Historia de una existencia

30 Minutos y 4 Personajes. Creación de la Humanidad y su descubrimiento del mal y del bien.
HISTORIA DE UNA EXISTENCIA
Esther Villanueva

PERSONAJES
HUMANIDAD
CONCIENCIA
VOZ
VOZ 2

HUMANIDAD. (Sabiendo, observando todo con curiosidad.) ¡Qué divertido es todo esto! De repente aquí estoy y tengo un sentimiento muy agradable: (Pensando.) Ya sé: Voy a ponerle nombre (Piensa.) Será... será... ¡claro! FELICIDAD. A partir de ahora voy a llamar a este sentimiento felicidad y yo voy a ser feliz. ¡Hum! Suena muy bien: soy feliz, muy feliz. (De repente.) ¡Ja, ja, ja! (Se tapa la boca.) ¿Qué es eso? Me gusta. ¡Ja, ja, ja! Además yo no lo provoco, me sale solo ¡Ja, ja, ja! También le pondré nombre. (Piensa.) Ya sé, se llamará: RISA.

VOZ. ¡Hola! ¿Cómo te encuentras ahora?

HUMANIDAD. ¿Sabes? He puesto nombre a mi sentimiento. Se llama FELICIDAD.

VOZ. Bonito nombre para una bonita sensación.

HUMANIDAD. ¡Ja, ja, ja!

VOZ. ¿Y eso?

HUMANIDAD. No sé lo que es pero lo he llamado RISA.

VOZ. Veo que te encuentras perfectamente. ¿Te alegras de ser como eres?

HUMANIDAD. Muchísimo. Has sido muy bueno. Te diré algo más: Gracias por todo lo que has hecho para mí, es todo muy hermoso.


HUMANIDAD. Y lo has conseguido. Pero además, capto otra sensación...

VOZ. ¿También le pondrás nombre?

HUMANIDAD. Claro, si no, ¿cómo voy a saber qué es?

VOZ. ¿Te puedo ayudar?

HUMANIDAD. Creo que ya lo tengo... PAZ.

VOZ. Así es; pero te advierto una cosa. Corres peligro.

HUMANIDAD. (Un poco triste.) Yo creía...

VOZ. Si estás conmigo no tienes problema.

HUMANIDAD. ¿Entonces?

VOZ. ¿Tú quieres conservar eso que has llamado FELICIDAD, RISA y PAZ?

HUMANIDAD. ¿Qué quieres decir?

VOZ. Que puedes perder todo eso que tanto te gusta.

HUMANIDAD. Eso no es posible. Ya estaban cuando yo llegué.

VOZ. No es cuestión de que estén o dejen de estar en este lugar; lo más importante es si están dentro de ti.

HUMANIDAD. ¿Quieres decir que puedo no sentir eso en algún momento?

VOZ. Eso es.

HUMANIDAD. Pero, ¿cómo?

VOZ. Si confías en mí conservarás esos sentimientos.

HUMANIDAD. Siempre he confiado.

VOZ. Pero puede llegar un momento en que no lo hagas.

HUMANIDAD. Puedes impedirlo.

VOZ. No, no puedo. Te di la libertad. No puedo impedir que tomes tu decisión.

HUMANIDAD. Pero yo te lo pido ahora, ahora la tomo, ahora elijo.

VOZ. Hijo... Cuando llegue el momento decidirás. Ahora no sabes qué debes elegir.

HUMANIDAD. Comprendo.

VOZ. Bueno, reflexiona en lo que he dicho y disfruta de este regalo.

HUMANIDAD. Sé perfectamente lo que haré y qué decisión voy a tomar. (Sigue buscando y se oye música.) Bueno, he encontrado nombre para muchas cosas pero yo no tengo nombre. Esto es más difícil que lo demás.

CONCIENCIA. ¡Hola!

HUMANIDAD. ¡Hola! ¿Podrías ayudarme?

CONCIENCIA. ¿Qué haces?

HUMANIDAD. Busco un nombre para mí pero, ¿tú quién eres?

CONCIENCIA. Un compañero inseparable.

HUMANIDAD. ¿Cómo te llamas?

CONCIENCIA. Conciencia.

HUMANIDAD. ¿Para qué sirves?

CONCIENCIA. Me ha mandado tu Padre. Tengo órdenes de no abandonarte nunca, bueno, excepto cuando tú me mandes lo contrario.

HUMANIDAD. Me alegro, así tendré un compañero.

CONCIENCIA. También tengo la misión de aconsejarte lo mejor que pueda.

HUMANIDAD. ¿Por qué necesito que alguien me aconseje?

CONCIENCIA. Porque conforme vayas conociendo irán surgiendo situaciones que no sabrás cómo tratar.

HUMANIDAD. Pero para eso tengo a mi Padre.

CONCIENCIA. Pero tu Padre ha querido que yo forme parte de ti y de esa forma tú sólo tomarás tus decisiones.

HUMANIDAD. ¿Sabes? He descubierto otra nueva sensación y no sé cómo llamarla.

CONCIENCIA. Recuerda que puedo ayudarte.

HUMANIDAD. Pues dame alguna idea.

CONCIENCIA. ¿Qué te parece AMISTAD?

HUMANIDAD. AMISTAD. ¡Estupendo! ¡Genial!

VOZ. ¿A qué viene ese entusiasmo?

HUMANIDAD. Es que acabo de encontrar algo nuevo. Es fantástico.

VOZ. ¿Le has puesto nombre?

HUMANIDAD. Sí. Conciencia me ha ayudado. Se llama AMISTAD.

VOZ. Me alegro.

HUMANIDAD. Y no pienso separarme de mi amiga nunca.

VOZ. Ojalá no lo hagas.

HUMANIDAD. ¿A qué te refieres? (Silencio.) ¡Padre! (Silencio.)

CONCIENCIA. Eso debes descubrirlo por ti misma. Podemos hacer muchas cosas juntas.

HUMANIDAD. Tienes razón. Es maravilloso lo que tengo: Soy feliz, tengo un amigo y vivo en paz.

CONCIENCIA. Eso es lo más grande que puedes poseer.

HUMANIDAD. Tengo algo más fuerte y no sé lo que es. Es algo hacia mi padre, mucho más intenso de lo que conozco. Eso me permite seguir confiando en él a pesar de que no lo comprendo. Es algo que no puedo expresar con palabras, que me llena hasta rebosar, en parte es agradecimiento es respeto, no sé exactamente... Si tú supieras...

CONCIENCIA. Ya lo creo. Sé exactamente lo que sientes. Recuerda que formas parte de ti.

HUMANIDAD. Ya no lo recordaba. Es algo que por mucho que lo intente retener me desborda y noto cómo se posesiona de todo lo que me rodea.

CONCIENCIA. Bien, pero, ¿qué buscas?

HUMANIDAD. Un nombre. Debe ser sencillo pero que pueda resumirse toda su grandeza... debe ser un nombre que lo condense todo... ¿tal vez...? AMOR.

CONCIENCIA. ¿Amor? Sí, es el nombre más bonito que he oído.

VOZ 2. (Ruda y burlona.) ¡Ja, ja, ja!

HUMANIDAD. ¿Qué es eso, conciencia?

CONCIENCIA. No lo sé. Se parece a la risa pero no está producida por la felicidad.

VOZ 2. Calla. ¿Qué sabrás tú? La RISA ya estaba inventada cuando llegaste: estaba inventada por mí. Todo lo que has descubierto ya estaba inventado por mí. ¡Ja, ja, ja!

HUMANIDAD. ¿Conoces más cosas?

VOZ 2. ¡Ja, ja, ja! Inocente criatura. No hay nada que yo no sepa.

CONCIENCIA. Su padre quiso que lo descubriera él mismo. Debe ir conociendo su medio progresivamente.

VOZ 2. ¡Cállate! ¿Por qué debe esperar si yo le puedo ayudar? Muchacho, ¿quieres hacer conmigo un curso intensivo?

HUMANIDAD. ¿Puedo?

CONCIENCIA. Eso no es lo que quiso tu padre.

VOZ 2. ¿Y vas a estar siempre obligado a sujetarte a tu padre? Tu padre te está utilizando para poder satisfacer su egoísmo.

HUMANIDAD. Eso no es cierto. Mi padre no es egoísta.

VOZ 2. Mira que eres ingenuo. ¿Por qué no quiere que sepas nada? ¿Por qué anda siempre con misterios? ¿Por qué te manda ese vigilante?

CONCIENCIA. Ayo no soy un espía.

VOZ 2. ¡Claro! No lo vas a confirmar. Sería descubrir a tu jefe. Vamos, ¿quieres que te ayude o no?

HUMANIDAD. Claro que quiero.

VOZ 2. Lo primero que debes hacer es alejarte de esas malas compañías.

CONCIENCIA. No pensarás hacerme eso, ¿verdad?

HUMANIDAD. Ni tú me necesitas ni yo te necesito. Puedes irte.

CONCIENCIA. Recuerda que si me expulsas completamente, yo ya no volveré.

HUMANIDAD. Eres un egoísta. Si te hago caso a todo, bien; si te llevo la contraria, ya olvidas lo que es amistad.

CONCIENCIA. Tú eres quién olvida su significado. Si te sientes mi amigo, si me amas desearías estar siempre conmigo.

HUMANIDAD. Pero, ¿acaso eres soportable? Siempre con “ten cuidado”, “piensa bien”, “hazme caso”.

CONCIENCIA. (Interrumpiendo.) Sí, soy sincera, esa es mi obligación.

HUMANIDAD. Pues olvídala si quieres seguir conmigo.

CONCIENCIA. Yo no puedo dejarte. Tú debes echarme.

HUMANIDAD. Como quieras: ¡Vete y dile a mi padre que yo te lo he dicho!

CONCIENCIA. Piénsalo, aún estás a tiempo.

HUMANIDAD. (Dando la espalda.) Ya está pensado.

VOZ 2. Muy bien. Has demostrado carácter. Ahora debo irme. Llámame cuando me necesites.

HUMANIDAD. Hasta pronto. Me encuentro satisfecho, pero muy pesado y cansado. (Se sienta y recuesta.)

VOZ. Hijo, ¿qué has hecho?

HUMANIDAD. (Incorporándose.) ¿Yo?... Nada.

VOZ. ¿Y tu amiga?

HUMANIDAD. Acabemos. Además es una chivata (a la voz) No está.

VOZ. Sólo podía irse si tú lo deseabas.

HUMANIDAD. ¿Acaso era yo su guardián? Era una pesada, presuntuosa y déspota. Siempre se había de hacer su voluntad. Yo no podía desarrollar mi personalidad.

VOZ. ¿Eso crees? Yo te la envié para que te ayudara; todo lo que ha hecho era por tu bien. Recógela otra vez.

HUMANIDAD. Si tú lo dices...

VOZ. Pero debes ser tú quién la llame y deberás pedirle perdón. Tú sabrás lo que haces. Me voy.

HUMANIDAD. (Espera.) Pues va listo si piensa que voy a llamar a esa estúpida. Y encima pedirle perdón. Estoy sintiendo una nueva sensación. No es tan pura ni tan inocente, señal que voy aprendiendo. Si lo pienso... me hace sentirme mal. Será mejor no pensar en ello. Pero le voy a poner nombre... debe ser apropiado... Sí, eso es. ODIO.

VOZ 2. Es el nombre más poético que he oído. Pero te voy a enseñar otro sentimiento.

HUMANIDAD. ¿Cuál es?

VOZ 2. Acércate a esa silla.

HUMANIDAD. (Se acerca.) ¿Ésta?

VOZ 2. Levántala (lo hace). Pon el pie debajo (lo hace). Ahora déjala caer con fuerza sobre el pie.

HUMANIDAD. ¡Ay! ¿Así?

VOZ. Perfecto. ¿Qué te parece?

HUMANIDAD. Horrible pero es divertido (lo repite). Ya sé cómo voy a llamarle: DOLOR.

VOZ 2. Por hoy ya basta.

HUMANIDAD. (Llora.) ¿Qué es esto? Sólo puedo llamarte LLANTO.

VOZ 2. Déjalo para luego. Ahora, sígueme.

(Entra en escena Conciencia.)

CONCIENCIA. Es muy triste esta situación, ¿verdad?

PADRE. Ya lo creo. Mira, he pensado en una cosa. Voy a hacerme visible a mi hijo. Deberé introducirme en su mundo para hacerle recapacitar.

CONCIENCIA. Pero eso es muy peligroso.

PADRE. Ya lo sé. Pero es mi hijo y le amo.

CONCIENCIA. Yo me voy. Mira, por ahí viene.

HUMANIDAD. (Entra muy decaído.) Se echa en el suelo.

PADRE. (Entra.) ¡Hola, hijo!

HUMANIDAD. ¿Quién eres?

PADRE. ¿No me reconoces?

HUMANIDAD. No.

PADRE. Soy tu padre.

HUMANIDAD. ¿De verdad?... Vamos... No lo creo.

PADRE. Pues puedes creerlo. He venido a hablar contigo.

HUMANIDAD. ¿Después de lo que he hecho?

PADRE. Nunca he dejado de amarte.

HUMANIDAD. Padre, ayúdame. Me encuentro mal.

PADRE. Veo que estás arrepentido. Pero yo debo volver a mi lugar. Te dejo a conciencia, pero sin que forme parte de ti. Será independiente.

HUMANIDAD. No, por favor. No tengo fuerzas.

PADRE. Cuando ganes a quien te ha hecho daño, formará parte de ti. ¡Conciencia!

CONCIENCIA. (Entra.) ¿Sí?

PADRE. Te dejo con él. Ayúdale (sale.)

HUMANIDAD. ¡No te vayas!

CONCIENCIA. He quedado yo. Algún día volverá y te llevará al lugar que corresponde.

VOZ 2. ¿Qué es eso? (Enfadado.) ¡Conciencia, vete!

CONCIENCIA. No. Ahora ya no me puede echar nadie.

VOZ 2. Muchacho, vamos, dile que se vaya. Tenemos mucho que hacer.

HUMANIDAD. No. Ya no tengo nada que hacer contigo.

VOZ 2. ¿Te niegas a obedecerme?

HUMANIDAD. Sí. He visto en mi padre algo que no veo en ti: AMOR. Esa fue la mayor experiencia que tuve. Conocer lo que es el amor. Eso no hace daño. Tú eres el egoísta y jamás cambiarás. Mi padre ha venido a abrirme los ojos.

VOZ 2. ¿De dónde sacas esa energía y ese valor?

HUMANIDAD. De mi amiga Conciencia. Sólo pienso en ser una sola cosa con ella, como fue al principio. Si en un tiempo ella tuvo que irse, ahora eres tú quien se irá.

VOZ 2. ¡Ja, ja, ja! Sigues tan ingenuo. De mí no escapa nadie. (Diapositivas de desastes con música.) ¿Vas a volver otra vez a mí?

HUMANIDAD. No. Ahora estoy seguro de lo que hago.

(Música potente.)

PADRE. Tu existencia ha acabado.

VOZ 2. ¡Noooooo! (Angustiado.)

PADRE. Tu poder ya no existirá jamás; la paz, la felicidad, la risa, el amor lo llenarán todo. Y tú, hijo mío, toma todo esto: te pertenece. Ya nada ni nadie te podrán vencer (Diapositivas.)

HUMANIDAD. Gracias, Padre.

CONCIENCIA. ¿Volvemos al principio?

HUMANIDAD. Sí, por favor.

CONCIENCIA. Si recuerdas cuando nos conocimos buscabas un nombre para tu vida, ¿lo has encontrado?

HUMANIDAD. Sí. Soy la HUMANIDAD.

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