El arma secreta del cristianismo

15 Minutos y 9 Personajes. Un joven atraviesa un mal momento en su vida: sus padres quieren divorciarse y cuando intenta orar el enemigo se encarga de distraerlo con otras actividades o pensamientos.


EL ARMA SECRETA DEL CRISTIANISMO


Tema: La oración

PERSONAJES

NARRADOR
MALVADO
CHAMUQUILLO
CHAMUMALITO
CARLOS
DANIEL
CLAUDIA
VOZ DE MADRE
VOZ DE PADRE

ESCENA I: LA CALLE

NARRADOR. Dos demonios chicos están platicando. Ya viene su famoso y asombrante jefe Malvado para revisar sus reportes de trabajo que es apartar a Carlos de Cristo.

MALVADO. ¿Qué progreso han obtenido en desviar a Carlos de los caminos de Cristo?

CHAMUQUILLO. Estamos perdiendo. Ya conocen los jóvenes el gran poder que tiene la verdad de la Biblia y nos resisten cuando tratamos de evitar que lean su Biblia.

MALVADO. Pero todavía no sabe el gran poder de la oración ¿verdad?

CHAMUQUILLO. No, pero solamente necesita aprender que nada es imposible con Dios y que siempre debe orar acerca de todo y no desmayar. Si perseveran en la oración, ¿qué podemos hacer?

MALVADO. Poner dudas, muchas dudas. Hay que decirle cosas como: "No eres digno de orar. La semana pasada te enojaste con tu mamá. Gritarle a tu mamá no es la conducta de un cristiano y por eso Dios no quiere escuchar a un tipo como tú". También le tienen que decir: "¿Ya ves? Oraste y nada sucedió, esto quiere decir que Dios no quiere nada contigo". También deben enseñarles está teología: "Dios sabe todo, por eso no necesitas orar".

CHAMUMALITO. Pero si lee la Biblia, va a encontrar Filipenses 4:6: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". Entonces van a saber que a pesar de todo deben orar.

MALVADO. Ustedes son muy cobardes. Yo voy con los Cristianos más fuertes en sus momentos más difíciles para meter dudas y ellos me escuchan. Claro que después de tiempo, sus contactos con otros Cristianos y la Palabra de Dios desechan las dudas pero mientras escuchan ellos se sienten miserables. Hay que recibir la satisfacción de atormentar a los Cristianos.

CHAMUQUILLO. ¡Al ataque!


ESCENA II: CARLOS EN SU CASA CON EL TELÉFONO CERCA

(Suena el teléfono.)

VOZ de DANIEL. ¡Hola Carlos! ¿Qué pasó?

CARLOS. Mis papás se están pelando mucho. Están hablando de divorcio. No sé qué hacer.

DANIEL. Hagamos lo que los Cristianos siempre hacen cuando hay un problema fuerte, escucha: Lucas 18:1-8 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba al hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo, pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque no temo a Dios, ni tengo respeto al hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto os hará justicia". Orar y no desmayar es un principio de la vida cristiana. Vamos a orar por teléfono ahora: Señor, Tú eres nuestro Padre celestial. El Dios de todo poder y honra. Tú sabes el problema entre los padres de Carlos; Señor, oramos para que ellos te acepten como Salvador y que Tú resuelvas sus problemas. En el nombre de Cristo, amén.

CARLOS. Gracias, Daniel. Voy a orar y orar y orar. Nos vemos, adiós. (Orando.) Señor ayuda a mis padres, que ellos reciban de Ti lo que necesitan para vivir en armonía y amor.

CHAMUQUILLO. Carlos, ¿no recuerdas como le gritaste a tu mamá hace dos semanas? Esto no fue una acción de un cristiano. Dios ya no te ama. ¿Cómo piensas que Él te escuchará? Ya la regaste, no hay esperanza para ti.

CHAMUMALITO. Además, cuando Héctor te dijo "Aleluya" no testificaste para Cristo. Eres un hipócrita tratando de orar como buen cristiano.

CHAMUQUILLO. ¿Y recuerdas cuando tenías diez años tú y tus amigos mataron el gato de la señora Larga Lengua? ¿Cómo piensas que Dios te contestará? ¡Olvídalo!

(Toca y entra Daniel.)

CARLOS. ¡Daniel! ¡Qué bueno verte!

DANIEL. Cancelaron mi clase de inglés y pensé que necesitabas saber que estoy contigo en tu prueba.

CARLOS. ¡Qué bueno que viniste!; estaba tratando de orar y solamente pasa por mi mente todo lo malo que he hecho. No soy digno de orar. No soy buen cristiano. ¿Cómo puede Dios oír las oraciones de una persona tan mala como yo?

DANIEL. Quiero preguntarte algo: ¿Fuiste salvo por la fe o por obras? ¿Por tu propia justicia o por el hecho de que Cristo siendo perfecto derramó su Sangre por ti?

CARLOS. Soy salvo por fe porque Cristo, siendo perfecto, derramó su sangre por mí. No hay justicia en mí mismo.

DANIEL. ¿Piensas que tienes derecho de orar a Dios porque eres justo o porque eres perdonado?

CARLOS. ¡Oh! Entiendo. Nunca puedo ser justo. Pero tengo derecho a orar porque soy perdonado. Solamente cuando me niego a confesar mi pecado y recibir perdón es cuando Dios no escucha. Era el demonio recordándome pecados ya perdonados, tratando de convencerme que no tengo derecho de orar. Satanás es un mentiroso.

DANIEL. Escucha lo que dice la Biblia en Hebreos 4:15-16 "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". Cristo nos entiende porque pasó todas las tentaciones que pasamos nosotros sin pecar. Siempre podemos orar, si hemos pecado, primeramente necesitamos confesarlo y pedir perdón sabiendo que Él nos dará misericordia. Una vez confesado, tu pecado es perdonado. Dios dijo en Isaías 43:25: "Yo soy el que borró tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordé más de tus pecados". Después, podemos orar por la gracia de Dios en todas nuestras necesidades.

CARLOS. Nunca jamás voy a escuchar al diablo diciéndome que no soy perdonando y no puedo orar porque hice algo mal en el pasado u hoy mismo.

DANIEL. Así se habla. Bueno, ya me voy. Le prometí a Fabiola que saldríamos por un helado. ¡Adiós!

CARLOS. Señor, oro por mis papás. Tú eres todopoderoso y puedes hacer milagros, pon amor entre mis papás. Resuelve sus problemas.

(Voces en el trasfondo.)

VOZ de MAMÁ. Carlos Manuel Gutiérrez Núñez, ¿de dónde vino este lápiz labial color naranja en tu camisa? Yo nunca uso este color ¿quién es la otra mujer? Voy a empacar tu maleta y puedes irte con ella, pero nunca regreses jamás a esta casa, ¡nunca!

VOZ DE PAPÁ. Mireya, sé razonable. Esto no es de un lápiz labial, es de un marcador que estaba usando en un proyecto de mi trabajo; pero si vas a sospechar de todo y emplear un detective para seguirme las 24 horas del día mejor me voy. Hay muchachas más bonitas y más jóvenes quienes estarían muy agradecidas por tener un marido que trabaja tanto y que gana buen dinero.

VOZ de MAMÁ. Siempre mientes. Otra mentira más, además viniste borracho. ¿Cuánto de nuestro dinero apostaste y perdiste anoche? Mejor me voy yo. Voy a la casa de mi mamá. Carlitos puede vivir conmigo allá y tú puedes vivir mejor solo. Mucho mejor.

CHAMUQUILLO. ¡Mira Carlos! Mira los grandes resultados de tu oración. Si oras, se pondrá la cosa aun peor. Mejor no ores.

CHAMUMALITO. Algunas personas oran y reciben resultados pero tú no. Eres un fracaso.

CARLOS. A ver en Lucas 18:1 dice: "La necesidad de orar siempre y no desmayar". Yo voy a creer lo que dice la Biblia, no lo que dicen los demonios y punto.

CHAMUQUILLO. Pero la Biblia dice que Dios sabe todo, ¿por qué oras entonces?

CARLOS. Es mandamiento de la Biblia orar, es parte de su plan divino darnos el privilegio de orar. No entiendo todo, pero voy a obedecer la palabra de Dios.


ESCENA III: LOS DEMONIOS EN LA CALLE

CHAMUQUILLO. ¿Qué hacemos? Carlos está aprendiendo cómo vivir la vida cristiana muy rápidamente. Él cree en la Biblia. Somos un fracaso.

CHAMUMALITO. Cuando deciden firmemente que van a obedecer lo que dice la palabra de Dios aunque no lo entiendan, estamos en problemas.

(Viene Malvado.)

MALVADO. ¡Ustedes nunca me dan buenos reportes! ¡Es porque son cobardes, insensatos, perezosos, inútiles y faltos de habilidad!

CHAMUQUILLO. (Desesperado.) No. Este es un trabajo imposible. Cristo ganó la victoria hace dos mil años en la cruz y todo cristiano que lo sepa bien puede tener la victoria. Además, al final vamos a perecer. ¡Qué horrible existencia!

MALVADO. ¡Basta de auto lástima! Todavía pueden apagar su fe, convencerlo de que vea la situación como normal, hacerlo tan ocupado que no tenga tiempo para orar. O quitarle la concentración cuando ore. Nunca rendirnos. Nuestra venganza es que todos se pierdan. La idea es que Carlos nunca pida la salvación de sus padres o de nadie más. También deben aprovechar cada oportunidad de hacerlo miserable.

CHAMUQUILLO. ¡Al ataque!

CHAMUMALITO. Si podemos ayudar en que Carlos se enamore de una pagana o por lo menos una cristianita…

CHAMUQUILLO. ¡Buena idea! Entonces no va a tener tiempo para orar.


ESCENA IV: ANTES DE LA REUNIÓN DE JÓVENES.

(Carlos está sentado esperando a Daniel y llega Claudia.)

CLAUDIA. ¡Hola Carlos! Te ves triste. ¿Qué pasó?

CARLOS. Mis padres están a punto de divorciarse. Soy el menor. Mis hermanos están casados. Es muy difícil mi hogar.

CHAMUQUILLO. Claudia, ésta es tu oportunidad de atrapar a un hombre

CLAUDIA. Los míos también. Yo sé cómo te sientes. Pero he estado así por tres años. Ni modo. No hay nada que pueda hacer yo. Mejor me refugio en mis amigos. Es más difícil al principio. Pero acéptalo, así es la vida.

CARLOS. Si deciden divorciarse, ¿qué vas a hacer?

CLAUDIA. Siempre puedo vivir con mi abuelita. Soy su favorita.

CHAMUMALITO. Ya, empieza a coquetear. Acuérdate de presentarte como buena cristiana...

CLAUDIA. No vamos a platicar de cosas tristes. ¿Alguien te había dicho que eres muy guapo y muy encantador?

CARLOS. Pues, pues...

CLAUDIA. ¿Qué sueños tienes para tu vida?

CARLOS. Quiero ser doctor cristiano y ayudar a mucha gente.

CLAUDIA. ¡Qué meta tan bonita! Siempre me ha llamado la atención ser enfermera.

NARRADOR. Empezó Carlos a salir con Claudia. Ella era muy comprensiva y aún sus pensamientos eran con ella hasta que casi no leyó la Biblia, ni oró.


ESCENA V: CUARTO DE CARLOS

NARRADOR. Vino Daniel de visita.

CARLOS. Daniel ¡qué bueno verte! ¿Cómo estás?

DANIEL. Estoy bien pero me preocupo por ti.

CARLOS. ¿Por qué?

DANIEL. Dime la verdad; ¿estás todavía leyendo la Biblia cada día y orando?

CARLOS. Pues, con la escuela, el trabajo y mi novia, casi no tengo tiempo.

DANIEL. ¿Piensas que Claudia lee la Biblia y ora?

CARLOS. No, pero ella va a la iglesia conmigo y nunca dice nada en contra de las cosas de Dios.

DANIEL. ¿Quién es más importante para ti, Dios o Claudia?

CARLOS. Pues, Dios obviamente.

DANIEL. Pero, ¿No estás haciéndole más caso a Claudia? Oyes siempre sus consejos pero no tienes tiempo de buscar la sabiduría de Dios en la Biblia. ¿Estás todavía orando por tus papás o como Claudia, has aceptado la situación como normal? Como cristiano estás muriéndote de hambre. Fabiola y yo vamos a empezar a estudiar la Biblia tres veces a la semana. Te invito con Claudia o sin ella.

NARRADOR. Cuando Carlos invitó a Claudia a estos estudios bíblicos, ella se quejaba constantemente y siempre quería ir a otro lugar. Por fin. Carlos se dio cuenta que tenía que escoger entre Claudia y Dios. El diablo también tiene para ti mil maneras para asegurar que no ores. Pero decídete a no rendirte a sus trucos, Cristo mismo dijo que siempre debemos orar y no desmayar.

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