30 Minutos y 22 Personajes. Dios tenía un plan preparado para salvar a la humanidad del pecado. Las estrellas desde la eternidad guiarán a los magos al portal de Belén para adorar al redentor.
SU ESTRELLA HEMOS VISTO
PERSONAJES
NARRADOR
EVA
ADÁN
ESTRELLA 1
ESTRELLA 2
ESTRELLA 3
ESTRELLA 4
AFA C
ANA
MARÍA
ÁNGEL
MELCHOR
GASPAR
BALTASAR
ESTRELLA DE BELÉN
VOZ EN OFF
NIÑO
ABUELO
PASTOR 1
PASTOR 2
JOAZAR
SIMÓN
ESCENA I - La Creación
NARRADOR. En el cuarto día de la creación del mundo dijo Dios: “Que haya luces en el firmamento, que alumbren la tierra y separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los días y los años... Y así fue, Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas. Dios puso las luces en el firmamento para alumbrar la tierra de día y de noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y vio que todo estaba bien. De este modo se completó el cuarto día.
(Música “Danza de los miritones”. Entran las estrellas al compás de la música. Al terminar la música, las estrellas se colocaran fijas.)
EVA. Mira qué hermosas lumbreras puso Dios en el firmamento. De día tenemos el sol y de noche la luna y estas hermosas estrellas que nos alumbran.
ADÁN. El amor de nuestro Dios está expresado en cada cosa que creó para nosotros. Mira nuestro alrededor, si caminamos, está la suave pradera adornada de flores aromáticas, de ella se empinan los esbeltos arboles, y si alzamos nuestras frentes, vemos este cielo estrellado. Todo cuenta la gloria de Dios y la obra que salió de sus manos.
EVA. En todo encontramos armonía que habla de un conocimiento y una sabiduría infinitos. La cual proviene de nuestro creador...
(Se retiran caminando lentamente mientras que prosigue el narrador.)
NARRADOR. Y en el principio todo era perfecto, mas pasó el tiempo y la humanidad se apartó de Dios, desobedeció a su creador. Su destino ahora era una muerte eterna... Hasta que después de 4000 años: la humanidad volvió a tener esperanza, Jesús había encontrado una vía de escape para el hombre perdido.
ESTRELLA 1. (Suspira.) Han pasado 4000 años desde que estamos en este lugar.
ESTRELLA 2. Sí, y desde entonces no he parado de disfrutar del firmamento.
ESTRELLA 3. (Despistada.) ¿Ya han pasado 4000 años? Para mí han sido 4 minutos.
ESTRELLA 4. ¿En que galaxia vives? Siempre tan despistada.
ESTRELLA 2. En todo este tiempo... ¿Qué habrá sido del hombre?
ESTRELLA 3. ¿El hombre? ¿Era algún planeta, galaxia, estrella?
ESTRELLA 1. La humanidad, acuérdate que fue creada dos días después que nosotras.
AFA C. Ellos son del planeta donde está Lucifer en este momento ¿Recuerdan ese día cuando lo vimos pasar por aquí junto con millares y millares de ángeles? Bueno, En este momento todo el universo está pendiente por el destino final de esos seres creados. Nosotros que estamos tan lejos no sabemos nada. Pero sé que nuestro creador no deja a sus criaturas, sin duda hay un plan de salvación.
(Se cierra la escena con una música a doc.)
ESCENA II
ANA. María, mi hija ¿qué tienes? ¿Por qué estas tan pensativa?
MARÍA. No lo sé, madre mía. Aquí, hondo, en el secreto de mi corazón, siento... siento alegría por algo... que va a llegar, no te sabría explicar pero me infunde gozo... y miedo.
ANA. Yo lo comprendo, hija mía. Estás pensando en el matrimonio que se acerca día tras día.
MARÍA. No es eso, madre querida... no es un amor terrenal... tiene dulzor celestial. Si estoy dormida, en mi sueño veo a toda la legión sagrada pasar delante de mí. Al despertar, en la quietud de mi estancia adivino la presencia de una santa majestad...
ANA. ¿Estarás enferma, acaso?
MARÍA. No, madre, me siento bien.
ANA. ¿Quién nos podría dar un buen consejo? Cuando regrese tu padre del templo, se lo diré...
MARÍA. ¿Para qué preocuparle, si no es ningún mal?
ANA. Deben ser cosas de tu edad... y doncellez.
MARÍA. O del cielo...
ANA. Dios solo sabe, hija mía. (Pausa.) Bien, voy hacer el pan, vuelvo pronto.
MARÍA. Ve en paz.
(Al quedar sola, vuelve a su trabajo y a su actitud de ensimismada. Se percibe una suave música. Aparece el Angel.)
ÁNGEL. ¡Salve, muy favorecida, pues el Señor es contigo, bendita tú entre todas las mujeres!... gracia en sus ojos hallaste, y Él, en su infinito conocimiento hará nacer al Hijo Eterno del Padre... Su nombre será Jesús, y le dará el Señor Dios un trono, y ÉL reinará en la casa de Jacob... será un nuevo reino que jamás será destruido.
MARÍA. Pero, ¿cómo será esto? (Turbada.) Yo soy doncella.
ÁNGEL. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios. Pues nada hay imposible para Dios.
MARÍA. Aquí está la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.
ÁNGEL. Queda en paz.
MARÍA. (Al quedar sola, mirando al cielo.) ¡Eterno Dios de Israel! Tu sierva escuchó tu mandato, confiada, en ti esperaré.
MÚSICA
ESCENA III - El encuentro
MELCHOR. Mientras estudiamos los cielos tachonados de estrellas, tratando de escudriñar el oculto misterio de sus brillantes derroteros, contemplamos la gloria del Creador. La ciencia me ha enseñado a estar atento a la voz que sale de la presencia del alto y sublime Dios.
BALTASAR. Yo desde el lejano Egipto los astros estudié. Contigo me junto, hermano, en fe, amor y presentir.
MELCHOR. Sin duda, el espíritu de Dios nos ha juntado para estudiar juntos las profecías milenarias que desde mi infancia aprendí.
GASPAR. (Llega.) ¡Paz a vosotros! La noche, el cielo, su augusta paz, sobre vosotros repose...
BALTASAR y MELCHOR. ¡Paz!
GASPAR. Baltazar, Melchor, para encontrar un conocimiento más claro, he traído estas escrituras hebreas, aunque en nuestras tierras tenemos escritos proféticos que nos anuncian la llegada del Mesías que ha de venir, estos escritos nos revelan el advenimiento del Salvador más claramente. (Con solemnidad.) Hermanos míos, con gozo les puedo decir que su venida está cercana, todo el mundo quedará lleno del conocimiento de la gloria de Jehová.
BALTASAR. Si el espíritu de Dios nos ha llamado para estudiar las profecías, que sea él quien nos guíe.
TODOS. ¡Así sea!
ESCENA IV - La aparición de la estrella de Belén
(Las estrellas están moviéndose, disfrutando del firmamento. De repente, en medio de ellas.
Aparece la estrella de Belén. Todas la rodean curiosas y comentan entre sí.)
ESTRELLA 3. Mírala bien, debe ser una enana blanca.
ESTRELLA 1. ¿No será una nova?
ESTRELLA 4. Se parece mucho a Sirio, es muy brillante.
ESTRELLA 2. Yo le daré la bienvenida (se dirige a la estrella de belén.) Hola, bienvenida a nuestra constelación. Eres una estrella muy distinta... tu brillo tiene algo especial. Nunca habíamos visto una estrella así
ESTRELLA DE BELÉN. Mis propósitos vienen del tercer cielo. Ustedes lucen muy hermosas en el firmamento, alumbran la oscuridad del firmamento con su brillo. Pero yo no vine a eso, mi misión es servir por señal la llegada de aquel que resplandece en la oscuridad, aquel que es la esperanza de un pueblo que anda en tinieblas, aquellos que moran en la Tierra de sombra de muerte, luz resplandecerá sobre ellos.
ESTRELLA 3. ¿La Tierra?
(Comentan entre ellas.)
ESTRELLA 1. Nosotros sabemos que los hijos de Dios que viven en la tierra están separados de nuestro Creador por el pecado que entró.
ESTRELLA DE BELÉN. Así es, pero el tiempo se ha cumplido, Dios enviará a su Hijo para que la humanidad, se reconcilie de nuevo con su Creador
ESTRELLA 2. Siempre supimos que nuestro Creador idearía un plan para rescatar a sus criaturas.
ESTRELLA 1. Esto es la demostración del amor infinito de nuestro Creador.
ESTRELLA 3. ¡Contadnos cómo ha sucedido esto!
ESTRELLA DE BELÉN. El plan de salvación fue hecho mucho antes de la caída de Adán y Eva. Fue una manifestación de los principios que desde edades eternas habían sido el fundamento del trono de Dios. El Creador no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su existencia, e hizo provisión para hacer frente a la terrible emergencia. Desde el principio, Dios y Cristo sabían de la apostasía de Satanás y de la caída del hombre seducido por el apóstata. Todo comenzó cuando Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de investir al amante Salvador, así engaño a los ángeles, consiguió que se uniesen con él en su rebelión contra Dios, y la noche de la desgracia se asentó sobre el mundo.
ESTRELLA 1. Nosotras estábamos ahí cuando Lucifer fue expulsado junto con los miles de ángeles que se habían unido a él.
ESTRELLA DE BELÉN. La tierra quedó obscura porque se comprendió mal a Dios. A fin de que pudiesen iluminarse las lóbregas sombras, a fin de que el mundo pudiera ser traído de nuevo a Dios, había que quebrantar el engañoso poder de Satanás. Esto no podía hacerse por la fuerza. El ejercicio de la fuerza es contrario a los principios del gobierno de Dios; él desea tan solo el servicio de amor; y el amor no puede ser exigido; no puede ser obtenido por la fuerza o la autoridad. El amor se despierta únicamente por el amor. El conocer a Dios es amarle; su carácter debe ser manifestado en contraste con el carácter de Satanás. En todo el universo había un solo ser que podía realizar esta obra. Únicamente aquel que conocía la altura y la profundidad del amor de Dios podía darlo a conocer. Sobre la oscura noche del mundo, debía nacer el sol de justicia, trayendo salud eterna en sus alas.
VOZ EN OFF. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
(Música especial.)
ESCENA V - ¡Vamos pronto adoradle!
BALTASAR. ¡Qué extraño está el firmamento! Hay misterio en esa estrella, algo grande nos avisa; tal como lo dijo el profeta de Israel. Sabios del oriente el tiempo es cumplido. ¡Bendito el rey de la gloria! Iremos pronto a adorarle.
GASPAR. (Revisa los pergaminos.) Y como dice la profecía de Balaam: “Saldrá estrella de Jacob, y levantarase cetro de Israel” (Pausa.) Sin duda esta extraña estrella ha sido enviada como precursora del Prometido.
MELCHOR. (Pensativo, pausa.) Hermanos míos, hace unos días atrás, la luz de la verdad enviada por el cielo se presentó ante mí en sueños, pero la he comprendido en este momento. Esta estrella nos es señal que anuncia la venida del Mesías ¡EL HIJO DEL ALTÍSIMO!
BALTASAR. Tenemos la estrella como señal externa, pero más poderosa es la evidencia interna del Espíritu Santo que está impresionando nuestros corazones y nos inspira esperanza.
GASPAR. ¡Miradla, miradla! Cada vez centellea y forma en mí augurio del evento más glorioso que en el mundo ha sucedido.
BALTASAR. Nacimiento del Mesías Rey de Reyes y Señor de Señores, Hijo del Altísimo.
MELCHOR. Hijo del Altísimo. Tienes razón, Baltasar. Marchemos diligentes, llevaremos nuestros dones, yo le ofrendaré mi oro, como el más rico tesoro.
GASPAR. Yo le llevo el incienso, homenaje al Dios glorioso.
MELCHOR. Yo le llevo la mirra pura, simbolismo de amargura que en mi corazón lo puso el cielo avisando en mis sueños.
MELCHOR. No perdamos más tiempo, vamos a adorar al rey del cielo que ha nacido.
GASPAR. ¡Sí, vamos pronto!
VOZ EN OFF. Así como por la fe Abraham salió al llamamiento de Dios, sin saber dónde iba, estos gentiles salieron para hallar al salvador prometido. En el oriente abundaban las cosas preciosas, y los magos no salieron con las manos vacías. Era costumbre ofrecer presentes como acto de homenaje a los príncipes, y los magos llevaron los más ricos dones de su tierra como ofrenda a Aquel en quien todas las familias de la tierra iban a ser bendecidas. Era necesario viajar de noche a fin de poder ver la estrella; en cada descanso, escudriñaban las profecías; y se afirmaban en ellos la convicción de que eran guiados divinamente.
ESCENA VI - Los Pastores de Belén
ESTRELLA DE BELÉN. Fue tal el amor de nuestro Creador, que dio a su hijo para que llevase todos los pecados de los hombres y muriese por ellos. El hijo del altísimo fue entregado para que llegase a ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempre su naturaleza humana.
Dios adoptó la naturaleza humana en la persona de su Hijo, y la llevó a lo más alto del cielo. Es el hijo del hombre ahora quien comparte el trono del universo. Es el hijo del hombre cuyo nombre será llamado: ADMIRABLE, CONSEJERO, DIOS FUERTE, PADRE ETERNO, PRINCIPE DE PAZ.
NIÑO. Abuelo, ¡qué misterios esconde la noche!
ABUELO. Misterios que oprimen mi corazón con un extraño gozo.
(El niño pone unas ramas secas en la fogata.)
PASTOR 1. Es una noche serena, una dulzura infinita de todo se desprende.
NIÑO. ¡Oh, mirad aquella estrella! Parecen voces de ángeles, ¡mirad qué iluminada está!
PASTOR 2. ¡Escuchen! ¿Será del cielo ese cantar?
ABUELO. ¡Del cielo es ese cantar! ¿Qué duda cabe?
ÁNGEL. ¡Paz, no temáis! Pues he aquí que os doy nuevas de gran gozo, ¡no os turbéis, no huyáis de mí! ¡Ha nacido el Señor, el deseado, el Mesías! Por tanto levantaos, id a Belén y hallaréis un humilde establo y en el pesebre hallaréis al Hijo del Dios del cielo vuestro Mesías y rey que nace en gloriosa alborada. (Se retira.)
PASTOR 1. ¡Vamos a anunciarles a los otros pastores que el ángel del señor se nos ha aparecido! Y nos ha hablado de que Cristo el Señor hoy ha nacido.
ABUELO. Cumpliose la profecía, mis ojos podrán ver a quien nos trae redención. ¡Vamos!
ESCENA VII
BALTASAR. ¡Cuantos días de camino tras la estrella misteriosa, en pos del incierto destino... mas la vocación gloriosa que Dios ha infundido en mí presiente la maravilla que ha de venir.
MELCHOR. ¡Mirad! La estrella que nos ha guiado durante todo el camino se detuvo sobre la hermosa ciudad de David. ¿Será éste el fin del viaje desde nuestras lejanas tierras?
GASPAR. Ha desaparecido, preguntemos en el templo y compartamos gozosos las buenas nuevas que trae esperanza a nuestros corazones.
(Se dirigen donde están los sacerdotes.)
MELCHOR. Paz a vosotros, hombres de Jerusalén. ¿Dónde esta el Rey de los Judíos que ha nacido? “Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”
SIMÓN. (Se miran, quedan perplejos.) Nosotros no sabemos de qué hablan.
BALTASAR. Pero el Mesías de Israel, esperado desde hace tanto tiempo, ha nacido, nosotros lo hemos estudiado en las profecías.
SIMÓN. Miren, señores extranjeros, no sabemos exactamente de qué tierra son, pero nosotros conocemos muy bien las escrituras. Mi nombre es Simón, doctor escriba de la ley y miembro del sanedrín. Y él es Joazar, un sumo sacerdote y hoy no ha nacido ningún rey ¿Qué es lo que están diciendo?
(Se miran confundidos.)
GASPAR. Su estrella hemos visto en el oriente, ella nos ha guiado... seguiremos nuestro camino.
(Se retiran.)
SIMÓN. (Con desprecio.) ¿Qué han de venir estos gentiles pecadores a decirnos que nació el Mesías?
JOAZAR. (Con tono burlón.) Dijeron que habían visto una estrella que los guiaba.
SIMÓN. Gracias a Dios soy judío y tengo una buena educación para no tener que andar creyendo esas cosas.
JOAZAR. Además, si hubiera nacido el Mesías, nosotros lo sabríamos. ¿Cómo podríamos ignorar el tiempo de su aparición?
ESCENA VIII
BALTASAR. ¿Será posible? Todavía no puedo creer que nadie allí supiese del recién nacido rey. (Al cielo.) Señor Jehová, hasta este lugar hemos llegado y sé que un misterio sagrado encierra ese iluminar.
GASPAR. Las buenas nuevas que queríamos compartir con estos hombres de Israel, han quedado en asombro y confusión para nuestros corazones.
MELCHOR. No se preocupen, hermanos míos, si la estrella de Jehová nos ha guiado hasta acá, él en su misericordia, proveerá para nosotros el camino que hemos de seguir.
BALTASAR. ¡Ved la estrella que perdida estaba, ha vuelto a brillar!
GASPAR. Ella nos guiará y al Rey adoraremos.
(Entran los pastores.)
BALTASAR. Mirad, hermanos míos, aquellos pastores que se aproximan. Preguntémosle si saben el lugar donde ha nacido el niño, Hijo del altísimo.
(En esta escena aparecen los pastores con los pastores más pequeños.)
MELCHOR. ¡Paz! Buenos hombres, de lejos hemos venido para ver el rey que ha nacido. ¿Le habéis visto o sabéis por ventura donde poder encontrarle?
PASTOR 1. ¡Paz, noble viajero! Estábamos en aquel monte cuidando nuestras ovejas cuando el aire se llenó de cantos celestiales, aleluyas se escuchaban y entonces el ángel de Jehová nos anunció que el Mesías ha nacido en Belén, nos dijo que lo hallaríamos en un humilde pesebre. No los conozco, nobles viajeros, pero vuestra causa es noble, si quieren ver al Mesías, vengan con nosotros.
BALTASAR. Ahora sabemos realmente que el espíritu de Dios nos ha guiado hasta aquí para poder llegar a adorar aquel niño. ¡Vamos pronto sin tardar!
ESCENA IX - El nacimiento
ÁNGEL. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
(Aparece María y José, acomodan al niño. Llegan los ángeles.)
TODOS LOS ÁNGELES. “Gloria a Dios en las alturas y en la Tierra paz; buena voluntad para con los hombres”.
ÁNGEL. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre ADMIRABLE, CONSEJERO, DIOS FUERTE, PADRE ETERNO, PRINCIPE DE PAZ.
(Comienza la canción del “tamborilero”. Después de tocar la primera vez.)
ÁNGEL. Ha nacido el niño Dios, tú también puedes a entregar tu ofrenda a Jesús.
(Llegan los reyes magos primero, le siguen los pastores. Ésta es una escena muy solemne.)
MELCHOR. Éste es el rey de Israel que limpiará todos los pecados.
BALTASAR. No sabíamos lo que nos esperaba al venir a este establo creí que estaban equivocados (señala a los pastores), pero ahora veo la justicia de todo, no hay mejor lugar.
GASPAR. (Asiente con la cabeza.) No en gloria, sino en humildad.
MELCHOR. Acepta estas pobres muestras de alabanza. Incienso: para perfumar al todo poderoso.
BALTASAR. Oro, para el rey.
MELCHOR. Mirra: La más preciosa hierba del oriente y la más amarga. (Esto último significa que Jesús iba a morir por nosotros.)
PASTOR 1. En una noche estrellada, nació nuestro Salvador. Fue una noche gloriosa, pues vislumbramos una luz de esperanza para todos nosotros. (Canta “Noche gloriosa”.)
ÁNGEL. Yacía el mundo en oscuridad, pero Jesús, la estrella de la mañana ha brillado. Para el niño es paz, y es paz al anciano y es la libertad para el pobre esclavo. ¿Quién ciego camina? ¿Quién perdido va buscando la senda que no sabe hallar? Mire hacia el pesebre, mire hacia la cruz; que al ver al Dios Hombre, luz obtendrá.
(Música de marcha. Aquí los personajes empiezan a salir por el medio. Los últimos son José y María. La escena se centra en la estrella de belén.)
ESTRELLA DE BELÉN. Este fue el acontecimiento más grande del universo, el cual será dado a conocer a todas las potestades de las regiones celestiales, que será estudiada por los siglos de los siglos. Ahora las acusaciones de Satanás quedan refutadas y su carácter desenmascarado. La rebelión no podrá nunca volverse a levantar. El pecado no podrá nunca volver a entrar en el universo. La obra de la redención estará completa. Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia de Dios. La tierra misma, el campo que Satanás reclama como suyo, ha de quedar no solo redimida sino exaltada. Aquí, donde el Hijo de Dios habitó en forma humana; donde el Rey de Gloria vivió, sufrió y murió; aquí, cuando renueve todas las cosas, estará el tabernáculo de Dios con los hombres, “morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos”. Y a través de las edades sin fin, mientras los redimidos anden en la luz del Señor, le alabarán por su Don inefable. EMMANUEL; DIOS CON NOSOTROS.
MUSICA “EL ALELUYA DE HAENDEL”