detalles, aquí lo que importa es lo que tú deseas, lo que tú quieras te puedo dar; vamos, pídemelo.

JOVEN. Bueno yo deseo, deseo, deseo, ¡ay!, no sé lo que deseo…

SATANÁS. Bueno para esas ocasiones tengo un menú para escoger, ¡demonio! Digo, ¡amigo! Hazme el favor de traerme el menú de deseos.

(El ayudante al traer el menú lo tira por el suelo ya que son varias hojas.)

SATANÁS. Ten cuidado, baboso, con lo que haces.

(El ayudante recoge las hojas.)

SATANÁS. Bueno, como te venía diciendo, éste es el menú de deseos y te podemos dar unas muy buenas opciones como la de convertirte en una súper modelo anoréxica de 90-60-90 o ésta, de convertirte en una estrella de rock y poner unos cuantos mensajes subliminales en tus canciones entre otras, ¿qué te parece?

JOVEN. Sí, me parece buena la idea pero dime, ¿entonces te tengo que entregar mi alma?

(Entra Cristiano.)

CRISTIANO. ¡Satanás, apártate!

SATANÁS. Y a éste, ¿quién lo llamó?

CRISTIANO. ¿Qué mentiras le estás diciendo? ¡Joven, no le hagas caso a este engañador!

JOVEN. ¿Quién dijiste que era él?

CRISTANO. Su nombre es Satanás y es malo, muy malo, y no quiere nada bueno para ti ni para nadie.

JOVEN. Pero él me dijo que me iba a dar lo que ando buscando, una solución para mi vida.

CRISTIANO. No es cierto, pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados.

(Interrumpe el ayudante.)

AYUDANTE. (A la joven.) No hagas caso, ven con nosotros por el camino fácil y no te mortifiques la vida.

CRISTIANO. Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, ¡joven, no lo oigas!

JOVEN. (Señalando a Satanás.) Pero, mira qué amable se ve, mira qué rostro tan feliz… ¿Cómo podría hacer daño a alguien?

CRISTIANO. No me extraña que pienses así, porque no sabes que el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

SATANÁS. Ya es suficiente. (Dirigiéndose al Cristiano.) Vete ya, ella creyó en mí, me pertenece, es mía.

CRISTIANO. No, Satanás, ella es de Dios, y te ordeno a ti, a tu demonio, que se vayan en el nombre de Jesús.

SATANÁS y DEMONIO. ¡Nooooo!

SATANÁS. Pero esto no se queda así; has ganado esta batalla pero no la guerra, seguiré engañando con mi máscara a más jóvenes. Vámonos 13 y no te juntes con esa chusma

(El ayudante corre a hacer como Kico en el Cahvo pero el Cristiano le enseña la Biblia y el demonio se retira escondiéndose detrás de Satanás.)

AYUDANTE. Jefecito, ¿nos vamos en bus otra vez?

SATANÁS. Sí y cállate.

(Salen de escena.)

JOVEN. Perdón, no sabía que él era tan malo…

CRISTIANO. No me pidas perdón a mí, pídeselo a Dios, cierra tus ojos y repite conmigo:

(La joven debe repetir la oración en voz alta.)

CRISTIANO y JOVEN. Señor Jesucristo, te pido perdón por todos mis pecados, límpiame de toda maldad, yo te acepto como mi único, verdadero y suficiente salvador personal, escribe mi nombre en el libro de la vida, en el nombre de Jesús. Amén.


FIN

Amor y obsequios

10 Minutos y 6 Personajes. La madre de la familia Rabito piensa que sus hijos se han olvidado del día de la madre... El mejor regalo que podemos dar a nuestras madres no es el que podemos comprar en un negocio, sino el que le entregamos desde lo más profundo de nuestro corazón.


AMOR Y OBSEQUIOS




Introducción:
Una vez más ha llegado el día de la madre. Una vez más los negociantes esperan ver vacíos los escaparates de sus locales como consecuencia de las buenas ventas realizadas. Una vez más la publicidad nos hace creer que para ser buenos hijos tenemos que comprarle a nuestra madre el más caro electrodoméstico, o el más costoso objeto. No creemos que esté mal demostrar así nuestro cariño, pero sí que no debemos dejar de demostrar cuánto amamos a nuestra madre mediante otras cosas, que nacen de un corazón amante y agradecido.


PERSONAJES

DON PEDRO - el relator.
DON FRANCISCO RABITO - el padre
DOÑA EMILIA RABITO - la madre
ANTEOJOS - hijo
SALTARÍN - hijo
OREJAS – hijo


ESCENOGRAFÍA. Las escenas se desarrollan en una habitación decorada con muebles adaptados para el uso de los niños. Como telón de fondo se puede colocar un teatro de títeres, que a la vez provee de una ventana que se va a utilizar durante el transcurso de la obra. En caso de carecer de muebles pequeños, se pueden utilizar cubos o prismas hechos con madera de cajón y pintados de colores adecuados.


VESTUARIO. Para caracterizar a los niños se pueden usar gorros fabricados en cartulina blanca y decorados con algodón, guantes del mismo color y una cola de algodón con base de cartulina. Se puede completar con unas calzas o pantalones en colores adecuados. Además, si es factible, cada uno de los conejitos llevará algún detalle relacionado con su nombre. Por ejemplo, Anteojos podrá usar un par de anteojos grandes.


ACTO 1

(Aparece don Pedro caminando con paso apurado por uno de los costados del escenario. Mira su reloj con impaciencia, se detiene ante el público y luego de aclarase la voz, comienza a hablar.)

DON PEDRO ¡Buenos días!, o ¡buenas tardes! En realidad ya ni sé lo que digo. Yo soy don Pedro. Disculpen por la demora. Estuve entreteniendo a unos niños y me había olvidado de ustedes. Hoy vamos a ver la historia de la familia Rabito. Esta es la casa de los conejos del cuento que disfrutaremos juntos. Hoy es el día de la madre. Los tres hijos se han levantado temprano y ya van a venir a desayunar. Pero, mejor me escondo porque allí llegan los personajes.

(Sale por el mismo lado por el que entró. En ese momento, por el costado opuesto aparece doña Emilia trayendo una bandeja con el desayuno. La coloca sobre la mesa, distribuye las tazas y luego con voz fuerte y clara llama a sus hijos.)

DOÑA EMILIA. ¡Orejas! ¡Anteojos! ¡Saltarín! ¡El desayuno está servido! ¡Vengan pronto que se va a enfriar!

(Los tres conejitos entran corriendo por la misma puerta que la madre y le dan un beso.)

TODOS. ¡Buenos días, mamá!

DOÑA EMILIA. ¡Buenos días, hijos!

(Se ubican en las sillas correspondientes y mamá coneja comienza a servir el café con leche en las tacitas.)

DOÑA EMILIA. ¿Cómo han dormido, mis niños?

ANTEOJOS. ¡Muy bien, mamá! Yo tenía tanto sueño que casi no podía abrir los ojos.

OREJAS. Yo tuve un sueño muy lindo. ¿Quieres que te lo cuente?

SALTARÍN. ¡Ah... no! Yo tengo mucho apetito y sería mejor que diéramos gracias a Dios por los alimentos y luego tomáramos el desayuno, ¿no les parece?

OREJAS. Entonces yo voy a orar. "Señor Jesús: te damos gracias por este día y por estos alimentos, amén".

(La mamá se retira y los conejitos comienzan a tomar el desayuno mientras entablan una conversación interesante.)

ANTEOJOS. Yo estaba pensando en que hoy es el día de la madre y nosotros no preparamos nada especial para regalarle a mamá.

SALTARÍN. Las mamás no quieren regalos, Anteojos.

OREJAS. No quieren regalos que nos cuesten dinero, pero les agradan aquellas cosas que conseguimos con nuestro esfuerzo.

ANTEOJOS. ¡Claro! Por ejemplo: una buena calificación en la escuela, algún trabajo manual, una buena contestación, un beso...


SALTARÍN. ¡Eso sí! Y como buenos hijos, siempre tenemos que darle regalos a mamá.

OREJAS. Sí, y especialmente en un día como hoy.

ANTEOJOS. ¡Tengo una idea! ¡Vengan! (Los tres unen sus cabezas comentando algo que el público no llega a oír. Luego terminan de desayunar apurados.)

SALTARÍN. ¡No tenemos tiempo que perder!

(Se disponen a salir de la casa.)

ANTEOJOS. ¡Mamá! Vamos a salir a dar nuestro paseo acostumbrado. Volveremos a la hora de almorzar.

DOÑA EMILIA. (Desde fuera del escenario.) Bueno, hijitos. ¡Vuelvan temprano!

(Salen los tres caminando y cantando alguna canción. Entra la mamá y levanta la mesa. Suspira y se ve triste. Sale don Pedro).

DON PEDRO No se extrañen los niños presentes, que los conejitos vayan a pasear con tanta libertad y sin la compañía de sus padres. Lo que pasa es que en el bosque, donde ellos viven, no hay tantos peligros como en las ciudades. Además, los animales desde muy pequeños aprenden a andar solos. ¡Así son ellos! Se comportan de forma un poco diferente que los niños, quienes deben permanecer más cerca de papá y mamá. Bueno, pero no tengo que hablar tanto. Vuelvo a mi escondite.

(Mientras tanto se escucha una suave música de fondo.)



ACTO II

(Entra don Francisco con herramientas en sus manos que inmediatamente deja dentro de un cajón o caja colocada a un costado del escenario.)

DON FRANCISCO. ¡Qué rápido pasa la mañana! Ya es mediodía. ¡Qué cansado estoy! Así es la vida de los animales en el bosque. ¡Trabajar, trabajar y trabajar! Bueno... voy a saludar a Emilia porque hoy es el día de 1a madre, y tanto mis hijos como yo debemos agasajar. ¡Emilia! ¡Ya llegué!

DOÑA EMILIA. (Entra con paso suave.) Buenos días Francisco. ¡Qué alegría tenerte en casa! (Le da un beso.)

DON FRANCISCO. Hoy había un clima de alegría entre los animales del bosque. Todos los padres estaban trabajando en la construcción de la cabaña para esa ardilla anciana que no tiene familia. Nosotros, los animales, no somos como los humanos que tienen un templo adónde ir. Pero, igualmente, aunque nadie nos lo enseñe, sabemos que Jesús nos mira y se pone contento cuando hacemos algo por nuestros vecinos que nos necesitan. ¿No te parece, Emilia?

DOÑA EMILIA. Tienes mucha razón.

DON FRANCISCO. Mientras nosotros trabajábamos, los niños iban y venían llevando regalos a sus mamás, por ser hoy el día de la madre.

DOÑA EMILIA. Yo estoy muy triste. Mis hijos no se han acordado de darme un beso especial hoy. Además, se fueron temprano y todavía no han vuelto.

DON FRANCISCO. Bueno, bueno. Ya van a venir. Por ahora podemos comenzar a almorzar.

DOÑA EMILIA. Ya traigo la comida.

(Don Francisco se sienta a leer el diario y doña Emilia sale. Muy pronto vuelve a entrar trayendo una bandeja con comida.)

DON FRANCISCO. ¡Qué bien huele eso! Sentémonos pronto.

(Ambos se sientan, inclinan sus cabezas y oran en silencio. Don Francisco empieza a comer, pero doña Emilia se queda pensativa. De repente se oye un ruido, como el de una piedra golpeando contra la pared.)

DOÑA EMILIA. (Sobresaltada.) ¿Qué fue ese ruido?

(Los dos conejos padres se asoman por la ventana. En ese momento abre la puerta y entran sigilosamente los 3 conejos portando una enorme zanahoria. Se colocan al lado de la mesa. El papá y la mamá se vuelven a su posición anterior.)

DOÑA EMILIA. (Asustada.) ¡Eh! ¿Por dónde entraron?

ANTEOJOS. Por la puerta. (Risas.)
TODOS. ¡Feliz día, mamá! Nuestro regalo es muy humilde, pero nos costó bastante conseguirlo.

(Le entregan la zanahoria.)

DOÑA EMILIA. (Emocionada.) ¡Gracias, muchas gracias!

SALTARÍN. Tardamos más de lo debido porque como todos los conejos pensaron en el mismo obsequio, no encontramos ninguna zanahoria por aquí cerca.

ANTEOJOS. También tenemos otra cosa para ti. Orejas, es tu turno.

OREJAS. Mamá, te queremos mucho. Deseamos ser buenos y obedientes para que tú y papá estén siempre contentos.

DON FRANCISCO. ¿Viste, Emilia, que no se habían olvidado?

DOÑA EMILIA. (Abrazando a todos y dirigiéndose con ellos al centro del escenario y mirando al público.) ¡Qué linda familia tengo!

ANTEOJOS. ¡Viva la familia Rabito!

TODOS. ¡Viva!

(Todos los personajes se toman de la mano para salir, pero don Pedro los detiene.)

DON PEDRO. ¡Un momento! ¡No se vayan! Aquí, entre estas personas que los están mirando (señala al auditorio), puede haber mamás que no tengan a sus hijos cerca, y hoy ellas también quieren recibir un regalo. ¿No quieren ustedes ofrecérselo?

OREJAS. ¡Cómo no! ¿Que les parece si cantamos la canción que nosotros preparamos?

TODOS. ¡Buena idea!

(Cantan la siguiente canción con la música de "Cumpleaños feliz": “Feliz día, mamá; feliz día, mamá; que Jesús te bendiga, ¡feliz día, mamá!” Salen todos tomados de la mano. Don Pedro se une a ellos y salen saludando al público.)


Telón.

(A continuación pueden pasar algunos hijos, de cualquier edad, que hablen de las cualidades o actitudes que más admiran en sus madres, o cuenten algún incidente que permita destacar un hecho especial realizado por su madre. En el caso de las hijas pueden hablar acerca de las cualidades que admiran en sus madres y que ellas desean imitar como madres, esposas, amas de casa o mujeres profesionales. Pedir esto con suficiente anticipación y elegir las mejores expresiones. Si las madres están presentes pueden pasar al frente una vez concluida la exposición de sus hijos. Será la oportunidad de darles un beso).