La verdadera Navidad

13 Minutos + Cantos y 14 Personajes. María y José acuden a una pequeña ciudad a buscar hospedaje. Es una obrita navideña adecuada para representar con un grupo de niños ya que va intercalada con varios cantos.


LA VERDADERA NAVIDAD


PERSONAJES

NARRADOR
DAVID
LUCAS
JOSÉ
JUAN
MARÍA
RUBÉN
RAÚL
LOIDA
PAPÁ NOEL
CASTAÑERA
ETEL
JARI
BEGOÑA


NARRADOR. Con el transcurso del tiempo, el sentido de la Navidad se ha ido difuminando. Para muchos no es más que una historieta, una leyenda… Para otros, mucho más que un capricho humano fue una solución a toda persona. Y mientras muchos están preocupados por el fin del milenio, la subida del dólar o la bajada del euro, Jesús toca de nuevo la puerta de nuestros corazones, una Navidad más.

DAVID. ¡Pero qué frío hace esta noche! Ya es víspera de Navidad y la gente sale a la calle sin importarle este tiempo.

LUCAS. Y… ¿has visto qué ambiente? ¡Me encanta la Navidad!

DAVID. ¿Ambiente? Para nosotros el mismo de todos los días: frío, hambre y sin lugar para descansar.

LUCAS. Pues así estaban María y José la noche que tenía que venir Jesús.

DAVID. ¿No me digas que tú crees en esas leyendas? Lucas, eso fue un cuento, una historia del pasado ¡Qué más da!

LUCAS. Por lo que veo este frío te ha helado no sólo el cuerpo sino también el corazón. Si entendieras que Jesús fue la gran solución a todo corazón humano lo entenderías mejor.

DAVID. Eso son niñerías y si me pasara hoy, pensaría lo mismo que ni Navidad ni nada, me hace entrar en razón.

LUCAS. Existen personas que celebran la verdadera Navidad aceptando a Jesús cada año como… ¡Espera David! Si te contara la Historia quizás lo entenderías mejor.

JOSÉ. Perdones ustedes, ¿conocen un sitio donde podamos dormir?

DAVID. ¡Madre mía! La gente cada vez es más rara para ponerse un disfraz en Navidad. Pues mire… si yo supiera un sitio donde dormir gratis ya me hubiera ido yo.

LUCAS. Pero David, ¡qué poco amable eres! Perdone señor, no conocemos pero les podemos acompañar y buscar juntos ese lugar.

DAVID. ¿Qué? ¿Te has vuelto loco? Pero… ¿Que te crees que eres Papá Noel o qué?

LUCAS. No David, pero estás pobres personas necesitan ayuda, ya lo ves. Y siendo vísperas de Navidad no nos podemos negar.

DAVID. ¡Hala! Pues que empiece el paseíllo, ¡como no tenemos nada que hacer!

LUCAS. Mira David, ya se preparan los niños para cantar en la plaza del pueblo como cada año. Me encanta, no me puedes negar que esta época del año no tiene un encanto especial. Vamos a escucharlos.

C A N T O

DAVID. La verdad es que son una ricura, pero vamos, a mí no me dicen nada.

LUCAS. Mira David, ahí hay un señor, le voy a preguntar a ver si sabe dónde podían ellos pasar la noche.

DAVID. Pregunta, pregunta, “hermanito de la caridad”.

LUCAS. Disculpe, señor, ¿sabe dónde hay un lugar para dormir, que sea económico?

JUAN. No, no y mil veces no.

LUCAS. Bueno, bueno. Sólo era una pregunta, no quería molestar.

JUAN. Esto es el colmo, la hecatombe… perderé millones, millones, ¡es el caos!

LUCAS. ¿Sólo por decirme dónde hay un hotel?

JUAN. ¿Qué hotel ni ocho cuartos? Por la caída de la bolsa, la subida del petróleo. Por la bajada imparable del euro… perderé millones en mi empresa.

MARÍA. ¿Qué son dos millones, José?

JOSÉ. No sé María, me imagino que se referirá a alguna posada.

LUCAS. Pero hombre, ¡anímese! Es víspera de la Navidad.

JOSÉ JUAN. ¿Y qué? Para mí la Navidad es dinero y mi mejor regalo es una cuenta bancaria llena de ceritos siguiendo a cinco o seis… y de ahí para arriba. (Se coge la cabeza desesperado y se va)

DAVID. Lo ves, Lucas, la gente va a lo suyo, para nada creo que les importe a muchos el asunto de la Navidad.

LUCAS. No nos podemos dar por vencidos, estoy seguro que alguien nos ayudará. Mira por ahí vienen los barrenderos, ellos están mucho por las calles. Vamos a preguntarles.

DAVID. Vale, vale… Señores, disculpen, ¿conocen ustedes algún hotel para hospedar a esta gente (por lo bajito) “tan rara”?

RUBÉN. (Sin levantar la mirada sigue barriendo) No, no conozco nada, sólo mi escoba y… levante esos pies señora, (al público) y las hojas de este lugar que no se acaban nunca, cada vez hay más.

RAÚL. Señor, no tire papeles (grita al público) respete nuestro trabajo, que casi es Navidad.

RUBÉN. Mire, pregúntele a ése, quizá sepa algo.

LUCAS. ¿Usted sabría dónde podrían pasar la noche esta pareja?

RAÚL. Ni idea, ni tiempo que gastar. ¡Que se las apañen como puedan, yo tengo que currar!

LUCAS. ¡Qué amables, qué sinceros! Dan ganas de llorar. Ni nos han mirado.

DAVID. Pero si es que yo ya lo sé y tú venga y venga empeñándote.

LUCAS. Pues no pienso darme por vencido.

MARÍA. Estoy muy cansada, José, ¿nos podemos sentar un poco?

JOSÉ. Claro, María, vamos a buscar un sitio.

DAVID. Venga, venga, siéntese aquí, mire ahora hay un grupo musical que sale a la Plaza. Vamos a verlo.

G R U P O M U S I C A L

LUCAS. Esto sí que me pone el corazón a tono con la Navidad. ¡Eh, vosotros! Esperad, esperar, ¿podríais decirnos si sabéis de algún lugar para pasar esta noche?

GRUPO. No, no tenemos ni idea…

DAVID. Mira Lucas, no desistas, si no es uno será otro. Por ahí llega otro grupo.

LUCAS. Perdone…

LOIDA. Oiga, por favor, no moleste que vamos a cantar.

LUCAS Sólo quería preguntarle si sabía de algún sitio para pasar esta noche.

LOIDA. Pues no lo sé, vaya si acaso a alguna oficina de información y turismo o yo qué sé… perdone pero debemos empezar.

LUCAS. Vale, vale, gracias y no le molesto más.

C A N T O

DAVID. ¡Cómo está el barrio este año! Nunca me había fijado de todo lo que montan los colegas y los vecinos de por aquí. Anda, mirad quién viene por allí, un grupo de chiquillos armando alboroto. ¡Cómo les va esto de las fiestas!

Un grupo tira serpentinas y conffetti por todos los bancos.

MARÍA. ¿Quién les persigue, José?

JOSÉ. Será algún cobrador de impuestos, creo yo.

DAVID. La verdad es que no sé lo que me pasa, pero parece que estoy sintiendo algo raro.

LUCAS. ¡Ay, David! Que ya veo cómo tu corazón frío se empieza a descongelar. Mira, voy a preguntarle a ese Papá Noel de la esquina. Esperad. ¿Podría decirme si conoce por aquí cerca algún sitio en el que pasar la noche?

PAPÁ NOEL. No me molesten, estoy ocupado, no tengo tiempo para nada, pregunten a esa castañera que pasa más tiempo ahí parada.

LUCAS. Perdone y gracias. (Va hacia la castañera) ¿Podría decirme si conoce algún sitio dónde podrían alojar a esta pareja?

CASTAÑERA. Pues yo no sé, la verdad, pero aquí hay gente de muy buena voluntad. Conozco a una familia que quizá les puede prestar una habitación pequeña donde poder pasar la noche.

LUCAS. No sabe cómo se lo agradeceríamos.

CASTAÑERA. Mire, justo ahí, a la derecha. Esta es casa, pregunten y buena suerte. ¡Ah! Espere buen hombre tenga unas pocas castañitas calientes para templar un poquito el cuerpo.

LUCAS. Gracias, señora, mil gracias. (Se dirige a los demás) ¡Eh, venid! Buenas noticias, creo que tengo la solución.

MARÍA. ¿No tendré que andar más, José?

JOSÉ. Paciencia María, paciencia, vamos a ver dónde podemos descansar.

LUCAS. Perdonen que les molestemos, su amiga la castañera nos dijo que quizá ustedes podrían alojar por esta noche a esta pareja. Ya ves el estado de la señora y no encuentran ningún sitio donde pasar la noche.

ETEL. Pues no tenemos ninguna vacía aunque dadas las circunstancias… la nuestra serviría.

JOSÉ. No, por favor, no podríamos aceptar tal ofrecimiento pero cualquier rincón nos servirá. María pronto dará a luz al bebé.

JARI. Tenemos un pequeño trastero muy cómodo y acogedor pero no creo que sea la solución.

MARÍA. Créame que sí servirá y le estaremos muy agradecidos.

JARI y ETEL. Pasen, pasen, están ustedes en su casa. (Se despiden en la puerta. David y Lucas en la calle.)

DAVID. La verdad, Lucas, es que no esperaba que hubiera todavía personas con tan buenos sentimientos. Anda, otros zagalitos para cantar, ¿nos quedamos a escucharlos?

LUCAS. A mí ya sabes que encanta.

BEGOÑA. Por favor, se podrían poner a un lado, vamos a cantar. Chicos, chicas, preparados…

C A N T O

LUCAS. ¿Qué piensas David?

DAVID. Pues que de verdad siento alegría en mi corazón, que hasta ahora estaba dormido e indiferente. (Se oye el llanto de un bebé)

LUCAS. ¿Oyes? ¿No es un milagro que ante tanta confusión, Dios haya elegido enviar a su Hijo como un niño para darnos la Salvación.

DAVID. ¡Ya lo creo que es un verdadero milagro! Debemos celebrar y valorar lo que es Navidad, la verdadera Navidad.

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