15 Minutos y 7 Personajes. Repaso de aspectos importantes de la vida del rey Salomón. Esta obra forma parte de un programa más amplio. Clique AQUÍ para descargárselo.
LA VIDA DEL REY SALOMÓN
PERSONAJES
SALOMÓN
NARRADOR
DIOS
MUJER 1
MUJER 2
ROBOAM
REINA DE SABÁ
ESCENA I. NARRACIÓN INTRODUCTORIA I
NARRADOR. (Música de realeza, trompetas u otros instrumentos. El narrador con voz fuerte anuncia:) Damas y caballeros, señoras y señores, con ustedes el excelentísimo Rey Salomón.
SALOMÓN. (Entra el Rey con gran gala, una alfombra roja. Habrá una silla real.) Mis leales súbditos. Se preguntarán qué hago aquí. Pues bien, déjenme contarles: Luego de meditar sobre lo que ha sido mi vida, llegué a una conclusión; pero antes de darles mi conclusión, quiero contarles algo con respecto a mi vida, y cómo he llegado a esta conclusión… Soy hijo del Rey David (con orgullo) y Betsabé, mi madre. Fui afortunado y desafortunado en cuanto al ambiente que me rodeaba en mi hogar. Fui afortunado al tener un padre como David, un gran genio, quien en general fue espiritualmente fiel. Fui desafortunado en cuando a que hubo elementos en el ejemplo de mi padre, que inevitablemente tuvo un efecto perjudicial en mi vida de joven. Fui criado en un hogar donde se practicaba la poligamia y había muchos celos y luchas. (Empieza a cerrarse el telón)
II. NARRACIÓN INTRODUCTORIA II
NARRADOR. (Mientras el telón se está cerrando el narrador da otros datos.) Al tener muchos hijos, David prometió que Salomón sería su sucesor y que sería ungido como rey antes de la muerte de su padre. Salomón hizo parentesco con faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos. Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David. Solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos, sobre aquel altar. Una noche El Señor se la apareció a Salomón en sueños y le dijo:
(Comienza a abrirse el telón y aparece Salomón de rodillas.)
III. SALOMÓN Y EL SUEÑO CON DIOS
DIOS. Salomón, pide lo que quieras que yo te dé.
SALOMÓN. (Mirando al cielo y extendiendo las manos humildemente.) Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. (Se levanta lentamente con humildad se pone en dirección al lado izquierdo que simula la presencia de Dios.) Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí, tu siervo, por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar por su multitud. Da, pues, a tu siervo, corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo porque, ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande?
DIOS. Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos años, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste: riquezas y gloria de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días (se empieza a bajar el piso y se acuesta, simulando que duerme) y si andares en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.
(Salomón se despierta turbado, extrañado. Comienza a cerrarse el telón, mientras tanto el narrador dirá, ya no como Dios, sino parte de la historia:)
NARRADOR. Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño, y vino a Jerusalén y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrifico holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.
IV. SABIDURÍA Y PROSPERIDAD DE SALOMÓN
(Aparecen 2 mujeres en escena ante el rey en su trono. Llegan las mujeres se arrodillan ante el rey, luego se ponen en pie y exponen su problema:)
MUJER 1. ¡Señor mío! Esta mujer (señala) y yo morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Aconteció al tercer día después de dar a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas, nadie más estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él y lo peor, señor mío, (llorando o sollozando, suspira) se levantó a media noche y tomó a mi hijo, estando yo dormida y lo puso a su lado y puso a mi lado a su hijo muerto. Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi, señor, (para un segundo, toma aire, solloza) ¡Vi! Que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
MUJER 2. (La interrumpe.) ¡No! Mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto (señala a la mujer amenazante.)
MUJER 1. ¡No! Tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
SALOMÓN. Un momento, una dice: “mi hijo es el que vive” y la otra que es su hijo el que vive; ahora pues, (voz fuerte) traedme una espada (extiende la mano; alguien le lleva la espada, o lo hace de forma imaginaria.) ¡Partid a la mitad al niño vivo y dad la mitad a una y la otra a la otra!
MUJER 1. ¡No! (Corre al rey que ha levantado la espada.) ¡Señor mío! Dad a ésta (señala a la otra mujer) el niño vivo y no lo matéis.
MUJER 2. (Con enojo y desprecio.) ¡No! Ni a mí, ni a ti; partidlo (voz fuerte).
SALOMÓN. ¡Un momento! Dad a ésta (señala a Mujer 1) el hijo vivo, y no lo matéis; Ella es la madre.
(El telón cierra inmediatamente, una luz central se prende encima de los 3 personajes. Pueden usar un muñeco de “hijo” o puede ser imaginario”).
V. SU POLÍTICA Y SUS EMPRESAS
(El telón se abre a medias de tal forma que solo se vea Roboam, sin quitarle espacio.)
ROBOAM. Hola soy Roboam hijo de Salomón. Una de las cosas más importantes del reinado de mi padre fue su política y sus empresas. Él llevó a cabo los planes de su padre, David. Salomón mi padre consolidó el reino y se comprometió en muchas empresas comerciales, mientras que crecían sus riquezas y su fama. Su más grande empresa fue la construcción del magnífico templo de Jerusalén, la cual tomó siete años. En su terminación, Salomón ofreció una oración de dedicación.
(Roboam baja la cabeza, el telón se abre completamente y en una esquina estará Salomón con manos al cielo de rodillas y dirá:)
SALOMÓN. Jehová, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti (Roboam, sale de escena, lentamente de tal forma que no se note) en el cielo, ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti, de todo corazón... Cumple a tu siervo David, mi padre, lo que has prometido, diciendo: “No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante de mí. He aquí, Señor, que los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado? Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar. Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; ¡oh, Jehová, Dios! Sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad. Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tus misericordias para con David tu siervo.
(Salomón se queda estático y el narrador dice:)
NARRADOR. Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas y la gloria de Jehová llenó la casa
(Luces fuertes, simulando fuego del cielo; se cierra el telón.)
NARRADOR. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descendió el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa. Se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová diciendo:
(Aquí el telón está cerrado totalmente y los personajes tras telón dicen:
PERSONAS. ¡Porque él es bueno y su misericordia es para siempre!
VI. SUS ÚLTIMOS AÑOS
REINA DE SABA. (Entra ante el trono del rey.) Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aún se me dijo la mitad acerca de ti. Bienaventurados tus hombres, dichosos éstos tus siervos que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que actúes rectamente y en justicia. Yo, la Reina de Sabá, te he traído un presente de 120 talentos de oro, especies, piedras preciosas. Rey Salomón, por favor, recíbelo, mi señor. (Hace reverencia.)
SALOMÓN. (Se levanta.) También yo daré a ti, reina de Saba, todo lo que me pidas ¡Todo cuanto pidas!
(Estáticos. Sería bueno que en los cambios de hombres y mujeres estáticas, su entrada y salida, haya cambios también de música. Cerrar medio telón del lado de los reyes y entra en el otro medio lado descubierto Roboam.)
ROBOAM. (Entra.) Pero el Rey Salomón, mi padre, amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras: de Moab, Amón, Edom, Sidón y Heteas, gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: “No os llegaréis a ellas, porque ciertamente harán inclinar vuestro corazón tras sus dioses”. A éstas se juntó mi padre. Y tuvo 700 mujeres reinas y 3000 concubinas; y sus mujeres y los placeres desviaron su corazón, y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón (pausa, con dolor) no era perfecto con Jehová, su Dios, como el corazón de su padre David. (Telón.)
VII. SU ARREPENTIMIENTO
SALOMÓN. (Con el rostro a tierra sale, levanta el rostro lentamente y dice:) ¡Esta es la conclusión del predicador (fuerte). (Reflexivo) ¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Dije yo en mi corazón: “¡Ven ahora, te probaré con alegría, gozarás de bienes!” Mas he aquí esto también era vanidad. Dije además en mi corazón: “Como sucederá al necio, me sucederá también a mí”. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón que también esto era vanidad. Así mismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y, ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Alégrate mucho y tome placer tu corazón en tu vida; y anda en los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre estas cosas te juzgará Dios. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos: porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
SALOMÓN
NARRADOR
DIOS
MUJER 1
MUJER 2
ROBOAM
REINA DE SABÁ
ESCENA I. NARRACIÓN INTRODUCTORIA I
NARRADOR. (Música de realeza, trompetas u otros instrumentos. El narrador con voz fuerte anuncia:) Damas y caballeros, señoras y señores, con ustedes el excelentísimo Rey Salomón.
SALOMÓN. (Entra el Rey con gran gala, una alfombra roja. Habrá una silla real.) Mis leales súbditos. Se preguntarán qué hago aquí. Pues bien, déjenme contarles: Luego de meditar sobre lo que ha sido mi vida, llegué a una conclusión; pero antes de darles mi conclusión, quiero contarles algo con respecto a mi vida, y cómo he llegado a esta conclusión… Soy hijo del Rey David (con orgullo) y Betsabé, mi madre. Fui afortunado y desafortunado en cuanto al ambiente que me rodeaba en mi hogar. Fui afortunado al tener un padre como David, un gran genio, quien en general fue espiritualmente fiel. Fui desafortunado en cuando a que hubo elementos en el ejemplo de mi padre, que inevitablemente tuvo un efecto perjudicial en mi vida de joven. Fui criado en un hogar donde se practicaba la poligamia y había muchos celos y luchas. (Empieza a cerrarse el telón)
II. NARRACIÓN INTRODUCTORIA II
NARRADOR. (Mientras el telón se está cerrando el narrador da otros datos.) Al tener muchos hijos, David prometió que Salomón sería su sucesor y que sería ungido como rey antes de la muerte de su padre. Salomón hizo parentesco con faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos. Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David. Solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos, sobre aquel altar. Una noche El Señor se la apareció a Salomón en sueños y le dijo:
(Comienza a abrirse el telón y aparece Salomón de rodillas.)
III. SALOMÓN Y EL SUEÑO CON DIOS
DIOS. Salomón, pide lo que quieras que yo te dé.
SALOMÓN. (Mirando al cielo y extendiendo las manos humildemente.) Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. (Se levanta lentamente con humildad se pone en dirección al lado izquierdo que simula la presencia de Dios.) Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí, tu siervo, por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar por su multitud. Da, pues, a tu siervo, corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo porque, ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande?
DIOS. Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos años, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste: riquezas y gloria de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días (se empieza a bajar el piso y se acuesta, simulando que duerme) y si andares en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.
(Salomón se despierta turbado, extrañado. Comienza a cerrarse el telón, mientras tanto el narrador dirá, ya no como Dios, sino parte de la historia:)
NARRADOR. Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño, y vino a Jerusalén y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrifico holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.
IV. SABIDURÍA Y PROSPERIDAD DE SALOMÓN
(Aparecen 2 mujeres en escena ante el rey en su trono. Llegan las mujeres se arrodillan ante el rey, luego se ponen en pie y exponen su problema:)
MUJER 1. ¡Señor mío! Esta mujer (señala) y yo morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Aconteció al tercer día después de dar a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas, nadie más estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él y lo peor, señor mío, (llorando o sollozando, suspira) se levantó a media noche y tomó a mi hijo, estando yo dormida y lo puso a su lado y puso a mi lado a su hijo muerto. Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi, señor, (para un segundo, toma aire, solloza) ¡Vi! Que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
MUJER 2. (La interrumpe.) ¡No! Mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto (señala a la mujer amenazante.)
MUJER 1. ¡No! Tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
SALOMÓN. Un momento, una dice: “mi hijo es el que vive” y la otra que es su hijo el que vive; ahora pues, (voz fuerte) traedme una espada (extiende la mano; alguien le lleva la espada, o lo hace de forma imaginaria.) ¡Partid a la mitad al niño vivo y dad la mitad a una y la otra a la otra!
MUJER 1. ¡No! (Corre al rey que ha levantado la espada.) ¡Señor mío! Dad a ésta (señala a la otra mujer) el niño vivo y no lo matéis.
MUJER 2. (Con enojo y desprecio.) ¡No! Ni a mí, ni a ti; partidlo (voz fuerte).
SALOMÓN. ¡Un momento! Dad a ésta (señala a Mujer 1) el hijo vivo, y no lo matéis; Ella es la madre.
(El telón cierra inmediatamente, una luz central se prende encima de los 3 personajes. Pueden usar un muñeco de “hijo” o puede ser imaginario”).
V. SU POLÍTICA Y SUS EMPRESAS
(El telón se abre a medias de tal forma que solo se vea Roboam, sin quitarle espacio.)
ROBOAM. Hola soy Roboam hijo de Salomón. Una de las cosas más importantes del reinado de mi padre fue su política y sus empresas. Él llevó a cabo los planes de su padre, David. Salomón mi padre consolidó el reino y se comprometió en muchas empresas comerciales, mientras que crecían sus riquezas y su fama. Su más grande empresa fue la construcción del magnífico templo de Jerusalén, la cual tomó siete años. En su terminación, Salomón ofreció una oración de dedicación.
(Roboam baja la cabeza, el telón se abre completamente y en una esquina estará Salomón con manos al cielo de rodillas y dirá:)
SALOMÓN. Jehová, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti (Roboam, sale de escena, lentamente de tal forma que no se note) en el cielo, ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti, de todo corazón... Cumple a tu siervo David, mi padre, lo que has prometido, diciendo: “No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante de mí. He aquí, Señor, que los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado? Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar. Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; ¡oh, Jehová, Dios! Sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad. Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tus misericordias para con David tu siervo.
(Salomón se queda estático y el narrador dice:)
NARRADOR. Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas y la gloria de Jehová llenó la casa
(Luces fuertes, simulando fuego del cielo; se cierra el telón.)
NARRADOR. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descendió el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa. Se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová diciendo:
(Aquí el telón está cerrado totalmente y los personajes tras telón dicen:
PERSONAS. ¡Porque él es bueno y su misericordia es para siempre!
VI. SUS ÚLTIMOS AÑOS
REINA DE SABA. (Entra ante el trono del rey.) Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aún se me dijo la mitad acerca de ti. Bienaventurados tus hombres, dichosos éstos tus siervos que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que actúes rectamente y en justicia. Yo, la Reina de Sabá, te he traído un presente de 120 talentos de oro, especies, piedras preciosas. Rey Salomón, por favor, recíbelo, mi señor. (Hace reverencia.)
SALOMÓN. (Se levanta.) También yo daré a ti, reina de Saba, todo lo que me pidas ¡Todo cuanto pidas!
(Estáticos. Sería bueno que en los cambios de hombres y mujeres estáticas, su entrada y salida, haya cambios también de música. Cerrar medio telón del lado de los reyes y entra en el otro medio lado descubierto Roboam.)
ROBOAM. (Entra.) Pero el Rey Salomón, mi padre, amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras: de Moab, Amón, Edom, Sidón y Heteas, gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: “No os llegaréis a ellas, porque ciertamente harán inclinar vuestro corazón tras sus dioses”. A éstas se juntó mi padre. Y tuvo 700 mujeres reinas y 3000 concubinas; y sus mujeres y los placeres desviaron su corazón, y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón (pausa, con dolor) no era perfecto con Jehová, su Dios, como el corazón de su padre David. (Telón.)
VII. SU ARREPENTIMIENTO
SALOMÓN. (Con el rostro a tierra sale, levanta el rostro lentamente y dice:) ¡Esta es la conclusión del predicador (fuerte). (Reflexivo) ¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Dije yo en mi corazón: “¡Ven ahora, te probaré con alegría, gozarás de bienes!” Mas he aquí esto también era vanidad. Dije además en mi corazón: “Como sucederá al necio, me sucederá también a mí”. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón que también esto era vanidad. Así mismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y, ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Alégrate mucho y tome placer tu corazón en tu vida; y anda en los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre estas cosas te juzgará Dios. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos: porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
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