La vida de Elías

20 Minutos y 5 Personajes + Extras. Relato de varios episodios en la vida del profeta Elías.

LA VIDA DE ELÍAS


PERSONAJES

ELÍAS
ELISEO
NARRADOR
VIUDA
JEZABEL
PROFETAS


I Escena LLAMAMIENTO DE ELISEO (1 REYES 17:8-24)

(Eliseo está orando y entra Elías a escena, sin palabras se quita su capa y se la echa encima a Eliseo. Elías se da la vuelta e inicia su retirada).

ELISEO. (Se levanta y va tras Elías.) Déjame dar a mis padres un beso de despedida, y luego te seguiré.

ELÍAS. Puedes ir, pero recuerda lo que he hecho contigo. (Elías se retira del escenario y Eliseo comienza el relato de esta historia.)

ELISEO. Shalom, Hashem Barak NU, (Traducido: “Paz a vosotros ¡Qué Dios nos bendiga!”) Mi nombre es Eliseo, hijo de Safat, del pueblo de Abel-meholá, consagrado como profeta, en lugar de Elías, de quien relataré en esta mañana (tarde, noche...) (Se sienta en una silla y toma el micrófono en sus manos para seguir hablando. Con voz firme.) En el año treinta y ocho del reinado de Asá en Judá, Acab hijo de Omrí, comenzó a reinar en Israel. Y reinó sobre Israel durante veintidós años, en la ciudad de Samaria. Pero su conducta fue reprobable a los ojos del Señor, e incluso peor que la de los reyes anteriores a él, pues no le importó cometer los mismos pecados de Jeroboam, hijo de Nabat. Para colmo, se casó con Jezabel, hija de Et-baal, rey de Sidón, y acabó por adorar y rendir culto a Baal, y construyó un altar y un templo a Baal en Samaria. Hizo también una imagen de Asera, con lo que irritó al Señor, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel, anteriores a él. El profeta Elías, que era de Tisbé, de la región de Galaad, dijo a Acab...

ELÍAS. (Eliseo permanece en escena, Elías entra en escena y pronuncia lo siguiente…) ¡Juro por el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no lloverá, ni caerá rocío hasta que yo lo diga!

NARRADOR. (Dios.) Elías, Vete de aquí, hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está al oriente del Jordán. Allí podrás beber agua del arroyo, y he ordenado a los cuervos que te lleven comida.

(Mientras Eliseo narra, Elías sale de escena.)

ELISEO. Elías hizo lo que el Señor le ordenó, y fue y se quedó a vivir junto al arroyo de Querit, al oriente del río jordán. (Aquí puede sacar en acetato unos cuervos que se pueden proyectar hacia la pared a través de un retroproyector o filminas, y grabar el sonido de cuervos.) Y los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde. El agua la bebía del arroyo. Pero al cabo de unos días el arroyo se secó porque no llovía en el país.

(Bajan el telón o si no hay telón salen de escena los actores de forma lenta y sin ver al público.)



II Escena ELÍAS Y LA VIUDA DE SAREPTA

NARRADOR. Elías, levántate y vete a la ciudad de Sarepta, en Sidón, y quédate a vivir allá. Ya le he ordenado a una viuda que allí vive, que te dé de comer.

ELÍAS. (Elías camina por el escenario y ve a lo lejos a la viuda.) Sin duda alguna esta es la viuda de la que Jehová me habló. (Grita.) ¿Qué es lo que haces, mujer?

VIUDA. Recojo leña, mi señor.

ELIÁS. Ven, mujer, tráeme en un vaso un poco de agua para beber, por favor.

(La viuda va a traer el agua y a medio camino le dice Elías…)

ELÍAS. Por favor, tráeme también un pedazo de pan.

VIUDA. Te juro por el Señor tu Dios que no tengo nada de pan cocido. No tengo más que un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una jarra, y ahora estaba recogiendo un poco de leña para ir a cocinarlo para mi hijo y para mí. Comeremos, y después nos moriremos de hambre.

ELÍAS. No tengas miedo. Ve a preparar lo que has dicho. Pero primero, con la harina que tienes, hazme una torta pequeña y tráemela, y haz después otras para ti y para tu hijo. Porque el Señor, Dios de Israel, ha dicho que no se acabará la harina de la tinaja ni el aceite de la jarra hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra.

(Los personajes quedan estáticos y Eliseo narra. Se para en el centro del escenario.)
ELISEO. La viuda fue e hizo lo que Elías le había ordenado. (Hacen mímicas y gestos apropiados.) Y ella, su hijo y Elías tuvieron comida para muchos días. No se acabó la harina de la tinaja ni el aceite de la jarra, tal como el Señor lo había dicho por medio de Elías. Algún tiempo después cayó enfermo el hijo de la viuda, y su enfermedad fue gravísima.

(En este momento poco a poco se va cerrando el telón.)

ELISEO. (Continúa con la narración.) Pero Elías clamo al Señor en voz alta diciendo: “Señor y Dios mío, ¡te ruego que devuelvas la vida a este niño!”. El Señor atendió a los ruegos de Elías e hizo que el niño reviviera. Y la viuda aquella dijo a Elías…

(A estas alturas el telón debe de estar cerrado y se escuchará la voz de la viuda…)

VIUDA. Ahora sé que realmente eres un hombre de Dios, y que lo que dices es la verdad del Señor. (Con voz suave, aquí puede iniciar un cántico que hable de provisión o agradecimiento al Señor.)



II ESCENA ELÍAS Y ACAB

(Comienza a abrirse el telón. Elías está en el centro de rodillas y una luz en el centro le cubre, desde arriba)

NARRADOR. Elías, Elías, ya han pasado tres años desde que te ordené que profetizaras sobre la falta de lluvia; ahora ve y preséntate ante Acab, pues voy a mandar lluvia sobre la tierra.

ELISEO. (Sin hacer su aparición, sino tras el telón.) Mi señor Elías se presentó ante Acab y le dijo: “Acab, tú y tu gente han dejado los mandamientos del Señor, en su lugar han rendido culto a las diferentes representaciones de Baal. Manda ahora gente que reúna a todos los israelitas en el monte Carmelo, con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Asera, a quienes Jezabel, tu mujer, mantiene.

(El telón se cierra. Esta sección abarcará poco tiempo, sólo lo que tarda el telón en abrir y cerrar, mientras Elías sigue de rodillas y la luz encima.)



III Escena ELÍAS Y LOS 450 PROFETAS DE BAAL Y LOS 400 PROFETAS DE ASERA

(Puede iniciar con música que refleje acción, valor, guerra o suspenso.)

ELÍAS. (Dirigiéndose al público de forma enfática y severa.) ¿Hasta cuándo van a continuar ustedes con este doble juego? Si el Señor es el verdadero Dios, síganlo a él, y si Baal lo es, a él deberán. ¿Por qué no responden palabras? Yo soy el único profeta del Señor que ha quedado con vida, en tanto que de Baal hay cuatrocientos cincuenta profetas. Pues bien, que se nos den dos becerros, y que ellos escojan uno, y lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, pero que no le prendan fuego. Yo por mi parte prepararé el otro becerro y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego. Luego ustedes invocarán a sus dioses, y yo invocaré al Señor. ¡Y el dios que responda enviando fuego, ese el Dios verdadero! ¿Qué es lo que dicen? ¡Buena propuesta! Ok. Escojan uno de los becerros, y prepárenlo primero, ya que ustedes son muchos. (Esto lo dice desde un extremo del escenario y señala de forma figurada a muchos.) Invoquen a su dios, pero no enciendan fuego.

(Elías se sienta en un extremo y empieza a ver la hora en un reloj de arena, si lo hay. Al fondo desde la consola, puede haber un cassette con sonidos de gente gritando, para simular a los profetas gritando “¡Contéstanos, Baal!”)

ELÍAS. ¡Griten más fuerte porque es un dios! ¡A lo mejor está ocupado! (Saca un lápiz y una libreta) ¡O está haciendo sus necesidades, o ha salido de viaje…! (Con la mano hacer la mímica.) ¡Tal vez esté dormido y haya que despertarlo! (Mímica de dormido, sacar una cacerola, olla, sartén etc., y sonarla para que se despierte.)

(Poner nuevamente el cassette de gritos.)

ELÍAS. (Después de unos segundos se levanta.) Acérquense a mí. (Hace como que repara el altar, además toma doce piedras para construir un altar.) Llenen cuatro cántaros de agua, y vacíenlos sobre el holocausto y la leña. Eso así es. (Espere 5 segundos.) Háganlo nuevamente. (Espere 5 segundos.) Háganlo nuevamente. (Con seguridad.) ¡Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel! Haz que hoy se sepa que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que hago todo esto porque me lo has mandado. ¡Respóndeme, Señor; respóndeme, para que esta gente sepa que tú eres Dios, y que los invitas a volverse de nuevo a ti!”.

(En este momento habrá un estruendo y una luz central de color rojo, para simular el fuego del Señor que cayó y quemó el holocausto.)

ELÍAS. ¡Fuego ha caído! (Con fuerza.) ¡Atrapen a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno! (Señala al público agitado y sale corriendo.)

(El telón se va cerrando. Narra detrás del telón, con voz suave.)

ELISEO. La gente los atrapó, y Elías los llevó al arroyo Quisón y allí los degolló.



IV Escena ELÍAS ORA QUE LLUEVA/HUYE A HOREB

(Recomendación para esta escena el actor debe de mantener su tono de voz a varios niveles para captar el interés del público.)

ELISEO. (Con el telón abajo.) El cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó un fuerte aguacero. En cuanto a Elías, el Señor le dio fuerzas; y luego de arreglarse la ropa, corrió hasta Jezreel y llegó antes de Acab, pues Acab había partido antes.

(Empieza a abrir lentamente el telón y en el centro aparece Eliseo con luz tenue y relata. Sonido ambiente suave.)

ELISEO. Acab contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo había degollado a todos los profetas de Baal. Entonces Jezabel mandó un mensajero a decirle a Elías:

(Eliseo queda estático cada vez que Jezabel hable.)

JEZABEL. (Voz de Jezabel. Con enojo.) ¡Si tú eres Elías, yo soy Jezabel! Y que los dioses me castiguen duramente, si mañana a esta hora no he hecho contigo lo mismo que tú hiciste con esos profetas.

ELISEO. Elías se dio cuenta de que corría peligro, y para salvar su vida se fue a Beerseba, que pertenece a Judá, y allí dejó a su criado. Luego él se fue hacia el desierto, y caminó durante un día, hasta que finalmente se sentó bajo una planta. Era tal su deseo de morirse, que dijo…

ELÍAS. (Voz de Elías.) ¡Basta YA, Señor! (Con desesperanza.) ¡Quítame la vida, pues yo no soy mejor que mis padres!

ELISEO. Y se acostó allí, bajo la planta, y se quedó dormido. Pero un ángel llegó, y tocándolo le dijo…

ÁNGEL. (Voz de ángel.) Levántate y come.

ELISEO. Elías miró a su alrededor, y vio que cerca de su cabecera había una torta cocida sobre las brasas y una jarra de agua. Entonces se levantó, comió y bebió; después se volvió a acostar. Pero el ángel del Señor vino por segunda vez, y tocándolo le dijo:

ÁNGEL. (Voz.) Levántate y come, porque si no el viaje sería demasiado largo para ti.

ELISEO. Elías se levantó, y comió y bebió. Y aquella comida le dio fuerzas para caminar cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. Al llegar, entró en una cueva, y allí pasó la noche. Pero el Señor se dirigió a él, y le dijo…

NARRADOR. ¿Qué haces aquí, Elías?

ELÍAS. (Entra en escena Elías y sale Eliseo. Con ademanes dirigiéndose al Señor. Con sentimiento.) He sentido mucho celo por ti, Señor, Dios todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu alianza y derrumbado tus altares, y a filo de espada han matado a tus profetas. Solo yo he quedado, y me están buscando para quitarme la vida.

NARRADOR. Sal fuera y quédate de pie ante mí, sobre la montaña.

(Recodar que estaba en una cueva. Se escuchará un viento fuerte y el sonido como de una montaña que se parte o rocas. Luego es sonido de un terremoto. Luego con las luces simular que pasa un fuego. Después un sonido suave y delicado. En estos momentos Elías se cubre la cara con su capa y se retira a la esquina a sentarse con una actitud de humildad.)

NARRADOR. ¿Qué haces ahí, Elías?

ELÍAS. He sentido mucho celo por ti, Señor, Dios todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu alianza y derrumbado tus altares, y a filo de espada han matado a tus profetas. Solo yo he quedado, y me andan buscando para quitarme la vida.

NARRADOR. Anda, regresa por donde viniste al desierto de Damasco. Ve y consagra a Hazael como rey de Siria, y a Jehú, nieto de Nimsí, como rey de Israel; a Eliseo, hijo de Safat, del pueblo de Abel-meholá, conságralo como profeta en lugar tuyo. De esta manera, a quien escape de la espada de Hazael, lo matará Jehú, y a quien escape de la espada de Jehú, lo matará Eliseo. No obstante, yo dejaré en Israel siete mil personas que no se han arrodillado ante Baal ni lo han besado.




V Escena - ELÍAS ES ARREBATADO POR CARROS DE FUEGO

(Salen a escena Elías y Eliseo y caminan por el escenario.)

ELÍAS. Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado a Betel.

ELISEO. Juro por el Señor, y por ti mismo, que no voy a dejarte solo.

(Salen del escenario.)

(Se escucha una charla en el audio, no actuada, y dicen los profetas a coro: “¿Sabes que el Señor va a quitarte hoy a tu maestro?”)

ELÍAS. (En escena nuevamente con Eliseo.) Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado a Jericó.

ELISEO. Juro por el Señor, y por ti mismo, que no voy a dejarte solo.

(Salen de escena.)

(Se escucha una charla en el audio, no actuada, y dicen los profetas a coro: “¿Sabes que el Señor va a quitarte hoy a tu maestro?”)

ELÍAS. (Entran a escena Eliseo.) Quédate aquí porque el Señor me ha enviado al Jordán.

ELISEO. Te juro por el Señor y por ti mismo, que no voy a dejarte solo.

(Caminan, salen del escenario. Vuelven a entrar y al inicio Elías enrolla su capa y golpea el suelo.)

ELÍAS. Vamos, Eliseo, ya el Jordán se ha abierto por mano de Jehová. (Cuanto cruzan a otro lado se dirige a Eliseo.) Dime, ¿qué quieres que haga por ti antes que sea yo separado de tu lado?

ELISEO. Quiero recibir una doble porción de tu espíritu.

ELÍAS. No es poco lo que pides. Pero si logras verme cuando sea yo separado de ti, te será concedido. De lo contrario, no se te concederá.

(De pronto una luz fortísima del lado del escenario donde salieron simulando carros de fuego. Elías camina a la luz y extiende la mano. Eliseo extiende la mano…)

ELISEO. ¡Padre mío, padre mío! Que has sido para Israel como un poderoso ejército…

(Arrodillándose lentamente y con el rostro en tierra. La luz mengua poco a poco y el telón se va cerrando lentamente con un fondo musical melancólico.)

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