El otro carpintero

5 Minutos y 1 Personaje. Monólogo del carpintero que construye la cruz de Jesús.

EL OTRO CARPINTERO
Tommy Thompson


(La tienda de un pequeño carpintero en Jerusalén en las primeras horas de la mañana. Un cansado carpintero da martillazos a una pieza de madera; trabaja dándose prisa porque ha recibido una orden de última hora. Parece que es una cruz. Le ha salido bien pero no está contento. La deja en el suelo y se toma unos minutos de descanso. Se sienta encima de la cruz y reflexiona en voz alta.)

¡Malditos sean los Romanos por sus ganas de causar dolor y sufrimiento! Acabo de terminar dos cruces y ahora, este centurión, me dice que tengo que hacer otra más. ¿Qué es lo que he hecho yo para que tenga que cumplir las órdenes de esos chacales? Lo que más me gustaría es trabajar con mis manos como lo hizo mi padre y el padre de mi padre. No quiero formar parte de este derramamiento de sangre, aunque sea la sangre de unos criminales.

¿Quién será el hombre que van a colgar en este maldito tronco para que todo el mundo lo ridiculice? ¿Qué es lo que el centurión decía mientras se reía? “Haz tu mejor obra, paleto, porque va a ser para un rey”. ¿Un rey? Los hijos de Abrahán no tienen rey; esperamos al Mesías. ¡Sí! Él nos librará de estos extranjeros. Pero, ¿de quién estaría hablando? ¿Podría ser?... Pero, ¿por qué el Galileo; Jesús, el Nazareno? Él no da problemas a los Romanos; solo a los fariseos. Éstos le acusan de blasfemar.

He escuchado alguna que otra vez a este Nazareno. En realidad, me picaba la curiosidad saber lo que decía. Dicen que tocaba a los leprosos, daba vista a los ciegos. Incluso dicen que resucitó a un hombre de Betania que había muerto hacía cuatro días. ¡Un profeta como éste no se había visto desde los días de Elías! Sí, es verdad. Pero lo que ha enfurecido a los fariseos ha sido ver cómo perdonaba los pecados de la gente... Solo el Dios Todopoderoso puede hacer eso. Sí, los fariseos deben de estar detrás de todo esto. Ellos no pueden dar muerte a un hombre sin el permiso de los romanos.

Jesús es un hombre inocente... Pero Él no es como me imagino a nuestro Mesías. Todos esperamos un líder poderoso, un gran guerrero –como el Rey David- que una a Israel, que venza a nuestros opresores, que nos liberte y construya un glorioso reino que sobrepase incluso al de Salomón; pero este hombre habla del Reino de los Cielos. Nos decía que perdonáramos a nuestros enemigos, que oráramos por aquellos que nos perseguían, que nos alegráramos cuando los hombres nos persiguieran por su Nombre porque nuestro galardón estaba en los cielos. Sí, me acuerdo que decía: “A menos que creáis que yo soy Él, deberéis morir en vuestros pecados” y, “el hijo os hará libres”.
Esa no es la libertad que estaba buscando... (Pausa larga... el tiempo que tarda en entrar la luz solar dentro de escena) ¡Pero esta es la libertad que necesito!

Algo dentro de mí me dice que quizá este Jesús podría ser el Prometido. Y si fuera Él, ¿qué voy a hacer? ¿Una cruz? ¿Esta cruz es para el Mesías? ¿Cómo puedo estar trabajando en este instrumento de muerte sin sentirme culpable? Lo podría haber buscado, podría haber escuchado sus enseñanzas más intensamente, haber investigado por mí mismo si todas esas cosas maravillosas eran verdad. Pero... tenía que ganarme la vida... Preferí quedarme así. La mayoría de nosotros hemos aprendido a preocuparnos de nuestros asuntos para mantener alejados a los Romanos y a los líderes religiosos. Todo lo que quería era una vida pacífica, normal, para mí y para mi familia. Reconozco que aunque odiaba que me mandaran construir cruces me había autoconvencido de que quizá, los que iban a morir, se lo merecían. No me importaban en absoluto... y ahora, ¡sucede esto!

¡Jehová! ¡Dios! No merezco que escuches ninguna de mis palabras... porque no he recibido a tu Elegido en el tiempo de nuestra visitación. Y ahora, Señor, ¡he construido el arma maldita que lo va a llevar a la muerte! Lo estoy llevando a la muerte por mis pecados. Merezco ser colgado yo y no Él. (Más calmado pero con intensidad.) No espero que oigas mi oración pero Jehová, Dios, lo siento... Lo siento muchísimo...

(Se saca la cruz del escenario. Cuando se encienden las luces hay una cruz al fondo; puede ser una diapositiva o la cruz en la que trabajaba el carpintero. El carpintero está inclinado delante de la cruz y se escuchan truenos y se vez flashes de luz. Se escucha la voz de Jesús que dice: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. El personaje levanta la cabeza y mira hacia la cruz.)

4 comentarios:

  1. ola muy bella la obra o drama es muy fuerte es verdad uno nose da cuenta de lo que ase dios asta cuando ya no lo podemos buscar sabes es muy bello el drama y lo voy hacer mi culto para la obra de dios y dios te bendiga es algo muy fuerte y abre los ojos dos te guarde por siempre amigo eso chao me despido en el amor del señor

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  2. ESTA RE BUENA ESTA OBRA ES CORTA Y VA A LMENSAJE.... UNA PREGUNTA? TENIAS MUSICA DEL FONDO CUANDO SE ACTUO ESTE MONOLOGO?

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  3. Primero reciban un afectuoso saludo y mis mejores deseos de que DIOS les bendiga y prospere en todo lo que hagan y bueno pues la obra es muy buena, espero poder ponerla en escena en la Iglesia donde me congrego

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  4. OLA eS BUENA LA oBRA PORQUE AL ALO QUE VA ESPERO QUE ME AYUDE AMI A MIS JOVENES EN MI IGLESIA GRAXIAS TENDRAS MU8SICA DE FONDO PARA LA OBRA............?

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